Las olas y el viento sucundum~ Lo que trajo la marea~ [privado]

El barco que había tomado para cruzar el amplio mar, al parecer se había desviado por una fuerte tormeta que les había agarrado de improvisto.

-¡Joder! ¡sino fuera porque estoy inmensamente seguro que Dios no dejaría morir a alguien tan sexy y perfecto como yo me hubiera asustado!- caminaba por la costa escurriendoce su camisa, al divino botón porque llovía .- Suerte que no padezco de nauseas en los barcos.- exclamó sacudiendo la cabeza.

Se giró sobre sus talones sonriente.

-¡Che viejo! ¡Gracias por el paseito! ¡Me voy a pegar una vuelta por la zona! ¡Luego vuelvo cuando se aclare el cielo y continuamos con el viaje! ¡Mientras abastecete de cosas! -le gritó al capitán del barco, el cual le sonrió y asintió.

Se habían visto obligados a anclar en la primera costa que encontraran.

Se adentró sonriendo por la zona, no tenía la menor idea si estaba en territorio enemigo, aún a´si se encontraba armado con su sable, un pequeño revolver con 5 cartuchos, y sus boleadoras, que en la lluvia, la verdad es que no ayudaban mucho.

Buscaba con la mirada alguna casa cercana. Caminó un rato, creía ver a lo lejos un grupo de jóvenes corriendo bajo la lluvia, seguramente en algún entrenamiento militar.

Continuó su camino tranquilo, esperaba cruzarce con alguien que le permitiera secarce en su casa, comer, y cantar un rato, para divertirce mientras esperaba que el tiempo mejorara.

- Que mal que no se pueda hacer un asado...- comentó absteniendoce de abrazarce a sí mismo por el frío.- Pintó un vinito jejejeje - deseaba beber algo que lo calentara.

Se encaminaba al lugar de los hechos con un grupo de soldados, cada uno de ellos iba armado mientras él caminaba delante de todos. El clima estaba bastante malo desde hace varios días, pero ya estaban acostumbrados a ese tipo de condiciones. Hyung solo seguía su rumbo con su peculiar sonrisa imborrable, caminando tranquilamente como si no pasara nada, típico en el, mientras sus subordinados le seguían fielmente aun se les era más pesado seguir el ritmo que llevaba la impotente nación, que parecía estar un tanto ansioso.

Minutos atrás le habían informado sobre el arribo, en las costas norcoreanas, de un barco de procedencia desconocida, sin saber si eran enemigos o simples náufragos por culpa del terrible clima, el procedimiento de rutina se llevo a cabo enviado un grupo de soldados a investigar la zona. A pesar de esto, el coreano había insistido en ir a investigar él personalmente de que se trataba, a pesar de las negativas y de las advertencias solo lograron que accediera a llevar consigo al grupo de soldados que le acompañaban en ese instante.

-Qué bonito esta el clima... jaja- comento como si nada el norcoreano. Los soldados solo se miraron entre ellos, dudosos de hacer un comentario en contra, por su propia seguridad. Hyung seguía pendiente del camino, esperando divisar pronto el barco naufrago, le daba un poco de ilusión pensar que fuera algún enemigo, había pasado un buen tiempo desde que no tenia actividad o algo interesante que hacer. Ya si no lo era, al menos el paseo le haría bien. Seguía pensando en eso cuando frente a él alcanzo a distinguir una figura humana.

-Alto- pronuncio calmadamente mientras sus subordinados se detenían -esperan aquí, y solo actúen a mi señal- su sonrisa se ensancho y continuo caminando sólo. Era obvio por sus vestimentas que no se trataba de un soldado, aun así encontraba algo en la persona que se le hacía familiar -que curioso, una nación... jaja- murmuró, deteniéndose un poco antes de tenerle cerca, ahora mirándole fijamente casi ignorando la lluvia -안녕 (Hola), mi estimado forastero, y bienvenido a las costas de Corea del Norte... tendré que pedirle que se identifiqué, o me veré en la obligación de eliminarlo- siguió con su sonrisa y mirada fija, hablando como si fuera lo más normal del mundo.

Spoiler:

La verdad caminaba distraído por el camino, estaba mirando las rocas mientras intentaba no resbalarce por el barro, luego debría secarce cuidadosamente las espuelas para que no se le oxidarán.

Estaba muy metido en su propio mundo de agua, barro y formas de rocas que sobresalían de la tierra, que no notó como la tropa de soldados se le había acercado, en verdad él no había querido interrumpirlos, además de no saber donde estaba, él sólo no se lanzaría sobre una tropa armada, en ese clima y sin saber si eran enemigos.

Casi se le sale el corazón, cosa que no admitiría, cuando escuchó que alguien le hablaba cerca suyo y en un idioma que no conocía.

-¡Fuck!- exclamó el momento que si pie izquierdo se hundió y resbaló haciendole perder un poco el equilibrio viendoce obligado de agarrarse del hombro del hombro más grande que apenás había tenido una imagen borrosa de él.

-¡Hola! - saludó sonriente como si nada.- ¿Corea del Norte? -extrañado.- Carajo nos desviamos al carajo - comentó para sí mismo pensativo, sin darle mucha importancia a la advertencia del asiático.- Que bajón, esta tormenta nos agarró desprevenido, y bueno - le hablaba como si nada.- ¿Identificación? aaaah, vale, soy Martin Perfecto Garcia, Argentina, de América del Sur, algo lejitos... la tormeta causó que la marea me trajera acá jajajaja - le dió unas palmadas en el hombro del cual se había sostenido al hombre sin dejar de sonreirle.

- Hoy es un día para quedar apapachado con alguien en la cama, ¿no te parece? -preguntó ignorando que el hombre se encontraba armado y parecía llevar el mando de las tropas.- ¿Vos sos Corea del Norte no? ¿Cómo te llamas?, con el pelo tan largo la debes pasar mal con la humedad ¿no? - preguntaba entretenido el argentino de a ver encontrado con quien cruzar palabras.

-¿Vos sos Neutral verdad? -preguntó llevando disimuladamente una mano a la funda del revolver.- No recuerdo a ver leído que las Corea pertenecieran a algún bando...- dijo pensativo.-

Pudo notar la reacción del desconocido a pesar de la oscuridad y la borrosa visión que le otorgaba el tormentoso clima, ampliando un poco más su sonrisa mientras seguía observándolo detenidamente, y por ello no se enfado al sentir como al segundo siguiente se sujetaba de su hombro al verlo resbalar.

Aun que debía admitir, que tal falta de respeto por el espacio personal no era algo a lo que estuviera acostumbrado, y sin embargo este curioso personaje se tomaba tal libertad con tanta facilidad que casi era imperdonable, o eso pensó. Supo que sus subordinados también lo pensaron al escuchar y sentir como estos tomaban sus armas y apuntaban al contrario, quizás al creer que iba a atacarlo.

Casi al instante levanto la mano, de la cual su “visitante” no estaba sujeto, haciendo un gesto para que se detuvieran en el acto. No veía la necesidad de fusilarlo todavía. Además, si alguien tendría el placer de disparar esa noche, sería él mismo. Continúo escuchando su relato, pensando aun en lo curioso que era, en especial por lo mucho que hablaba, aun que de por si ya la parecía estupido que estuviera caminando solo en un territorio desconocido.

-Eso explica su particular visita... jaja ^^ bastante lejos a decir verdad... es un placer, señor Martin Perfecto García- no entro en detalles sobre eso, fuera verdad o no, le entraba en gracia -supongo que será mi invitado desde ahora- comento, dejando pasar las palmaditas aun con su actitud serena.

-Eso supongo- respondió, aun que en realidad no entendió su comentario -Ciertamente, soy Corea del Norte, mi nombre es Im Hyung Soo... jaja, no es mayor problema en realidad...- medito un momento, y es que, ¿en que momento había pasado de ser el interrogador al interrogado? Esta persona era astuta, sin dudas, tendría que mantenerlo vigilado de cerca, pensó mientras la emoción comenzaba a invadirle de nuevo. Quizás era un espía de su hermano, oh si, quizás todas sus sospechas eran ciertas y esta era la muestra más clara de ello, o eso creía.

Seguía divagando en sus pensamientos cuando la nueva pregunta le “despertó”, observándolo por un momento con total seriedad y luego, sonriendo como lo había hecho hasta ahora.

-Ambos somos neutrales, aquella guerra no nos incumbe... aun que seria divertido- aun un poco perdido no noto el movimiento de la mano contraria, pero por inercia él llevaba la propia de igual forma hasta donde tenía su sable, empuñándolo apenas pero sin intenciones de desenvainarlo, todavía

-Tenemos nuestros propios problemas que resolver... no lo aburriré con detalles- soltó el mango del sable, volviendo a la “normalidad” y sin dejar de sonreír, comenzó a caminar en la dirección en la que antes había llegado -Como dije anteriormente, ahora será mi invitado, señor Argentina- volvió a hacer un gesto a sus subordinados para que estos se adelantaran, mientras el esperaba al argentino.

-Intentare buscar una solución a su problema sobre el naufragio... si hace el favor de seguirme, le pido que no pierda el ritmo en el camino... seria una lastima si se perdiera ^^- iba a seguir caminando, pero se voltio nuevamente -y otra cosa más... todo lo que sucede en casa~ ^^ se queda en casa~- comento casi como una oración, para luego volver a emprender su camino através de la insistente lluvia.