Hey, Bro! [Privado]

Aaah~ ¡El día perfecto!

El sol brillaba con fuerza, aunque el calor que hacía era totalmente soportable (al menos, para alguien como él). La enorme playa de arena blanca tenía gente, sí, pero no era asfixiante. Y lo mejor de todo, era que habían buenas olas.

¡Sí! Sin duda el Australiano estaba muuuy feliz de haber decidido salir ese día. ¿Asuntos de nación? Bueeno, sí, aún había papeleo pendiente... ¡Tenía que ir a una reunión mañana! Pero, bah! Allan no era de esas personas que se preocupan por "lo que voy a hacer mañana". Nah, más bien era una de esas personas que solo saben pensar en "lo que estoy haciendo hoy"

Así pues, siempre con su fiel Kevin al hombro, salió de su casa vestido con su traje de baño (un bañador que tenía su bandera estampada), una camisa celeste y una tabla de surf.

Su casa estaba bastante cerca de la playa, así que no tardó demasiado en observar, fascinado, el lugar y el perfecto día que hacía.

-¡Wow! It's awesome, ¿no crees, Kevin? -Dijo animado, hablándole a su koala-. Let's go!!! -Gritó divertido, corriendo como loco con los pies tocando directamente la arena.

Después de terminar todos los asuntos concernientes a su ciudad, y acabar con todas sus responsabilidades, el chico había decidido darse un pequeño descanso. Era una persona que se preocupaba bastante de sus deberes y obligaciones, y siempre los ponía antes que la diversión y el ocio. Por eso, luego de haber acabado de su trabajo, se tomó la molestia de ir a la playa, aunque fuese por unos minutos. Aún tenía cosas y papeleos que terminar, consideraba su deber acabarlos si quería seguir siendo reconocido como la ciudad más importante de Nueva Zelanda y que otros lugares no lo quitaran el puesto.

Cuando llegó a las costas marinas, pudo divisar a muchas personas, bronceándose, bañándose y surfeando. Se sentó en un lugar indicado, mientras abría un libro, y se concentraba en la lectura. Sin embargo, mientras leía pudo escuchar una voz gritando "Let's go!!!" y luego, a un extraño corriendo y pasando justo al lado de él, y producto de eso, lanzándole un poco de arena a su libro, y al cabello.

-¡Ah! -Dijo, asustado de repente para luego pararse con molestia- ¡Ten más cuidado-koe! -Le increpó al chico, mientras se quitaba la arena del cabello y la de su libro, y agradecía internamente que la arena no le cayese a los ojos- No es una buena idea correr cuando hay exceso de arena-koe... -Le dijo aún fastidiado.

El australiano siguió corriendo feliz, sin importarle nada la gente que había. Muchos de ellos le gritaban cosas, aunque no les hacía nada de caso... Sin embargo, escuchó una voz que se le hizo muy, muy familiar, y le hizo detener su pie justo cuando este iba a entrar en el agua.

Giró, casi a una velocidad exagerada teniendo en cuenta que llevaba consigo una gran tabla de surf y podría haberle dado a alguien. No muy lejos de él, se encontraba uno de esos rostros que no olvidaría ni aunque debiera hacerlo. Rubio, con cejas grandes sobre sus ojos, grandes y azules, y con un divertido rulo a un lado. Llevaba un libro y se estaba quitando la arena que, posiblemente, le lanzó sin querer el australiano... Aunque realmente él no se percató de ese detalle.

-Demian? -Exclamó, antes de que su rostro se iluminase cual niño pequeño y, aún con su tabla de surf/arma mortal de destrucción masiva, se acercó corriendo al otro chico, sentándose justo enfrente suyo y dejando la tabla a un lado, muy sonriente-. Hey, Bro! ¿Qué estás haciendo aquí? ¡Hace siglos que no te veo! ¡Espera, estás lleno de arena! ¿Quieres que te ayude a quitártela?

Sin dejar que el otro respondiera, comenzó a sacudir cada granito que estuviera sobre el neozelandés.

Continuó mirando al chico con molestia, mientras acababa de sacar los últimos granos de arena de su cabello de su libro. Al ver que el contrario se giraba, y le reconocía, su disgusto aumento.

¡Era el Australiano! Sí, el mismo que le había desagradado desde siempre, desde que él era pequeño, por la extraña relación que llevaba con su hermano mayor, y además porque su personalidad despreocupado le exasperaba. Se cruzó de brazos, mirándole con fastidio, mientras guardaba su libro.

-Ah, tenías que ser tú, Asshole koe... -Le dijo, sin tenerle consideración y dandole poca importancia a sí el contrario se ofendía o no. "Maravillosos fueron esos siglos en los que no te ví por mi casa", pensó para sus adentros el chico, mientras le seguía mirando- Solo tu podías correr despreocupadamente por la arena, sin importarte si llenas de granos a los demás, y no, no necesito ayuda-koe... -Dijo, apartándose un poco, mientras se frotaba un poco la cabeza. Bien, su día ya había empeorado ¿no?. El australiano le molestaba tanto como Wellington.

(perdón por tardar tantísimo DDDx)

Vaya, no entendía por qué el otro chico se alejaba... ¡Claro que no! Él solo cumplía su tarea como buen... buen... ¿hermano mayor? ¡Sí, eso era! Como buen hermano mayor se hacía cargo de sus actos, ayudando al neozelandés, y... Wait.

Puede que el australiano fuera alguien que, con toda esa alegría y despreocupación que emanaba, fuera nulo para leer el ambiente, pero... Aunque estaba sentado, bajó un poco la cara hasta que su rostro quedó a la altura del otro chico, dejando su cara también a muy pocos centímetros de la de su "hermanito menor", inspeccionándole con la mirada.

-Hey, Bro! -Exclamó, sin despegarse ni un milímetro-. ¿Por qué suenas tan enfadado? ¡Venga, sonríe un poco! ¿No te alegras de verme? -Una amplia sonrisa volvió a iluminar el rostro del australiano.

¡Es que no lo entendía! ¿Por qué siempre que hacía una visita, reunión, o cualquier cosa en la que viera a Demian, tenía que tener esa cara de enfado? Bueno, está bien... Le gustaba rivalizar, burlarse, imitar, intimidar, y reírse de cualquier cosa relacionada con Nueva Zelanda... ¡Pero si molestaba, era solo por molestar! No era como si tuviera algo contra el rubio que estaba cerca de él, ¿no?

-¡Hace tiempo que no nos vemos, al menos podrías sonreír! -Le dijo, aún sin apartar su infantil sonrisita.