¿¡Otra vez!? ¡Perdido! [Privado]

Se había quedado dormido en el sofá después de haber estado viendo la tele todo el día sin tener otra cosa que hacer, cuando el sonido del timbre perturbó su descanso. Se levantó lentamente y avanzó hasta la puerta pegando un gran bostezo.

- Quién ess~... - dijo mientras abría la puerta con pereza, pero no vio a nadie hasta que bajó la mirada encontrándose a un chico tirado en la entrada de la casa.

- . . .- se quedó viendo al muchacho con cara de wtf?- un... vagabundo borracho??... no creo... va ''bien'' vestido...-dijo para si mismo y suspiró recordando las sabias palabras de su padre adoptivo: '' No puedes vivir para el chocolate!!!'', nooo esas palabras no! estas: ''Si ves a alguien que necesita cobijo, no dudes en acobijarle''. Suspiró de nuevo.

- Bueno... le molestare cuando despierte- dijo maliciosamente mientras le cargaba como un saco de papas en su hombro y lo colocaba con cuidado en el sofá donde él antes dormía.

-Prepararé chocolate caliente mientras se despierta- murmuraba entusiasmado mientras se dirigía a la cocina.

Estaba preparando concentrado el chocolate caliente tarareando una canción, pero al oír las fuertes palabras que venían del salón pegó un salto que casi tira las dos tazas que había preparado.

-Ufff... porque poco...- agarró cada taza con una mano con cuidado de no derramarlas y se dirigió al salón, donde se encontraba su nuevo juguete, digo... invitado.

-Eyy! no esperaba que te despertases tan pronto... quieres chocolate caliente?- dijo ofreciéndole una de las tazas- Quien eres? no recuerdo haberte visto antes por estos rumbos... - preguntó comenzando a beber ruidosamente el chocolate.

Se tomó su tiempo para beber aquella deliciosa taza de chocolate la cual agarraba con las dos manos para calentarse las manos, es aficionado al calorcito. Oyó la presentación del Sevillano y se dispuso a presentarse el también.

-Así que... de Sevilla, bueno pues yo soy Mike Albarn, la bonita Papúa Nueva Guinea - dijo con una ligera sonrisa en los labios.

-Dime Sevilla, que te trae por mí, nuestra, MI! linda morada?- ya que la familia con la que compartía casa no estaba decidió atribuirse el derecho a la propiedad. Se recostó en la cómoda silla de su padre con expresión de ''rey de la casa'' y subió uno de sus pies en la silla para ponerse más cómodo.

(xDDDDDDDDDD Mike!! Allan te matará! XD)

Suspiró, tras beber un poco de la taza.

-Bueno... -Dijo-. Es vergonzoso decirlo, pero estaba paseando tranquilamente cuando llegé aquí... Es un lugar bien grande, y me perdí... Llevaba como tres horas caminando sin rumbo, pero vi esta casa y pensé que podría preguntar su alguien conoce el camino a casa... -Se explicó. Después, bebió algo más-. ¡Oh, Mike! ¡Este chocolate está realmente delicioso! Ojalá tuviera mis churros para acompañarlo...

Le escuchaba atentamente contar su historia mientras bebía lentamente un sorbo de chocolate que fue interrumpido por otro sobresalto al oír el ''¡Oh, Mike!'', la verdad es que le ponía bastante nervioso cuando alzaba la voz.

-Gracias, me daría un infarto si estuviera malo, jeje- rió mientras se limpiaba la nariz manchada de chocolate producto del sobresalto.

-Pues la verdad no tengo ni la menor idea de donde queda tu casa, pero si te apetece puedes esperar a que venga mi padre el seguro que te puede ayudar, lo malo es que me dijo que regresaría tarde así que habrá que tener un poco de paciencia- sugirió amablemente.

-Jejeje un ocupa, emmm... déjame pensar...- recordó la lista de tareas del hogar que tenía que hacer.

-emm... qué te parece si me ayudas a limpiar la casa? tu lavas los platos mientras yo quito el polvo, mira la cocina está por aquí- se levantó del sillón y le agarró la muñeca al sevillano llevándolo hacia la amplia cocina, la verdad es que no habían demasiados platos por lavar pero ese día la sirvienta estaba de vacaciones.

-esta es, solo necesitas echarles jabón lavarlo... sabes cómo se lavan los platos no?- dijo en un tono obvio mientras buscaba la escoba.

Encontró la escoba en el cuarto de la limpieza, el cual estaba al final de la cocina. Sacó lo que necesitaba y luego cerró la puerta, al girarse para salir de la cocina se encontró con el torso desnudo del sevillano, su cara era un poema se quedó bastante sorprendido aunque hizo lo que pudo para que no se le notara.

-Já, te quitas la camisa para lavar los platos?, los de España tienen costumbres muy extrañas- dijo con un tono un poco burlón. Se acercó para supervisar el trabajo del otro asomando la cabeza por uno de sus hombros. Observó que no lo estaba haciendo nada mal, pero a la hora de echar jabón gastaba demasiado.

-No está mal... pero mira- agarró la mano con la que el otro sujetaba la esponja y echo 3 gotas de jabón en esta mientras se situaba detrás de él para enseñarle mejor.

-Ves? con poco es más fácil- dijo con un tono amable casi susurrando.

Giró un poco la mirada para ver la cara de Luis, pero al verla soltó una pequeña risa al notar su leve rubor.

Se acercó aún más al cuerpo del otro rodeándole un poco con sus brazos mientras movía lentamente su cara hasta la oreja del sevillano dándole un pequeño beso. Se alejó lentamente deslizando uno de sus dedos mojados, por el agua, por la espalda del otro.

- Si me necesitas para cualquier cosa solo llámame ok?- dijo embozando una pequeña sonrisa maliciosa mientras caminaba de nuevo hacia la escoba.

Intentó seguir su camino pero se detuvo al oir las palabras del otro.

-Vaya! no esperaba que me necesitaras tan pronto jeje, dime, que ocurre?-. Oyó la estraña contestación del castaño y se acercó para ver a que se refería. - Emmm... qué cosa?, yo no veo nada- no sabía de qué hablaba y le miró con cara de confundido.

-Oh ya veo... - acercó su cara a la del otro a una distancia tremendamente corta pero sin tocarse - ...si querias simplemente que viniera solo tenias que pedirmelo, no hay necesidad de mentir- dijo en un tono provocador mientras pasaba una mano por la cintura del sevillano.

Cayó las palabras del mayor plantándole un profundo beso, realmente se estaba divirtiendo con su juguete invitado, y le daba la impresión de que se divertiría aún más. Paró el beso con la respiración un poco agitada y con un leve tono rojizo en sus mejillas, mantenía una leve sonrisa y una mirada de deseo en sus ojos.

Sentía que tal vez se precipitaba, pero eso no le importaba demasiado, la verdad es que tenía planeado otro modo de ataque pero se dejó llevar.

Pasó su mano por las ardientes mejillas del castaño parándose a delinear sus labios y suspiró. -Ai... ojalá llegaran visitas más a menudo...

-Que lindo te ves con tu sonrojo... oye, que te parece si jugamos a un juego?- dijo con un tono entuciasmado saliendose del tema. Indiferente a la respuesta que le daría el otro, le agarró de la mano y fue corriendo al piso de arriba pasando por las escaleras en dirección su habitación. Al llegar cargó al sevillano y lo tiró en la cama para luego saltar el también quedando sobre el otro sin tocarle. - Te prometo que será divertido...- le susurro con voz seductora, "bueno, para mi lo será..."

Quitó suavemente los mechones marrones de la cara del otro mientras miraba divertido su cara. -Pensaba que te recistirías más... pero veo que tu también quieres jugar...- con un dedo dibujó suave y tortuosamente una especie de linea que comenzaba en labio inferior del sevillano, seguía por su pecho y avanzaba peligrosamente hacia su pantalón. Sin dejar de deslizar su dedo se dió cuenta del bulto en el pantalón de la entrepierna del contrario, estaba orgulloso de que sus pequeños juegos estaban dando sus frutos

Se notaba que intentaba ignorar el forcejeo con el chico pero se estaba comenzando a enfadar, y enfadado no tendría ningún tipo de compasión así que agarró las muñecas del castaño con las dos manos y se puso totalmente sobre él inmovilizándolo con sus piernas. Le miró con cara seria.

-No me quieres ver enfadado a que no?... o si?...- En aquella posición en la que lo tenía podía hacer lo que sea con él, estaba totalmente bajo su dominio, eso era precisamente lo que quería. Acercó su boca al cuello del sevillano.


-Ríndete, ya no tienes nada que hacer- le dijo en un susurro para luego pasar su lengua lentamente por su cuello hasta parar en su oreja.