Al fin juntos (priv. Francis)

Había sido una temporada terrible, con muchos contratiempos, mucho trabajo y demás cosas aburridas que no incluían compartir de ese amor del que tanto tenía para dar. Se lamentaba del modo mas dramático como era que el mundo se había convertido en un lugar tan frío y carente de amor en la más poético de los conflictos mentales, incluso sentía que en cualquier momento una fina lagrima escaparía para completar el cuadro dramatismo hasta que escucho sonar el teléfono. Dudo si debía atender o no, puesto que si se trataba de una orden directa de su jefe, muy a su pesar debería atenderla, aún así respondió con un tono elegante, sin importar la situación el era Francia la nación con mas categoría, debía en todo momento hacer honor a esa fama. -¿Aló?~- Para su sorpresa se trataba nada mas y nada menos que de su adorado, hermoso, sexy y alegre hermanito, al instante su mirada se iluminó y apretó el teléfono como colegiala enamorada, enroscando sus dedos en el delgado y curveado cable mientras escuchaba, la que le parecía la voz mas preciosa de todo el mundo. -¿Acaso me llevarás al paraíso con tus besos y caricias?- Preguntaba en un tono sensual pero juguetón, mientras enroscaba mas los dedos en el cable, emocionado y olvidándose totalmente de su dramatismo anterior, pues ahora el mundo se había iluminado para el. -Oui, Oui~- Tras despedirse del modo mas amoroso y continuando con la despedida por mas de media hora hasta que decidió que lo mejor era apurarse a hacer lo que le pedía el español para verle a la brevedad posible.
Tomo la maleta mas voluminosa que encontró, en la cual empaco todo tipo de atuendos por que quería lucir de lo mas presentable, llevar la ropa de tendencia y para toda ocasión; tenía que por supuesto combinar con la cabellera de su hermanito o sus lindos ojos o su tono de piel, para que lucieran lo más perfectos. -Non, non.- Lanzaba diferentes prendas por el suelo y por toda la habitación, no podían verlo al lado de su muso, de su amor vestido como un subnormal. Ya lo imaginaba todo, un viaje a la playa , donde podría ver a su belleza española en traje de baño… quizá sería en la montaña, donde tras pasar el día en la nieve podría pasar una romántica velada ante el calor de la chimenea… también podría ser un recorrido en bicicleta, donde vería a su deportista hermanito, sudando de modo sexy mientras ejercitaba sus bien torneados músculos. Empacó lo ultimo de lociones, perfumes y demás, hasta que la pobre maleta estuvo a punto de reventar, pero eso no era importante, saco fuerzas para levantar aquella tremenda cosa y arrastrarla hasta la salida, motivado por la visión del Español y por tenerlo entre sus brazos para hacerle todo tipo de cosas, imaginándose como aprovecharía el tiempo del viaje también, todas las horas que pasarían juntos en el trayecto y todo lo que podían hacer. Y ahora solo le quedaba esperar, eso no fue difícil, la pasaba imaginando nuevamente todo tipo de situaciones que involucraran a Antonio y a él. Todos los escenarios posibles, y debatiéndose ahora si llevaba suficientes cosas para que aquellas fantasías quedaran superadas por la realidad y sin más fue a descansar obligándose a dormir con alguna esperanza que al hacerlo quizá llegaría mas temprano el amanecer y podría ver a su hermano lo más pronto posible.
A la mañana siguiente, después de un prolongado baño; tomo un pantalón y un saco más casuales pero aún así elegantes, cepillo su cabello cuidadosamente mientras por dentro se moría por saber a donde lo llevaría Antonio…¿Qué sería mas emocionante, el averiguar su destino o lo que le aguardaría al llegar a este?. Aguardaba por su hermanito adorado sentado en el sillón más próximo a la entrada, esperando a que tocase la puerta para lanzarse sobre el como pequeño niño inquieto que espera un regalo de navidad.

Cada minuto y cada segundo se le hacían eternos, había pensado hacerse café o un te pero no se atrevía a moverse de su lugar puesto que quería recibir a su dulce hermanito más que de inmediato. Y finalmente lo que tanto aguardo, apenas escucho el timbre se dirigio a la puerta la abrio de inmediato a un punto de casi arrancar aquella ofensiva barrera que se interponía entre el encantador español y él. No pudo evitar la expresión de adoración sublime cuando poso sus ojos en su hermanito, notandolo más esplendoroso y atractivo de lo que usualmente se mostraba.
Por instinto y casi necesidad, tomo la mano del español entre las suyas plantando en esta un suave beso. -Bonjour, amour~.- Murmuró contra la suave y perfecta piel antes de concederle más besos. -Añoraba el momento de este encuentro para al fin tenerte avec moi~.- Aún sujetando la mano de Antonio entre las suyas, acercandole más hacía si, para estrecharle en sus brazos delicada y tiernamente. No podía evitar con solo verlo, sentir que desbordaba en todas estas emociones, incluso sentir más agitado el latir de su corazón ante lo cual no le quedaba otra opción que demostrarle toda su devoción a su dulce y tierno hermanito, sintiendose solo en paz hasta que lo tenía resguardado entre sus brazos. -Luces fabuloso... y amo tu loción ma vie~.- Susurro contra su cuello, rozandole con sus labios casi cual si fuera a besarle, para despues llevar la mano del español hacía sus labios para plantar allí besos nuevamente. -Ahora... estoy a tu entera disposición para que hagas de moi lo que desees y me lleves a donde desees...~- Agregó para despues frotar la dulce mano de su hermanito contra su rostro.

Escucharle, sentirle entre sus brazos era mejor que cualquier sueño, estrechándolo más en sus brazos deseoso al momento de aquel apasionado beso, dándose cuenta de lo mucho que había deseado y extrañado a Antonio. -También te amo- le respondió suave contra sus labios entre un suspiro mientras admiraba perdido sus bellos ojos esmeralda que relucían particularmente hermosos el día de hoy. Termino aun más perdido al ver aquella sonrisa tan gloriosa y tan perfecta, listo para acatarse a cualquier petición con tal de hacer que esa grata expresión se conservase siempre en el rostro del español. El solo contemplarle y admirarle , ya lo hacía feliz el ser tan cercano testigo de la dulzura, la sensualidad, la inocencia, la pasión, sin fin de cualidades, pero era más afortunado ya que no solo podía contemplar sino amarle y más encima su amor era correspondido.
No pudo evitar que aquellas tres palabras de inmediato obtuvieran toda su atención “solos nosotros dos” no necesitaba saber nada mas, el solo saber que cada segundo lo compartiría con su dulce amor sintió que se le iluminaba la mirada. -Oh, oui mon amour. No hay nada más que desee, absolutamente nada.- Le obedeció de inmediato haciéndole una leve reverencia antes de tomar el equipaje y acomodarlo de inmediato como nunca se hubiera visto obedeciendo alguna orden ni siquiera militar. -Voilá~- indicó cuando todo estuvo listo volviendo ante su hermanito nuevamente depositando un beso en su mano con una expresión de adoración en su rostro. -Espere mucho para este momento… pero… sin duda esperaría lo que fuera necesario, por ti… Así que antes de partir permíteme hacerte una petición: déjame escoltarte, servirte y complacerte, quiero ser tu acompañante ideal~.- Le rogó sujetando aun suavemente su mano acariciándola con las suyas con suma delicadeza.

-¡Pour toi, más que listo!.- En realidad no puso la más mínima atención al recorrido en camino al tren, solo miraba la expresión ilusionada de su adorado español, las expresiones que tan hermosa y perfectamente representaba con sus gestos tan dulces, que ni siquiera le importaba o notaba cuando le daba a alguien un golpe con el pesado equipaje que llevaban consigo. -ah!! Eso es… absolutamente magnifique…- Sus ojos resplandecieron al instante al escuchar eso, dándose la vuelta y golpeando a alguien con alguna de las maletas, esta vez si lo notó por el inconfundible sonido que la persona en cuestión hizo al caer, aunque esto poco le importó tras escuchar esa maravillosa noticia. Razón por la cual al parecer la mayoría de los individuos con la más minima capacidad de autopreservación salían de su camino cuando los veían aproximarse.
-Después de ti, amour~.- Abrió caballerosamente la puerta del vagón para Antonio, haciéndole una ligera reverencia para que pasase antes, ocupándose después en dejar todo el equipaje prudentemente acomodado para ir a sentarse a su lado, donde era por derecho divino su lugar, después de haber cerrado prudentemente también la puerta detrás de ellos bajo amenaza de muerte a la indigna criatura que entrase y le interrumpiera sus momentos a solas con su hermanito tan adorable y lindo. Le rodeo en un abrazo confortante, suspirando contra su cuello aliviado para después plantar un beso ligero allí.
-Finalmente…- susurró contra su piel en un tono amoroso, recargando su rostro en esa perfecta curvatura que se formaba entre el hombro y el cuello del moreno. -Merci…- volvió a susurrar en tono dulce, mientras ahora acariciaba su rostro con la elegancia que solo Antonio y su infinita gracia merecían. -le temps a dépensé avec vous êtes il cadeaux plus précieux pour moi…//el tiempo que paso contigo es el mas preciado regalo para mí…- por medio de aquellas delicadas caricias llevó su rostro hasta el del español plantando un beso.

Analizó su expresión contemplandole con una calma comprable solo con el observador que analiza una exquisita pieza de arte y sin perder un solo detalle, al tiempo delineaba algunas pequeñas caricias únicamente con las puntas de sus dedos. -oh~ tengo muchas cosas que decirte amour~- Sonrió elegantemente, orgulloso, halagado y decidido a dedicarle hasta la ultima de sus palabras al encandador español entre sus brazos. -J'ai longtemps parcouru ton corps, effleuré cent fois ton visage. J'ai trouvé de l'or. Et même quelques étoiles en essuyant tes larmes et j'ai appris par coeur la pureté de tes formes. Parfois je les dessine encore... toi fais partie de moi~*- Le susurró muy suave apenas audible lo que decía, como un murmullo arullador para antes de dormir, haciendo pausas de vez en cuando para dar una gentil caricia aquí y alla. Volvió a sonreir con elegancia y galantería abandonando de momento la tarea de elogiar a su dulce hermanito para meditar sus palabras alentado por las caricias en su cabello, si bien podía intentar vivir degustando solo amor, no sería nada sabio comenzar esa práctica en el camino a su primer viaje así que decidió que lo mejor sería efectivamente pedir algo. -Magnifique... entonces pidamos lo mejor ma vie, es lo que toi mereces~- Posó su mano sobre la del español estrujandola minimamante, recobrando su atención con la caricia en su brazo y la dulzura de sus palabras. -Cuando hayamos llegado...- Murmuro muy bajo más preocupado por responder aquel beso apasionado, estrechando al español entre sus brazos, dando caricias a su espalda amorosamente, bajando de modo refinado hasta dejar sus manos en sus costados. -Cuando hayamos llegado, ya habrás cumplido el mayor de mis deseos... que es estar avec toi~- Le aseguró con vehemencia tomando su mano y besandola para colocarla sobre su pecho. -Deseo la mejor de las sugerencias del cheff y la mejor bebida de la casa... oui! Celebrermos solo con lo mejor; tout para tu paladar. Por que lo unico que deseo es hacerte feliz amour~- Estrechó nuevamente la mano entre las suyas con sumo cuidado dedicandole una mirada de adoración antes de darle otro beso corto pero igualmente efusivo en los labios. -Ordenemos entonces...oui?- Recordó que entre mas pronto llegase la orden, menos interrupciones habría y terminarian de alimentarse pronto con lo cual podrían pasar a muchas otras tareas más interesantes, lo que le renovo el interes en apresurarse a ordenar como si fuese una emergencia médica.

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*Recorrí tu cuerpo durante mucho tiempo, acaricié cien veces tu rostro. Encontré oro. Incluso algunas estrellas secando tus lágrimas y aprendí de memoria la pureza de tus formas. A veces aún las dibujo...Tu formas parte de mí. (xD es una canción de Kyo - Derniére Danse algo modificada pk se me acabo la imaginacion T_T)

-Quizá si toi~ me das el vino de tus labios... mejore mucho su sabor amour~- Le ronroneo de nuevo en modo sugerente limitandose solo a eso, mientras miraba atento toda expresión que ponía y también como revisaba cada platillo, encontrando perfecto hasta el modo en que hacía sus peticiones. Lo unico que no encajaba en el cuadro era la cara de perfecto idiota que ponía el sujeto que tomaba las ordenes. No le gustaba nada esa mirada que ponía, ¿sería acaso que creía que no tenían dinero para pagar, o que pensaba que su perfecto y dulce amor no sería capaz de terminar con todo aquello?. Comenzaba a sentir que se le desarrollaba un tic en el ojo hasta que notó la ultima petición de su amorcito, arqueando una ceja y convirtiendo su gesto nuevamente a una sonrisa sensual que incluso alguien tan idiota como el que tomaba la orden podía haber notado.-Eso se ve, delicioso amour~- Añadió relamientose los labios sin importarle ahora que el tipo ese aún estaba ahí parado esperando para tomarle su pedido al francés. -También creo que deberíamos pedir el poulet a la cordon bleu amour, laquelle, laquelle, lequel et un créme brulé~- Se preguntó si había algo mal, puesto que el tipo ahora lo miraba a el con expresion altamente idiota, ¡pero que descaro!. -Aller... aller monsieur... ¿que no has escuchado?.- Le hizo un ademan con la mano para que se apresurara, que mirar fijo a los demás no era nada educado y aunque el voyerismo no le molestaba, el voyerismo con expresión idiota, sí. Se contuvo de sacar el tipo a patadas a reserva que no quería que sus alimentos fuesen alterados de algun modo no-salubre poniendo en peligro la dulce vida de su amor ante la poca ética de los del servicio.

Aquella promesa era todo lo que necesitaba, aunque le diesen el jugo de uvas mas vil que jamás existiera, salido de los increíblemente hermosos labios de Antonio no podía saber mas que a néctar de los dioses, que gustosa y obedientemente consumiría hasta la ultima gota como si su vida dependiera de ello. Afortunadament el extraño y rídiculo sujeto parecía ser bastante decente así que terminando su funcion se retiro, finalmente dandole tiempo a solas con su hermanito adorable, aunque realmente solo se había tardado unos minutos y no más.
Las caricias sobre sus cabellos le sacaron de aquella reflexión, mientras escuchaba como si fuesen palabras de encanto todo aquello que le decía el moreno, o queriendo siquiera interrumpir la fluidez y dulzura de su voz. -Je voudrais seulement a toi amour~// Lo unico que quiero es a tí amor~- Le respondió en el susurro más tenue en el mismo modo que le concedía caricias por la espalda. -El aperitivo es bastante.... tentador.... mais puede arruinar mon appetit... así que lo mas adecuado serán los mimos.- Agregó nuevamente en modo de susurro en un tono más sensual, esperando en lo más profundo de su ser que no llegase de nuevo el impertinente sujeto encargado de tomar las ordenes bajo riesgo de lanzarlo por alguna de las ventanillas. No nada de eso importaba más que aplazar lo más posible el tiempo que podía compartir finalmente con el español, no debía apresurarse, aún quedaba bastante tiempo y se aseguraría de sobra de aprovecharlo al máximo. -Aussi, no sería caballeroso dejarte a toi hacer tout, sería para moi un plaisir corresponderte con las mismas atenciones amour~.- Dijo mientras curveaba sus labios de modo sensual dejando pequeños besos como caricias en su cuello y hombro.

Con las caricias tan sútiles pero tan embriagadoras, apenas podía resistirse la necesidad de lanzarse sobre el moreno para devorarlo en apasionados besos, pero como en las grandes recetas de cocina, había momentos en que se requería de tiempo y espera para que en conjunto todo marchase del mejor modo. -oh~ yo... podía pasar tout ma vie así...- Respondió suave y arrulladoramente, recargandose suavemente sobre el hombro del español disfrutando de sus cálidas manos que incluso a través de las prendas podía sentir el calor que emanaba de ellas. -pero... habrá otros lugares amour~- Le susurro del mismo modo suave aunque levemente sexy contra su oreja. -Allí podremos hacer todo lo que desees.- Frotó su rostro suave contra la mejilla de Antonio en un gesto afectuoso aunque con una vaga naturaleza sensual.
Pensaba permanecer un rato más así, ya al punto de cerrar los ojos y dejarse llevar por aquellas cálidas y dulces manos a algun lugar de ensueño y relajación, cuando... un golpeteo a la puerta le recordo que en el mundo existían mas cosas ademas de ellos dos y una de estas cosas era el camarero. Sus ojos azules destilaban un brillo casi punzante como tempanos de hielo dirigirdos hacía el pobre sujeto que había osado interrumpir su momento de privacidad con su dulce amor, igualmente sonrío y agradeció con cortesia portando una extraña sonrisa algo forzada y tenebrosa cual si en cualquier instante fuese a tomar alguno de los cubiertos y apuñalarle a muerte. -Merci~- Agradeció en un tono de voz dulzón que sin embargo destilaba veneno puro.

Spoiler:

Bueno al menos aquel insulso sujeto había salido y esperaba que no regresara en mucho tiempo mientras hacia un leve puchero curveando sus labios molesto y frunciendo un poco el seño, aunque suspiro derrotado totalmente al ver tan sonriente y dulce a su hermanito, que miraba los platos de comida. Por que en su mente todo aquello que se interpusiera entre su dulce hermanito y él era enemigo. Debía ceder por ahora y no dejar que sus mas bajos instintos asesinos le hicieran arruinar un bello momento, así que se acomodo nuevamente en el asiento en un sentado más elegante, admirando el rostro del español que se iluminaba radiantemente ante la expectativa del alimento, haciendole a su vez sonreir un poco de solo contemplar su expresión.
Se acomodo al lado del español, el cual sentía que por derecho divino era su lugar y de nadie mas, tomando su lugar de modo suntuoso y aún con algo de actitud de berrinche como niño que ha sido regañado por que aún no superaba la interrupción. Observo atento los platillos comenzando a sentir interés por que hasta percibir el aroma de los alimentos, no se había percatado que en realidad tenía bastante hambre. De nuevo su expresión y pose se aligeraron ante el gesto del español, mirando ahora aquel bocado frente así como si fuese el máximo tesoro de la humanidad.
-Merci, ma vie~- Dijo con una sonrisa elegante en su rostro mientras le daba la mas sútil de las caricias a su mano antes de aproximarse más hasta comer aquel trozo de comida. En su opinión la comida no estaba tan mal considerando que no se trataba de comida preparada por el mismo, además sabía mucho más delicioso cuando era Antonio mismo quien se la daba, no podía ser más afortunado, por que pocas veces en la vida recibía alguien alimento por las mismas privilegiadas manos del ser mas hermoso en el planeta. -Delicioso, amour~- Añadió en tono dulzón para después lamerse los labios de nuevo en un vago modo sensual, por que por más que intentase no serlo, destilaba de el y de cada uno de sus movimientos o actitudes.

Unos instantes quedó embobado mirando la trayectoria del alimento hasta llegar a los labios de su hermanito, mismos que deseaba más y más para conquistar con un beso, poniendo especial atención como su expresión se alegraba y abrillantaban sus ojos al sabor del alimento, y como sus labios se curveaban en una sonrisa deslumbrante. -Oh.....- Parpadeó tomandole unos segundos procesar lo que Antonio le estaba diciendo, ante lo cual no pudo evitar que si primera reacción fuese la de reacomodarse en su lugar con impaciencia y morderse el labio inferior en un gesto de inquietud por que en su mente imaginaba todo tipo de cosas y deseaba más y más que ya llegasen a su destino.
¿Cuál sería este regalo? Siempre le daba cosas, que solo el sabía como elegir y que le hacían infinitamente feliz, saber que su amor había tomado de su tiempo y dedicación en pensar en algo para él y solo para él. Recordaba todos sus mágnificos regalos, quizá le daría algun accesorio o más exquisitos bombones.... pensaba y pensaba en todos los cientos de opciones emocionado, impaciente y curioso... sin duda alguna algo sorprendente; imaginaba a su sensual hermanito con un conjunto de lo más provocativo, en latex negro entallado acentuando más su escultural cuerpo, atado contra la cama imposibilitado para moverse y a su merced. Quizá eso sería para después, era presipitado para la llegada.... pero vestido con delantal blanco de encajes elaborados y elegantes, unicamente usando eso como prenda, sirviendole a su llegada de su deliciosa paella o un pollo de pata azul, cualquiera de sus tantas exquisitas comidas. -Oui!! Oui!!! Quiero que me lo des~.- Sin darse cuenta la expresión de curiosidad e impaciencia se iba convirtiendo para descubrir sus pensamientos perversos al grado de empezar a morder su labio inferior de modo provocativo.

No podía evitar estar tan impaciente como un lobo hambriento frente a un gran festín, pero, eso no era nada glamoroso, a desesperación arruinaría los rizos perfectos en su dorada cabellera y eso no podía permitirse, por que su adorado Antonio solo debía verlo en condiciones optimas y de inmejorable estética. Aunque no pudo contener el movimiento casi automático de sus cejas al percatarse del tinte menos inocente en la sonrisa radiante del español que de inmediato le ocasionó volverse a acomodar en su asiento. -Ciertamente, amour.... muuuuuy impaciente.- Le respondió en un tono melodioso y con una de sus mejores sonrisas galantes, para después obedecer a su petición silenciosa, separando sus labios del mismo exacto modo en que él lo hacía, sin dejar de mirar un segundo esos labios que concedían besos ardientes como fuego, el modo tan sutil en que realizaban cada movimiento, desde donde nacían hasta donde sus curvas se volvían más sensuales y deseables. Ni siquiera supo que clase de alimento le había dado y no le importo, por continuar contemplándole hubiese comido de ser necesario hasta una piedra. De igual modo mastico elegantemente el bocado, limpiándose después con la servilleta, no notando que su dulce hermano se perdía en sus propios pensamientos. -Nunca antes... había deseado tanto, llegar a mi destino. Mais.... es por que no estabas vous en el, amour~.- Añadió en un tono suave casi como ronroneo, pero tampoco había podido evitarlo, y de hecho se preguntaba como había logrado conservar todas sus prendas hasta ahora y evitado saltar sobre su dulce amor para consumirlo con caricias, roces y besos.
-Ah!! Trés bien!!~- Exclamó algo exageradamente, pero le parecía un pequeño triunfo el estar mas cerca de aquel lugar, le hacía sentir que pronto podría al fin estar solo con su Antonio, sin ninguna distracción, impedimento, límite ni nada semejante...

No le dejo de mirar mientras continuaba con el siguiente trozo de comida dispuesto ante el, no olvidandose de relamerse un poco los labios al final y sonreirle en sútil pero seductoramente en todo momento a Antonio. Ya en tan pocos segundos se había olvidado tambien del tiempo que había trascurrido y de cuanto tiempo habían permanecido así, a su parecer sin importar cuanto fuese aún no era suficiente, y ciertamente solo le dedico una ojeada por la ventana al paisaje, que aunque verdaderamente hermoso y pintorezco, de ningún modo podía competir con la belleza que tenía frente a sí. En el momento que alzó la mirada y sus ojos se encontraron con los de su bello acompañante y le costo mucho más de lo que imagino evitar lanzarse sobre el español. -... oui, impaciencia...- Repitió en un tono bajo y calmado aunque por dentro estuviese más desesperado que una fiera hambrienta enjaluada y no podía ser de ningún otro modo, por que la atracción que sentía era una inexplicable fuerza innegable e imparable como la gravedad misma. Afortunadamente aún alcanzó a escuchar lo que le decía antes de perderse mentalmente también. -¿De que se trata?.- Preguntó curioso al haber notado la expresión del moreno cambiar más como en un pensamiento de ensueño. -Lo que sea amour~- Le tomo la mano con delicadeza pero aún así con ciertas ansias mientras se la besaba. -Sabes que cualquier cosa mientras salga de tus labios, lo guardaré en mon coeur~- Siguió repartiendo más besos en su mano aunque dejandolé un momento por que no quería interrumpir su tarea de alimentarlos a ambos, tarea para la que bien sabía pocos habían nacido con la gracia que su amor tenía para cumplir de modo tan perfecto y tan efectivo.