Visitando a mi Aniki~

No sabía muy bien, pero justo ese día despertó con un sabor y sentimiento amargo en si, mezclado con melancolía y algo de obsesión. Durante los minutos siguientes permaneció sentado en silencio sobre su cama, mirando la ventana. Con el corazón angustiado, Kiku se llevó las manos a la boca y musito su nombre. “Yong”… pero no hubo ninguna respuesta, ni esperaba alguna.

- Otro día más… sin saber de ti… ¿Dónde estas?... desu…

Como siempre cuestionándoselo, cada día, cada mañana, tarde y noche, preguntándose donde estaba metido su querido hermano, aun a si no sacaba nada.

- Bueno, Pocchi, hoy es un día largo… acuérdate que nos toca ordenar la casa…

El perrito ladra a su lado, sacando la lengua y jadeando feliz.

- Si, lose, siempre lo hacemos, pero es que bueno, tu sabes… me gustan las cosas limpias…aparte a si puedo matar el tiempo… ¿vamos, no?...

Kiku se obligó a sonreír, luego al instante se levanto, haciendo que las blancas sabanas se deslizaran por sus piernas, llegando al suelo de manera suave. Extendió sus brazos hacia arriba, para relajarse un poco mas, luego dejo caer los brazos hacia abajo, y suspiro un par de veces. Camino lentamente hacia la puerta de su pieza…

“Kiku-chan, tu preciado Aniki ha regresado daze~!!”

El tono suave de su voz hizo que un escalofrío recorriera la espalda de Kiku… Esa voz… ¿podría ser de el?... Su cuerpo comenzó a tiritar, y su vista a perderse, pero al ultimo momento salio de su habitación, llegando hacia la vista de su hermano, que se encontraba entrando a su casa.

- Y-Yong…

No alcanzo ni a darle la bienvenida, cuando este ya lo tenia en sus brazos, y aparte besándolo. Como siempre sus mejillas se sonrojaron al máximo, cuando le deposito el calido beso que deseo obtener desde siempre.

- Y-yong… yo… yo igual te he extrañado… desu…

Miro hacia abajo deprimido, unas lagrimas se colaron por los ojos del chico, deslizándose por las mejillas del chico y cayendo hacia las manos de su hermano.

- ¿P-..por que…?

Preguntaba suavemente mientras que trataba de no quebrar su voz.

Sus ojos se detuvieron en los suyos y sintió un doloroso nudo en la garganta mientras contemplaba la intensidad de su mirada de acero y alegría. Felicidad y tranquilidad era todo lo que transmitía. Sin prestar atención a lo que decía el hombre que le estaba hablando, Kiku asintió con la cabeza, confiando en que pareciera que lo estaba escuchando. Ela se quedó mirándolo, deseando creer sus palabras. Se sentía cautivado por su cercanía y el olor de su ser.

- Ha…hai…

Aun estaba anonado y sorprendido, que ni siquiera era conciente de sus pasos. Kiku hizo amago de seguirlo, pero la fuerza de su mano hizo detener al coreano. ¿Era angustia la expresión de su rostro? ¿De verdad quería hacer aquello cuando realmente lo que deseaba era quedarse junto a él? Quería borrar todo aquel dolor y hacer que lo volviera a mirar con su sonrisa cálida.

- ¡te amo!

Seguramente sí, sonrojándose. Se había dado cuenta del tono con el que solía dirigirse a el, de las miradas que se intercambiaban y de la forma en que le abrazaba. ¿Todo iba a volver a hacer como antes?.