Tarde de juegos [Privado]

Soltó un sonoro suspiro y se recargo sobre el sofá, de manera nada "femenina", aprovecha que no había nadie, y hasta rueda por él porque, ¡al fin! Había terminado el trabajo que como nación tenía impuesta por obligación y de verdad... era demasiado. Necesitaba vacaciones, ya. Y socializar, mucho, pero en esos momentos, sobre todo, hacer... algo. Cualquier cosa.
Se incorpora sobre el asiento y mira a su alrededor antes de levantarse a ir a una de las viejas estanterías de su casa. Busca, busca, pasa las manos por todos lados. Toca sus libros, CD's de películas, series, mangas, videojuegos... ¡Eso es! Jugaría a alguna de las consolas que Japón le regalo. Paso los dedos por el filo mientras leía los títulos. Hm... ese lo había jugado, ese también y varias veces, se lo sabía de memoria, demasiado aburrido... Nada. Tenía casi cincuenta juegos (exageración) y TODOS estaban inservibles. Al menos a ella no le servían. Y entonces... ¿qué podía hacer? Ya le había dado por ellos?
Suelta un bufido y deja un dedo sobre su mentón, pensativa. De repente, deja de hacer ese gesto y se lleva las manos hacía delante, las junta casi en una palmada y pone cara de ilusionada. Podía aprovechar eso para renovar tooodos sus juegos. Sí, la ropa no era lo único que se podía renovar. Aunque también podría... ¿Renovación total de la casa? ¡Por que no! Ya se aburría del estilo que tenía.
Un momento... antes de nada los juegos, sí.
Va a su entradita, también necesitaba renovación urgente (?), toma su bolso y sale baje el cielo completamente despejado. El sol pegaba fuerte, algo bastante incomodo para la taiwanesa, ya que su vestido tenía las mangas exageradamente largas. Intento remangarselas mientras caminaba hacía la tienda, pero era imposible, más bien ofrecía un espectaculo algo comico para los viandantes, que se encontraban con una chica peleandose con las mangas de su traje.
Se cansó y paró, pelearse con la ropa la daba calor (?). La tienda estaba fresca, por suerte, así que más razón para dejar las mangas en paz y distraerse buscando cosas.
Hm... muchas cosas, todas la llamaban la atención, demasiado. Controlate, Mei, eso será otro día, es decir, mañana (?).
Va por las estanterías de los videojuegos y como antes en su casa paso los dedos por ello, leyendo las caratulas de cada uno. No encontraba ninguno que le llamase la atención... ¡Oh sí! Hehe... se encontró con un juego para mayores de dieciocho... Interesante.
Lo fue a coger pero por desgracia ya había otra "femenina" mano que estaba agarrando dicho artículo y no parecía querer soltarlo. Ella tampoco lo haría, aunque ni idea de quien lo había cogido.
— Ey, usted, ¡yo lo vi primero! —dice algo enfurruñada.

Era un dia sumamente aburrido para la joven nipona, y es que ultimamente parecia no tener hermanos en cuestion de presencia en aquella grande casa, y se la pasaba en plena soledad cada dia, simplemente intentando entretenerse limpiando y haciendose la comida, pero no es como si esto fuera a ser realmente divertido para la joven, pero aun por simple deber lo hacia para mantener limpia su hogar, aunque en realidad siempre estuviera impecable, como si casi nadie viviera en esta, aunque eso podia resultar por su poco uso de su parte. Pero tenia cierta solucion a aquel problema que se le presentaba en el hecho de su aburrimiento, y al pensar eso miro de reojo cierto papel sobre la encimera de la cocina, desde su sitio a unos metros de esta se podia ver letras, que claramente eran prolijas y elegantes. Esbozo una sonrisa y tras terminar, se quito el delantal que llevaba, al igual que el pañuelo que hacia atras sus cabellos, soltandolos de las pequeñas coletitas que se habia puesto para hacerse mas comodo el peinado.

Acomodandose la ropa, fue a la entrada a tomar aquel papel y cierto monedero que guardo en el hueco de la manga larga de su vestimenta japonesa y realmente formal y antigua; tomo tambien las llaves de la casa, cerciorandose de haber cerrado todo antes de siquiera salir y cerrar la puerta, para luego guardar en lugar seguro las llaves. Se sabia el camino de memoria, y por ello no dudo en ir a tomar un transporte hacia aquella ciudad de ensueño para gente como ella y su nii-sama; las calles estaban atiborradas de gente, a cual mas extraño en vestimenta, pero parecia acostumbrada a esas cosas, incluso cuando la gente pensaba que ella tambien estaba haciendo algun tipo de Cosplay.

Al llegar a la tienda que tambien conocia de memoria, habiendo dado un vistazo de reojo a cierto cartel de anuncio de un nuevo juego que acababan de sacar, se acerco a uno de los estantes; sus ojos viajaban rapidamente por sobre los titulos de aquellas caratulas de juegos que se presentaban ahi, y fue justo cuando encontro la que buscaba, o al menos una de tantas que iba a comprar aquel dia. Cierta mano que se poso en el juego al mismo tiempo que la de ella la sorprendio, pero ante el reclamo de una voz tan femenina como la mano posada sobre su nuevo interes, puso un gesto serio y algo a la defensiva; NADIE podia intentar quitarle los juegos.

-Lo siento, señorita... Pero no porque lo haya visto primero le da el derecho de llevarse el juego, y no puedo permitirle llevarse lo que mi nii-sama expresamente me pidio-Usaba un tono formal y educado, aunque no por ello dulce ni nada por el estilo, estaba dispuesta a todo por su nii-sama.