Dia de Descanso [Privado]

Camino a paso relajado y tranquilo, aunque las facciones de su rostro denotaban que se encontraba un tanto desorientado, mas no perdido, sino con la desagradable inquietud de no saber a que lugar dirigirse, se detuvo intempestivamente algo alejado del resto de la gente que por el lugar paseaba, observando con ojos críticos todo a su alrededor, luego de estar largo rato parado, casi estático, en el mismo sitio, soltó un suspiro cansado, como sacando en parte la frustración, el cansancio y el estrés, posteriormente estiro sus brazos al sol matinal recibiendo parte de su calor, para comenzar un buen día de descanso y lo que sería su vía de escape a la agotadora rutina de su trabajo. Se encamino a la parte mas alejada del parque, sintiéndose un tanto fuera de lugar al ver a las parejas que daban un paseo- Quizás no fue buena idea venir- se comento a si mismo, mientras apuraba el paso, evitando levantar la vista del suelo. Se tiro al césped de forma descuidada mientras, bajo la sombra de un gran árbol se ocultada de la luz solar y veía las sombras de los árboles a lo lejos; una suave sonrisa se dibujo en su rostro relajado, sincera, muy lejos de aquellas irónicas, falsas y sarcásticas de esas que estaba acostumbrado a hacer por diferentes motivaciones, aspiro el aroma a tierra y a pasto, el dulce aroma de la salvia de aquel árbol cercano, tirado ahí en el suelo sintió la fresca brisa y los leves clamores de la tierra. Relajación total significo para él, y no fue conciente cuando lentamente comenzó a cerrar los ojos preso de una extraña somnolencia.

Se despertó con aquel intempestivo y brusco golpe, como si alguien hubiese tropezado con él, aunque claro no intencionalmente- ¿Qué mierda?- se pregunto en un susurro levantándose del suelo algo atontado y con los ojos cerrados para apoyarse en el tronco del árbol, estirando los brazos en un gesto un tanto felino. Cuando hubo abierto los ojos alzo la vista curioso y desconcertado, examinando al chico frente a él, quien le observaba preocupado o tal ves esperando una respuesta, había alcanzado a escuchar algo de un daño- ¿Daño?- cuestiono, mientras se tocaba las extremidades y el torso de forma casi involuntaria- No nada, igual te podrías haber caído encima y pasa piola- contesto con una sonrisa afable -“Estaba raja”- pensó mirando al chico directamente a los ojos- No paso nada, gracias por preocuparte de todas formas- agrego de forma afable “Aunque deberías estar mas atento cuando camines por lugares públicos y yo encontrar otros lugares para dormir” se dijo sin borrar la sonrisa de sus labios, mientras de despeinaba en cabello de forma descuidada.

Se sorprendió ante la energía del chiquillo, aunque en realidad era algo bastante normal, él era la única persona con dieciséis años que se preocupaba por cosas que no valían la pena y asumía responsabilidades que no le correspondían- Un gusto Dari-chan- contesto aceptando la mano de buena gana- Mi nombre es Víctor y represento a la cuidad de Concepción- se presento de forma automatizada como estaba acostumbrado- Bueno creo que lo de Conce estaba demás- agrego una vez de pie, mientras se sacudía la ropa- ¿Dime de dónde eres?- pregunto curioso

No le sorprendió en lo mas mínimo que el chico no supiera quien era, ni de donde venía, sonrió al igual que en otras situaciones parecidas a esa- En Chile- contesto lacónicamente- al sur del país – agrego luego explicativo, con aquella sonrisa colmada de paciencia, aunque un tanto falsa convencía a cualquiera- supongo que la mayoría de nosotros hacemos lo que podemos para que nuestras cuidadse sean lo que sus ciudadanos esperan- replico comprensivamente, el había hecho hasta lo imposible para que su cuidad fuese la mejor y en cierta forma lo era- Hmm… el D.F- murmuro- me parece una cuidad interesante- comento haciendo memoria.

El menor pareció sorprenderse, claro que conocía México, era una de las economías mas importantes del mundo, formaba parte del G-12. Negó suavemente con la cabeza, haciendo que su cabello cayera sobre su rostro, no era hora de ponerse a meditar sobre la economía mundial y suspirar- Claro que si la conozco, no como me gustaría pero la conozco- contesto afablemente, quitando el flequillo de la frente distraídamente- ¿Helado?- cuestiono dubitativo mirando al chico- bien vamos, aunque no sé donde puede haber un lugar cerca- agrego, mirando al cielo con expresión pensativa- ¿Vamos?- cuestiono encaminándose hacia cualquier lugar.

Sonrió ante lo dicho por el chiquillo- Bueno el conocimiento en cierta forma es poder- comento, cerrando un ojo cómplice, una mueca un tanto graciosa para alguien tan parco como el- ¿No sabes leer?- pregunto luego sorprendido, dirigiéndole una severa mirada, pero luego le sonrió afable al escuchar su historia, sintiendo un poco de pena por el- Si quieres yo te puedo enseñar algo- ofreció de la forma mas amable posible, para evitar que el chico se sintiera mal- es decir, si quieres- “No creo que haya sido una buena idea” pensó mientras caminaban tomados de las manos, sin que se dieran cuenta- Ammm ¿Qué sabor de helado te gusta?- pregunto luego desviando el tema de conversación a algo mas agradable

No cedió ante el impulso de taparse lo oídos con ese grito tan efusivo, lo hubiera considerado una falta grave a los modeles y la cortesía, esa de la que su jefa tanta gala le hacía, se sintió un tanto incomodo con el abrazo, en lo particular no era muy afectuoso con las personas, ni siquiera con sus hermanos mas próximos lo era, esta vez no pudo reprimir la mueca de molestia y mas que molestia incomodidad que se dibujo en su rostro por unos momentos hasta volver a su típica inexpresión facial, para ocultarlo- Hmm…- contesto pensándolo- pues me gusta el chocolate, pasas al ron, también el de piña- agrego con una sonrisa- pero mas el de piña, no es tan hostigoso – agrego, como si eso ultimo fuese algo de vital importancia.

-Si me gusta- contesto mirándolo de nueva cuenta- es decir, no es algo que diga que bruto que me gusta, como para comerlo todos los días- hizo una pausa notando que su explicación era en demasía innecesaria, guardo silencio y luego sonrió- y cuéntame ¿qué haces para pasar el tiempo?- pregunto cambiando de tema nuevamente, mientras miraba a su alrededor buscando un stand donde vendieran helados- no veo ninguno por aquí- murmuro.

Estaba a punto de responder que aquello no importaba cuando sintió un tirón de su mano, y recién ahí callo en la cuenta de que había andado de la mano con otro chico y cruzando más de la mitad del parque, se insulto mentalmente mientras sus mejillas un tanto pálidas se teñían de un suave color carmín, se dedico a mirar el suelo concentrado y a apurar el paso a la heladería mirando con especial atención sus zapatillas- Eso se escucha divertido- comentó sin apartar la mirada del suelo, cuando ya hubieron llegado a la heladería- Yo en realidad no paso mucho tiempo con mis hermanos- contesto sin inmutarse, en realidad casi nada, pero de que los quería, los quería, a su forma un tanto fría y distante, pero él siempre estaría allí para ellos cuando lo necesitaran- Señorita me puede vender dos helados- preguntó de manera educada mientras, sacaba el dinero necesario para pagarlos, en un acto de inercia- Uno de piña y ¿Tú de que sabor lo quieres?- le pregunto al chico que lo acompañaba, mirándole con sus ojos castaños en extremo claros y casi amarillentos, dándole un aire un tanto siniestro.

Se sorprendió ante los ofrecimientos del chiquillo, sus ojos se abrieron de forma un tanto desmesurada, pero luego volvió a su típica y calma expresión –“Sin duda es muy amable”- pensó tomando el helado que la dependienta le extendía- Gracias- le dijo en un susurro a la mujer- No tengo problemas en que vallas a visitarme- le contesto de forma cortes, mirándolo y una sonrisa dibujada en su rostro- Aunque, mi cuidad no es demasiado interesante y mucho menos entretenida- le comento pensando en que el otro era la capital de su país. Se dedico a observar mas el lugar mientras escuchaba como el otro pedía el helado y cuando se dispuso a pagarlo el otro se le adelanto- Gracias por el helado también- agrego, ensanchando mas su sonrisa mientras se lo comía con una parsimonia impresionante, seguramente en unos minutos mas, el postre estaría derretido en sus manos-Eres muy amable en realidad- le dijo de forma casual mientras miraba hacia otro lugar.

Lo escucho atentamente, como analizando todas sus palabras y no pudo más que sonreír ante la energía y entusiasmo que el otro ponía en ellas, un chico muy decidido sin duda se pregunto si es que realmente podía pasarla bien junto a él, pues y por lo general siempre trataba mal a las personas de forma gratuita, suspiro cansino al recordar eso ultimo y negó con la cabeza, alejando esos pensamientos- Bueno si eso piensas- comenzó a decir de forma dubitativa- Puedes ir cuando se te plazca- comento- estas cordialmente invitado- le sonrió de manera cortes, para luego seguir comiendo helado concentrándose en el sabor a piña y en lo refrescante que era- “Rico”- pensó dibujando una sonrisa infantil en su rostro- Se ve bastante rico- comento despegando la vista de su helado y posándola en el de su acompañante, escucho su ultimo comentario, y con su mano libre tomo la muñeca del mexicano como tratando de llamar su atención de alguna forma.

Negó con la cabeza ante el ofrecimiento de helado- Gracias, pero no- en realidad no creía que fuese algo correcto, le sonrió con simpatía al chiquillo, para luego soltar la mano mexicana y acercar la propia de forma temerosa al cabello del chico y revolverlo de forma cariñosa- Eres un buen niño- comento de forma pausada y sonriéndole con los ojos, como dándole veracidad a sus palabras, quito su mano de forma cuidadosa y se acerco al chico para darle un casto beso en la mejilla y seguir caminando en dirección indeterminado- Vamos hacia aquel lugar?- preguntó apuntando un lugar en dirección contraría.

Se sorprendió ante la efusiva respuesta del chico tras pronunciar las palabras “eres un buen niño” recibió el abrazo que le dio de buena gana aunque cuidando de no botar el helado al suelo y no mancharse con el del otro. Sonrió cuando noto curiosidad en la voz del joven preguntar si quería ir hacia allí- Se ve algo mas tranquilo que el resto del parque- le dijo de manera pausada, mientras lamía el helado de piña, después de todo era su día de descanso y eso era precisamente lo que le apetecía hacer, descansar y relajarse y claro disfrutar de la tranquilidad que la poca pasividad que reinaba en su casa no le permitía- ¿O prefieres algún otro lugar?- le pregunto de forma cortés, mal que mal andaba con el chiquillo y tampoco podía ignorar sus deseos, aun con la pequeña mano sujetada y caminando hacia el lugar señalado sin detenerse.