Navidad en Roma cofcoforgianavideñacofcof [Libre]

por .Imperio Romano~ Miér Dic 21, 2011 7:19 am

A pesar de era la primera vez de estar encargado de algo así, se tomó aquella responsabilidad con todo lo que incluía…a pesar que pocas veces tomara ese tipo de actitudes con las cosas, pero bueno. Todo estaba bellamente decorado y la iluminación era adecuada gracias a los candelabros dorados que colgaban elegantemente de los techos de enorme sala, se notaba que el anfitrión se había preocupado de cada detalle para la celebración de esa noche, comenzando por el lugar escogido, ¿Qué mejor que un hotel de la bella ciudad de roma? así para poder impresionar a sus invitados ante la belleza que poseían aquellas tierras que antes le pertenecieron, pero que ahora estaban bajo el poder de sus adorados nietos. Los cuales habían logrado adornar aquellas calles y cada centímetro de está de la mejor forma posible…realzando aún más la hermosura que ya poseían…definitivamente estaba orgulloso de ellos por aquel espléndido trabajo, y también por no negarse a entregarle aquel lujoso hotel para celebrar la navidad.

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Se aseguró de revisar nuevamente los detalles antes de que comenzaran a llegar los invitados. Se ocupó de mirar los adornos de las mesas, los manteles blancos e impecables con los adornos en los bordes, las copas de fino cristal, servicio impecable y todo lo correspondiente. También algunas estatuas de estilo romano que había incluido en aquella habitación y encajaban perfectamente como había imaginado...porque era imposible que al menos no colocara adornos como esos en aquel lugar! Sería imperdonable de su parte al menos no mostrar alguna arquitectura que solían estar presentes en las cenas que hacía en sus años mozos. Después de asegurarse de esos detalles, su atención se enfocó en la comida y bebida, y no faltaba destacar el esfuerzo que habían hecho los chef para poder preparar un banquete como el de los que él solía degustar, todo bocadillo en cada plato de las mesas era digno de un emperador!...inclusive los costosos vinos que se había conseguido para servir a cada uno de los presentes…todo de primera categoría, ya que el lujo era lo que más podía esperarse de un gran imperio como lo era (o había sido) él.

“Todo saldrá tal y como deseo esta noche~”

Pensó sonriéndose de lado mientras acomodaba un poco su conjunto elegante que llevaba esa noche, quizás no fuera una ropa como la que se solía llevar en aquella época pero poco le importaba al moreno…ya que era su fiesta, y sabía que la única forma de lucir entre todos los invitados era de esa manera, con su larga toga de telas finas y los otros accesorios que esta incluía.

Se sentó luego de revisar todo en la mesa principal, en la cual irían junto a él sus más cercanos y familiares. Deslizo su mano por el mantel con cuidado y volvió a sonreírse abiertamente, sintiéndose completamente seguro de que todo sería un excito, especialmente cuando los invitados comenzaran a degustar los vinos, ponches, jugos y todo lo demás que se encargaría de servir…ya que cada uno tenía un agregado especial que había sido proporcionado por cierta persona para aumentar los ánimos de la fiesta después de varias copas…nadie estaría libre de celebrar en esa navidad al mejor estilo romano que sólo Augusto podía entregar.

por **Ve~** Jue Dic 22, 2011 7:29 am

Salió de su habitación prácticamente muerto de hambre ¡Recién ahora notaba que no había desayunado! Toda la mañana estuvo entretenido con unos bocetos que no habían querido salir de su cabeza, y ni siquiera noto como avanzaba el tiempo. Muerto de hambre o no, era demasiado tarde ya como para ponerse a desayunar recién, por lo que tendría que servirse una ración doble de pasta ese día si quería que su ruidoso estomago dejase de gruñir. Rió divertido, como si comer pasta fuera un problema para él~. Se vistió pensando en que ese día, por alguna razón desconocida, no habia visto ni un solo cabello de su hermano.

Llego a la cocina de buen humor y rapidamente dejo todo preparado para comer, lo unico que quedaba pendiente era esperar a que la pasta se cocinase. Noto que su hermano habia dejado algunas cartas sobre la mesa de la cocina, junto a una nota explicando su ausencia. Leyó rápidamente la nota, pero luego centro su absoluta atención en aquellas cartas. ¡Todas eran sobre cosas aburridas! Habían desde papeles por firmar que había enviado su jefe hasta unas cuantas invitaciones a conferencias a las que iba únicamente a no prestar atención. Una carta en particular llamo su atención, tenia un olor familiar y al abrirla no pudo evitar sonreír cariñosamente.

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Llego al hotel antes de la hora acordada ¡Su abuelito estaba organizando un fiesta de Navidad! Por supuesto que el como buen nieto tenia que ir a ayudarle, de hecho, incluso hubiese llegado antes de no ser porque su siesta había sido inesperadamente larga.

Dentro del hotel la gente le saludo alegremente. Ya había estado ahí en ocasiones anteriores cuando su hermano le echaba de la casa molesto por alguna cosa que el había hecho. Pidió la llave de su habitación en la recepción y luego le entrego al encargado de las maletas su equipaje. ¡El iría directamente a buscar a su abuelo! Para no llegar con la manos vacías había pasado a comprar uno de los mejores vinos de su casa, conociendo perfectamente cuanto le gustaban esas cosas a su ancestro.

Al entrar al lugar donde se celebraría el banquete quedo gratamente sorprendido ¡En definitiva a los romanos le gustaba el lujo! Avanzo distraído por entre las mesas intentando ubicar a su abuelo Roma, por donde mirara habían cosas deliciosas que captaban su atención, o cosas bellas que le dejaban mirándolas embelesado. Realmente era una lastima que nunca hubiese aprendido a fijarse por donde caminaba, sino de seguro podría haber notado el busto romano que se encontraba en un pilar frente a el, y con el que lamentablemente había tropezado.

-¡Uwaaah!.- Dio un salto hacia atrás asustado por el ruido que hizo el busto al caer.- Espero que eso no fuese algo realmente costoso~ Ve~ -Se rasco la nuca despreocupadamente mientras observaba los cientos de pedazos pequeños en los que se había convertido aquella escultura.-

por **.:| United Kingdom |:.** Sáb Dic 24, 2011 8:24 am

¡Aun le parecía cosa de un sueño! ¿O era tan solo una mala broma? Es imposible que se trate de él... Era tan solo un día normal, una mañana normal en Londres. Despertarse, hacerse el desayuno, beber té y comer scones mientras leía el periódico matutino, todo tan ordinario hasta notar que había llegado el correo para él. Si no hubiese sido por estar en vísperas de navidad, aun seguiría siendo común, pero... no era cualquier tipo de correspondencia. ¿Una invitación? ¡Exactamente y no de cualquiera! Desde el instante que llegó aquella invitación para una ostentosa fiesta de navidad en Italia, Roma, no dejaba de ver ese trozo de papel... tan insignificante, sin embargo, a la vez demasiado importante para él. No es posible... Roma...

Era imposible negarse a la propuesta. Aun le parecía algo ilógico, muy a pesar que tenga una fuerte devoción con lo paranormal, que un antiguo imperio (extinto, por cierto) decidiera bajar solo para organizar una fiesta... ¡De haber querido podría entonces regresar a la tierra y tomarla como suya nuevamente! Pero eso no era lo que más le preocupaba. Un ligero sonroso se posaba en sus mejillas al reconocer claramente la letra de aquel hombre que significó casi un padre para él. Incluso ni la tenue sonrisa podía borrar puesto que uno de sus secretarios, justo antes de salir de Inglaterra, le preguntó que había pasado para tener un humor tan agradable. Ohh.... eso por seguro le habría regresado el ceño fruncido por la molestosa pena de tener a alguien percatándose de su felicidad, sin embargo, aun ni eso podía borrarle los brillitos que desulmbraba su ánimo.

- Este es el lugar... - vio nuevamente su tarjeta para comprobar la dirección al bajar del coche. Conocía cuan lujoso era ese hotel, pero nunca estuvo presente en alguna celebración dentro de este. Si mal no recordaba a Roma, él era tal cual un foco intentando siempre llamar la atención... en este caso, un foco navideño. Miró su reloj para entrar justo a la hora indicada en la tarjeta, ni un minuto más ni un minuto menos. Como el gentleman que era debía mostrar a grandes creces esa respetuosidad y elegancia.

Dentro... ¡Ohh hacía tanto que no iba a ceremonias tan lujosas! La última que recordaba era la del reciente matrimonio de la familia real en su casa. Bueno, a ellos también les gustaba mucho ese "exceso" de ostentosidad, pero sin duda el romano les ganaba. Algo tenía que admitir que amaba muchísimo las cosas fastuosas, pero de hacerlo entonces estaría apoyando el sobremanejo vanidoso de cierto franchute que no le venía nada de gracia tener que darle la razón en algo. Ah... ahora también recordaba que ese sapo velludo vivió más tiempo con Roma que con él... eso podía explicar muchas cosas, empezando con aquella fiesta que desbordaba el lujo.

- Es más agradable de lo que-- - justo antes de poder dar una crítica sobre el lugar, también debía pensar en la clase de "gente" que iría... Bueno, era más que claro que al estar en Italia, el mismo representante en persona tenía que ser invitado y TENÍA que asistir a dicha fiesta, aun si fuese por obligado. En fin, lo que llamó completamente su atención fue el estridente ruido de una posible carísima escultura al caer y romperse... ¡¿Era en serio?! Sabía cuan infantil podía ser aquella nación, pero hasta un niño de 5 años se da cuenta de cuando puede moverse con plena libertad y cuando no... por lo menos ese ambiente despilfarraba un aire de "todo aquí cuesta más de lo que tres generaciones tuyas podrían producir en su vida" y eso era lo mínimo como romper un pequeño vaso de licor o una copa.

- So awful...... - sintió vergüenza ajena con solo observar de lo lejos al italiano intentando pasar desapercibido después de su error.

por **Hamburger** Miér Ene 04, 2012 5:52 pm

Aquél año tenía pensado hacer lo que hacía siempre por Navidad. Esto incluía trajes de Santa Claus, tartas de extraños colores dudosamente sanos, y demás fiestas extravagantes de las que mucha gente prefería no hablar pasado el Veinticinco de Diciembre. Sin embargo aquél año, al parecer, sería diferente. Ya que una mañana, después de despertarse a la una de la tarde y aún con el pijama mal colocado, había recibido entre todo el correo una invitación. Una invitación bien presentada, elegante, para una fiesta de Navidad en Roma, Italia... Todo estaba tan bien escrito y tan bien presentado, que era imposible pensar en no asistir. ¡Aunque ello significara olvidar sus heroicos planes y asistir a una fiesta elegante en su lugar! Por alguna razón, algo (¡instinto heroico!) le decía que no se aburriría en la fiesta. Aunque... Leyó la carta unas varias veces, fijándose siempre en la parte que decía "buena presentación"... Buena presentación... Aquello significaba una cosa: "¡nada de camisas mal arregladas! ¡Pantalones bien puestos! ¡No saques temas obscenos de conversación! ¡y ni se te ocurra llevar comida de fuera o hablar mientras comes o tragas, u otra persona está comiendo o tragando!". Estaba seguro de que era algo así lo que guardaban esas dos palabras de "buena presentación"... ¡Pero por otra parte, no podía negarle a la fiesta su heroica asistencia!

Así pues, el día acordado, a solo unos minutos de la hora acordada (algo extraño... no, muy extraño en él) se presentó en aquél hotel en Roma, Italia... La verdad es que le costó un poco entrar ahí dentro. Principalmente porque estuvo unos momentos viéndose en el reflejo de las puertas del mismo. ¡Ah, la etiqueta! Por bien que le quedase llevar un traje blanco y negro en lugar de la habitual ropa ancha y cómoda que llevaba, seguía sintiéndose raro... A lo mejor fue por eso por lo que tardó bastante en salir de su casa, ya que si no era la corbata, era el traje, y si no era eso entonces eran los zapatos. ¡Vale, no sabía ponerse traje él solo! Pero todos en su casa parecían haberse aliado para no dejarle salir hasta que no pareciera un maniquí. Tuvo que revisar el reloj de pulsera para darse cuenta de que ya pasaban unos minutos para decidirse a entrar por la puerta principal... Aunque era verdad que no había visto a ninguna otra nación llegar después de él. O a lo mejor era que no se había fijado. De cualquier manera, nada más llegar a la habitación donde le habían indicado que debía ir, escuchó como el "CRACK!" de algo (algo posiblemente muy valioso) romperse contra el suelo.

-¡Yo no he sido! -Exclamó, casi preguntó, alzando las manos, ya que un ruido de algo rompiéndose solía ser igual a América rompiendo algo. Aunque entonces se dio cuenta de que ahí solo habían dos personas aparte de él... Ah, y era Italia el que había roto la cosa posiblemente valiosa. Se quedó mirando un momento a los otros dos mientras se relajaba- Ah... Eh, ¿dónde está el resto de la gente? Pensé que habría un montón de gente aburrida charlando de cosas aburridas... -Comentó, metiéndose en la sala mientras lo observaba todo con cierta curiosidad. A decir verdad, ¡todo aquello parecía caro, extremadamente caro! ¡Y antiguo, también!- Ooh... -Se paró frente a uno de los bustos, observándolo con interés- Está perfectamente conservado~ -Comentó, mirándolo desde todos los ángulos. Eso sí, hoy tendría que tener cuidado de no cometer uno de sus típicos errores y romper algo.

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