Por un desmayo ^[Libre]^

Como me había enterado del "colapso" nervioso que había tenido mi hermano mayor, decidí ir a visitarlo al hospital
-Nii-san, ya llegué.- le dije.
Había entrado "de contrabando" porqué en ese entonces los hospitales no dejaban entrar a muchos niños (Y aunque tuviera 15, contaba como niña), por lo que iba vestida con ropa que me había ver algo mayor para simular las cosas.

Al escuchar la última frase, me puse roja hasta las orejas. Sí, definitivamente poco me faltaba para parecerme a las señoras de la misa de 12: falda hasta los tobillos, blusa hasta el cuello, toda abotonada, zapatos con medias largas....
-Ah, es cierto.... así me veo muy mayor- con la mayor naturalidad del mundo rasqué la falda y la volví mini.-Listo. Pues vine a visitarte, nango. Si colapsas tú colapsamos todos, así que dejé a Rodrigo encargándose de los asuntos de la... casa.
Entonces me cayó el 20 de que no era muy buena idea haber dejado a mi hermano solo en la casa.

-Tan bien que te ves tan blanco como Alfred- le dije recostándolo y tomándole la temperatura del cuerpo con la mano- Hermanito, en serio, debes descansar. Dari... oh, olvídalo hice un desastre con el acomodo de la casa: Dari está con él.

-Tienes fiebre, hermano.- le dije con cariño.- Sería bueno que descansaras hoy... al fin que si no se aplican, Fina les da una buena llave a los dos. Ya sabes que para eso se pinta sola.

Le clavé la vista con resolución.
-TÚ eres todos nosotros. Si algo te pasa a tí, nos sucede a todos. Si en cambio yo fuera la del desmayo, pues vaya y pase, sólo yo, no arrastro a nadie conmigo.

-Te dije que tenías algo de fiebre.- me senté poniéndome la mano en la cabeza. Ahora me dolía por
1- Haberle robado la ropa a la señora que dirigía la misa de 12 (buenooo... robar es una palabra muuuy, muuuy fea) y salir corriendo victoriosa.
2- Actuar como una solterona que tiene MUCHO que no sale a divertirse.
3- Aco y sus intento de parecer que está bien cuando no es así.
-No sé porqué insistes en hacerte el fuerte. De vez en cuando descansar no ha matado a nadie ni terminado naciones.- suspiré- Sueno como tu mamá.

-Será porque era la única mujer en la casa... hasta que aparecieron Fina y... ¿Como se llama San Luis Potosí? Aaahhh, maldito dolor de cabeza, ya ni recuerdo mi nombre. Bueno, como sea, por eso los tenía que cuidar.

Suspiré. Pero no de hastío, porqué luego le sonreí.
-Pero prométeme que en la casa vas a tomarte un descanso. Unas horas y ya.

-Bien.- miré al piso.- Siee... sin duda sí convenzo al doctor.
Salí y aprovechando mi nuevo aspecto fue demasiado fácil convencer al médico que atendía a mi hermano mayor.
-Listo, nii-san, ya te dieron de alta pero me debes una: ese doc panza chelera me invitó a salir.- rodé los ojos hacia arriba.

-Es el precio de tu libertad- le dije con una risa. Lo ví mareado- Si quieres algo de comer, traigo un termo con caldo de pollo con arroz.

(Receta familiar: caldo de pollo al que se le añade arroz, jitomate, cebolla -picados, claro-, un poco de sal y tantita pimienta. Sirve para días fríos, gripas, resfriados y corazones rotos xD -no sé porqué mi mamá lo prepara cuando estoy triste-)

-Ya te dije que traje caldo.- le dije sacando el termo y sirviendo en un plato. Saqué una cuchara y se la entregué- Y sí, se cura más uno con caldo de pollo que con esta comida.

-Si ya sé. Aunque ya tenga 15 y ese fue el trato "cuando tengas 15 podrás salir con quien quieras"... y a donde quisiera- le recordé pícaramente. Aunque me alegraba ver que le gustaba lo que cocinaba.