Visita familiar~

Hace un tiempo había recibido la noticia de que su hermano Ezio no se encontraba del todo bien, Ciro le comento que lo mas probable era por estar tanto tiempo solo y tener mala suerte en sus relaciones. Ciertamente…la personalidad de Ezio hacia que no todos pudieran acercársele…pero realmente le sorprendía que pudiera entrar en depresión por algo así. Aunque debía reconocer que comprendía algo su soledad…el también se encontraba muy solo…y desde que tenia memoria jamás tuvo alguna pareja estable…simplemente amantes o relaciones pasajeras, nada importantes la verdad…nadie que pudiera llenarle…pero ha pesar de eso no se dejaría entristecer por aquel hecho…

Tras un largo viaje, llego finalmente a la casa de su primo. Golpeo de forma suave la puerta de su elegante casa y espero a que le abriera…estaba preocupado por el, y tenia que asegurarse que al menos se estaba alimentando como debía…si no, lo obligaría a hacerlo-

Desde su casa, en la cima del monte Titano, la montaña más alta en su país donde había lo que parecía ser más un castillo, no, una fortaleza era la palabra más adecuada para alguien como Ezio después de todo siempre tendía a aislarse de todo el mundo en su pequeño lugar. Contemplaba los jardines y la hermosa vista bajo el nivel de sus ojos, perdiéndose en un horizonte infinitamente verde, era increíble que llamándose; “San marino”, ni siquiera poseía un océano, pero no importaba, ante sus ojos las llanuras eran como un océano.

No le molestaba la soledad, solo confiaba en su familia; Italia y todas las demás provincias de estas, aunque a veces le molestaban por no saber futbol, no que le importara, Ezio realmente odiaba el futbol.

Esperaba que uno de sus familiares llegase, no lo había llamado pero al parecer Italia estaba preocupado por no sabía que cosa así que le pidió a Alessandro; Catania que le visitara. Por la ocasión había preparado el postre favorito del susodicho, después de todo no era molestía.

Escuchó la puerta por lo que buscó su sombrero y luego de recorrer los largos y desolados pasillos la abrió para recibir a su primo.

-“Ciao~…Alessandro”- dijo y le invitó a pasar, suspirando, no se le veía ni de mal ni de buen humor, le daba algo de igual la visita.

Ciao Ezio ^^~ -le saludo con voz algo animada y introdujo las manos en los bolsillos de su pantalón mientras entraba al hogar del otro. Miro de forma fugas los alrededores, los pasillos y las habitaciones por donde iban pasando…era un lugar bastante grande para alguien que vivía solo…debía ser algo desolador estar en ese hermoso castillo…o al menos eso imagino por unos instantes el italiano.

Dime primo, ¿Cómo ha ido todo?, ¿has estado bien verdad?...-se acomodo un poco su sombrero mientras miraba al peliblanco con una sonrisa fraternal en sus labios. Camino hasta un sofá cercano y se sentó sobre este mientras sus orbes continuaban mirando atentamente a su familiar.

Me han comentado que no has andado del todo bien, debo admitir que me preocupe bastante por eso –comento Alessandro de forma directa al mas bajo, esperando que le confirmara si aquellos comentarios eran o no ciertos.

Ezio frunció el ceño y refunfuño un poco -"Italia siempre exagera todo... me encuentro perfectamente, Alessandro, no hay nada que sea de preocuparse..."- Dijo Ezio apoyado en una de las paredes de su sala mirando a su primo -"...por cierto, ya que sabía que vendrías preparé un poco de Granita" -se encogió de hombros -"sería agradable tomar un poco porque hace algo de calor estos días....¿gustas?"

Ezio si mal no recordaba a ALessandro le encantaba aquel sorbete de almendras o chocolate pero aún así podía equivocarse.

Quedo observando con atención el rostro del peliblanco, dudando un poco si le decía la verdad o no. Más después de unos segundos prefirió confiar en su palabra…

-“De seguro Italia exagero...”-pensó mientras sonreía de manera amable al otro. Aun así seguiría pendiente ante cualquier acto extraño, gesto e incluso, comentario.

Claro, me gustaría beber granita junto a ti…aunque en verdad no debiste molestarte Ezio…Grazie –se puso de pie para acompañarle e ir a la cocina por granita- ¿Nadie te ha venido a visitar este ultimo tiempo? –le pregunto para poner algún tema y no solo escuchar los pasos de ambos resonando por los largos pasillos del castillo.

El rostro de Ezio permanecía tranquilo y casi sin expresión alguna, no se le veía deprimido y tampoco como que estuviese fingiendo demasiado, quizás estaba algo hastíado pero no más de eso.

-"no, sabes que no, no recibo muchas visitas.... creo que eres el primero en años..."- dijo encogiendose de hombros y caminando a la cocina para luego abrir la hielera y servir en unas hermosas copas de vidrio azul con tonos verdosos el sorbete sabor a almendras favorito de su primo.

-"..¿te molesta el silencio, primo?".

Le miro un poco entristecido…¿nadie le iba a visitar?, jamás imagino lo solo que podría estar su primo en aquel lugar. Él nunca se acostumbraría a estar en un ambiente de ese tipo, necesitaba estar rodeado de personas o bullicio, era algo que le llenaba…

Jajaja…no, no es molestia, además…nuestras voces opacan el silencio –comento de forma tranquila al mas bajo mientras tomaba una de las copas con granita y comenzaba a degustarla. Hasta cosas como esa quedaban deliciosas si era Ezio el que las preparaba-

Muy bueno –le susurro con voz suave mientras degustaba aquel delicioso postre.

-"Grazie..."- dijo Ezio encogiendose de hombros simplemente mientras tomaba un poco de su poco de la granita y le removía con la cucharilla de forma distraída. -"supongo que sí... nuestras voces opacan el silencio..."- suspiró y miró en otra dirección, la verdad no tenía idea de qué hablar con él.

Siempre había estado bajo el cuidado de la familia Italiana desde que Roma estuvo por allí formando su imperio y ahora, habían pasado muchos años y a pesar de ser familiares y compartir las fechas juntos no conocía tanto de su primo Alessandro. Más que su postre favorito era la granita siciliana.

-Noto que el menor no ponía tema alguno, quizás no sabia que hablar…o simplemente no tenia interés en hacerlo. Alessandro continuo probando la granita de manera algo rápida, estaba demasiado deliciosa y realmente todos los postres que preparaba su primo sabían a gloria.

Después de esto podríamos ver una película juntos, bueno…si es que te agrada la idea, es bueno que te distraigas, no? –le dijo el mas alto mientras sonreía con algo de coquetería, sin poder evitarlo. Ser coqueto o galante era parte de él. Fuera con quien fuera adoptaría aquel aire seductor...

Ezio se sonrojó un poco ante su aire galante pero simplemente miró a otro lado terminando su granita con el ceño fruncido y luego recogió las copas para colocarlas en el lavadero. Se secó las manos y le miró

–“bien, ¿qué película tienes en mente?”- dijo en tono neutro y se encogió de hombros –“yo puedo distraerme perfectamente pero ya que estás aquí…supongo podemos ver una película…”

disculpa lo corto DX