Té y galletas (privado)

Entró a la cafetería, le agradaba ese ambiente cálido que había en ella, al igual que el delicioso aroma a café y dulces. Buscó una mesita vacía, cerca de la ventana, pidiendo su habitual taza de té y unas galletas que no tardaron en llegar.

El lugar no estaba tan lleno como en otras ocasiones, no se quejaba, de ese modo era más tranquilo. Miró a su alrededor por si encontraba algún rostro conocido, no negaba que un poco de compañía le vendría bastante bien.

Tras un leve suspiro dejo de observar a los demás, tomó la taza con delicadeza, la misma que aplicaba a casi toda las cosas que solía hacer, y bebió un pequeño sorbo, cuidando de no quemarse.

era un dia como los demas, aburrido. dicidi salir un rato para no aburrirme tanto, camine sin rumbo hasta que me tope con una cafeteria, entre y busque una mesa vacia, realmente no esperaba encontrarme con nadie aqui, pero al observar a las personas del lugar, fije mi vista en una chica que tomaba un té con mucha delicadeza, por el momento lo deje pasar... tal vez luego iria a hablarle o algo.... me sente en una mesa pequeña y vacia y pedi unas galletas y una taza de chocolate con algo de licor.... no era lo mismo que el vodka, pero tendria un efecto similar.

esperando a que trajeran mi chocolate, segui observando a la gente del lugar, ella se me hacia conocida.... me recordaba a cierto aristocrata que representaba a austria, ya le preguntaria luego, o mejor aun si ella venia y le preguntaba seria mas conveniente

Bebió un segundo sorbo de té antes de dejar la taza sobre el platillo, al lado de la pequeña cuchara, que usó para agregarle un poco más de azúcar. Acercó una de sus manos a las galletas, rozándolas con los dedos, tomando una al azar de aquella surtida porción, había algunas con chispitas de chocolate y otras de sabores que no podía reconocer sin probarlas.

Alzó la vista y sin esperárselo, su mirada se topó con la de una chica, tenía un rostro familiar, ese cabello claro y esos ojos violetas, estaba de segura de haberlos visto en otra persona…

-“Tal vez sea pariente de Rusia”-concluyó mentalmente mientras un involuntario escalofrío recorría su espalda. Encontraba que la gran nación euroasiática era extraña, por no decir demente, y esa chica, pareciéndose tanto…¿no sería igual?- “No, no debo ser prejuiciosa”- se regañó, le sonrió de un modo cordial y volvió a enfocar su atención en las galletas.

una empleada del lugar me llevo a mi mesa mi chocolate, junto con un plato de galletas de chocolate, las dejo en la mesa y se retiro... no sin antes agradecerle. tome un pequeño sorbo de mi chocolate, realmente sabia delicioso y mas con el toque a licor que tenia.

tome una galleta y antes de probarla dirijo mi mirada asi la chica que momentos antes habia estado observando. nuestras miradas se toparon por unos segundos y despues me sonrio, supongo que por cordialidad.

me dirigi a su mesa y alegremente me presente- hola~~ mi nombre es lena Braginski y represento a la ciudad de moscú~~ da..? y usted?- le hable con formalidad ya que tal vez se enojaria si no lo hiciera

Llevó la galleta hasta su boca, comiéndola lentamente para disfrutar una corta fracción más de tiempo del agradable sabor a vainilla ésta que tenía. Acto seguido, sin siquiera pensarlo, se limpió con la servilleta, no quería que hubiese en su rostro ni una mínima miguita de galleta.

Estaba sorprendida, ¿en que momento la chica que antes miraba había llegado a su mesa? Se veía alegre, igual que su hermano. Pese a los nervios que le producía ese encuentro, sabía dominarse muy bien, lo suficiente como para que no se notase, cubriéndolos con esa máscara de seriedad aristocrática, propia de los austriacos.

-Buenas tardes- saludó con voz amable y suave- Caroline Edelstein- extendió su mano con educación.- Represento a Viena- agregó, volviendo a sonreír.

observe como la chica austriaca extendia su mano delicadamente presentandose, como deseaba en ese tipo de momento saber un poco mas sobre modales y cosas asi, pero ya las aprenderia luego... tome su mano y la estreche con delicadeza y firmeza a la vez- mucho gusto Caroline, ¿alguna vez has ido a rusia?- pregunto junto con una sonrisa sincera- ¿me permitiria sentarme con usted?

La joven rusa estrechó su fina mano con delicadeza y le hablaba con amabilidad, al menos era un buen comienzo.

-Igualmente, señorita Lena- dijo con ese aire educado, siempre era importante dar una buena impresión.-Oh, nunca, pero me gustaría hacerlo- admitió, pero si lo hacía, definitivamente no sería en invierno.-Claro, me vendría bien algo de compañía- agregó correspondiendo la sonrisa. De a poco comenzaba olvidar los nervios que sintió al principio, aunque tampoco podía bajar por completo la guardia, su hermano le había advertido que los rusos podían ser “extraños”.

al oir la respuesta de la austriaca, sonrei inconscientemente y fui a preguntarle a una chica que atendia del lugar si podia pasar mis cosas a la mesa de la chica castaña, me respondio que si ella me daba su consentimiento si, asi que tome mis galletas y mi chocolate y los coloque en la mesa de caroline- listo! hahah~~-rei tontamente, pero mi semblante cambio a uno de duda- por cierto... ¿que hace una chica como usted, sola en una cafeteria?- esperando su respuesta me sente en una silla de la mesa y cogi la taza de mi chocolate

Tranquilamente observaba como la chica traspasaba las cosas a su mesa y se sentaba junto a ella. Tomó nuevamente la taza de té, bebiendo otro pequeño sorbo, a su gusto, tenía una temperatura ideal, ni muy caliente, ni frío.

La miró un poco extrañada, sin entender muy bien porque se reía, de repente esa expresión alegre cambió a una de duda, generándole el mismo efecto.

-No es un motivo especial, simplemente, me gusta éste lugar, suelo venir algunas veces y no siempre encuentro a alguien que me acompañe- respondió sin dejar de sonreír, sacando una de las galletas con chispas de chocolate.- ¿Y usted?

realmente no habia respuesta concreta a esa pregunta, pero respondi con sinceridad- uhm... en mi casa siempre hace mucho frio, casi no puedo salir, hoy era un buen dia y crei que seria buena idea venir y tomar una taza de chocolate caliente... y tal vez podria encontrar a alguien con quien hablar- sonrei melancolicamnete recordando las tardes nevadas en rusia, pero mi actidud cambio totalmente para pasar a una de alegria sin justificacion- haha~~ ¿y como es vivir en austria?

Ahora si que se sentía extrañada con esos repentinos cambios de humor que tenía la chica rusa, de melancolía a alegría en pocos segundos, ¿acaso tendría algún problema de bipolaridad? En cuanto llegase a casa lo consultaría en uno de sus libros de psicología.

¿Vivir en Austria? No esperaba esa pregunta y no sabía muy bien como responderla, tampoco es como si hubiese vivido en más lugares para poder comparar, sólo tenía referencias ajenas para hacerlo.

- Podría decir que se lleva una vida tranquila- respondió finalmente, recordando los momentos agradables que tenía cuando podía tocar alguna pieza musical junto a su hermano o las tardes de lectura.

preguntaba sobre austria porque alguna vez habia escuchado de su hermano que segun las condiciones o la forma de vida en la ciudad era la forma de ser de su representacion... asi que a ella le gustaban las tardes calmadas..- uhm.. asi que tranquila... en rusia tambien es tranquilo... pero a su manera y hace muchi frio, no tanto como en casa de hermano siberia.. pero frio...-

Había escuchado, incluso, leído en más de un libro acerca del frío en tierras rusas, en especial durante invierno, más de una torpe nación cometió el error de atacar a ese enorme gigante euroasiático en dicha época del año y las cosas no terminaban muy bien para ellos.

-“Nunca visitaré Siberia”-se dijo mentalmente, de sólo imaginarse lo frío que debía ser aquel lugar, no por nada enviaban a los presos a trabajar ahí.- Me imagino, si alguna vez voy de visita, será en verano- dijo antes de comer la galleta que hace un rato tenía en la mano.

uhm.. pero tambien hay cosas buenas en invierno... si logras acostumbrarte al frio..- los extranjeros casi siempre iban en verano, no entiendo porque...- si quieres ir a rusia, puedes ir conmigo otro dia~~, pero tu tendras que llevarme a austria~~- mi semblante cambio a uno de duda- por cierto, ¿ que tipo de atractivos turisticos hay en austria?

-Me encantaría, usted podría ser mi guía turística- aceptó con ánimo aquella invitación, así no estaría tan sola visitando tierras que no conocía.- Oh, no hay problema, cuando guste, sólo tiene que avisarme- ofreció con una sonrisa.- Hay varios atractivos turísticos, museos, teatros y palacios bonitos, como el de Schönbrunn. Cuando visite Austria, la llevaré a conocer esos lugares- respondió amablemente, tomando su taza de té, que seguramente ya estaría frío.

- oh! eso seria esplendido! una visita a austria a cambio de una guia en moscú- me encantaba la idea, y haci tendria alguien con quien pasear y pasar el tiempo,-por cierto, ¿sabias que nuestras ciudades tienen una organizacion similar? , en distritos...- ya no se me ocurria nada mas.. asi que busque semejanzas entre nuestras ciudades

-Sí, me gusta, es un buen trato - afirmó con esa sonrisa amable que no se borraba de su rostro, estaba encantada con aquella idea de visitar Moscú con guía turística incluida.- Verdad, además, nuestras ciudades están “hermanadas”- añadió, ahí había otro motivo más para fomentar un buena relación entre ambas, que además permitiese el intercambio de culturas, un detalle bastante importante.

Apartó su mirada de la chica rusa y tomó otra galletita al azar, ya no quedaban tantas en el platillo y su té se había enfriado, poco le importaba, pediría otro.

- haha~~ es cierto- tome la ultima galleta y la lleve a mi boca, y antes comerla dije- oh.. se acabaron las galletas... pedire mas, ¿tambien quieres mas?- estabamos llevando una platica tranquila y buena, nunca habia tenido una charla asi.... era genial poder hablar con alguien asi

Delicadamente dejó a un lado la taza de té, quedaba muy poco y estaba helado, no quería tomárselo así. Alzó la mirada para observar a la rusa, al notar que ya se le había acabado la porción de galletas con amabilidad extendió su platillo hacía ella.

-Puede comer de las mías, aún quedan bastantes- le ofreció con su clásica cordialidad.- Me gustaría pedir otra taza de té- respondió, haciendo una pequeña señal para atraer al personal que atendía las mesas.