Ice cream... Indigestion (Privado)

Ugh... ¿Qué pasaba ahí? La cabeza le daba mil vueltas... Y todo lo que veía era un techo blanco y borroso. ¿Borroso? Se llevó la mano a la cara para darse cuenta de que alguien o algo, en algún momento de maldad, le había quitado las gafas. ¿Y ahora dónde estaban? Sentía el cuerpo demasiado pesado como para girarse, levantarse o buscarlo, por lo que solamente extendió la mano derecha y se puso a palpar, para así descubrir que a ese lado tenía una pequeña mesilla, en la cual alguien había colocado sus gafas, ¡bien! Con cuidado, las devolvió al lugar que merecían, su rostro, y se incorporó con cuidado, para plantearse una pregunta. ¿Dónde estaba? Llevaba la misma camisa blanca y los mismos pantalones que aquella mañana cuando había salido, pero estaba tumbado en... En una camilla. Y habían varias máquinas extrañas cuyo funcionamiento desconocía a los lados... ¡Oye! ¡Eso parecía ser una habitación hospital! O eso era lo que le decía su instinto...

-Pero... ¿Por qué estoy en un hospital? -Se preguntó en voz alta, girando la cabeza para ver toda la habitación, observando cómo en la pared que tenía a unos metros que distancia había una ventana cerrada que mostraba el cielo azul del exterior. Vaya, es que eso era muy extraño. Y eso que normalmente hubiera buscando su chaqueta, la salida, y se habría ido de allí montando un señor escándalo. ¡Pero no si no recordaba por qué estaba allí! Y es que podía haber pasado de todo, ¡de todo! ¿Y si un super villano le había llevado hasta aquél lugar para robarle sus super poderes? ¿Y si en realidad no estaba en un hospital, sino en una nave alienígena? ¿Significaría eso que Tony quería llevarle a ver su planeta? ¡Entonces tenía que prepararse y salir de ahí mismo para ver el espacio y a todos los amigos de Tony! Así que no se lo pensó ni un monento. Se quitó de encima esas molestas sábanas, y de un salto se puso en pie... Para casi inmediatamente caer al suelo- Gyaaa! -Exclamó, agarrándose la barriga con las manos en un gesto dramático. ¿Pero qué?... Aquél dolor no era normal. Era... ¡Era como estar embarazado de un alien! ¡Exacto! ¡En realidad se encontraba en la sala de la nave de unos malvados alienígenas que querían utilizar su hermoso y sin ningún kilo de más cuerpo para que diera a luz a millones de sus crías!

¡Y tenía que admitir que aquella idea se le antojaba extrañamente divertida! ¡Dar a luz a aliens! Siempre que no le matasen... ¡Aunque, por supuesto, nada podría matar a alguien tan heróico como él! Pero realmente, sería mejor para él volver a la camilla... Y descasar un poco... Por el bien de los bebés. Así que se quedó allí, tumbado mirando al techo, divagando y pensando en cuánto tiempo llevarían en el espacio y cuan fuertes y heróicos serían sus hijos-enjendros-aliens.

Ah, sí... Tumbado en su camilla pudo divagar e imaginar acerca de lo geniales que serían sus hijos-engendro-alienígenas. Tan heróicos y hermosos como él, pero tan geniales como un alien. ¡Serían la criatura perfecta! ¡Nuevos Superman! ¡No podía esperar! Y a pesar de que el mareo no le dejaba pensar... ¡Estaba tan, pero tan impaciente por que nacieran sus pequeñines aliens! Además seguro que estos serían buenos y no le matarían al salir por su estómago. ¡Ellos sabrían que haciendo eso solo causarían una enorme pérdida mundial, así que simplemente serían transportados de su interior al exterior, y además sería algo limpio! Sí... Con esa imagen en la cabeza, el norteamericano rió en voz alta, divagando por un buen rato, hasta que escuchó algo afuera. Se paralizó completamente, se congeló, y giró poco a poco la cabeza hacia la puerta... Que se abrió.

-GYAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!!!!! -Fue todo lo que pudo gritar, antes de darse cuenta de que quien había entrado por la puerta no era ningún atemorizante espíritu ni ser malvado de otra galaxia que quisiera asesinarle.... Aunque tal vez si fuera alguien que quisiera asesinarle, porque reconocía la persona que había entrado. Rubia, dos coletas, ceño fruncido, ojos verdes preciosamente brillantes y un saludo de "estoy en mi época del mes". Sí, encajaba en la descripción de inglesa- Ah... ¿Alice? -Se incorporó como pudo cruzando las piernas sobre la camilla, aunque no sin antes quejándose por el dolor en el estómago con ligeros "ayayayayayyyy...."- Yo! Alice! -La saludó energéticamente- What are you doing here? Alguien como tú debería estar... No sé~ ¿Regando las flores o hablando con los amigos imaginarios de Arthur?

-Ah... No sabía que teníais hobbies más "normales" -Comentó, aunque para él beber té tampoco era un hobbie demasiado normal (¿quién en su sano juicio le llamaría a "eso" un hobbie?)- ¡Claro! ¡Las hamburguesas no son malvadas, no como el té y la comida que coméis vosotros! -Replicó, igualito a un niño pequeño que quiere defender su teoría aún sin tener ninguna prueba. ¡Ah, habían tantas similitudes entre Alice y Arthur, que hasta daba miedo! Pero así era más divertido, era como molestar dos ingleses por el precio de uno. Observó lo que miraba la inglesa, con las piernas sobre la camilla, y aún sintiendo un ligero dolor en el estómago. Aunque cuando la chica habló, todo tomó sentido al fin.

¡Era cierto! Había ido a alguna heladería, dónde había visto un concurso de comer... ¿Cien helados de una bola en media hora? ¿Era eso? Lo importante era que había aceptado el desafío, ¡y le había sobrado tiempo! Y que el premio era una barra libre de helados tamaño familiar de tres sabores... Así que al final tuvo tanto helado en su cuerpo que ni siquiera su cuerpo podía soportarlo y... Y se despertó en el hospital creyendo que era una nave extraterreste. ¡Espera! Eso significaba que el hospital, realmente, no era una nave espacial... Eso fue una decepción.

-¡Pero el helado no tiene la culpa! ¡Y ya me encuentro perfectamente! ¿Ves? -Se levantó de un salto de la camilla. Cosa de la que se arrepintió casi inmediatamente, ya que acabó cayendo y rodando por el piso debido a un pinchazo en el estómago-. ¡Ayayayay! It hurts!! -Siguió girando en el suelo, hasta que logró calmarse- ¡Alice! ¿Estás segura de que es una indigestión? ¡Estoy convendico de que un alien me ha embarazado, no es algo normal!

(us: lo siento por el enorme retraso, y por lo corto, y por lo fail ;n;u)

Ugh... Realmente esa sensación en el estómago no era de este mundo. ¡Tenía que ser la primera vez que le ocurría algo así! Y por supuesto, su querida comida no podía tener la culpa, de ninguna manea. La idea del embarazo alien era la más posible de todas... Estaba a punto de levantarse del suelo al cual había caído por su falta de fuerzas, cuando vio como la chica se acercaba a ella... Eh, ¿qué pasaba con esa mirada preocupada? Pero si no le había pasado nada... Ah. Bajó la mirada hacia su barriga, donde vio el raspón que se había hecho al caer, y luego vio a la chica ir a por agua oxigenada y algodón, para aplicarlo sobre su herida, haciendo que soltara una pequeña queja. Cerró un poquito los ojos y soltó un "ouh" mientras le desinfectaba la herida. Hey, ¿eso no era pasarse un poco? Tampoco es que fuera un flechazo en la rodilla. Aunque tenía que admitir que aquél rostro que la chica le había mostrado había sido de lo más adorable. Teniendo en cuenta que era, al igual que su hermano, una persona que andaba la mayor parte del tiempo con el ceño fruncido y de mal humor con el mundo entero, aunque en especial con unos pocos como él, aquél gesto de sincera preocupación era una cosa adorble.

-Ah... ¿Alice? -Vio entonces la mirada que la chica le dirigió. ¡Sí que era hermana de Arthur! ¡Si hasta tenían la misma mirada de "Shut the fuck off, America"! La verdad es que ese parecido familiar le dejó un poco descolocado, por lo que... No prestó atención a lo que le dijo a continuación- Eh, ¿de qué hablas? ¡Estoy perfectamente! -Intentó ponerse en pie, pero desistió en cuanto notó que la barriga volvía a dolerle- Hum... Ah, ¡ya sé! A lo mejor si acercas la cama pueda apoyarme en ella y levantarme... -Intentó ir reptando hacia la cama, que había dejado un poco lejos por su caída, pero... No pudo moverse ni un centímetro a causa del dolor de la barriga. Giró la cabeza dramáticamente a mirara a Alice- ¿¡Qué es lo que me pasa!? ¡Esto es realmente, realmente raro! -Suspiró, tumbándose en el suelo- Ah! Yeah, eres una enfermera, ¿no? -Aunque no terminaba de entender por qué tenía que ser la inglesa enfermera en ese hospital, le venía de perlas tener a alguien conocido y además inglesamente molestable para que le atendiera en ese extraño, extraño estado en el que se encontraba- ¡Si eres una enfermera, debes saber sanarme! ¡Cúrame, please, cúrame!

- Hm? -Parpadeó un poco, con los mofletes inflados al escuchar las quejas de la chica. Aw... La verdad es que daba hasta miedo el parecido que tenía con Arthur, si es que se le hacía incluso lindo... Claro, siempre que no fuera a golpearle por hacer algún comentario heroico e ingenioso. Pero no pudo evitar esbozar una sonrisa ante el comentario de Alice- Ok, ok! Como digas, Miss nurse~ -Se rió ligeramente, y siguió con la mirada a la inglesa, quien logró al fin rodar la cama y acercarla hasta donde él estaba, sentado sobre el, por cierto, frío suelo- Perfect!! Ahora con solo apoyarme un poco podré levantarme... -Miró la cama un momento. Eh, era imposible que se moviera por culpa de su peso, ¿verdad? ¡Ni que él pesara tanto!

Se intentó incorporar ligeramente, apoyándose en la cama. Ugh....... A decir verdad, el dolor en el estómago era más fuerte de lo que pensaba, incluso para alguien tan heroico como él. Le hizo encogerse un poco, aunque aún así logró ponerse en pie, agarrándose a las sábanas, para luego sentarse en la cama y finalmente tumbarse, con un gran suspiro de alivio. Ah... Ahora sí que notaba cómo le molestaba la... ¿cómo era que se llamaba? ah, sí, la indigestión.

- Puff~ -Suspiró, apoyando la cabeza en la almohada y mirando a la inglesa un momento- ¡Es realmente molesto, no sabes cuanto! ¿Por qué tiene que pasar un héroe como yo por esto? -Se cruzó de brazos, en una queja infantil... ¡Relamente le molestaba estar así! No podía moverse, tenía que estar acostado en la cama, sin hacer nada... ¡y ni siquiera estaba en su casa! ¡Aquello era un tremendo aburrimiento! Pero... Bueno, por suerte estaba la inglesa allí. ¡Podría divertirse un rato! Aunque solo fuera sacándole algo de conversación...- By the way... ¿Cómo es que estás aquí? -Miró de arriba a abajo a la rubia- I mean, cualquier persona vendría a verme al saber que estoy en el hospital, pero... ¿por qué estás de enfermera? -La verdad es que era algo extraño, sí... ¿Qué tenía que ver Alice con el hospital? ¿Acaso estaban mal de dinero y tenían que hacer horas extras o algo así?

Soltó un ligero bufido, mientras se colocaba sobre la cama. Llegó a la conclusión de que era más cómodo estar sentado con las piernas cruzadas que acostado, al menos para hablar con la inglesa, quien parecía haberse molestado por su comentario... Aunque eso fue algo que el americano no notó bien gracias a su nula capacidad para captar la atmósfera... ¡Que tampoco es que fuera algo malo o un problema importante y diario, o algo parecido!

- ¿Prácticas? -Repitió lo que la chica había dicho, mirándola de arriba a abajo de nuevo. ¿Qué sentido tendría que fuera una enfermera si no era por eso?- Ah, yo pensaba que era alguna nueva forma de vestir para llamar la atención o algo parecido -Comentó, para añadirle una de sus risas que resonó en la habitación. Ignorando, por supuesto, todo el comentario sobre su heroicidad, ¿cómo no iba a ser él un héroe? Era una pregunta tan tonta que no tenía ningún sentido- Oh, wait, es verdad, olvidaba que tú siempre estás en cosas así... -Se encogió de hombros, echando la espalda hacia atrás para apoyarla en la pared.

A decir verdad, estar en el hospital se le antojaba la cosa más aburrida de todas en aquél momento. ¿Qué diversión tenía si tenía aquél horrible dolor de estómago, no podía moverse, y no ocurría nada interesante en aquél edificio? ¡Era tan aburrido que le estresaba! Así que, bien pensado, podría aprovechar que Alice estaba allí para no aburrirse tanto, al menos hasta -como él pensaba que pasaría- se recuperase completamente con el paso de un poco de tiempo y pudiera volver a su casa y dejar atrás aquella habitación de hospital.

- Ehem... So... -Volvió a mirar a la inglesa con una sonrisa- ¡Si estás aquí, debes de ser mi enfermera! ¿Verdad? -Recalcó bien la palabra "mi", ¡sería aburrido si tuviera que irse y dejarle solo allí!- Así que tienes que hacer... Ehm... ¡Cosas de enfermera! -Las cuales, por cierto, no sabía bien qué eran.

Siguió con la mirada los movimientos de la chica... Porque, realmente, mucho más no podía hacer. ¡Eso sería lo que más odiaría de estar allí metido, sin duda! Se encogió de hombros y se puso a juguetear con sus dedos, golpeando sobre sus piernas marcando un ritmito que posiblemente con el paso del tiempo se haría insoportable... Pero era la primera manera de divertirse que se le ocurrió. Tamborileó mientras hacía ruiditos con la boca, aunque detuvo estos ruidillos cuando vio que la rubia tomaba un libro... ¡Ese libro era enorme! ¡Gigantesco! Claro, comparado con la inglesa... ¿¡Cómo podía ser que Alice llevaba con ella un libro así!? Daba la impresión de que si ella tratara de tomarlo acabaría partida por la mitad del peso! Oh... A lo mejor había subestimado el poder de las enfermeras con traje rosa.

- ¿Huh? -Ladeó la cabeza ante la risa que soltó la chica, mirándola alzando una ceja. ¿Por qué los ingleses tenían esa manía de reírse de las cosas que no tenían gracia y mantenerse serios y con cara de estreñidos ante lo que realmente sí lo tenía?- What's the... -Escuchó todo lo que la rubia tenía que decir y cerró la boca, para luego abrirla enormemente debido a su sorpresa- Oh... Ha... ¡Hahahaha~! ¡Buen chiste, Alice! -Se encogió de hombros con una risilla- No hay manera de que me dejen sin comer~ ¡O me hagan hacer algo como una "dieta"! ¡Simplemente es imposible! -Negó con la mano, como restándole importancia al tema.

Oh, bueno... Muchas veces había tratado de hacer una dieta y había sido sin duda una mala idea, así que... Si no era capaz de hacerlo por su cuenta, ¿cómo pretendían que lo hiciera obligado por un doctor? ¡Pero si él nunca iba al médico! ¡No podían obligarle si no era un cliente habitual! Además, eso de no comer... Ugh, a pesar del dolor de estómago, ahora que lo mencionaba tenía hambre, o tal vez era más bien gula... ¡Qué más daba, lo importante era que quería comer algo!

- Ahora que lo mencionas, ¿no hay máquinas exprendedoras? Ya sabes, para comprar un snack o un refresco o algo... ¡Tengo hambre, quiero comer! -Se recostó contra la pared, negando con la cabeza- ¡Oh, y dile a los médicos que eso está mal! ¡A partir de ahora no aceptaré que me traten otros médicos que no sean House o Gray! -Cruzó los brazos, negando con la cabeza- ¡Alguien que no me diga que debo no comer o hacer dieta!

Después de escuchar atentamente, frunciendo los ceños y tratando de no apartar su atención de la inglesa, Alfred llegó a una conclusión.... Alice no tenía ni idea de lo que hablaba. ¿Cómo que House y Gray no tenían ni idea de medicina? ¿Es que no había visto ningún episodio? ¡Tonterías, ellos dos sabían más que cualquier otro médico de todo el hospital, o que todo el hospital juntos! A no ser que House y Gray también estuvieran en ese hospital por alguna razón, aunque posiblemente aún así seguirían sabiendo más incluso que ellos mismos.

Aún así, tenía que admitir que había que prestarle algo de atención a la inglesa. Si estaba allí, sería porque sabía algo, ¿no? Entonces sería mejor para él escucharla, aunque solo fuera un poquito..... Tenía que admitir que aquello no tenía el aspecto multicolor que le habría gustado que tuviera, una simple enfermedad -lo cual, por cierto, era un concepto que aún no terminaba de comprender del todo, gracias a su salud de hierro... Ahora que lo pensaba, posiblemente era la primera vez que tenía una enfermedad. Pero, eso de vomitar... ¡No, no sonaba nada bien, ni siquiera para él que era un héroe capaz de afrontarlo todo! El solo pensar en vomitar lo que comía era un pensamiento que no cabía en su cabeza.... ¡Pero tampoco podía pensar cómo sobreviviría sin comer un día entero! Suspiró mientras escuchaba la explicación de Alice, recostando su espalda en la pared y suspirando suavemente.

- So... Estás diciendo que si simplemente no como en un día y luego como menos durante un tiempo... ¿Ya podré irme? No tendré que estar aquí más y podré volver a la normalidad, righ? -Repitió lo que la otra había dicho, o más bien lo que su mente había entendido con una sonrisa que se fue haciendo cada vez más grande- OK! ¡Entonces está claro! Me dolerá, pero si tan solo tengo que no comer durante un día y comer solo mini hamburguesas del Happy Meal un poco, mi "enfermedad" se curará antes y podré salir de aquí! -Entonces, extendió sus brazos con una risa enérgica, ya totalmente animado y con la energía al tope- GREAT! ¡Entonces no tarde, Alice! ¡Ponme el suero ese como se llame!

¡Hey, hey! No entendía del todo por qué, pero daba la impresión de que Alice... ¡Se contradecía! ¡Si le había dicho que debía comer poco! ¿Entonces por qué decía que no podía comer Happy Meals? ¡Si eran comidas muy pequeñas, al menos si las comparabas con las hamburguesas que solía comer todos los días y a todas horas! Aún así, hizo lo mismo que antes: quedarse callado, inflando los mofletes y escuchando a Alice como si en vez de ser una enfermera que le explica al paciente la medicación que debe tomar, fuera una madre que estuviera regañando a su hijo por comerse toda la comida de la merienda... Que realmente era lo que, a ojos del americano, estaba haciendo la inglesa. Pero... ¡Uh! ¡Lo peor de todo es que no podía llevarle la contraria! Se suponía que ella sabía más de esto que él -bueno, en realidad cualquiera sabía más de medicina que él-, y que estaba allí para ayudarle a superar su enfermedad y blahblahblah... Y si realmente quería estar curado, y sobre todo, no vomitar toda hamburguesa que comiera... Tenía que aceptar el triste echo de que no le quedaba otra opción que hacer lo que la rubia le decía.

- Ah... ¡Lo entiendo, lo entiendo! ¡A sorbos muy pequeños! ...Y no comer nada hasta que me lo digan... -Suspiró cuando la chica de ojos verdes se dirigió hacia la estantería para darle el vaso con suero. Cuando vio el líquido a su lado lo miró por un momento... Con bastante desconfianza. Pero pronto volvió a mirar también a la inglesa, y de nuevo al suero... Negó con la mano y agarró el vaso, siempre con esa desconfianza- OK! So~ A sorbos muy pequeños, right? ¡No quiero que te preocupes demasiado, haha~! -Con una sonrisa amplia, le guiñó un ojo a la rubia y se acercó el vaso a los labios.

Ug... La verdad es que por el olor no parecía muy apetecible. ¿De verdad tenía que...? Volvió a mirar al rostro de la inglesa y se tuvo que recordar mentalmente que lo hacía para poder volver a comer hamburguesas lo antes posibles... ¡Además, como gran héroe que era, debía ser capaz de beber una cosa de olor asqueroso como si nada! ¡Era algo elemental! ¿Qué clase de héroe sería si no lo hiciera! Por lo que... Cerró los ojos y comenzó a beber... La primera impresión que le dio el sabor del suero fue que debía bebérselo lo más rápido posible para terminar con ese horrible sabor, pero luego recordó eso de "¡¡sorbos MUY pequeños!!". ¿¡Cómo podía beberse poco a poco esa cosa!? Intento dar los sorbos más pequeños posibles, poco a poco... Pero cuando al fin terminó el suero tuvo la necesidad de ir corriendo a por agua a lavarse la boca.

No pudo evitar reír por la reacción de la chica cuando hubo terminado de beber el suero y dejó el vaso dónde había estado la asquerosa bebida a un lado. Si no hubiera sabido tan mal que todo lo que quería era pedir un refresco bieeeen grande, no cabe duda de que hubiera hecho un comentario como que sabía igual a cualquier comida que hubiera preparado alguien de la casa británica. Aunque para cuando creyó haberse despistado del todo del horrendo sabor, escuchó lo que dijo Alice. ¿¡Otra persona!? ¡No, ni hablar, no quería que viniera otra persona! Porque..... Pues porque.... Bueno, no sabía por qué, pero ahora que Alice estaba allí, y podía distraerse hablando con ella -es decir, molestándola- no quería que viniera otra enfermera allí, ¡no sería igual de divertido!

- Eh!? ¡Pero yo no quiero que venga otra persona! -En un berrinche bastante infantil, agarró las ropas de la inglesa para que no se moviera- ¡No es igual de divertido si viene un extraño! -Apretó el agarre en la ropa mientras la miraba- ¡Además, no soy un paciente cualquiera! ¡Soy un héroe, y como héroe debo de tener algún trato especial! ¡Y como trato especial tienes que quedarte aquí, no admitiré opiniones contrarias! -Alzó la cabeza y soltó un poco a la chica, pero estaba que le quedase muy clara su posición. ¡Si él decía que solo Alice le cuidaría para poder seguir divirtiéndose, entonces así sería!