De visita en Viena {Privado}

De nueva cuenta se hallaba allí. No era la primera vez que visitaba Viena y tampoco sería la última. Unos días antes de aparecerse por la capital austríaca había enviado una carta notificandole a la representante de dicha ciudad que iría di visita. Louise no era el tipo de persona que dejaba todo para última hora. Siempre hacía todo correctamente y así no se habría ningún inconveniente. En ningún momento se perdió aunque sí le preguntó a varios ciudadanos si en la dirección que iba terminaría en casa de Viena. Para su suerte así fue y había llegado justo a la hora acordada. Eso le alegraba bastante ya que era una persona muy puntual.

Acercó sus nudillos a la puerta de madera enfrente de ella y la tocó un par de veces, sin ser impaciente. De seguro la castaña debería estar haciendo algo y no era su intención apresurarla. Esperar unos momentos afuera no era nada, bueno, no era nada después que abriera claro está. Miró con sus orbes azules a su alrededor, todo seguía casi justo como ella lo recordaba. Volvió a voltearse a al vez que acomodaba su chaqueta, esperando que Viena le recibiera.

-Espero que no haya salido. Sería el colmo.-suspiró, con su siempre infalible aire pesismista.

-----------
(espero que haya quedado bien >w<)

La casa estaba perfectamente ordenada, incluso más de lo habitual, nada fuera de lugar, más bien, nada que pudiese perturbar la estricta personalidad de su visita. Afortunadamente ella se había encargado de enviar una carta formal que documentaba su llegada, ese importante detalle, aparte de reafirmar su pensamiento respecto a lo extremadamente organizada que era la alemana, le permitió preparar todo con anticipación y evitarse el estrés de hacer las cosas a última hora.

Miró el hermoso y antiguo reloj que colgaba en la pared, aún faltaban unos minutos para la llegada de su invitada. Tranquilamente arregló un poco las flores de la mesita de centro, trajo algunos pastelitos para acompañar el té, los que casi tiró al suelo con tal sólo escuchar un golpe en la puerta, los dejó rápidamente y pese a que no le gustaba correr por su casa, lo hizo, no quería hacer esperar a Berlín que tanto detestaba las impuntualidades, por mínimas que fuesen.

Al llegar a la entrada, acomodó sus rizos castaños y sus lentes también antes de abrir la puerta, lo último que quería es que la viese desarreglada.

-Buenas tardes- saludó con una sonrisa amable.-Bienvenida, pido mis disculpas si le he hecho esperar.
_______
(Sí, quedó bien, me gusta~ *-*)

Perfecto. Justo como esperaba de Viena. No tuvo que esperar ni siquiera más de cinco minutos afuera ya que mientras se distraía viendo el resto de las cosas a su alrededor notó que le abrieron la puerta lo que provocó que mirara hacia al frente encontrandose con la castaña. Como siempre, Viena tan educada en su forma de hablar. De hecho, siempre le recordaba a Roderich y suponía que como siempre le decían, ella le recordaba a todos a Ludwig.

Negó con la cabeza antes de hablar. No le había hecho esperar mucho ya que se distrajo viendo el lugar y tal vez por eso no llevaba la cuenta de los segundos o minutos que estuvo afuera. Después de todo, lo que importaba era que le había recibido y no había salido, como hubiera pensado si se tardaba mucho en contestar o abrirle la puerta.

-Buenas tardes, Viena-igualmente saludó pero sin sonreír, no era normal en ella sonreír y hoy no sería la excepción-No te preocupes. No me has hecho esperar.-le aclaró a la otra mostrandose tan seria como siempre.

Suspiró con alivio, al menos la alemana no había considerado ese pequeño minuto de retraso, por un momento, al ver ese rostro tan serio, pensó que estaba molesta, en realidad, era bastante difícil saber cual era su estado de ánimo. No dejó de sonreír amablemente, apartándose de la puerta para cederle el paso.

La guió hasta el salón de visitas, observó con orgullo su trabajo, si bien su casa siempre estaba limpia y ordenada, ahora era más que eso, se había preocupado de dejarla lo más perfecta que era posible.

-Tome asiento donde guste- hizo una ligera señal con la mano, indicando los sillones que estaban frente a la mesita de centro decorada con un lindo y delicado arreglo floral.