Super Pijamada! El rojo, el sexy y el muerto ? (privado)

Era una noche hermosa... una deslumbrante media luna sonriente iluminaba un campo de tréboles coloridos que parecía extenderse al infinito, los arboles lucían lóbregos a media luz, y los titilantes fulgores esporádicos de las hadas viajeras confundían los sentidos... Y era en aquella noche hermosa que una leve silueta recortada contra el suave paisaje dejaba escapar, sutil entre sus labios, un suspiro nostálgico.

No era un buen día, mas, ya no le era extraño el mal que nuevamente le atosigaba, después de todo resultaba común ¿no? El que después de una vida tan ajetreada y aguerrida no pudiera disfrutar del todo la tranquilidad de la muerte.
Tiempo tras tiempo veía los días y noches perseguirse incansables sin nada interesante que ocurriera, podía ir a ver a roma, o quizás bajar y entrar en los sueños de alguien, pero ya nunca dejaría de ser lo que era... Un recuerdo...
Un recuerdo perdido en los límites entre la vida y la muerte, que no era ni lo uno ni lo otro, no gozaba de la paz sin pasión de un muerto completamente, y no podía adquirir tampoco el privilegio de una nueva vida, su naturaleza le limitaba, había gozado de una vida mucho más larga que cualquier humano, pero el ser la figura que encarnaba todo lo que era su pueblo, también le había impedido una muerte a la que cualquier ser humano normal tenía derecho, el descanso con los dioses... Volvió a suspirar.

"-Sucede algo, Nicer?- "
De pronto una vocecilla aguda irrumpió en su melancólico pensar, el alto pelirrojo se giró dando de frente con un pequeño ser un "leprechaun"

-Nada en realidad... Los nogales siguen su siglo y hojas tiernas siguen a las marchitas.... esta existencia es tan aburrida...- suspiró con pesar, no era del todo lo suyo hacer dramas por situaciones que no lo merecieran. Pero el tedio le tenía, en aquellos momentos, verdaderamente apesadumbrado...

El travieso pequeño, sonrió como si no entendiera que absurdos motivos tenía el otro para aburrirse.

"Pues, visita a alguien en la tierra celta, quizás alguno de tus hijos"

Una pequeña sonrisa iluminó el semblante del pelirrojo, era verdad ¿Como había podido olvidarlo? si había motivos de que siguiera por allí, era su familia, seguramente sería una alegría comprobar el estado de alguno de sus hijos. Ya había visitado a unos y otros en sus momentos de ocio en días anteriores, no entendía porque en aquel momento melancólico no se le había iluminado tan simple solución.
Apartó con rapidez de su mente cualquier reproche sinsentido y se dedicó a pensar a cual de ellos visitaría esta vez...
No tuvo que pensarlo mucho realmente, sólo ver al pequeño ser que se sentaba junto a él tenía la respuesta... Iría a ver a Mick...
Hace bastante que no le veía, y realmente era uno de sus hijos a los cuales más extrañaba, uno de los que estuvo con el hasta el final.

Y con aquella suave y pasiva sonrisa que caracterizaba su semblante, se materializó sin más en casa del otro, olvidando, como solía hacer a menudo, que el mundo moderno se regía por otras reglas y que eso que había hecho era de mala educación además de anormal, pero no le agradaban las puertas, y menos entendía el asunto absurdo de tener que golpearlas suave para que las abrieran... Por lo que apenas había aprendido aquello, ya estaba borrado de su mente, y el jamás había usado una puerta.
Igual que jamás nunca jamás se metería tampoco a una de esas aves de metal gigante, o a los caballos feos y cuadrados esos (autos) los cuales le parecían una abominación.

En fin, allí estaba a mitad de la sala de su hijo, esperando no haber importunado nada y poder pasar un buen momento familiar....

-Haigh? -llamó son suavidad, pensando que su hijo podría estar en cualquier lugar de la casa, era una suerte que irlanda fuera aun un lugar tan mágico, pues gracias a eso su presencia allí era mucho más poderosa que en otros lados, le era fácil descubrir siempre que los visitaba, cuales de sus hijos le recorvaba mas que otro. Y aunque no le guardaba rencor a los que ya casi habían olvidado su rostro, se sentía verdaderamente feliz de tener hijos como Mick, que aun tuvieran tan vivo su recuerdo en su mente...

Volaban las prendas a su alrededor, había abierto absolutamente todos los cajones de la habitación de Mick, sólo con un objetivo en mente... ¡encontrar su puto diario íntimo!, estaba seguro, ¡pero segurícimo! que el psicopata de su pareja había leido el suyo, no había duda alguna, extrañamente los hombres de los cuales había anotado sus nombres, actuaban muy extraño. Por ejemplo Ernesto el panadero ya no se tomaba un matecito con él cuando le traía las facturas a la tarde para merendar, Ricardo el carnicero se estremecía, y no claramente de placer, cuando le pedía sus chorizos semanales, Juancito el jardinero ya no le pedía manzanas del árbol que tenía detrás, y Antonio, ¡Antonio! ¡el lechero! misteriosamente se había ido de viaje a Dublin y nunca había vuelto.

Y todos tenían algo en común, se los había re contra garchado, especialmente a Antonio, que buen pasivo que había sido ese pibe, nunca fue de repetir muchas veces, pero Antonio era caso aparte.

- ¡Qué bueno que estaba la puta madre! .- exclama recordando al jovencito montándolo .- ¡Tenía talento para triunfar! .- bufa molesto, estaba seguro que no era una casualidad todo lo que estaba ocurriendo.

¡No lo encontraba!, ya se encontraba toda la ropa del irlandés completamente esparcida por toda la habitación, mientras el castaño se cruzaba molesto de brazos sentado frente al ropero.- Hijo de su madre... -murmura entre dientes, cuando algo le llamo la atención, algo pequeño, unas finas lineas en la oscura madera del fondo del placard.- Mmm...-

Tanteo esa parte, claramente era una puerta trampa, ahora entendía el porque de la pared algo más gruesa. Con la ayuda de su ingeniosidad para abrir absolutamente todo, obviamente no es que tubiera practica para esas cosas, no para nada, no es que fuera que había aprendido abrir hasta la cerradura más complicada existente en américa latina para poder entrar a la casa de Alen o encontrar algo interesante de él en la casa, absolutamente era obvio que no.

Luego de tantear unos cuantos segundos, saco de un bolsillo una de las tarjetas de credito de Mick, que misteriosamente había llegado ahí, sin saber como claramente, con ayuda de esa pequeña cosita de plastico cargada de dinero pudo abrir sin dificultad el compartimiento del irlandés.

-¡Hijo de puta!- puteó en voz alta, no estaba el maldito diario que estaba buscando, aunque, no estaba vacio.- ¡Opa!.-

El argentino tomó de aquel lugar una falda, sí, era una de esas cosas que no recordaba como carajo le decía Mick como excusa de que no eran faldas, pero esta era claramente más corta, y parecía tener más tiempo, hasta tena otros colores.

- Epaaa, así que Mick de chico, al parecer, tenía sus fetiches ya .- sonrió con maldad, no había encontrado el diario, pero si algo con lo cual romperle los huevos a su pareja un gran rato.

Con rapidez se quitó sus botas, sus medias y sus pantalones, para rápidamente ponerce la prenda que le permitiría burlarce un largo tiempo del pelirrojo.

-Jejejejeje .- ríe por lo bajo viendoce en el espejo, como claramente le quedaba algo chico se la había abrochado por sobre la cadera, ocacionando que le quedara muy corta, pero eso no era un problema, cubrió la tela cuadruiculada con su camisa, y sonrió aún más abiertamente, si, se veía sexy, si estaba re partible, ¿para variar no?, jajajaja siempre estaba re violable.

Escucho la voz lejana de Mick, dos habitaciones de la cual estaba, le sonó un poco más gruesa, seguramente el irlandés venía cansado de trabajar, como buen novio lo ayudaría a quitarce el estres de encima y hacerle varias bromas.

- ¡Mick! - pasó corriendo por las habitaciones hasta llegar donde se encontraba un pelirrojo del cual se lanzó encima colgandoce de su cuello por la espalda.- Un momento... -algo era extraño, estaba más lejos del suelo que lo habitual.- .... - tanteo con una de sus manos el pecho del hombre del cual colgaba.- ... ¡Nicer! - estaba sorprendido.-

Se había escapado antes del trabajo para ir al almacen para tener mas ingredientes con que Martin pudiese cocinarle, ya estaba resignado a que su novio no lo dejaría cocinar sin criticarlo cada cinco minutos o hacer muecas al ver la comida lista.

Iba llegando a su hogar con la pesadas bolsas, saboreando en su mente los deliciosos manjares de maizena que solía hacer su novio, cuando notó que la puerta curiosamente no estaba del todo cerrada. Cuando se asomo lo primero que vio fue la ropa interior celeste con un diseño que imitaban las manchas de las vacas...y el dueño de esa prenda colgada de la espalda de alguien estando solo con una camisa...

Se quedó atónito y sin darse cuenta había soltado las bolsas de sus manos haciendo un gran alboroto y manchando el piso. Su novio estaba en ropa interior colgando de un desconocido en su casa...En su porpia casa! Había tenido el descaro de hacerlo ahi mismo en su casa donde sabría que lo descubriría

Recordo los consejos de su terapeuta: No asumir cosas que probablemente no sean verdad

Aye, definitivamente iba a destripar a aquel desconocido.

Recordo el segundo consejo: Antes de enojarse respire profundo cuatro veces como minimo, se sentirá mas liviano y estará más cerca de su paz interior

Solo logro respirar profundo una vez cuando noto la altura y que el sujeto era pelirrojo.

- Oh my fuking god- No podía ser..Era Scot?! ¡Su propio hermano mayor estaba tratando de tirarse a su novio en su casa!

En ese momento sintió que la sangre le bajaba a los pies.

El perlirrojo se sonrió al ser de pronto abordado por el castaño de manera tan entusiasta, como lo había imaginado, su hijo Mick estaba muy probablemente ocupado… giró su cabeza, mirando a Martín de soslayo y apreciando aquel sonriente perfil que tanto le agradaba y que tan feliz le hacía estar a cerca de que alguien que disfrutaba tanto la vida fuese la actual pareja de su hijo.

-Jajajaja hola Martín, ya me imaginaba yo que Mick estaba ocupado… -Murmurò a la vez que, alcanzó a ver de perfil algo del atuendo del castaño.

-Ah! Esa es la falda que yo le hacía usar a Mick de pequeño, ¿están jugando con eso?- preguntó con una sonrisa algo travieza mientras intentaba contemplar a Martín mejor.

-Me encanta como se te ve, quizás debiera conseguirte una en celeste, definitivamente te sentaría- comentó como todo el conocedor de esos temas que era..
-¿Y… donde esta Mick? ¿Muy cansado?- siguió preguntado extrañado de que este no hubiera bajado ya, siquiera a saludarle.

Y hablando de este, en realidad el pelirrojo se sintió verdaderamente sorprendido al contemplar a su hijo en la puerta, parado con cara de que le hubieran pegado una buena cantidad de cachetadas, con un montón de bolsas y cosas diseminadas por el suelo. Sin mucho esfuerzo, tomó a Martín dejándole delante suyo y se giró a Mick de manera completa con una gran sonrisa.

-Hijo mio! Jajaja, vine de visita un tiempo, espero que no te moleste- comentó sonriente, aun sin captar del todo el porque de la expresión del otro, debido a la rezaga de la buena cantidad de tréboles que se había fumado anterioremente.

Al ver que este no contestaba enseguida, se vió obligado a intercambiar una mirada interrogatoria con Martín. ¿Qué rayos le pasaba ahora a Mick?

Le sonrió ampliamente al mayor, le alegraba que hubiera alguien en la casa, a veces solía llegar y como Mick tardaba en volver a casa se aburría sólo.

- Últimamente si...está ocupadooo .- comenta haciendo una mueca de frustración.- Y eso que yo me la paso en reuniones .- se cruza de brazos.-

Observó de reojo por la ventana, no es que él hubiera estado ansioso por ver al estúpido pelirrojo ni nada por el estilo, no es que hubiera terminado rápido todos sus pendientes y hubiera corrido al aeropuerto a tomarse un avión para llegar lo antes posible a la esmeralda flotante en la cual estaba.

-¿Eh? .- giró nuevamente su rostro hacía el mayor, y le sonrió con picardía.- Jodemeeeeeeee, ¿vos le hacías usar esto? JAJAJAA .- rió escandalosamente divertido.- Si si una celeste para mí~~ ¿Mick?, no sé donde está, pero mientras lo esperamos, ¡vamos a divertirnos nosotros! - lo agarro de un brazo.- Pero que Mick no se entere eh travieso .- le guiña un ojo, le alegraba no tener que esperar a solas al otro.

Notó como el celta saludaba a Mick ¡Uh Mick!, por auto reflejo soltó el brazo del mayor y le sonrió abiertamente.

-Era hora che.- alzó una ceja ante la cara rara del otro, y se encontró con los ojos de su suegro, ¿qué carajo le pasaba a Irlanda?.

Estaba a punto de llenar a su hermano de insultos, cuando notó que el alto pelirrojo no era Escocia sino su padre.

-Nicer?- Preguntó incredulo- Pero qué...- No había alcanzado a preguntar que demonios hacía en su casa con su novio en ropa interior, cuando el otro le respondió que venía de visita.Su mente trataba de unir las piezas de la situación sin entrar en un ataque de celos o enojo, cosa que le estaba costando mucho.

Tal vez esa no era la mejor bienvenida a su querido padre, si querido, él definitivamente había marcado su manera de ser y trataba de mantener algunas de las antiguas tradiciones celtas vivas, pero claramente con algunas modificaciones a la forma de vida moderna de Europa. Además, ¿por qué no era capaz de avisarle con anticipación? probablemente hubiese preparado una fiesta o algo...pero ese no era el mayor problema, sino la escena que se había encontrado en cuanto entró a su hogar.

-Cómo que ya era hora?- No se daba cuenta que su tono sonaba brusco y sarcástico, mientras miraba con ojos incrédulos a su novio-Deberías saber que pasé a comprar solo por que tú venias hoy Martín...Y ademas como es eso de "vamos a divertirnos nosotros mientras Mick no está" cuando no ni siquiera traes tus pantalones puestos?.

Necesitaba una rápida y buena explicación para calmarse.

Empezaba a entender lentamente lo que parecía todo ello a ojos de su hijo, suspiró y se sonrió mientras daba un par de pasos a este... Que hubiera heredado su caracter orgulloso.... Vaya cuestión.

-Mick... No le hables así a Martín, es verdad que no trae puestos pantalones, pero lleva tu falda, ¿No se le ve linda? le comentaba que podría conseguir una celeste para él...- le sonrió a su hijo tranquilizadoramente, en su común aptitud calmosa...

-¿Y porque no me cuentas...estabas en el trabajo? ¿Como te fue? ¿No te molesta que me quede cierto? - preguntó a continuación de manera pausada al ver que su hijo no decía nada....Bien, al menos eso si lo contestaría, o eso suponía él...

Volvió a intercambiar una mirada con Martín, esperaba que su hijo no estuviera tan molesto lo que seguía de noche, si no, la situacion no estaba destinaba a aligerarse ni un sólo poquito.