¡Oh! Que bonito parque... [privado]

Sip. Realmente un bonito parque, con los caminos bien hechos y lleno de verde, con árboles bien cuidados... ¿Qué hare aquí? No lo entiendo. Quería llegar a la biblioteca y llege al parque de la Ciudad. Bueno, habrá tenido que ser por algo. No voy a desaprovechar este lindo día.

El cielo azul y despejado, con el sol más brillante que e conocido, que no molesta ni nada parecido. Los pajaros cantando y niños jugando. Me gustan los días así. Empiezo a caminar por el camino del lugar con una gran sonrisa en el rostro.

Sería genial que hoy conociera a alguien. Andar solo tampoco es muy bonito que digamos, menos en un tan lindo día.

((OFF: Lamento haberme demorado, lamento mucho además el post tan ghei xDDDu Sorry))

El cielo estaba despejado, las personas sonreían abiertamente, mientras compartíoan agradables ratos junto con sus seres queridos. Todo era paz y tranquilidad en ese bello lugar. Pero en una banca,se encontraba un niñito sentado,este tenía una expresión algo sombría y miraba a todos con media sonrisita un tanto maligna.

Sí, esta vez el demonio había subido a molestar a la gente de la tierra, pero no tomando su habitual forma de un joven con largo cabello violeta, si no que ahora llevaba un "disfraz" de niñito.
De repente vió que un joven rubio se acercaba a donde él estaba y pensó en que sería su primera "víctima" del día.

Inmediatamente adoptó la expresión más inocente que podía mostrar y comenzó a llorar desconsoladamente, en aquella apariencia de niño que no alcanzaba a los cinco años.

(perdón por tardaaaaaaaaar Dx)

Nunca había vivido un día así. Pensé, a unos pocos minutos de caminar por aquel sendero de piedra. Pronto visualice un niño pequeño. Iba a pasar de largo ya que no quería meterme en problemas con sus padres, pero pronto le vi solo y me dí cuenta de que estaba llorando. Tal vez estaba perdido... A llegar frente a él, detuve mi marcha. Le miré un poco y con un tono fraternal le hablé.

-¿Qué pasa, pequeño? ¿Por qué lloras? -Me agaché frente a la banca, frente a él. Con una mano le toqué el cabello, acariciándoselo y buscando apaciguarle un poco, buscando que dejará de llorar. -¿Te has perdido acaso?

Me molesta ver a los niños así. Miré a todos lados intentando buscar con la mirada a una pareja, a los padres del pequeño. Un día tan lindo y una pareja pierde a su hijo, desperdiciando el tiempo en buscar a su hijo. Oh... que mal.

((OFF: No pasa nada~ :3))

Y el tipo había caído, a veces se sorprendía de lo predecibles que podían ser las personas, o al menos las personas de buen corazón, siempre presurosos por ayudar a su prójimo, eso le daba asco al demonio, pero por otro lado era perfecto, porque de ese modo le era más fácil manipular a las personas. Reía internamente mientras continuaba con su muy buena actuación de niñito inocente.

-No... no encuentro a mis padres.... señor...-decía entre sollozos falsos mientras las lágrimas recorrían sus mejillas y se restregaba los ojos con los puños.

El demonio era experto en actuar para engañar a las personas, él mismo se preguntaba como era capaz de contener tanta risa en ese momento, había logrado que el otro cayera en su trampa muy fácilmente, pero ahora iba a comenzar la mejor parte.

En su apariencia de niño inocente, dibujó una sonrisa infantil mostrándosela al rubio, limpiando con el dorso de su pequeña mano las lágrimas que aún quedaban en sus ojos. Extendió su mano para tomar la del joven y con una vocecita tierna se dispuso a presentarse.

-Mucho gusto señor, mi nombre es Enma...- no había necesidad de ocultar su verdadero nombre, después de todo el chico no era japonés y por tanto no conocería de su existencia. Cierto era que sus poderes no servían para dañar a ese chico, puesto que solo afectaban a quienes provenían de su cultura y creían en él, pero eso no quería decir que no pudiese arreglárselas para dispones del entorno y hacerle la vida imposible. Pero esperaría un poco más.

¡Qué sonrisa tan linda...! Sus padres debían, no, deben extrañar ésa linda sonrisita, también con aquellas pequeñas manitas. Ya qué, si yo tuviera un hijo con esas tiernas características, y lo perdiera, también lo extrañaría (aunque si no las tuviera, de igual forma las extrañaría). Por lo que, ellos deben extrañarlo... ¿no?, no, miento. Ellos lo extrañan.

Escuche su nombre y creí que escuche mal. Enma. ¿Enma? Me sonó a Emma. Aunque, no podía ser, ya que ese niño era... pues, niño, machito, hombre, cualquier adjetivo que señalará que era hombre. Pero... de todas formas, aquel nombre me pareció extraño. Y conocido, cosa improbable... Enma. Pensé y casi inmediatamente deje de hacerlo, estaba pensando cosas locas.

-Bueno, Enma~ ¡A caminar se a dicho! -Le sonreí con alegría, intentando que él sonriera, ya que, íbamos a buscar a sus padres. Con paso lento, calmado, empecé a andar. No iba a caminar más rápido, porque ahora mismo iba con un niño. No soy un canalla para caminar casi dando zancadas, sabiendo que me acompañaba un niño.

...Mas... ¿qué era aquel dolor de estomago que en esos momentos sentía?

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((OFF: Aclaración: Creo que en la ficha puse que Okil era un amante de la lectura =D Y, lee de todo, sobre todo culturas de otros países para ser más culto. Y te digo, demás qué leyó un libro sobre la cultura japonesa en la cual salia Enma-Ho, pero con la memoria que tiene, te aseguro que como que se acuerda y no se acuerda xD))

Era tan tonto!!! reía internamente al ver como el rubio había caído de inmediato en su trampa,comenzó a caminar junto a él, pensando en cual sería la primera desventura que podría causarle. Si fuese alguien que creyera en él, podría causarle mucho daño, pero de momento solo podía manipular el entorno, así que comenzó a mirar lo que podía utilizar para sus travesuras. De inmediato divisó un bebedero de esos en los que hay que apretar y un chorrito leve de agua sale disparado.

-Puede ayudarme a beber agua señor?- preguntó siempre haciéndose el inocente.

(mmm igual si no cree en él no le puede hacer nada xD)(por cierto perdona por tardar tantísimo ;3;)

Todo le estaba saliendo tan bien! Nada, nada en la vida era mejor que hacerle mal a las personas más amables y más inocentes, era tan gratificante! El joven con diligencia le subió al bebedero y presionó el botón, un chorrito de agua comenzó a salir, el demonio le sonrió tiernamente.

-Gracias Okil!!!- fingió una perfecta expresión de dulzura e inocencia y metió sus manos al chorro de agua, desviándolo inmediatamente al rostro del joven, procurando darle directo en los ojos.

-Perdoname!!!- ahora fingía estar alarmado y apenado, pero no dejaba de mojar al otro.