Un gran descubrimiento... termas! (Privado, posible advertencia)

Lejos... muy lejos de su nación...

Una persona excava bajo la sombra que le ofrecen algunos árboles, en medio de un punto que talvez nunca aparezca en un mapa, una tierra virgen. Ni hombre ni bestia, parecía que algo los habia hecho desaparecer de aquel edén.

Pero eso no importaba, no para aquel hombre que no se detenía a pesar del dolor de brazos, pues la tierra se estaba comportando de manera difícil. Tenía que encontrar un buen lugar para descansar, y no tardaba en llegar la noche. Tan concentrado estaba que no notó que empezaba a brotar agua del enorme hoyo, hasta que no le llegó a más de la mitad de las rodillas.

-No puede ser... son...

El agua salía tibia, relajante al contacto, subía de temperatura conforme brotaba más del suelo. Un manantial de aguas termales

Heracles Karpusi no se molestaba en ocultar su felicidad, sonreía serenamente mientras excavaba con más energía, mientras llegaba la noche.

Habia caminado ya ohras extrabiado en el mundo humano, en un principio no se sentia perdido, si no un aventurero en busca de lo desconosido, pero tras ahoras de andar y andar sin rumbo mas una torcedura en el tobillo, el aventurero se volvio de nuevo un corderito miedoso que queria descansar. Tenia tambien tanta sed que sentia que era capaz de beber el gran rio el solo, olfateo en busca de la presencia de agua, camino guiado por esa esencia, la sed era lo unico que lo alentaba ya a seguir.

Logro dar con el abastesimiento de agua, pero habia dos problemas, uno era un chico que estaba alli desde antes de que el llegara y el otro se trataba de que por lo visto era agua caliente, y no queria beber agua caliente.

- >.< estoy salado...

Se detuvo al escuchar una voz a sus espaldas, moviendo sus orejas de gato imaginarias. Se volvió y logró ver entre varios arbustos una figura humana, no muy alta.

Secó su frente, ácomodándose su boina blanca, y se quedó mirando muy quieto, talvez de esa manera el extraño ser se iría.

Se quedo mirando el tambien, sin animos de mover de nuevo un solo musculo, se reusaba totalmente a caminar mas, y si bien no podia beber esa agua por lo menos podia bañarse con ella para tumbar el sudor en su cuerpo, decidio a probar suerte.

-buenas tardes, casi noches n_nu... ¿lo interrumpo?

Claro que interrumpia, solo esperaba no ser corrido del sitio a patadas.

Grecia lo meditó un momento, un largo momento.

Clavó con fuerza la pala en el suelo, considerando que ya habia terminado por hoy, ahora solo había que disfrutar de su pequeño manantial privado.

-Acércate fauno... eres bienvenido...

Se sentó en una de las enormes rocas que había alrededor.

¿patitas para que las quiero? no tardo nada cuando ya estaba muy serca del joven que habia estado cabando, se sorprendio de que el solo alla echo aquel oyo.

-¿nos podemos bañar?

Dijo sin perder de vista toda el agua que fluia, como la noche caia el aire se volvia fresco, pero alrededor de ellos el vapor del agua mantebia la temperatura, se sento aun lado del mayor.

-mi nombre es Aslan... ¿puedo saber el suyo?

No estaba mal saber el nombre de aquel amable sujeto que estaba dispuesto a compartir su descibrimiento con el.

-Heracles Karpusi... kalós írzate.

Le dió la espalda, dándole libre acceso a su territorio. Se deshizo de sus prendas y las echó a un lado. Este acto al griego no le provocaba verguenza, pues la desnudez era algo muy comun en sus tierras.

Entró a las tibias y reconfortantes aguas termales, el vaho que se desprendía de ellas cubría su cuerpo dorado.


(Notas: kalós írzate es bienvenido en griego, por si t lo preguntabas)

Aslan conosia ya el idioma, dado que sus tierras estaban llenas de seres de todas las culturas humanas, de sierta forma eran los predesesores de muchas en ese mundo.

-que bonito nombre el suyo n_n

Dijo desbiando un poco la mirada mientras el otro entraba al agua y enseguda el se saco la caperusa y el resto de su vestimente, se acerco al agua y la toco con la punta de un dedo del pie, se sentia esquisita, asi que entro de a poco, tan aliviado de que el cansancio de su cuerpo comensara a desapareser.

-estoy perdido... ¿en donde estamos?

-Me creerías si te dijera... que tampoco lo se? Llegué a este lugar por accidente... ni siquiera está en los mapas...

Heracles se recargó, dejando sus dos brazos en la cabecera formada de piedras, se sentía tan relajado...

Los dioses sabían recompensar bien el trabajo duro.

Echó su cabeza hacia atrás, disfrutando de las agradables sensaciones que le provocaban el manantial, mezclado con el fresco clima.

-Dime Aslan... -seguía con sus ojos cerrados- ...¿cómo llegaste hasta aqui? ¿también lo hiciste por mar? Hace tiempo no veía a nadie igual a tí, muchos mitos cuentan que ustedes estaban casi extintos...

-vine aqui al azar... y de donde vengo habemos un puño n_n

Se atevio a acercarse un poco al chico, respetando su espasio personal, se acomodo a su lado y empezo a chapotear el agua cuidando no salpicar demasiado.

Los movimientos de diversión de Aslan le salpicaban la cara a Heracles, pero no le importó... estaba muy relajado, parecía en trance.

-Bien... -su voz se volvió ronca- no se exactamente de donde vengas pero eres el primero que veo en largo tiempo, y eres muy extraño.

Se hundió un poco más en el agua, hasta que sólo su cabeza se asomaba y apenas se veía entre el vapor. Un gato color pardo se asomó en su cabeza y empezó a cantarle a la luna.

Cerró sus ojos, durmiendo y disfrutando de su siesta y este momento único.

Como paresia estar del todo dormido se acerco mas a el, tenia la tentacion de tocar su cabello pues se veia sedoso, el era amante de lo suave, por eso cuidaba tanto el cabello de sus orejas y cola. Suavemente le puso la mano sobre la cabeza.

Abrió sus ojos al sentir que acariciaban su cabello, era el pequeño fauno que estaba invadiendo su espacio personal. El gatito que estaba sobre su cabeza salió corriendo y se perdió en el bosque, donde se reunió con otros tantos felinos que estaban por la zona.
Heracles dejó que se acercara, demostrándole que era una persona de entera confianza y volvió a cerrar sus ojos. Se hundió más en el agua tibia quedando a la altura de Aslan.

Se exalto un poco cuando el cato hullo, pero sonrio tranquilo al ver como el chico no se negaba al toque. n efectivo su cabello era suave, tal como habia imaginado, desde esa posision podia verlo claramente, su rostro daba la impresion de uqe vivia tranquilo y sin preocupasiones.

-disculpe... Hera... ¿puedo llamarlo asi verdad?

Dejo su cabello enpaz y se recargo en la pared de piedra.

-Sí... Aslan? - se volvió hasta quedar cara a cara, le agradaban las caricias en su cabello.

La noche había caído completamente sobre ellos, hoy la luna se encontraba grande y brillante siendo opacada por nubes oscuras, lucía algo tétrico en especial por los ruidos que provenían desde lo más profundo del bosque. No olvidaba que éste seguía siendo una tierra misteriosa.

-Me gustan tus cuernos... puedo...? -hizo además de levantar su mano, esperando el permiso del fauno, sus cuernos le daban mucha curiosidad. Desde pequeño había escuchado leyendas de faunos acerca de sus cuernos y siempre había querido tocarlos.

La luz de la luna hacia lucir el agua hermosa, se sentia tan tranquilo y en paz, apesar de la oscuridad que los redeaba no sentia miedo aun siendo un ser muy asustadiso.

-claro que puedes n.n

ncluso se acerco a el para que pudiera tocar mejor sus cuernos, solo esperaba que no se fuera a pinchar, a pesar de de ser pequeños eran como agujas.

No los tocó por la punta, se veían muy afilados. Los acarició por espacio de 10 minutos tomando otra posición para estar más cómodo, claro... que sin querer quedó justo frente del fauno, estaban muy cerca y el vaho se multiplicaba.

-Son increíbles... -Heracles se imaginó asimismo como un fauno-gato, totalmente en libertad.

Se movió un poco para seguir tocándolos cuando vió sus peludas orejitas. No se resistió y tocó una, eran suaves y esponjosas...

Veia como tocaban sus cuernos, no sentia casi nada en realidad, pero al otro paresian fasinarle asiq ue se quedo quieto, al cbo de un rato lo miro moverse y quedar muy cerca frente a el, no le molestaba, asta que sintio que le tomaba una oreja.

- >.< ... ah!
.
De inmediato salio un gemidito pero se tapo la boca

¿Ese era un...?

"Hmm... interesante..."

El faunito se cubría la boca ¡lo que habia descubierto!

Sonrió con malicia y haciéndose el inocente empezó a acariciar las dos orejitas, se sentían muy bien. Le gustaba mucho ver la reacción de todo lo que estuviera debajo suyo (por asi decirlo) Y no iba a perder la ocasión. Se acomodó un poco más quedando atrapado debajo del griego, sin escapatoria.

Era hora de jugar un poco.

En cuanto le sujeto las dos orejas para seguir acariciandolas se dio cuenta de cuan obio habia sido, el otro ya habia descubierto lo que sus orejas sentian y lo que estas le hacian sentir a el. Se arqueo despues de instantes de ser acariciado, amaba ser tocado en esa zona.

-dis...disculpe... detengase.... ah......ah....

-En verdad quieres que me detenga? -pellizcó sus orejas-

Observó cómo arqueó su espalda de gusto y acarició y estiró sus orejitas, eran muy suaves y el también adoraba las cosas suaves

Se acercó y sopló dentro de ellas, esperando ver sus reacciones. Le recordaba mucho su rulito doble, talvez sea alguna clase de punto erógeno para el fauno.

Sus ojos se cerraban con fuerza, deceaba decir que no pero sus orejas le ordenaban una cosa muy contraria, entre mas jalaba o pelliscaba mas perdia el control sobre si, se acerco a el pidiando unir sus labios, estaba rojo y poco conciente de sus acciones.

Una sonrisa llena de perversión nació en sus labios. Había descubierto algo que quizá le ayudase en un futuro. Acomodó su bien formada figura a horcajadas encima de Aslan sin llegar a tocar regiones vitales del fauno. Tenía ambos codos apoyados en la pared rocosa y sobresalía la mitad de su cuerpo hasta la cintura, dejando expuesta su enorme espalda. Todo su físico encima del fauno, un hombre imponente y extraordinario. Un invasor.

Se acercó hasta sus labios pero se detuvo a escasos centímetros, degustando el aroma oculto en su aliento. Sus ojos se iluminaban con el brillo de la luna, ésta a su vez difuminaba el hermoso color bronce en su piel, bañado en sudor.

Parecía que buscaba hipnotizarlo.

-¿Qué es lo que quieres? -Se desvió a sus mejillas, rozando sus labios en su nívea piel, siguiendo su camino hasta una de sus suaves orejitas, maltratándola a base de mordidas y jalones.

casi se lanza cuando acerco sus labios pero pronto sintio que se alejaban y caian sobre su oreja, le puso las manos en la cintura y las apreto, sentia las ansiasa creser con cada jalon y mordida, hubo un momento enel que ya no deceo controlarse.

-un... un beso....ah!

Volvió a sonreír, mordiendo con fuerza su oreja y dejando una marca que duraría buen tiempo. Se movió hasta su boca, tomándolo de la nuca y empujándolo hacia él. Y lo besó profundo, abriendo su boca y entrando sin permiso, llevándose todo. Se movía de manera experta, jugando con su lengua cálida y húmeda.

Así pasaron largos minutos antes de cortar el beso. Mordió su labio inferior por última vez antes de separarse del fauno, quedando a escasos centímetros encima de él.