Fête Nationale

Había llegado de nuevo el día de festejo nacional, el día en que se conmemoraba la lucha por hacer llegar por igual la libertad y justicia para cada hombre y cada mujer. La toma de la bastilla había sido en su momento el logro más grande para la humanidad pues marco el inicio de una nueva era, pero muy por encima de todo eso, era el día en que se conmemoraba y festejaba su existencia como nación. Ese día sacó su mejor traje de diseñador, telas importadas especiales, hecho justo a la medida por Christian Lacroix, saco también su loción favorita y antes de salir decidió extender su tiempo frente al espejo añadió 20 minutos más a su reglamentaria media hora. Por ahora tendría que ir a vigilar el rutinario desfile militar al que casi nadie asistía, no los culpaba, era tremendamente aburrido, pero el tenía que estar presente. En su camino por los Campos Eliseos no pudo evitar sonreírse, por que ya los imaginaba como lucirían por la noche, de por sí ya poseían una estética y un encanto innegable, no por nada París era la “Ciudad de las Luces”. Y más magnifico aún sería ver la Torre Eiffel en todo su esplendor, las luces encendidas danzando en ritmos mágicos iluminando el cielo y como todos se maravillarían con los fuegos artificiales. Cientos de personas estarían alli reunidas solo para ver eso, para festejar, para gozar, todos repitiendo al unisono “Vive La Republique! Vive La France!”.

Ese día se levantó con una sonrisa imborrable en el rostro, era el cumpleaños de su querido hermano, y, aunque en política no coincidían sus naciones, no por nada él había intentado seguirle cuando había conseguido lo que ahora tenía, aunque no hubiese dado resultado en España.

Se dió una ducha relajante por la mañana, quería ir bien presentable a esa fiesta tan importante para su hermano y para él, y quería que todo saliese perfecto.
Cogió de su armario una camisa blanca, que contrastaba con el moreno de su piel, bien planchada y con una corbata, cosa extraña, que la adornaba dándole un aire elegante pero formal.
A eso le sumó unos pantalones oscuros y unos zapatos que la noche anterior había estado limpiando con todo esmero apra ese día.

También se hizo de una chaqueta larga negra, porque, acostumbrado a su clima, siempre le daba fresco por la noche estando allí.
Y ya una vez todo preparado, cogió el regalo para su hermano y un ramo de rosas que él mismo había cultivado en su jardín, acompañadas de una carta que no se pudo resistir a escribir, cerrando la casa y saliendo para la casa de su hermano.

Ultimamente habia tenido mucho tiempo libre, asi que decidio hacer alguna cosa para regalarle a uno de los aliados, el rubio frances que adoraba el vino.
Cogiendo uno de sus trajes chinos, para cambiar siempre del tipico que llevaba, simple y sin ningun adorno. Eligio uno de los que eran mas festivos, de color blanco con los bordes negros. El cual se abrochaba con unos botones en la parte delantera, en forma de pequeñas flores. Recogiendose el pelo en su tipica coleta, pero esta vez usando un lazo de color negro con las terminaciones blancas para hacer juego con el traje.

Cuando estuvo listo se dirigio hacia la casa de su amigo, para entregarle el regalo que llevaba en una pequeña cesta a su espalda, mientras sujetaba su panda (esta vez de verdad) entre los brazos. Casi llegando a casa del frances se encontro con el hermano de Francia, el siempre sonriente español, aunque esta vez habia cambiado un poco su atuendo, el cual supuso que era por el cambio de temperatura del pais. Levantando un poco una de sus manos le saludo, para llegar de este modo los dos juntos a la gran celebracion que se estaba llevando a cabo en la casa de Francis.


(El regalo xD)

Spoiler:

El desfile había salido increíblemente, este año había contado con la participación especial de la India con quien por cierto festejaba una alianza que había resultado benéfica para ambos. Contrario a la idea que tenia inicialmente que sería aburrido, el toque hindú le había dado una nueva perspectiva interesante. Caminaba sonriente de nuevo a casa, tenía mas preparativos que arreglar, su jefe insistió mucho en que revisara todo una vez más el evento nocturno tenía que ser asombroso. No sabía como el hombrecillo se dignaba a hacerle tales peticiones considerando lo mal que estaba la situación económica para todos, solo se encogió de hombros y metió las manos a los bolsillos de su saco mientras seguía su camino de regreso, llegando lo primero que haría sería abrir una deliciosa botella de champagne edición especial de las cuales había logrado conservar algunas cuantas a escondidas.

Adoraba pasar el día rodeado de multitudes, entrar y ser el centro de atención, sonreír, saludar, desenvolverse libremente para reír y conversar con cuanta persona estuviera en su camino, sin o le conocía tendría tiempo de presentarse y hacerse conocer. Las miradas de admiración le engrandecían pero lo que mas buscaba, eran las miradas de envidia, esas le agradaban aún más. La sonrisa engreída que se había medio formado en su rostro desapareció de pronto al toparse con dos figuras que conocía muy bien.

Alzo la mirada apenas conteniéndose la emoción de pensar en como iba a mejorar el día, no había nada mejor que pasar el día con las personas que verdaderamente le importaban. En esta ocasión mostró una sonrisa sincera, sintiéndose halagado y agradecido con la presencia de ambos. Su dulce y hermoso hermanito, con quien siempre podía contar y con quien siempre deseaba estar, su adorado Antonio. Y su gran amigo Yao a quien estaba empentado en mostrarle cuan adorable era aunque no se lo creyera. En este momento ambos lucían prendas poco cotidianas, lucían tan bien, en estilos tan diferentes no se podía comparar, solo llegar a la misma conclusión: eran criaturas sumamente preciosas. Cuan afortunado era ahora que podría disfrutar de ambas presencias, tendría definitivamente la mejor compañía en todo el mundo.

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(jajajajajajajaja XD OMG!!! la ame xD jajajajajajaaj llenara esa laptop con todos sus archivos de hetatube XDDD)

Saludó cálidamente, sonriendo a su querido hermanito con cariño, ese día era muy especial para él porque representaba muchas cosas, y se le veía realmente feliz, sonreía mientras se acercaba a ellos, mientras el ruido de la gente y la música del desfile ya se apagaban a lo lejos, ahora las personas se dispersaban, charlaban con sus familiares, sus amigos....con ese acento francé que caracterizaba aquel lugar, que desde siempre había sido tan familiar para él.

Yao había coincidido con él al llegar, de modo que iban conversando juntos hasta ahí.

Le había comprado un regalo a su hermano, aunque no era gran cosa, pero esperaba que le gustase. Él pensaba que le quedaría bien puesto...aunque no sólo pensaba regalarle eso.

Se acercó a él, junto al chino, para saludarlo, dejando que se saludasen ellos primero como muestra de respeto, y luego lo abrazó él mismo, para darle un suave beso, después la daría más....ahora estaban en compañía y no era correcto.

-Felicidades hermanito- le regaló la mejor de sus sonrisas, acariciándole el pelo mientras se deshacía de su abrazo lentamente- espero que lo pases bien hoy.

Alegremente avanzo hacía ellos con su acostumbrada gracia pero en esta ocasión con singular alegría, conforme me aproximaba acomodo la solapa de su saco para eliminar cualquier imperfección que hubiese tenido. Aunque la formalidad y la elegancia le fueron difícil de conservar, la emoción que sentía de ver a ambos allí fue mucho mayor. Tras un corto saludo con un gesto de su mano se abalanzó primero con emoción sobre la nación de largo cabello oscuro y le dio un abrazo corto pero sincero, regularmente la nación ancestral era muy conservadora pero en esta ocasión tan especial no se lo podía negar, quería demostrarle también cuanto apreciaba su presencia. Y además como niño pequeño esperaba con emoción el momento de los obsequios, sabía que la nación asiática lo conocía lo suficiente como para saber que obsequiarle, además con sus infinitas posibilidades de producción sería sin duda una sorpresa increíble.

Después de recibirlo tan efusivamente, se dirigió con Antonio, quien de igual modo le recibió con un abrazo el cual correspondió estrechando a su dulce hermano contra sí, inhalando su dulce aroma, sentía su corazón agitarse con emoción. El día de hoy su adorado hermanito había elegido un atuendo diferente a lo que acostumbraba siempre y llevaba consigo un enorme ramo de rosas; lucia tan conquistador y tan guapo, justo el mejor regalo que podría recibir. Entonces los dulces labios del español se posaron suaves y veloces sobre los suyos en un corto beso en el cual su aliento se detuvo totalmente, casi con la esperanza de prolongar mas ese instante. Cuando pensaba apenas que podía responder su adorado hermanito le dedico una de sus famosas sonrisas. Quedaba totalmente indefenso ante las sonrisas de Antonio, sin importar cuantas veces le tocara admirarlo, no podía hacer más que perderse irremediablemente mirándolo, cerro los ojos al sentir la mano en su cabello y correspondió con una sonrisa cálida. De haber estado solos habría exigido un beso más mucho más intenso, pero sabía que tanto su adorado Antonio como su buen amigo Yao se sentirían incómodos. Así que muy en contra de su voluntad se resigno a liberar al español de su abrazo. -Merci, me alegra mucho contar con sus presencias en este día tan especial.- Dijo muy emocionado y ansioso, puesto que se imaginaba como sería la celebración si tenía a estas dos naciones a su lado en ese momento.


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( Regalo beio!!!!! >w< ahora ya no podrá estar nunca tarde, dicen xD que un hombre solo necesita dos accesorios un anillo para demostrar clase y un reloj para esta siempre a la hora adecuada en el momento adecuado o algo asi xD)