Visitando a Onii-sama

-¿Onii-sama?-
Toqué la puerta varias veces, esperando que mis llamadas fuesen atendidas.
-¿Onii-sama? ¿Esta ahí?-
En mis brazos llevaba una bolsa con un regalo que tenía para él, lo había hecho en la noche y quería ver si podía entregárselo. Seguí esperando en su puerta con los ojos puestos en el suelo.

Estaba en la cocina, terminando de preparar chocolate caliente y galletas, cuando escucho que tocaban a su puerta. Dejo el chocolate en la olla y saco las galletas del horno. Y se dirigió hacia la puerta, al escuchar la voz de su pequeña hermana apuro el paso.

Al abrir la puerta vio a su hermana y haciéndose a un lado para que ella entrara dijo. -Liechtenstein, disculpa por tardar en abrir. Pasa por favor-

-No hay problema Onii-sama.-Respondí con una sonrisa dibujada en los labios.
Encaminé mis pasos hacia el interior de su habitación y comenzé a estudiar con la mirada el lugar, me hacía sentir en casa aquel ambiente.

-¿Estaba cocinando algo, Onii-sama?-Le pregunté al sentir el aroma que cubría la habitación.

Después de que ingresara, cerró la puerta. Para después caminar al lado de su hermana, al escuchar la pregunta respondió.
-Si, he preparado alguna galletas con chispa de chocolate y algo de chocolate caliente, ¿te apetece?-
Mientras hablaba noto lo que Liechtenstein llevaba en brazos, mirándolo por varios segundos, para después fijar su vista en su hermana.

-Claro que sí, Onii-sama.-
Por unos momentos el nerviosismo se volvió a apoderar de mí cuando los ojos de mi hermano se posaron sobre el paquete que llevaba en los brazos, se lo extendí como diciendole que era para él y agaché la cabeza ya sonrojada.

Tomé la taza de chocolate con las manos algo temblorosas y le dí un pequeño sorbo, al estar algo caliente me quemé un poco y solo pude evitar emitir un pequeño quejido.

Tomo en manos el paquete que Liechtenstein extendía hacia el, para después decir en un leve susurro –Gracias- al decir ello, sujetando el paquete fue a servirle a su hermanita una taza de chocolate caliente y al volver se la entrego, y acto seguido, fue a traer un plato con galletas que coloco en una pequeña mesa.

Mientras colocaba el plato en la mesa, alcanzo oír el pequeño quejido que emitió su hermana a causa del chocolate caliente. –Deberías de tener un poco más de cuidado…- dijo acercándose más a su hermana –¿Puedo abrir el paquete?- dijo con tono suave.

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Hola ^w^
ahora yo me hago cargo de suizi-sui

Asentí con un ligero rubor en las mejillas al escuchar el regaño, el chocolate sabía muy bien, soplé la taza para tomar un poco más antes de escuchar las palabras de mi hermano y le respondí:

-Es para usted.-Sonreí débilmente mientras esperaba su respuesta.

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Holo!
Espero nos llevemos muy bien n_n

Todo su ser se revolvió ante aquel regalo. Cada vez le resultaba más difícil estar tranquilo ante su hermana. Además, aquella sonrisa se mostraba tan dulce, que distraía más al suizo.

- L...liechstein si deseas mas… solo dímelo ¿esta bien?

Le sonrío levemente a su hermana, mientras que abría el paquete.

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xDU ahora yo manejo a suiza<3 un gusto

-Con esto esta bien Onii-sama.-Sonrió alegremente mientras se preguntaba si sería correcto preguntarle a Vash-onii-sama aquello.
Lo pensó detenidamente unos momentos, no quería causarle problemas a su hermano...pero...
-¡Onii-sama!-Levanto el tono de su voz repentinamente, pero agacho la cabeza un tanto avergonzada...-Usted....¿Podría...hacerme una promesa?

Vash contempló el conjunto suave del delicado cuerpo de su hermana, el gesto sonrojado de su hermoso rostro y comprendió que tenía algo que decirle. Había hecho un esfuerzo heroico y absurdo para tratar de sonreírle; había olvidado que no podía sonreír con facilidad, y menos en la mañana. Pero como aquella persona que tenía reflejada en sus ojos, era especial, podía intentarlo una y otra ves, hasta lograr, aquella sonrisa.

- Si dime, Liechstein.

El suizo miró vez a su amada hermana. Por un momento, pareció que no había oído. Pero de pronto, le sonrió, lleno de ilusión.