Volando un ratito fuera de la jaula [Privado]

Posterior a la guerra - Época actual (a pedido de Izu xDD)

Nunca nada había sido fácil y seguro para él y, por lo tanto, muchas cosas en su vida se habían tornado muy aburridas. Con algunas se podía lidiar sin problemas, pero otras eran demasiado, incluso para el tranquilo modo de vida que llevaba. Era un chico sobreprotegido, tal vez en extremo, todo por capricho del Reino Unido o tal vez por paranoia. Tanto era así que no había tenido demasiadas oportunidades de relacionarse con otras naciones. Siempre lo visitaban a él pero casi nunca salía de la isla, todo porque Arthur temía que lo secuestraran o algo así. Era tan incómoda la situación a decir verdad, que el estar en esos momentos caminando en suelo ajeno parecía alguna suerte de milagro pero aún así lo hacía sentir libre como un ave en vuelo.

Miró a su alrededor deleitándose con la vista. Mucha gente, muchos colores y movimiento. El aire era cálido y seco y la brisa veraniega golpeaba suavemente. Todo era tan diferente a su casa, de hecho Benjamin se sentía raro al no tener su cabello desordenado a causa del viento. Caminó mirando con emoción todo lo que le rodeaba, por momentos se detenía a mirar el mar que podía contemplarse desde lejos.

Había elegido la isla de Malta porque tras una breve investigación de posibles destinos, notó que tenían algunos aspectos en común y además durante una época ambos habían estado bajo el cuidado de UK. Tenía la esperanza de hacer amigos que se asemejaran a él en aquel lugar, pues según su opinión, sería más facil entenderse. También lo habían atraído la literatura y los paisajes tan naturales. De todos modos, aún le costaba mínimamente acostumbrarse a la gran cantidad de gente que allí había.

Continuó con su paseo unos instantes más hasta que cayó en la cuenta de que había estado caminando sin rumbo cierto. Se preocupó, pero esto no le hizo perder su leve sonrisa. Divisó una cafetería y decidió ir para tomarse un breve descanso y una bebida mientras se organizaba y orientaba. —Al menos sé dónde está el hotel y cómo llegar... —murmuró en un suspiro momentos antes de que el camarero se acercara y tomara su orden. Éste volvió y dejó sobre la mesa un largo vaso con un liquido casi blanco y muchos cubos de hielo. El rubio agradeció el servicio y miró su bebida. Había pedido ruġġata, tradicional de aquel país, sólo por curiosidad.

Buscó en su bolso el mapa y la guía turística mientras tomaba un poco de la bebida fría la cual le pareció muy agradable. —Luego de terminar esto veré si me oriento... Aunque la guía dé buenos consejos para visitar lugares, sería genial saber cómo llegar exactamente... —suspiró antes de tomar un poco más y seguir pensando en voz alta —Quizás contratar un guía turístico sería lo correcto...

[xD espero que te agrade la intro Izu >w

Actualmente se dedicaba a ser guía turístico en su país, llevaba a los visitantes en fabulosos recorridos por las islas que conformaban el archipiélago de Malta, realmente didfrutaba su trabajo, aunque en ocasiones los clientes le sacaran de quicio, el maltés procuraba siempre atender a todas sus demandas, manteniendo la compostura y mostrándo eternamente una cálida sonrisa, que lograba grandes resultados con los turistas lamayoria del tiempo.

Ese era su día libre, pero se aburrió de estar en su casa y decidió salir a comer afuera y talvez, pasar a la librería por un nuevo libro que leer despúes. Así que se vistió adecuadamente, y emprendió el camino hacia una de sus cafeterías favoritas.

Una vez allí saludó al mesero quien era conocido suyo, quien le dijo que si deseaba comer lo mismo de siempre, el joven asintió y se fué a sentar a una mesa en espera de su pedido. Al llegar allí divisó a un joven rubio y alto, que probablemente era un turista. El joven sacó un mapa con lo cual confirmó las sospechas del maltés, el cual le puso más atención al rubio.

De pronto escuchó lo que dijo, buscaba un guía turístico, y aunque ese era su día libre, el maltés no quería desaprovechar esa situación. Se levantó y lentamente fué hacia la mesa del joven.

-Disculpeme, señor- comenzó llamándo la atención del joven.
-No pude evitar escuchar que está usted necesitando los servicios de un guía turístico, disculpará usted mi atrevimiento, pero si lo desea puedo brindarle mis servicios, ya que me dedico a esa labor actualmente- le sonreía abiertamente mientras le ofrecía al rubio ser su guía, con la esperanza de que aceptara.

(ta weno, en cambio yo como siempre con las mierdas de post xD)

Benjamin estaba muy concentrado leyendo la guía, buscaba la página en la cual se informara sobre el transporte y cómo llegar a determinados lugares. Cada tanto volvía tomar un poco de su bebida pero se hallaba completamente ensimismado en su lectura cuando una voz amable le trajo de vuelta a la realidad. Estaba tan distraído que se sobresaltó y dejó caer la guía al piso. Levantó un poco su rostro y pudo contemplar a aquel quien le hablaba. Se quedó mirándolo unos instantes, aquellos profundos y expresivos ojos color miel lo atraparon unos momentos dejándolo sin palabras y sin permitirle desviar la mirada. Involuntariamentre dejó escapar un leve y callado suspiro y pudo liberarse de aquella atracción. —¡Oh! Good morning, sir! Dígame, ¿qué se le ofrece? — lo observó un poco mejor mientras lo saludaba y se disponía a escuchar sus palabras.

Realmente no se había dado cuenta de que todo lo que había dicho con anterioridad, acerca de contratar un guía, lo había hecho en voz alta, sintió un poquito de pena al pensar que había estado hablando solo y el otro le había oído, tal vez creería que estaba loco o algo similar. Volvió a distraerse en la imagen del maltés una vez más mientras éste casi finalizaba su ofrecimiento. Sin duda el muchacho tenía un aspecto algo pintoresco, en especial por su particular peinado y el color azul de su cabello que se asemejaba al color de las profundidades marinas.

—Me ha caído usted del cielo. —afirmó con voz suave y melodiosa mientras lo miraba con serenidad. —Sería un placer tener a un caballero tan gentil como guía en estas islas. —se acomodó delicadamente el cabello, un poco por costumbre y otro poco por, tal vez, coquetería involuntaria. —¿Por qué no me hace compañía unos momentos? —pidió con cortesía mientras le hacia un leve gesto invitándolo a sentarse frente a él. Benjamin tomó su vaso y bebió a la par que contemplaba aún con algo de particular interés a otro.

Para suerte del maltés, el joven accedió a su ofrecimiento, lo cual le alegró bastante. Por otro lado, también le gustó que el rubio resultara ser alguien educado y de buen trato, muchas veces le había tocado al maltés uno que otro turista insoportable, que al fin y al cabo debía complacer , por más mal trato que le diera, aunque también, más de una vez lo habían sacado de sus casillas, y habñia reaccionado defensivamente, en más de una ocasión.

-Disculpe usted mi falta de educación!! Jisimni Lawrence Camilleri, jirrapprezentaw Malta, ghandi pjacir li ltqajt mieghek!!- sonreía abiertamente mientras se presentaba, hizo una leve reverencia con la cabeza, y se sentó al frente del rubio.

-Entonces señor, podría decirme que lo trae a esta maravillosa tierra?- preguntó luego. El mesero se acercó a la mesa, trayendo consigo el pedido del maltés. Era un plato que consistía en un Pulpo relleno con salsa picante de tomates, el favorito del joven.

-Muchísimas gracias!!- se dirigió al mesero, el cual luego de asentir con la cabeza, se retiró dejándolos solos de nuevo.

(lo que dijo: mi nombre es.... represento a Malta, es un placer conocerlo... segun el traductor xDD )

A decir verdad, no entendió muy bien lo que el otro le había dicho porque desconocía totalmente el idioma maltés, aún así supuso que se trataba de una presentación. Le miro sonriente hasta que terminó de hablar —My pleasure, Lawrence. I'm Benjamin Kirkland, from Falkland Islands. —se presentó con tono amable y cortés pronunciando con serenidad cada palabra. —Me ha sorprendido usted hablando en maltés, tenía entendido que el inglés también es oficial aquí.

Tomó un poco más de ruġġata mirando interesado al otro al tiempo que le hacía aquella pregunta y luego dirigió fugazmente la vista hacia el mesero que se había acercado con el pedido del muchacho. Esperó a que se marchara para comenzar a hablar —A decir verdad, dudé mucho al momento de elegir a qué lugar viajar. Tuve que elegir con mucho cuidado ya que no quería arrepentirme, esta es una de las pocas veces que he podido salir para visitar a otra nación. Por supuesto todos los lugares son muy hermosos e interesantes. Creo que lo que me motivó a venir a Malta fueron las similitudes que encontré entre su casa y la mía, Lawrence. Ambas son islas y aunque el clima es completamente diferente y aquí hay muchísima gente; compartimos el hecho de haber sido disputados por varios países. Algo me dijo que si venía sería capaz de encontrar alguien que pudiera comprender cómo me siento. —asintió levemente con la cabeza —Sí, ese es el motivo en el fondo... He venido a hacer amigos. Pero también debo admitir que soy un amante de la lectura. —explicó con una clara y dulce sonrisa para luego volver a beber un poco.

No tocó su plato para prestar total atención al joven.

-Si, señor, el inglés es un segundo idioma oficial aquí, y la gran mayoría de la población, hablamos italiano también- explicó ante el primer comentario del rubio.- Pero, me gusta presentarme a los turistas en mi lengua natal, es una pequeña broma que les ofrezco- sonrió y sorbió un trago del vaso con agua que le había traído el mesero junto con su pedido.

Puso total atención a lo siguiente que le explicaba su "cliente en potencia". Era necesario para el maltés, aprender lo que fuera posible de sus clientes, a fin de brindarles el mejor servicio posible. Un tic se apoderó de su ceja cuando escuchó lo de las disputas por sus tierras, a decir verdad era un tema del que no le gustaba hablar. Pero era mejor no decirle nada al joven, o lo ahuyentaría.

Luego lo miró con un poco de pena, ya que por lo que le contaba, parecía ser una persona solitaria y un poco inhibida.
-Entonces ha llegado usted al lugar correcto!!- comenzó a decir con bastante entusiasmo.-La vida nocturna en Malta es muy vivaz y ajetreada! le puedo mostrar algunas discotecas o bares en donde se reúnen todos los días muchísimas personas, estoy seguro de que podrá encontrar muy buenos amigos en cualquiera de esos lugares, usted deje todo en mis manos y verá como se divertirá aquí- mientras le hablaba le demostraba una cálida sonrisa, todo parte del truco que era el "vender el producto".

Terminó su bebida e inclinándose un poco hacia atrás, se cruzó de piernas —Debí suponerlo. Es usted muy simpático, Lawrence. Aún así debería ser cuidadoso con su "broma" o podría espantar a más de uno. Claro que no es mi caso. —se acomodó un poco el pelo antes de continuar hablando. —A pesar de lo que muchos creen, tengo buen sentido del humor. Creo que haber sido criado por Inglaterra me ha dado fama de amargado. ¿Por qué será? —sonrió mientras añadía un poco de sarcasmo a la última pregunta.

Lo había estado observando cuidadosamente en todo momento, el maltés resultaba ser muy interesante además de pintoresco. Había notado el temblor en su ceja y lo asoció directamente con lo que había estado diciendo. A Benjamin tampoco le agradaba hablar de esos temas, ni que le preguntaran si prefería más a Martín o a Arthur o cualquier cosa referida a ello. —Discúlpeme si le incomodé, Lawrence. Sólo estaba diciéndole la verdad acerca de mis motivos.

Se entretuvo bastante escuchando la parla del mayor, era muy enérgica y entusiasta. Sonrió mientras lo escuchaba con atención. Todo sonaba muy agradable —Me alegra oír eso, Lawrence. Aún así, no sé si podría adaptarme a una vida nocturna así, ni a tanta gente... Estoy acostumbrado a mi rutina que es muy tranquila... además en mi casa la vida nocturna se limita a dar un paseo, o ir al teatro de vez en cuando, tal vez a un pub... pero se llena mucho de gente... Creo que me sentiría inhibido en una discoteca...

El maltés comenzó a comer sigilosamente, a fin de prestar atención a las palabras del rubio, casi se atraganta cuando escuchó mencionar a Inglaterra, pero para su fortuna, estaba comiendo bocados minúsculos, y no fué suficiente como para demostrar la reacción al sentimiento que le provocaba el escuchar ese nombre.

Tal parecía que el joven era un poco difícil, pero no era una situación a la cual no se hubiera sometido muchas otras veces el maltés. Así que no se rendiría con tal de brindar el mejor servicio posible a su cliente.

-Bueno señor, déjeme decirle que la mejor manera de hacer amistad es visitando precisamente los lugares más concurridos, ya que de ese modo, tendrá usted más posibilidades de conocer gente nueva!- tomó otro pequeño trozo de comida y se lo llevó a la boca, masticó cuidadosamente y tragó antes de continuar hablando.

-Pero, si usted gusta de los paseos al aire libre, podría hacerme cargo de unirlo a un grupo de turístas, y llevarlos por un tour alrededor de las islas, de ese modo, haría usted las actividades que le agradan, y de paso, conocería a otros visitantes.- ofreció sin borrar en ningún momento la alegre expresión de su rostro.


Continuó comiendo a la espera de las respuestas del rubio a sus ofertas, esperaba haberlo convencido, y si ese no era el caso, aún le quedaba suficiente paciencia para seguir intentando.

Analizaba todas las acciones de su acompañante con el fin de ir conociendo su modo de ser, ya que tenía por seguro que pasaría bastante tiempo con él. De todos modos, su observación era completamente disimulada, pues lo que menos quería era incomodar a su flamante guía. Se deleitó al ver sus buenos modales en la mesa y la delicadeza con la que comía. Benjamín podía ser bastante exigente con ese tipo de cosas, muy minucioso con los detalles y la educación, y Lawrence aún no lo había decepcionado; tal vez fue éste el motivo por el cual, en ningún momento se le cruzó por la mente arrepentirse de haberle contratado.

Se llevó la mano al mentón con gesto pensativo —Lo entiendo perfectamente, sólo que soy demasiado tímido a veces pero... supongo que soltarse un poco por unos días no vendría mal. —por un momento le causó mucha gracia la idea de deshinibirse y no pudo evitar contener una risita divertida. —Discúlpeme, de verdad no me imagino en una discoteca, es demasiado para mí. —entrecerró un poco los ojos y sonrió mirando a Lawrence —Claro que si tuviera un acompañante tan amable como usted me animaría un poco más... —le dijo suavemente sin darse cuenta realmente del sentido de aquellas palabras.

El oír hablar sobre paseos al aire libre le entusiasmó demasiado, el contacto con la naturaleza era lo que más le agradaba y nunca podría negarse a ello. En lo primero que pensó fue en las playas de Malta, tan diferentes a las de su casa, eran igual de hermosas pero de un modo totalmente diferente. Volvió a dirigir su mirada hacia el rostro de Lawrence. Por algún extraño motivo, le agradaba contemplarlo. Se mordió levemente el labio inferior mientras tenía una sucesión de extraños, aleatorios e indescifrables pensamientos acerca de la persona que se hallaba frente a él en aquellos momentos —Me gustaría más un tour personalizado, solos los dos... —definitivamente no pensó lo que dijo, aquella frase le salió en crudo del alma. Benjamín se sonrojó mucho al notar las palabras y el tono que había empleado. No supo cómo reaccionar, nunca le había sucedido algo similar. —Mil disculpas, Lawrence, I'm really sorry. Olvide lo que dije, please. —dijo un tanto acelerado y lleno de vergüenza. —Me... me gustaría ir a la playa hoy, si es posible... —comentó buscando cambiar de tema con celeridad. —Aunque deberia comprarme un traje de baño... supongo... —se quedó pensativo y muy apenado aún mientras su interlocutor seguía con su comida.

Continuó comiendo poco a poco, mientras escuchaba la respuesta del joven a su propuesta. Se limpiaba de cuando en cuando la comisura de la boca con una servilleta, y ontinuaba cortando pequeños trozos para llevarlos a la boca y masticarlos lentamente. Mientras tanto, ponía atención a todo lo que el otro le decía, a fin de hacer el plan para su guía para el rubio.

Entonces escuchó lo del tour privado, y luego le dió un poco de risa, ver como el otro se retractaba de su petición. Para el maltés, era un pedido de lo más común, ya le había tocado muchas otras veces cumplir deseos de lo más extraños de otros turistas, y un tour privado, de hecho, era algo que hacía con mucha frecuencia.

Dejó sus cubiertos, se limpió de nuevo la boca, tomó un trago de agua y miró fijamente al joven, con una expresión pacífica en su rostro.
-Joven, me parece que podré cumplir su petición y concederle mis servicios de forma privada, es algo que hago todo el tiempo, así que no me acarrea ningún problema. Entonces si es su deseo, podríamos hoy visitar la playa en la tarde y si aún tiene energías en la noche, podría llevarlo a algún centro nocturno.- Le snrió bastante esta vez, estaba seguro de que el otro no podía rechazar la oferta esta vez, ya que cumpliría con ese plan, la mayoría de las demandas del malvinense.

-Entonces, ya que tiene usted que adquirir un traje de baño, podríamos vernos dentro de una hora, en la dirección que le daré, y de allí nos dirijiremos a la playa, ¿le parece?- propuso al final.

—Ehm... no, no, no, no, no, ¡no es necesario, en absoluto! Realmente no quiero importunarlo. —exclamó muy abochornado por la situación en la que se había metido mientras hacía ligeros gestos con las manos. Sonrió con mucho nerviosismo mientras posaba sus manos, inquietas, sobre su pecho, una sobre la otra. —Discúlpeme, no me di cuenta de lo que dije... —miró hacia un costado con mucha pena, se sentía bastante torpe en aquel momento, sin saber qué decir exactamente.

Pensó por unos instantes quedándose en silencio y con cara de niño regañado. Volvió a dirigir su mirada al maltés tímidamente aún sin haber terminado de ordenar sus ideas, la sonrisa pacífica del otro lo calmó un poco pero también le hizo sentirse tonto en aquel momento —"¿Por qué te pones así, Benjamín? Si él te ha dicho que no es ninguna molestia y que lo hace todo el tiempo. Si te fijas bien su expresión mable no ha cambiado en ningún momento"— pensaba aún apenado. Tosió levemente como anunciando que diría algo y también para darse el valor necesario que requería hacerlo —¿De verdad no sería una molestia para usted, Lawrence?... Me gustaría mucho visitar alguna playa hoy, quisiera aprovechar el tiempo al máximo. —con la misma facilidad que se había avergonzado, logró calmarse y recuperar la poca compostura que había perdido. —Sepa disculpar los inconvenientes. A veces puedo ser un poco molesto y torpe...

Pensó por unos instantes tras la propuesta de encontrarse en una hora, no le parecía mala idea pero pronto algo golpeó su mente —"Estoy en esta cafetería porque me he perdido" —recordó para sí mismo mientras su mirada se dirigía a la guía turística que aún permanecía en el suelo. Se inclinó para levantarla y una vez con el impreso en su mano miró con una cálida sonrisa al otro —A decir verdad, Lawrence, me perdí al poco rato de haber salido del hotel. Y pues no conozco muchas cosas aquí... Si usted pudiera orientarme mínimamente antes de retirarse se lo agradecería. Oh, y también sería bueno si me recomendara algún lugar en donde comprar ropa... —volvió a sonreír encogiéndose levemente de hombros —Siento que le estoy pidiendo demasiado... —comentó sintiéndose una carga para su guía.

sonrió nuevamente al rubio mientras escuchaba todas sus razones, el maltés vió que podía sacar provecho de la situación,así que rápidamente su mente ideó un nuevo plan para su cliente, el cual estaba seguro no podría rechazar.

-Bien, joven, entonces le tengo una nueva oferta para el día de hoy- bebió un últmo trago de agua, y luego colocó sus cubiertos horizontalmente sobre su plato ya vacío, indicando con esto que la comida había sido de su agrado.- ¿Que le parece lo siguiente?: usted se dirige a su hotel en este instante, y dentro de una hora lo recogeré en la entrada,ya con el traje dee baño y aditamentos que necesite, no se preocupe por el dinero de momento. Usted solo indíqueme el tipo de traje que le gustaría adquirir y yo lo conseguiré para usted.-

Le dedicó una de sus más radiantes expresiones, pero aún no le dejó contestar.
-Claro está señor, que el servicio perspnalizado,le costará un tanto más, que uno más general.Pero no se preocupe usted que la diferencia es casi mínima, pero si está deacuerdo, podemos cerrar el trato ahora mismo.- extendió su mano a fin de que el otro la estrechara-está usted deacuerdo?- se quedó con la mano frente al rubio, en espera de su respuesta.

—Ehm... no.— dijo sonriente rechazando la oferta de su acompañante. —Se lo agradezco mucho, Lawrence, pero prefiero comprarlo yo para no tener ningún problema ni tampoco molestarlo. En cuanto a lo otro, no hay problema, pagaré los honorarios que usted disponga.— le estrechó la mano con delicadeza como gesto de que aceptaba el acuerdo. Lo soltó y volvió a cruzarse de brazos levemente —Espero que no tome a mal ni le ofenda que haya rechazado su propuesta. Es sólo que soy algo... "particular" para la ropa y realmente no sabría explicarle lo que quiero.— tomó su bolso de mano y guardó el mapa, buscó su billetera y dejó un billete de 50 euros en la mesa, poniéndole el servilletero encima para que no lo llevara el viento. —"Supongo que es suficiente para el servicio de ambos...".

—Creo que me iré ahora si me disculpa, Lawrence. Veré si consigo un traje de baño adecuado y luego, si quiere, puede pasar a buscarme por el hotel como en... ¿una hora y media está bien? Necesito atender unos asuntos mínimos primero.— se puso de pie elegantemente, se colocó el bolso al hombro y buscó algo en su interior. Saco un bolígrafo y un pequeño anotador, escribió algo en una hoja y se la entregó al maltés —Discúlpeme, es que no he traído ni una sola tarjeta, aquí tiene el número de mi móvil y el de mi habitación. Estoy alojándome en el hotel Phoenicia. —le sonrió amablemente y después guardó sus pertenencias. Tomó la guía y su teléfono móvil, se guiaría con el GPS de éste, estaba seguro de que no se perdería usándolo. —Supongo que nos veremos en un rato entonces, Lawrence. —volvió a sonreírle y se fue caminando con la guía y el móvil en la mano.

La idea del rubio no era muy distinta de lo que había pedido antes o de lo que le había ofrecido Law, así que no tuvo ningún problema en aceptar, estrechó la mano del otro con una sonrisa en su rostro, y aceptó el pedazo de papel que le dió con las indicaciones.Al final resultó mejor para el maltés ya que no tendría que ir a la tienda después de todo, y le daría más tiempo para planear el recorrido.

-Muy bien, joven... "como era?" ah! Benjamín! entonces en una hora y media estaré en su hotel- el maltés se despidió del rubio y observó como se alejaba. Para su suerte, había dejado dinero suficiente para la cuenta de los dos, así que no tuvo que pagar, fué a conversar un rato con su amigo el mesero, explicándole el gran negocio que había hecho ese día.

-Me tendrás que comenzar a dar honorarios Law, la mayoría de tus clientes salen de aqui!! ja ja ja-bromeó el mesero.

Se despidió también de su amigo y se dirigió a su casa, allí se duchó y se vistió con una camisa blanca con las mangas arremangadas, y un pantalón de tela liviana color negro. Se peinó muy bien, lo cual le tomaba bastante debido al largo de su cabello, y salió directo al hotel, el cual conocía muy bien, y tenía varios conocidos allí.

Había llegado media hora antes, así que se dirigió a la recepción y se quedó charlando con la recepcionista, la cual era una querida amiga,durante el lapso de tiempo que faltaba. Una vez llegada la hora, pidió amablemente a la señorita que llamara a la habitación del joven, para avisarle que se encontraba allí su guía.

Al final, no resultó para nada difícil moverse por Valetta sin perderse y Benjamín disfrutó mucho de ello. Recorrió un par de tiendas buscando un traje de baño adecuado para él. Tardó un poco más de lo esperado por estar probándose demasiados. Finalmente se decidió por una bermuda celeste y negra que le quedaba perfectamente, ni un milímetro más de lo necesario, y una remera blanca con estampado negro. Pagó en la tienda y salió mirando su reloj, le quedaban 45 minutos antes de que Lawrence pasara a buscarlo así que se apuró un poco para llegar al hotel.

Llegó y le tentó quedarse un rato en los jardines pero prefirio ir a su habitación para no perder el tiempo. Volvió a mirar su reloj mientras se dirigia al baño. Tomó una ducha ligera y luego de secarse se vistió con la ropa nueva. Se miro varias veces en el espejo mientras ajustaba y acomodaba cada parte de su atuendo. Se calzó las zapatillas y se arregló el pelo. Todo estaba en orden, revisó su bolso para asegurarse de que nada faltara y en ese instante sonó el teléfono.

Había sido la recepcionista quien llamó. Benjamin se miró por última vez en el espejo y volvió a checkear su bolso. —Llevo el móvil, la cámara, protector solar, dinero... supongo que está todo.— murmuró antes de salir de su habitación. Bajó las escaleras animadamente mientras pensaba en todos los lugares que conocería a partir de ese momento. —Incluso tal vez me anime hasta ir a una discoteca.— se rió solo unos momentos y se dirigió a la recepción. Vio a Lawrence quien lucía bastante bien —Hello! How're you?— saludó sonriente a su nuevo guía —Estoy listo.— dijo sonriente mientras se acomodaba levemente la visera.

La recepcionista le avisó que su cliente no tardaría en bajar,así que el maltés continuó charlando con ella en espera del joven. A los pocos minutos, el rubio bajó y lo saludó, estaba vestido como todo un turista, se extrañó un poco, ya que no le vió nada de extraño a la ropa que suponía, era la que había comprado, se esperaba algo más recatado o por el contrario, algo más revelador. A menos claro, que una vez en la playa, el chico decidiera cambiar de ropa y ponerse tal vez un traje de baño más corto (cofocofunhilocofcof)

-Veo, que no tuvo problema en encontrar la ropa que deseaba- le dijo con una sonrisa, se dirigió a su amiga y le dijo algunas palabras en su idioma, para luego despedirse de ella y volver con su cliente.

-Entonces, Benjamín,lo primero que quisiera saber, es si tiene algún interés en especial, por un lugar de las islas. Me gustaría que me dijera si prefiere una playa en especial, o si le gustaría que le recomendara alguna, para llevarlo allí de inmediato- ofreció con su familiar expresión.

—Uhm... pues en realidad no, no tuve problemas. Aunque tardé más de lo esperado. Pero de verdad me agrada lo que compré.— respondió alegre pero con una ligera pizca de timidez. Se miró unos instantes y luego el maltés llamó su atención con la pregunta. —Uhm... pues, leí que Ghadira Bay es la más popular y me agradaría conocerla, pero no hoy. Uhm... y pues Gnejna Bay suena muy tentadora porque parece realmente tranquila, pero Paradise Bay también suena agradable porque hay mucha gente joven... y... pues... no sé, estoy confundido.— dijo con un poco de pena hacia el final. —Discúlpeme, Lawrence, decida usted...— se encogió un poquito de hombros mientras comenzaba a caminar para salir del hotel acompañado por su guía, el entusiasmo que era tan evidente en él minutos antes se había esfumado con mucha facilidad.