El paraíso de un ladronzuelo~ (Privado)(Advertencia)

¿Ganancias del día? Un reloj de plata muy fino, el bolso de una mujer, una gorra blanca, tres barras de chicles, una bolsa de maníes, la paleta de un nene, un celular, dos billeteras, las llaves de las jaulas del concerje del zoo (tal vez luego pediría algún tipo de "rescate") y una chapita muy mona (la cual cabe decir que había valido la pena ya que era muy bonita).

Apoyado en los barrotes de la jaula perteneciente de los pingüinos con la cabeza sobre los brazos, estaba el chico de cabellos de alga y ojos verdes pensando en la inmortalidad del mosquito mientras chupaba de la piruleta que había robado a un pequeño nene horas antes. Algo que adoraba de los zoos era la gran cantidad de gente que visitaba, la gran cantidad de cosas para ser "tomadas" con tanta facilidad, la gran cantidad de mercancía que ganaba al día y la peor vigilancia del mundo. Sí.... era todo un ensueño por lo fácil que era... aunque para él en el fondo deseaba un poco más de reto.

Suspiró profundo. Tenía rostro de aburrido ¿y cómo no tenerlo? aquellos animales no tenían nada de acción o algo parecido, además caminar todo ese día bajo el intenso sol, corriendo cuando lo necesitaba... debía tomarse un relajo.

- Putos pingüinos.... - renegó en un murmuro haciendo un puchero.

No es que no gustase de los pingüinos... bueno tal vez sí, pero en ese momento quería descargar su aburrimiento con algo y eso era lo único que tenía a su alcanze. Se levantó un poco mirando a su alrededor, cómo asegurándose el estar sólo, se agachó para recoger unas piedras y se las lanzó a los pobres animales para hacerlos reaccionar y crear un caos entre ellos.

- Hahahaha - burlaba mientras los miraba - chillan cómo mierdecillas - y aun continuando con el cruel acto, les lanzaba más para su propia y egoísta diversión.

Era dulce sinfonía para sus oídos, el oír la revuelta que se hacía dentro de ese limitado espacio del hábitat recreado para los pingüinos, ellos eran los músicos y él el director de la obra. Justo para la nosecuanta-ava piedra lanzada, mordió con fuerza el caramélo que aun yacía en su boca, saboréandolo, mientras volteaba a ver su nuevo punto de atención sin soltar su instrumento de crimen de hace poco oh... ¿y quién es ese?

Era un chico mucho más bajito de lo que era él, su rostro indicaba que también era más joven incluso, el cabello teñido de rosa valla marica que me encuentro ¿acaso los atraigo? y una larga y blanca bufanda rodeándole el cuello a pesar que su traje le contradecía que era verano.

- Ah - fue lo único que soltó de sus labios, con cuidado de que no se le caiga la paleta la cual parecía ser de aquel niño ¿y eso qué? ahora es mía, ¿no?

Estaba absolutamente desinteresado en el enano con acento gracioso. Se giró nuevamente a dónde estaba y le restó importancia.


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(Off: nuuu, está bien~~ x3 descuida!)

¡Perfecto! Y tal cómo había dicho antes, sí que era un imán atrae "extraños" ya que la 'ratita rosa' en un mal intento de ataque al más estilo cool ¡obvio que a él no le sale! ¡mi deslumbre de 'coolizidad' es tan pero taaaaan grande que hasta le absorve lo que no tiene! se lanzó al punk chocando contra su pecho.

- ¡¿Qué coño te pasa cabrón de mierda?! - lo empujó con fuerza. Algunos maricas tenían su nivel de ukecidad tan grande que hasta podía ser contagiosa.

Abrió de par en par los ojos al escuchar lo último que dijo aquel niño ¿Se trataba de una broma? Valla que resultaba hasta ser gracioso si le sacó al vasco una enorme carcajada por ello. Con la diestra se tapaba la boca y la zurda la boca del estomago de lo fuerte que empezaba a dolerle de lo tanto que se reía.

El chico no parecía tan malo.... podía divertirse con él.

- ¡HAHAHAHAHAHAHA! ¿Matarme? Quiero ver que lo intentes cabello de chicle, vamos hazlo ¡HAHAHAHAHA! -

Sacó la paleta ya gastada de su boca y la pasó por delante del chico cómo tentándolo. Acto seguido la arrojó al suelo y la pisó haciendo que lo que quedaba de ella se partiera en miles de pedacitos, desperdiciándose.

- Si no te apuras entonces yo lo haré gilipollas - sentenció en un susurro ronco y con una mirada altanera.


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(Off: ...sorry por la demora x'D *se autocastiga*)

Alzó más la cabeza como si de un gallo se tratase, majestuoso, lleno de soberbia, dando terreno a atacar cuando el otro empezase. Sus labios dibujaban una sarcástica sonrisa dejando notar sus dientes, el comportamiento que había adoptado el más bajo le pareció interesante y tal vez sí lo atacaría... quería verlo más sometido.

Sacó su lengua relamiéndose los labios con lentitud dándose una apariencia casi demoníaca y depredativa. Cierta costumbre tenía el hacer eso cuando enfocaba a su víctima... esta vez sería un "encantador" monito rosa.

- Uhhh ¿Y qué se supone que pasaría si no hago ni una jodida mierda de lo que me dices, cabrón? - el brillo metálico de la navaja producido por el radiante sol le atrajo por unos segundos la atención ¿en serio le atacaría? Realmente eso esperaba - ¿Me piensas "clavar"? ¿No estarás insinuándome más a que yo te "clavara", putita? HAHAHAHAHAHA -

De pronto pudo escuchar los grasnidos horrorosos de los pingüinos y uno que otro animal en ese lugar... tal vez intentando hacer un intento de que los saquen de ese pequeño lugar, o por que estaba en su naturaleza, o sino molestarle solo a él y hacer que su cabeza se desespere más... sí, era eso; todos los pingüinos, todos los animales, todos los seres, todos putos todos.