Regañando a Nueva Orleans

No es que quisiera, pero realmente sus jefes le ordenaron que fuera a sacar de donde fuera a Nueva Orleáns, pues últimamente en cada reunión que hacían éste inevitablemente faltaba y para nada había entregado la documentación de los batallones.

Llega a la ciudad, y se pasea disfrutando la vista de las enormes casas coloniales, hacía tanto que no visitaba el sur y la visión es refrescante. Al fin llega a su destino.

- ¡Oiii, Louis! ¡Sé que estás ahí, abre! It's me, Alfred! -

Grita haciendo que todo el vecindario se despierte.

Louis reposaba en su balcón, aun en bata desde la pequeña "fiesta" (eejeem cofcoforgiacofcof) en la que había participado esa noche, cavilaba relajadamente sobre uno y otro tema en forma ambulatoria, no muy concentrado en nada mientras comía un trozo de chocolate y disfrutaba de una tasa de humeante cafe negro...
Le agradaban las mañanas tranquilas luego de una estupenda noche, el pasivo silencio, el suave canto de las aves pululantes, la dulce brisa...y...los gritos.... Wait... ¿¡Los gritos!?
Louis casi cae de su agradable sofá al escuchar ese escandaloso y desagradable grito desde la parte inferior de la casa, absolutamente molestó, se levantó se su asiento, asomando a la puerta donde estaba de pie el rubio...
"Ugh... seguro viene por los papeles" pensó mientras recordaba que no había hecho absolutamente nada... No era que lo hubiera olvidado claro, si no más bien, su silenciosa forma de protestar por formar parte de una nación a la cual absolutamente no quería pertenecer. (ejeeemmentirosocofcof)
Con una mueca de molestia dio vuelta su café justo sobre la cabeza de Alfred.
-Ya vete!... no pienso salir!- espetó en tono molesto mientras daba media vuelta e ingresaba a su casa, dejando allí afuera al escandaloso.. y ahora mojado norteamericano.

Le cayó el café encima y escuchó el portazo. Definitivamente esta visita no había empezado con buen pie.
Ahora bien, le quedaban dos opciones: o volaba la puerta de entrada con los cartuchos de dinamita que siempre cargaba para una emergencia, o saltaba hasta la ventana que había dejado abierta su rebelde estado.
Luego de pensarlo por como medio segundo se decidió por la última opción, porque ese balcón no era demasiado alto y además se podía apoyar en la cornisa debajo de él.

- Let's go! -

Y tomando vuelo hizo su heroico salto hacia arriba, para caer en mala posición pero sin daño alguno en la ventana.

- Hey, New Orleans, come on! -

Ya se daba media vuelta, feliz de haber dejado al idiota de Alfred en su puerta y bañado en café... se dirigía a su baño ya a refrescarse cuando escucho de nuevo aquella molesta voz, y más cerca de lo que lo habría deseado... Se dió lentamente media vuelta ya casi temiendo lo que iba a encontrar....
-What????- no podía creerlo, ese zopenco se había tomado el descaro de entrar a SU casa y luego de haber sido obviamente rechazado, evidentemente el americano era o muy imbécil o muy insistente... Louis se inclinaba hacía la primera...
Se volteó frunciendo levemente el ceño en señal de mal humor, pero no lo suficiente como para tener que preocuparse por arrugas luego...
-Largate!- le dijo en tono imperativo.

- Aw, Louis, no seas tan malo - dijo haciendo un puchero e intentando llamar la atención de New Orleans, porque realmente necesitaba de su apoyo en la guerra.

-Vamos, ven conmigo. ¿Recuerdas cuando eras pequeño?- Dijo acercándose lo más que podía entre el desorden de la habitación. - ¿Recuerdas como nos divertíamos juntos? - Se acercó más y por poco tropieza con una prenda interior sospechosa.

- ¿Es que acaso no te gustaba jugar con tu hermano Alfred? -

Intenta usar la táctica de chantaje emocional para ganarse un poco a su excéntrico estado.

El louisianés frunció el ceño en un gesto imaginado... ¿El estado unidense era estúpido... o sólo finjia serlo?... El nunca había sido demasiado cercano al estadounidense, desde sus principios que habían sido distintos... Alfred siempre con ese... Ese cejón con mal gusto...
Aunque si era sincero consigo mismo, tendría que admitir que Alfred si habìa intentado ser bueno con el desde que le había admitido... Ser tan... bueno, tan el no era su culpa... La culpa la tenía toda el estupido cejón...
Y tal vez fueron aquellos pensamientos, el echar la culpa a otro los que reblandecer los sentimientos de louisiana, y le instigaron a suspirar con cansancio y darse por vencido en sus intentos de echar al otro.
-Eso nunca fue... Y aunque quizás, pudo haberlo sido... Eso era antes de que fueras con ese apestoso ingles y luego me compraras a Francis ni-sama cuando sabías que yo no quería ser parte de esa guerra...-suspiró, callando por no recordar más de tiempos tan fatídicos..
Respiró hondo relajándose un poco.
-Bien, eso no importa ya... ¡ok! dime que vienes a hacer.. ¿tienes algo que decirme?-preguntó alzando una ceja, aunque no lo admitiera ni ante si mismo...se había ablandado un poco a la cercanía de América.... Después de todo y aunque no lo admitiera, él era americano.

[;; lamento mucho la tardanza]

Nota que su estado se ha relajado, y menos mal porque ya no sabría que hacer si lo hubiera corrido de su casa nuevamente. Aunque no parece pero es muy sensible con los 50 y tiene una debilidad especial por este estado del sur.

Suspira cuando escucha las palabras llenas de nostalgia de Louis. En ocasiones como esta, por más que le digan que no puede, si que leyó la atmósfera y decide intentar relajar a su anfitrión.

- ¡Toma! Vine a traerte el desayuno . - le pasa una hamburguesa con doble carne y extra queso. Mientras busca con la mirada un lugar donde pueda sentarse, y va hacia la cama donde quita con el pie más ropa sospechosa de cuero negro.

- También vine porque me pidieron que te dijera que te presentes en la próxima reunión en Washington pero ¡bah! No tienes que ir hasta allá.¡Sólo dame la lista de tus soldados y yo te cubro con mis superiores! - guiña un ojo mientras da una mordida a su hamburguesa.

- Y además - Pasea la vista por la habitación - Necesitas un lugar nuevo para vivir, aquí está muy viejo - sigue mordiendo su hamburguesa.

Así que era sobre eso... Suspiró y pensó en ir a buscar la lista, despues de todo el Americano estaba siendo amable con el o algo así... Dejó con cuidado la fea hamburguesa sobre algun lugar donde no manchara nada con su grasa y fue hasta el americano...
-Algun problema con mi hermosa casa gotica renacentista- le preguntó a la vez que alzaba una ceja.. no le gustaba que criticaran su hermosa casa, tan bella y tan especial para èl... Le recordaba a su nisama...

-Además de la lista, no hay nada mas que te traiga por estos lugares?- preguntó enseguida mirandolo inquisitivamente, por mucho que no lo admitiera se había sentido bastante sólo.. No se llevaba muy bien con sus vecinos mas cercanos y estaba casi todo el tiempo sólo...
Miró con reproche a alfred mientras hacía un leve puchero.
-Sólo vienes por cosas como aquellas...- le reprochó extrañando de nuevo a su cariñoso hermano Francia.. ¿porque había tenido que venderle asi?

Se levanta al notar la cercanía de Louis.

- Claaaro que no vine sólo por eso, no seas tontito - le pasa el brazo por los hombros y lo golpea "cariñosamente" - También vine porque hace meeeeses que no te veo y me preocupas... - voltea de nuevo por la habitación... Y nota todos los pequeños detalles que ha pasado por alto.

- ¡Mira! Tu cuarto es una mezcla de la decadencia europea con nuestra modernidad, aunque creo que eso es lo que te hace único... - dice más para si mismo.

- ¡Y deberías comer más! Te veo muy delgado, vamos. - acerca un trozo de hamburguesa mordida a la boca de Lousiana.

- Me preocupa que tengas tanta ropa extraña aquí, no sabía que tenias los fetiches de Francis - lo mira con una sonrisa traviesa, no puede negar que le gusta molestar un poco a su "hermano" porque tiene reacciones muy lindas. Pero sí que se había preocupado por su ausencia y le alegraba que al menos tuviera algo de compañía... Porque sí que había tenido compañía ¿verdad?

Se sobo donde le habían "golpeado cariñosamente", para luego mirar algo cavilante a alfred...

-No sólo vienes por eso?..seguro?- le dijo sin creerle mucho todavía... en realidad desconfiaba de la palabra del americano, seguramente con todo lo distraido que era, ni siquiera se había acordado de el hasta ese momento...

Sonrió aprovatoriamente ante la observación de su cuarto, lo amaba, simplemente el no podría vivir en otro sitio...
Y casí se ahogó cuando le metieron una hamburguesa en la boca...

-No tengo problemas de dietas! -hizo una mueca- solo tengo una mejor que la tuya y por eso no estoy gordo!- le reprocho mientras le miraba feo y terminaba de escupir la hamburguesa.

Sin embargo, una sonrisa travieza afloró de inmediato en su semblante al escuchar la mencion de su ropa.

-Oh Merci~~ Heredé de mi hermano Francis mucho más de lo que podrías llegar a imaginar- insinuó dandole un traviezo guiño al americano.

- Oye, ¡no la escupas! Debes respetarla, es la primera lección como americano - reprendió a Louis refiriéndose desde luego a la hamburguesa. Recoge los restos del suelo y la envuelve con toda la ceremonia del mundo en una servilleta para luego lanzarla por la ventana.
- Pobre, era tan buena, merece ser recordada. Bueeeno, ¿en que estaba? - Voltea y escucha el comentario de su hermanito sobre la ropa, así como observa el guiño travieso que le manda. Sin duda un gesto al que ya está acostumbrado porque en cada reunión le toca cada que saluda a Francis.
Sonríe seguro y se acerca a su estado... Para tomar su mejilla y pellizcarla suavemente.

- Pero tú no eres francés, ¿o si? Eres American! ¡Deberías estar orgulloso de eso! O es que - se le acerca y pone ojos de cachorro - ¿Ya no me quieres?

Hizo una mueca al ser tomado de la mejilla, y se apartó algo de Alfred mientras se sobaba su mejillita, algo preocupado de que le hubiera dejado alguna marca...
Sonrió con algo de maldad antes de responder.
-En realidad no se si alguna vez te he querido... - dijo mirando a otro lado, sabiendo completamente que era una mentira, tal vez al comienzo detestara al americano con toda su alma....
Pero luego de un tiempo, aun más luego del katrina, en realidad en el fondo se sentía más estadounidense de lo que hubiera llegado a admitir....
Y en realidad.... en el fondo.... y no tan en el fondo como desearía, si le había tomado algo de cariño al hermano Alfred, a pesar de que lo llamara "estúpido cuatro ojos" a menudo....
-Tal vez debí quedarme francés...- siguió diciendo, pero ya el era completamente consciente de que tanto el como América sabían claramente que no decía la verdad... pero, aquel era el juego que Louis jugaba siempre con su hermano, su orgullo y rebeldía le obligaban a decirle que le odiaba... Cuando como todo estadounidense, el amaba al tonto de Alfred, por muy distinto que fuera de sí mismo.