Una tarde... (Privado)

La puerta de madera se abrió lentamente y sin hacer el más mínimo ruido dejando ver a un noruego bien abrigado con una bolsa de papel en la mano. Cerro tras de si, se quitó algnas capas de ropa que ahora le eran innecesarias y se dirigió la cocina.

"No me fue tan mal"

Pensó poniendo algunos comestibles en la mesa de madera sacandolos de la bolsa con paciencia para despues guardarlo en su lugar. El crima afuera era frío y el fuerte viento no era mejor, algunas luces se podian ver a traves de la ventana mientras la noche se hacia paso.

"Tuve suerte de que no cerraran antes, casi no tenia nada en la alacena"

Se felicitó por su suerte. Al cabo de unos minutos terminó con la pequeña tarea sacando una ultima cosa: un libro de pasta blanca adornado con un dragón y una gran ave ambos color carmesí en la portada.

-"El imperio de los dragones"*

Leyó a la nada el título del libro encontrado por casualidad en una estanteria olvidada de la libreria de segunda mano que habia de camino a casa. Preparó una bebida caliente y se dirigió a un comodo sofá en la sala, leería pacificamente al menos hasta la hora de preparar la cena. Al fin un poco de paz y tranquilidad.



*Libro del escritor italiano Massimo Manfredi en 2004, es una obra reciente pero... quien se fija en los detalles? XD

Estaba helado, cubierto de nieve hasta la cintura, y la ventisca que había no ayudaba en nada. Se frotaba los brazos y se removía las ropas con tal de calentarse un poco mientras avanzaba por el frío y blanco paisaje. ¿Como había terminado así? ¿En que habría estado pensando? ¿Acaso no habría preferido quedarse en su casa, bebiendo una buena cerveza y contemplando a su preciada estatua de la sirenita? Ciertamente, la opción que daba la última pregunta era muy tentadora, pero había algo más que prefería en ese momento.

-Vi er der næsten...- Continuó caminando por la nieve cuando la ventisca empezó a disminuir, dejando algunas casas a la vista. Se apresuró para salir del manto de nieve en el que estaba prácticamente enterrado y se acercó a la puerta de una de las casas, se sacudió la nieve que aún cargaba encima y procedió a tocar el timbre de la casa, pero en lugar de esperar sacó una llave de su abrigo y abrió la puerta entrando campantemente en la casa. Dejó su abrigo en la entrada y se dirigió a la sala.

-¡Hey, Noru! Gik du glip af mig? ¡Yo sé que sí! –



-------
Vi er der næsten- Ya casi llegamos.
Gik du glip af mig?- ¿Me extrañaste?

((Perdón por la demora, y la lort de post, pero estoy un poco de afanada :'Du))

Sentado en el sillon concentrado en su lectora, la historia superaba sus espectativas. Sintio un escalofrio recorrerle el cuerpo. Levantó la vista buscando la fuente de aquella ventisca helada pues que recordara no había nada que lo provocara, a menos que...

- ¿cómo conseguiste la llave?-

Pregunto con algo de curiosidad pensando en lo que tendría que gastar para cambiar las chapas de nuevo. Adios paz y tranquilidad, maldijo por lo bajo. ¿Quién en su sano juicio sale a la calle en estas condiciones? Nevaba y el viento arreciaba a cada minuto que pasará, pero era normal en aquella época del año. Observó al danés ahi parado con su tipica sonrisa y suspiró, estaba seguro que enfermaría.

((ahora quien se disculpa soy yo por la extención u.u))

Observó divertido al otro, caminó un poco hacia él pero se detuvo al sentir una corriente de aire pasar a su alrededor, claro, la puerta seguía abierta. Fue hacia ella cerrándola antes de que alguno de los dos, sobre todo él mismo, enfermara.

– Tengo mis métodos... y ni intentes cambiar las chapas de nuevo. – Soltó una risotada y fue a sentarse en uno de los sillones. Se puso a examinar la sala con la mirada, como buscando algo nuevo desde la última vez que estuvo allí, aunque no tuvo mucho éxito, al parecer el noruego no era de los que cambiaban el diseño de sus casas cada dos meses o cuando se ponían creativos, vaya ¡Qué lástima! Con semejante casa al danés se le ocurrían cientos de formas de decorarla, aunque también dudaba que el noruego le permitiera tan solo hacer una sugerencia sobre esto… bah, se lo preguntaría después de todas formas.

– Y bien, Mathie, ¿no vas a ofrecerme algo de beber? O por lo menos tráeme un cobertor, que estas más frío que de costumbre, más de lo normal en este mes. – Enarcó una ceja mientras veía al otro y sonreía de manera burlona, como casi siempre.



-------
((Uhh, por favor discúlpame por tanta demora ;-; estaba bloqueada Uu))

Se sorprendió al sentirse descubrierto pues casi podría decir que le había leido la mente. Bueno el hecho que lo supiera no se lo impedia, ya podría comprar uno de esos perros para cuidar la casa. Frunció el ceño y de mala gana dirigió sus pasos a la cocina, sacó el café instantaneo que acababa de comprar, tomó una taza y sirvió en una bandeja junto con algunos postres, despues de todo el camino a su casa era largo (aun no se esplicaba como llegó) y sin duda tendría hambre.

-¿a que veniste?

Preguntó con su voz monótona dejando la bandeja en la mesa de la sala, siguiendo despues al armario y sacando una frasada roja. Regreso a la sala y se la arrojo con cierta brusquedad cayendole en la cabeza.

-es normal que este así.... supongo -se recigno a tenerlo de compañía sentandose en uno de los sillones- ya deberías saberlo.



((cuando no hay inspiración no se puede hacer nada ._.))