La tranquilidad del Mar [Privado]

Se encontraba tranquilamente paseando por las blanquecinas y tibias arenas de la aquella playa, observando el azulado e imponente mar, cuyas olas parecían rebotar y llegaban de tanto en tanto hasta sus pies descalzos. Se sintiño bastante bien, después de todo, había estado tan ocupado con las cosas de su casa, que no había tenido casi ningún minuto de descanso. Por eso, había decidido que en cuanto terminara, iría a despejar un poco su mente.

Y que mejor lugar que la tranquilidad de las costas marinas. Se sentó pausadamente en la arena, mientras la brisa marina despeinaba ligeramente su cabello, y unas que otras gotas que el mar zalpicaba producto de una gran ola, mojaban un poco su rostro.

-Se está tan tranquilo aquí -Dijo el chico, mientras se recostaba en la arena y cerraba lentamente sus ojos, tratando de relajarse en esa soledad- Ojalá durase para siempre-suu.

Se encontraba recostado, disfrutando de la tranquilidad del momento, hasta que una voz le interrumpió y lo sacó de sus cavilaciones. Abrió lentamente los ojos, para ver quién era la persona que le había hablado, y se encontró con un joven rubio con una expresión bastante animada en su rostro.

Se reincorporó lo mejor que pudo mientras el contrario hablaba, intentado entender lo poco que le decía. Lo único que podía interpretar de este es que parecía tener una excesiva confianza, cosa que le extrañaba, después de todo, recién le conocía. Se encogió de hombros cuando este terminó de hablar.

-Ehm... -Comenzó, intentando pensar y procesar lo poco que le había entendido al contrario, que era algo sobre un juego- Pues... No lo sé-koe... -Le dijo- No conozco bien ese juego-koe... -Le miró con expresión de desconfianza pero al mismo tiempo de extrañeza.

Mientras miraba al contrario, pensó por un momento y seriamente, que la gente de hoy en día no respetaba la paz ajena. ¿Era mucho pedir un momento de tranquilidad? Bueno... después de todo era una playa, rodeada y repleta de chicos hiperactivos. Se encogió de hombros, y a pesar de que sentía muy poca confianza para poder lograr ese juego, decidió hacerlo. Después de todo, aunque su fuerte fuera el rugby, no significaba que no podía aprender algo nuevo.

-Ni modo... -Le dijo mirándole con tranquilidad- Muestrame como es ese juego-koe...

Dejó sus pertenencias a un lado, y volvió la vista a la mano que le extendía el otro. Al parecer quería presentarse.

-Yo me llamo Demian. -Dijo el chico, tomando con torpeza la mano- Demian Tane. Un... gusto. -Y soltó la mano, para levantarse y acompañarle.

Le continuó mirando extrañado, para luego encojerse de hombros, y asentir con lo que decía. Con la explicación, le fue más que suficiente entender el juego, así que se preparó para jugar.

-Esta bien, comprendo lo que dices. -Le dijo, con tranquilidad, mientras miraba el balón. Aunque al principio el chico le había parecido algo ruidoso y quizás molesto, ahora le parecía agradable y de un carácter bastante animado. Solo sonrió un poco, para luego volver a asentir. Realmente debía gustarle el juego, ya que no para de explicar.

Cuando vió que se inclinó, trato de hacer que se parara.

-N... no te preocupes, entiendo que te guste, además, sin las teorías no podría entenderlo bien... -Le dijo, volviendo a sonreír con ligereza.- Bueno... ¿Jugamos? -Dijo, mirándole.

Sonrió y Asintió ligeramente, para luego lanzarle unos cuantos pases al americano, cuando este le cedió el balón. Después de todo, el juego no se le hacia para nada aburrido, y la verdad es que podía admitir que se divertía. Mientras jugaba, pensó que tal vez el chico no era tan extraño como lo había juzgado en un principio.

Cuando acabo los pases, Se pasó una mano por la frente, un poco agotado. Después de todo, hacía mucho calor. A la invitación del contrario, sonrió nuevamente.

-Claro, me gustaría mucho koe... Después de todo esto cansa un poco koe.-Dijo con tranquilidad, mientras estiraba sus brazos para recuperar las fuerzas.