Laberinto de letras [Privado]

Cuando mires a donde mires no sabes donde estás, cuando te das cuenta de que ha sido un error haber llegado hasta ahí. Cuando cada vez que quieres encontrar una salida te encuentras con que no sabes donde está esa salida. En esa clase de situaciones, solo hay una conclusión inteligente a la que puedes llegar, te guste o no:

-C... Creo que me he perdido...

Si al frío que había fuera de la tienda, un frío que el chico no consideraba normal en plenos finales de Enero debido a la posición de su hogar, le sumamos esa extraña sensación que había invadido al chico de cabellos negros al darse cuenta de que estaba rodeado de libros con extraños nombres y extrañas letras que no reconocía, era normal que el chaval estuviera tiritando, encogido sobre si mismo, y posiblemente faltase poco para que le entrase un ataque de pánico.

Posiblemente todo aquello no hubiera ocurrido si en su época de colonia de una colonia inglesa hubiera aprendido a leer inglés, o al menos a reconocer las letras romanas. Pero no todo era culpa suya, pues al ser tan pequeño e insignificante, no recordaba siquiera haber recibido nunca la visita de algún colono que buscase cobijo, ayuda, o catolizar a su pueblo. En resumen, que ser un niño criado en medio de un valle solo ayudó a que hoy en día solo supiese un idioma aparte del que solo conocía la gente de su país.

¡Pero a él le gustaba así! Al fin y al cabo, era algo suyo, y era una persona a la que le gustaba mucho mantener las tradiciones y las cosas típicas. Y pensaba que sus superiores también lo consideraban así... Pero era sabido que esa discapacidad era uno de los mayores problemas para el chico. Puede que no en su día a día, pero sí en lo que a relacionarse se refería, pues cada vez que le encomendaban salir, ya fuera a una reunión o simplemente a conocer a otros países, acababa perdido por culpa de no saber leer.

"Tenemos que solucionar eso" Con una simple frase, su monarca dejó claro que el pequeño Savir debía de ir, por supuesto él solo, pues sería una forma de demostrar que "Bután no necesita de nadie para lo que quiere hacer" (frase que el país no comprendía del todo), y poner solución lo más rápidamente posible a ese problema que había tenido desde pequeño. ¿Pretenden que aprenda a leer yo solo en unos pocos días? Suspiró en su mente.

Agotado, cayó al suelo, agarrándose la cabeza entre las manos e intentando pensar. No había visto a nadie desde que había entrado en la librería. ¿Y si ya habían cerrado? No sería la primera vez que no le tomaban en cuenta, o se olvidaban de él... ¿Entonces se quedaría allí encerrado hasta el día siguiente? No, no podía ser así, pues aún había luz de las lámparas de techo...

Abrumado como estaba, lo único que se le ocurrió fue levantar un poco la cabeza, buscando a alguien que apareciera a la vista. Pero cuando nadie lo hizo, simplemente se quedó encogido, hecho una bola en el suelo, esperando que pasase lo que tuviera que pasar.

(no me puedo creer que casi un año después tenga el valor de tomar el tema y responder x'D no te imaginas lo muchísimo que lo siento, y comprendo si no quieres responder porque no me lo merezco, pero no quería abandonar este post, y mucho menos a Savir, teniendo en cuenta que esta ha sido casi la única vez que he roleado con él en este foro... ya que estaba en modo cometa, cosa que he intentado cambiar muchísimas veces, pero por una u otra cosa he sido incapaz de hacerlo... pero hoy volví a meterme con esta cuenta después de muchos meses, y vi tu mp y me dieron muchas ganas de continuar, aunque comprendo que ya no quieras nada con Savir teniendo en cuenta lo horrible que he sido dejando este post de lado tantísimo tiempo)

-Quiero volver a casa... -Murmuró en dzongkha. Agarró el gorro que llevaba siempre con toda la fuerza que pudo, tirando hacia él, como si quisiera que se hundiera en su pelo y se fusionara con su cabeza. Buscaba esconderse a pesar de que lo que necesitaba era que le encontrasen, pero solo levantar la mirada hacía que las letras extrañas le mareaban-. No debería haber accedido a venir sin compañía... -Dio un suspiro triste, lleno de miedo. Aún si lograba salir de la librería, aún si alguien le encontraba, ¿cómo sería capaz de volver a su casa? Si aquél era un lugar enorme, y él desde que se alejara un poco de su frontera se perdía y quería volver a su valle.

"¿Y si nunca soy capaz de volver a casa? ¿Y si me tengo que quedar aquí para siempre, y trabajar en esta librería para poder comer, ya que nadie sabrá dónde está mi casa? Me perderé todas las fiestas, y si algún día el Rey me encuentra, sin duda me reprenderá por haberme puesto en ridículo al perderme"

Pesimistas ideas surgían de la mente del desorientado butanés, que estaba haciendo un esfuerzo sobrehumano para no ponerse a llorar como un bebé al no encontrar a su madre. Pero al fin y al cabo, ¡ni siquiera era un adulto! ¡El Rey debía tener más consideración y no enviarle a aprender a leer en inglés en una sola tarde! Puede que no fuera el país más rico ni más inteligente, ni tampoco el más sociable del mundo, pero si de verdad quería que aprendiera a relacionarse con la gente, podría haberle pedido, o incluso contratado, a un país de habla inglesa que le enseñase.

Pero entonces ocurrió algo. Creyó escuchas unos pasos, una voz cerca de él. ¿Sería posible que alguien se diera cuenta de que estaba allí, y quisiera recogerlo para llevarle de vuelta a casa? Con timidez, intentando ser positivo, alzó la cabeza, aflojando un poco el tirón que estaba haciendo sobre su gorra para poder tener una vista de la persona que se le estaba acercando.

Era un hombre de cabello azul. A lo mejor no un hombre, más bien un joven, pero no tan joven como él. Savir clavó sus ojos amarillos en él, quien parecía acercarse expresamente hacia él. Por un momento, el pobre y desorientado butanés dejó de tener miedo. Alzó la mirada, e intentó no parecer tan desubicado.

-Perdón... -Murmuró en su idioma natal, aunque pronto se dio cuenta de que, si quería conseguir ayuda, aquello era un error, y se reiteró repitiendo la palabra-. Perdón... No quisiera molestarle... Y posiblemente tenga cosas importantes que hacer... -Siempre que hablaba por primera vez con alguien, Savir tenía ese tono de preocupación, de timidez y de fragilidad, dando por sentado (ya que era algo que, más que creer, veía como un hecho) que la gente siempre tenía cosas mejores que hacer a prestarle atención o ayuda-. Pero temo haberme perdido... No reconozco las letras y no sé hacia dónde está la salida... Supongo que le parecerá tonto, pero, ¿podría ayudarme a salir, por favor?