Matando el Tiempo

Se sentó frente al escritorio de su alcoba, y se quedo mirando la ciudad desde su ventana.

Alemania se veía diferente. Con los colores negro, blanco y rojo volando por los alrededores. La guerra era fuerte, y a ella le tocaba la aprte más dificil. Estaba demasiado cerca de Francia. Pero, aun así las cosas iban pacificas. Ya llevaba muchos años viviendo exclusivamente en la capital, muy cerca del Reich, el jefecito de bigote simpatico.

No le caía bien, pero no le quedaba de otra. El pueblo lo había elegido a él, a nadie más. Pero aquel era uno de esos días en que estaba tan aburrida, solamente observando la ciudad desde su ventana, asistiendo a reuniones aburridas y escuchando los discursos de Hitler que le urgia algo de diversion, y München casi no se dejaba ver.

Suspiro, quizas debía ponerse a escribir en su diario...