En la nieve~ [privado]

Se había pasado el día amasando para hacer un rico pan casero.

Se lavó las manos en la pileta de la cocina, y se quitó su delantal violeta lleno de harina, dejándolo en un canasto que había cerca para luego lavarlo. Se soltó su larga cabellera castaña, movió su cabeza de un lado a otro despeinandoce.

- Faaaa, qué día .- suspiró al mirar por la ventana, la economía no iba muy bien, y su hermano Buenos Aires no la ayudaba en nada quedandoce con lo que en verdad, era de ella.- Por lo menos el cultivo de uvas sigue yendo bien...aunque ya terminó la temporada- sonrió positivamente.

Tenía una bodega llena de sus deliciosos vinos de los cuales se encontraba muy orgullosa.

Dejó la bandeja con el pan dentro de su horno de barro, colocando un poco más de leña en el fuego.

Volvió a ver por la ventana los copos de nieve caer, era una preciosa tarde, algo fría, pero mientras se mantuviera abrigada todo estaría bien.

Se dirigió a la puerta, agarrando su tapado color vino de una percha, colocandocelo, más una bufanda de gruesa lana con uvas bordadas, y sus guantes negros, convinando con su pantalón marrón oscuro y sus botas.

Salió decidida a su jardín, en el cual comenzó a hacer una gran bola de nieve.

-¡Esta será la base! .- exclamó sonriente, empezando a hacer un muñeco de nieve.

Mientras creaba su muñeco suspiró, aunque fuera invierno a ella se le antojaba algo de helado y comerlo con un rico chocolate caliente, y de paso también hacer unas buenas facturas con pastaflora y azucar impalpable, pero no tenía suficiente dinero en su alcancía y no podía usar el dinero de la vaquita donde guardaba sus ahorros para comprarce comida, que lastimosamente había tenído que romper.

-¡Yo también te quiero hermano! -exclamó molesta y se le calló la cabeza del muñeco pero logró atajarla a tiempo.

Continuó insltando por abajo su suerte, mientras volvía a ponerle la cabeza a su muñeco, cuando escuchó que alguien le hablaba.

La miró fijamente por unos minutos, ¿acaso no había visto el cartel grande que había por donde se entraba que lo decía?, quizás se había metido por otra parte...

- En el mejor lugar de Argentina - le responde poniendoce de pie muy sonriente apoyando una mano en la cabeza de su muñeco.- ¡Mendoza claro está! - la mira aún más.- Tienes acento raro, cheee, ¿de dónde sos weona? - pregunta curiosa.- No tenés pinta de por acá chiquita, ¿venís a decirme que alguien se enamoró a primera vista de mi y venís a traerme un suculento cheque lleno de dinero como demostración de amor? -pregunta emocionada.- ¡Sácalo ya rubia! -extiende las manos feliz.-

Comenzó a caminar en círculo al rededor de la mayor, rara, rara, muy rara, sumamente rara, en conclusión, ¡tenía dinero seguro!.

-¿Bélgica? .- preguntó confundida, ¿y dónde quedaba eso?.- Mmm... rubia y no sabe giarce -hablaba en voz alta.- ¿Sos inglesa?.-


La tomó de un brazo con toda la confianza del mundo sonriéndole ampliamente.

- Mi padre me dijo que es fácil perderce en tu casa porque son muchos caminitos estechos como pasajes, y además una nena fina como vos, acá jajajaja -ríe divertida .- Y encima vestida al estilo francés - mirándola arriba y abajo.- Claramente no sos de la capital, aquí la moda francesa la dejamos de lado, mostrar un poco las piernas aunque sea con esas medias es algo muy mal visto, sos una exhibicionista acá jajajaja -vuelve a reir.- Extranjera con falda y sola, estas cosas no pasan todos los días my lady - asiente comenzando a caminar llevándola consigo.

-Esta bien si no tenés ningún cheque, mejor, prefiero que me paguen en efectivo .- caminaba la mendocina sin soltarla .- Yo te guío lady, no problem, es la primera vez que veo a una extrajera como vos venir sin un acompañante con galera y bastón - comenta muy sonriente.