Tratando de olvidar el sueño [libre~]

Bosteze, cosa que siempre hacia...creí que haber venido aquí me distraería un poco y dejaría de dormir tanto, pero todo era tan aburrido...el día era tan bonito que el sol practicamente me rogaba que me recostase en algún lado y me pusiese a dormir, los animales solo eran lo que podían ser, no tenia sentido mirarlos y sacarles fotos, es mas, ¿como es que esos animales no se suicidaban, con lo aburrido que estaba todo?

-Y lo peor es que estoy solo...- me murmure para mi mismo y seguí caminando, me pregunto como le hará la gente para divertirse con semejantes paseos...aunque bueno, había de todo, familias, parejas, amigos, estudiantes...tal vez debí haberle preguntado a alguien si quería acompañarme...ah, cierto, no tengo amigos...suspire y continué mi camino.

Caminaba rápidamente, llendo de un lado a otro, muy emocionado como un niño, en sus tierras los zoológicos no eran tan grandes, y tan llenos de distintos animales.

-¡Woooooooooooooooooow!.- exclamó al ver una pantera durmiendo al sol en su zona, mientras las personas se apoyaban en la barandilla observando.

Era un hermoso día soleado, los pájaros alimentaban a sus bebés en sus nidos, los niños iban de un lado a otro con sus globos y comida para los animalitos que sus padres le compraban. Las parejas iban de la mano sonrientes, y los amigos se reían pasando el rato.

Llevaba puesto una camisa de color beige, con su inseparable pañeulo celeste al cuello, unos pantalones negros, con sus borsegos militares, en la espalda cargaba una mochila, donde llevaba un abrigo por si acaso, un paraguas por prevención, un mapa por si se perdía, cosa que solía suceder, y alguna que otra cosita.

En sus brazos cargaba una botella de jugo que había comprado y comida para algunos animales, cuando accidentalmente por intentar llegar rápidamente a la zona de los tigres chocó contra alguien.

- ¡Oh! ¡Lo siento mucho!.- se disculpó rápidamente con el muchacho.-

Mi aburrimiento aumentaba, dandome cuenta que tambien mi hambre, busque alrededor y solo había una bendita heladeria, suspire nuevamente y compre un helado de chocolate...continué mi camino sin rumbo. En un momento a otro, como a la velocidad del sonido, alguien choco contra mi, y mi unico alimento cayo al suelo en camara lenta, mire hacia la persona obviamente mas alta que yo...¿por que seré tan bajo?. La persona parecía un turista, con tantas cosas encima suyo...pero el punto es que era alto y no alcanzaba a verle la cara.

-ah...no, yo debería disculparme...soy tan insignificante que no me vio, ¿verdad? perdóneme...- dije, y mire mi helado...oh bueno, de todos modos no sabia tan bien...no, sabia bien, muy bien, suspira otra vez y me quede mirando, como si haciendo eso el tiempo retrocedería y el helado volvería a estar en mi mano.

Vió caer el helado del chico e intento atajarlo en el aire, pero con la mochila a cuestas no se pudo mover tan rápido.

-¡Fuck!.- dejó escapar viendolo en el suelo.- ¿Eh? No, no es eso, simplemente que tengo un don muy especial para chocarme con la gente.- dice guiñandle un ojo.- Mmm...a ver...- sacó su billetera.- A ver... que voy a comprarte otro pequeño.-


El argentino se dirijió al puesto y compró un helado del mismo sabor, se acercó muy sonriente ofreciendoceló.

- Disculpame por ser un boludo niño.- decía pasandoce una mano por el cabello.- Suelo ser algo distraido, y torpe a veces...pero eso no me quita lo muy sex..ejem...- carraspeo recordando que era un menor.- Acepta mis disculpas, me llamo Martin, y soy Argentina.- le dijo agachandoce un poco tocandole con el dedo índice la frente.- ¿Vos como te llamas niño?.-

"Un don muy especial para chocarme con la gente", me repeti mentalmente, ¿Eso era un don? quien sabe, todo es posible, mire como sacaba su billetera...¿Otro helado? oh bueno, algo es algo.

Le segui y tome el helado, escuchando lo que decia. No entendi muy bien lo de boludo, eso debía significar que si era un turista.

-¿sex que?- lo mire algo confundido -yo me llamo...David, y soy Israel...- le respondí a su pregunta -un....un placer conocerle, señor Martin...-

Mire alrededor, no parecía acompañado ni mucho menos aburrido, la suerte de algunos...-¿esta usted solo, señor? este lugar es algo grande y por obras de Jahve podría perderse...ademas me aburro...¿le importaría si le acompaño?- le pregunte, tal vez me diría que no, pero había que intentarlo "hay que ser sociable" me dije a mi mismo, recordando los consejos de esas pequeñas mujeres con alas que algunas veces veía.

Se lo quedó mirando pensativo.

-Mmm...Israel...Israel...no te conozco.- dijo al fin, había varios lugares que él ni enterado que existían.- No me digas señor, tampoco soy un viejito, aún soy muuuuy joven.- le dice revolviendole el cabello cariñosamente.

Escuchó lo que el niño le decía y le jalo suavemente una de las mejillas.

-Sí, sí, estoy solito.- le responde soltandolo.- Es muy tierno de tu parte que te preocupes si me pierdo o no.- el argentino en ningún momento dejó de sonreirle.- No me digas señor pequeño, y claro que puedes acompañarmeee.- Llevó una de sus manos a la espalda de David y lo comenzó a empujar suavemente unos metros a la izquierda.- Miraaaa, es un león.- señalaba el argentino al enorme felino.- En mi casa de esos no hay.- le contaba con los ojos brillantes.

-¿Muy tierno de mi parte?...¿y eso que es?...- pregunte algo dudoso -igualmente usted es mayor que yo, señor...y...y definitivamente mucho mas alto...- le dije ante su insistencia de no decirle asi.

Bueno, al menos ahora no estaria solo, pero...¿No se suponia que yo debia estar entusiasmado por los animales?

-Un león...en mi casa tampoco hay leones...me pregunto para que servirá esa enorme melena, ¿sera para desquiciar a los peluqueros?...- mire a Martin, realmente estaba entusiasmado -dicen que son los reyes de la selva...entonces deberían quedarse en la selva, que aquí mas parecen una bola de pelos andante...- comente, imaginándome como estarían estos animales siendo reyes -incluso de me antojo ser uno...seria interesante ¿no lo cree, señor?- le pregunte, y comencé a comer de mi helado, sino muy pronto estaría en el suelo otra vez.

-Lo que vos sos niño.- le contestó sonriente.- Pero aún soy joveeeen, así que no me digas señor, simplemente Martin, o Argentina, o boludo, como como gustes, pero nada que me haga sentir viejo.- le decía divertido mirando al animal acostado al sol durmiendo placidamente.

- Mmm....ni yo sé para que sirve, creo para que ellos se diferencien entre sí, las nenas entre los nenes.- dijo muy pensativo.- Mmm...no, no soy los reyes de la selva, eso está mal dicho, ya lo hable, con uno de los del personal del zoológico, yo le dije lo mismo, y él me explicó, que el tigre es el rey de la selva, los leones no viven en la selva.- decía muy orgulloso de sí mismo por poder enseñarle algo a alguien.

- Es que si estuviera en su hogar, David, no los conoceriamos...- le dijo despeinandolo amistosamente.- Claro que sería interesante, pero yo preifiero un jaguar o un puma, que esos felinos si estan por mi casa y los conozco.- le respondió mirandolo comer el helado.- ¿Está rico pequeño?.-

-Los tigres...ya veo...esos me gustan mas...sus colores son bonitos...- dije algo pensativo -ah...¿jaguares y pumas? esos yo no los he visto...creo...y...¿cual es el vicio de revolverme el cabello? ¿tan feo esta?- le pregunte, no es que no me gustase, pero nadie me revolvía el cabello y aun no me acostumbro.

-uh...si, sabe bien, hacia tiempo que no comía uno de estos- le dije y sonreí levemente -¿en que parte del mundo vive...eh...Martin? ¿es usted neutro? ¿le molesta si vamos a ver los reptiles y esas cosas? están por aquí cerca...- ahora que lo pienso, creo que es la primera vez que "socializo" con una persona "normal", y creo que no hace poco bien en vez de disculparme por haber chocado con esta persona, hubiera corrido asustado -lo que hace un cuchillo...- me murmure a mi mismo.

-¿Eh?.- lo mira extrañado.- Jajaja no está feo, pero no tan bien como el mío .- le guiña un ojo entretenido.- Yo vivo por debajo del Ecuador, al sur, y si soy neutro.- dice algo desganado.- ¿Los reptiles? me gustan me gustan.- le sonrie ampliamente.-

Nota a unos cuantos metros el cartel, donde te guiaba al recinto de los reptiles.

¿Dijiste algo? .- pregunta jurando escuchar al menor susurrar algo, él no estaba viejo como para estar sordo, pero quizás pudo ser que le dijo algo y él no escuchó.

¡Vamos a ver a la anaconda! .- jala al chico del brazo en dirección a los reptiles.- Ya que tanto alardea Luciano de ellas jejejeje, algún día una de lo comerá.- hablaba de su hermano Brasil.-

-ah...no, no dije nada...- mejor era que menos supiese de mi, para no causarle molestias -¿Anaconda? de acuerdo...- me jalo el brazo, yo le segui el paso -no es bueno desearle el mal a la gente...luego se te devuelve, supongo...y eso no es bueno...tal vez si, tal vez no...- Siempre dudando de mis palabras, me pregunto cuando dire algo sin agregar un "Tal vez", "posiblemente", "supongo".

Ya habiamos llegado, ahi estaba el gran reptil, encerrado en una especie de pecera, con pequeños troncos y una mini-laguna, iluminada por una luz rara "para mantener el calor, supongo..." pense. Me quede mirandole -no se para que habre venido si no me gusta ver a los animales encerrados...- comente en voz alta, suspire resignado.