Waking Up In Vegas [Privado] [Yuri-¿PosibleAdvertencia?]

Cuando sintió la luz del sol sobre su rostro, se llevó la mano a la cara, soltando un ligero quejido para volver a retorcerse entre las desordenadas sábanas de la enorme cama en forma de corazón que, en un principio, debía tener pétalos de rosa que ahora deberían estar mezclados con toda la ropa que había por el suelo. Bostezó sonoramente, pasándose una mano por el cabello para despejarse la cabeza, que ahora que se daba cuenta le dolía un poquito. Además tenía un poco de frío, ya que toda la ropa que tenía encima era su camisa, que por cierto era mucho mayor de su talla, por lo que le cubría hasta por encima de las rodillas. ¿Qué demonios había pasado la noche anterior para que estuviera todo tan desordenado? Trató de levantarse de la cama, pero estaba tan dormida que las piernas le fallaron y acabó dando varios pasos en falsos que casi la hacen caer antes de poder apoyar la cabeza contra la pared y dejarse deslizar hasta el suelo, donde cerró los ojos para dar otro sonoro ronquido. ¿Qué hora era? ¿A qué hora se había acostado anoche? ¿Por qué le dolía tanto la cabeza, como si anoche se hubiera bebido toda la reserva de cerveza de un alemán? ¿Y por qué había justo al lado de su cabeza un sujetador de muchas tallas inferior a la suya?

- Café... -Murmuró, arrastrándose por el suelo tal como una oruga, agarrando el sujetador pequeño con la mano. Sí, necesitaba un café para despejarse, o al menos lavarse la cara. Levantó la cabeza para mirar al baño... ¿Desde cuando tenía baño en su habitación? ¿Y desde cuando su habitación era tan rosa y con tantos corazones?- Ng... -Le restó importancia al tema, arrastrándose hacia el cuarto de baño hasta que sintió cómo su mejilla se topaba con el frío de las baldosas del suelo. Intentó levantarse cómo pudo, para acercarse tambaleándose hacia el lavamanos, el cual abrió para poder refrescarse la cara y despertarse- Awh... -Sin embargo, cuando estaba echándose agua en la cara, vio algo extraño. Algo muy extraño en su mano derecha, algo que brillaba... Un anillo, y no un anillo de bisutería, un anillo de los que te indican que estás...

Giró la cabeza lentamente, poco a poco, temiendo que se confirmase lo que tenía en mente. Y también porque estaba mareada y si se giraba más rápido sentía que vomitaría toda la cena. Efectivamente, al girar la cabeza y mirar a la persona que estaba en la cama donde había despertado, entre las revueltas sábanas, con la misma poca ropa que ella, la única persona que conocía que podía llevar esa talla de sujetador. Se acercó corriendo a la chica, cuyas gafas estaban colocadas de cualquier manera en la mesa de cama. Trató de tocarla con cuidado, para osbervar su mano derecha y comprobar que... Tal como pensaba, tenía el mismo anillo que ella. Se levantó, con las manos en la cabeza, tratando de organizar sus pensamientos. Principalmente, ¿dónde demonios estaba? No necesitó investigar mucho para descubrirlo, ya que solamente con mirar a través de la ventana de la posiblemente habitación de hotel vió no muy lejos de ella el cartel de letras rojas...

- Welcome to fabulous Las Vegas -Leyó en un suspiro... ¡Tan típico! ¿Qué hacía ella en Las Vegas? ¿Importaba realmente ahora? Lo importante en todo esto era que tenía dos anillos; uno en su dedo y otro en el de la inglesa que dormía en la cama, que al saberlo posiblemente trataría matarla...- My sweet wife~~ Alice~ Darlin~ -Susurró acercándose a la rubia. Si iba a morir asesinada por una Liverpool con resaca, al menos se divertiría un poco.

Contempló aún con la misma sonrisilla cómo Alice se levantaba, ignorándola completamente. Siguió a la inglesa con la mirada, apenas reincorporándose y caminando hasta el centro de la habitación, tratando de no pisar toda la ropa que estaba removida por el suelo. Ah, tenía toda la pinta de haber sido una noche loca digna de recordar... Una lástima que no la recordara. Se quedó sin decir nada mientras la otra chica le agarraba la mano para comprobar que tenían el mismo anillo, y mientras tanto la americana, por su parte, decidió deleitarse un poco jugando con su imaginación y la poca ropa que llevaba encima la rubia.... Hasta que soltó ese chillido, que provocó que Emily tuviera que agarrarse la cabeza con las manos para que sus tímpanos no fueran destruidos. Al abrir los ojos de nuevo y quitarse las manos de la cabeza, aún contempló a la chica, quien ahora la miraba con una máxima cara de odio.

- Hey, no es para tanto, Alice~ -Trató de calmar a la chica, tomándola por los hombros para que reaccionara- ¡Solo ha sido una boda en Las Vegas! No es como si fuera el fin del mundo -Dio unas palmaditas sobre los hombros de la rubia, riendo animadamente- Además, ¿no estás feliz? ¡Casándote con alguien como yo, yo estaría muy feliz! ¡Anima esa cara, así será mejor~! -Se separó de la otra, para volver a examinar la habitación- De cualquier manera, ¿qué estamos haciendo en Las Vegas? No recuerdo que tuviera nada que hacer por aquí... -Suspiró, tumbándose en la cama, tratando de hacer memoria mientras fruncía el ceño. Alguna razón tenía que haber para que estuviesen allí, sin embargo no se le ocurría nada... Ah, todo el día anterior estaba borroso en su cabeza, no había ninguna imagen clara, y eso no ayudaba para nada.

En primer lugar, algo tendría que haber ocurrido para que Alice y ella estuvieran en aquél sitio... Luego debía haber pasado algo para que ambas comenzaran a beber tanto como para emborracharse a tal nivel que ahora no recordara nada, y luego a causa de la borrachera, habrían ido a casarse... Terminando en aquél hotel. Pero no había manera, por más que trataba de recordar no se le venía a la cabeza ningún motivo ni ninguna imagen clara sobre el principio de toda esa historia... ¿Tal vez lo mejor sería simplemente arreglar aquello del matrimonio e irse a casa como si nada hubiera pasado? ...Levantó la cabeza para mirar a Alice y, de alguna manera, esa idea no le gustó para nada.

- Ah, de cualquier manera... -Decidió levantarse y darse por vencida en cuanto a lo de recordar, tomando una prenda de ropa interior que vio tirada en el suelo- Deberíamos cambiarnos o al menos ponernos algo más de ropa encima... -Comentó, mientras tomaba la prenta y la examinaba, tratando de ver si era suya o no... Oh, aunque le pareció obvio cuando se dio cuenta del águila de cabeza blanca que traía dibujado por la parte de detrás- ¡No lo digo por mi, yo estoy bien~! Pero tú podrías resfriarte o algo... -Añadió, cruzándose de piernas sobre la cama.

Por el amor de Chuck Norris... ¿Cómo podía alguien gritar tanto a esas horas de la mañana? Tuvo que incluso cerrar los ojos para que los gritos de la inglesa le afectaran menos, porque con la resaca que tenía incluso sintió que le hacían doler un poco más la cabeza. Está bien, todos sus agradables y heroicos pensamientos de lo divertido que era o sería molestar a la rubia se desvanecieron entonces. ¿Qué clase de masoquista desesperado querría tener como esposa a alguien que desde tan temprano en la mañana ya te gritaba y te insultaba, sobre todo por algo que desde el punto de vista de la americana no tenía el más mínimo sentido? Cuando sintió que Alice había dejado de chillar histéricamente, se apartó las manos de los oídos, tratando de no marearse.

- ¡Una boda en Las Vegas es total y absolutamente legal! Mucha gente que no tiene consentimiento de sus padres viene aquí para casarse y vuelve a vivir de nuevo en otros estados... -Se cruzó de brazos, tratando de concentrarse en lo que quería decir. ¡Esa resaca era molesta, pero no podría con su fuerza!- Vale lo mismo que nos case un Elvis a que nos case un obispo, tienen total derecho a hacerlo en las cabinas de bodas rápidas. Siempre que los se den el Sí Quiero~ -Miró de nuevo al suelo, observando la ropa que había tirada. Oh, de pura casualidad que a sus pies encontró un coletero de los de Alice, que le tiró a la cabeza para intentar que se quedara sobre su pelo- Furthermore... -Apoyó las manos sobre la cómoda cama, queriendo apoyarse sobre ella. Pero calculó mal y acabó cayendo totalmente tumbada en la cama de corazón- La gente aquí se casa todos los días y se divorcia todos los días... ¡Es mucho más sencillo un divorcio aquí que en cualquier otra parte! Siempre que las dos partes estén de acuerdo...

Ah, aquella cama era tan blandita.... Que de no ser porque tenía una buena fuente de entretenimiento bien cerca de ella, se dejaría dormir ahí mismo. Ah, sería genial si tan solo pudiera recordar lo que aquella cama debía haber visto aquella noche pasada que tan negra estaba en su mente. A pesar de que aún tenía en su cabeza la posibilidad de que la inglesa hubiera caído rendida en la cama justo al llegar a la habitación debido a su sobrecarga de alcohol... ¡Y a que siempre se dormía antes que ella! Hm... Realmente aquella idea no le gustaba, así que trató de deshacerla con una mueca en su cara, tratando de pensar sobre las mil y una cosas que podría haber hecho con el cuerpo de Alice... Con las cuales, gracias a su imaginación, tenía pensado molestar bastante a la chica de ojos verdes. ¡Viva Las Vegas!

- Ah, aunque... -Abrió los ojos al recordar algo, incorporándose de nuevo para dirigir su mirada a la otra una vez más- A pesar de que un divorcio aquí se hace muy rápido... No puede hacerse inmediatamente después de casarse... -Se cruzó de brazos. Sí, sí, recordaba perfectamente haber hablado de algo de eso con alguno de sus hermanos.... Al fin y al cabo, como capital, debía estar enterada de todas las leyes ¡en todas partes!- Hay... Que esperar. Tienen que haber pasado tres días de la boda antes de poder divorciarnos -Se encogió de hombros, como restándole importancia al asunto- Mucha gente que enamora después de casarse borracha, así que tendremos que esperar para quitarnos los anillos.

Una cosa estaba clara: no podía dejar de mirarla. A pesar de lo histérico de los movimientos, palabras y desde luego los gritos de la inglesa, algo había en ella que no podía dejar de mirarla con una sonrisilla tonta... Sería por lo divertido que era molestarla. Aunque... Se miró el dedo en el cual estaba el anillo de matrimonio que se había colocado la noche anterior. Sin duda, estaba claro que Alice era una gruñona, demasiado estirada y demasiado señorita como para saber divertirse, sin duda mucho mayor que ella, por no decir que a pesar de ser una "damisela" podía a ser demasiado bruta y estaba claro que habían heredado de sus hermanos esa habilidad para pelearse nada más verse. Sin embargo, pensar que ayer se habían casado... Hey, por algo debía de haber sido, ¿no? ...Aunque antes de que pudiera seguir pensando, sintió como su sujetador le caía en la cabeza, prenda que tomó en sus manos. Mientras continuaba siguiendo a la otra con la mirada, se desabrochó la camisa para poder colocarse el sujetador, dejando la otra prenda sobre la cama... Cuando escuchó el ruido que hacía Alice desde la puerta.

- Hm? ¿Qué ocurre? -Ladeó la cabeza, mirando a la inglesa, cuando escuchó lo que dijo...- Closed? -Repitió- ¡Eso no tiene sentido, seguro que estás tirando hacia dónde no es! -Tomó de cerca suyo lo que sin duda, por la bandera que tenía estampada, debía ser su ropa interior y se la colocó, para luego ir hacia la chica de ojos verdes mientras se ordenaba un poco el cabello. Una vez estuvo allí, agarró el manillar de la puerta y tiró...- Eh? How strange.... -Frunció los labios, tirando más fuerte, a pesar de que no por ello la puerta cedió. Volvió a probar, esta vez golpeando la puerta en un placaje para ver si así cedía, aunque los resultados no fueron para nada distinto- OK... ¡Ahora verás! ¡Probarás en tus carnes la fuerza de una auténtica HEROINE! -Agarró el manillar con ambas manos y apretó con fuerza... Con mucha fuerza. Y para aumentar su fuerza, apoyó los pies en la pared y comenzó a tirar, a tirar como nunca había tirado de nada, ¡con toda su fuerza!

...Aunque el resultado no fue el que se esperaba. Casi sintió que sucedía a cámara lenta. Un ligero "crack" se escuchó venir de la puerta, y después vio cómo el manillar se arrancaba de cuajo... Dejando dónde estaba solo un pequeño agujero a través del cual solo estaba la parte del manillar que estaba del lado del pasillo. Y, por supuesto, debido a la fuerza que estaba ejerciendo sobre el pobre pomo, cuando este se despegó de la puerta la americana salió disparada hacia al suelo, en la que posiblemente recordaría como la caída más herocia de toda su vida. Y también el mayor golpe, porque se dio de cabeza contra el suelo. Si no fuera una heroina, ¡aquello habría dejado marca! Pero por suerte ella todo lo que obtuvo fue un gran mareo... Y el pomo de la puerta en su mano.

- Damn it... Está realmente cerrada.... -Murmuró mientras trataba de recobrar el sentido. Debido al golpe ahora todo le daba vueltas... Miró el pomo, a la puerta, a la inglesa, y nuevamente al techo de la habitación, que era lo primero que había visto tras recupearse del golpe de la caída. Un momento, si estaba encerrada, eso significaba... ¡Que no tenía comida! ¡Y que en aquella habitación no había televisión y podría perderse algún partido de baseball! Pero, sobre todo, ¡que ahí no había comida! Se levantó como un resorte y lanzó a la cama el pomo- Tenemos que salir de aquí. Right. Now. -Sentenció solemnemente, mirando a "su esposa" con toda la seriedad del mundo- Oh! ¡El teléfono! ¡Podemos llamar a los bomberos! -Su rostro se iluminó debido a su brillante idea y fue rápidamente a por el teléfono que había en la mesilla de noche... Ah, qué adecuado, si era rosa y en la guía tenía los números de contacto de varias... "empresas" para las cuales podría usarse esa habitación. Se colocó el auricular en la oreja y esperó a escuchar el "tuuuup. tuuuuuuuup..."

¡Su optimismo había olvidado una cosa importante! ¡No recordaba lo que había pasado aquella noche! Y si habían sido tan inteligentes como para lanzar las llaves por la ventana al llegar a la habitación... Al no escuchar el tono esperado, Emily tomó el teléfono en sus manos y lo alzó, para comprobar que el cable que debía conectarse con el enchufe telefónico estaba... Completamente roto. Dejó el teléfono sobre la mesa de nuevo y rebuscó con la mirada en el suelo. ¡Ahí estaba! Tirado de cualquier manera, el que en ocasiones era su mejor amigo. Se lanzó a recoger a su teléfono móvil del suelo y lo encendió... Esperó a que se encendiera... Su rostro se iluminó de alegría al ver la pantalla de inicio, y justo cuando se dispuso a buscar en la agenda el número de algún hermano... La pantalla del teléfono de puso en negro y sonó de él "Apagando por batería baja". Dejó caer el teléfono al suelo sin ningún cuidado y después de tiró ella también al suelo. ¡Estaba atrapada! ¡Atrapada sin teléfono, ni comida, ni televisión! ¡Solo con una inglesa que posiblemente la mataría tras descubrir que no tenían manera de comunicarse con el exterior! ...Aunque morir por los golpes de Alice se le hacía un poco menos doloroso que morir por falta de comida, porque sabía que cuanto más pensara en ello, más hambre tendría.

¿Y ya qué sentido tenía esforzarse? ¡Estaba acabada! Posiblemente la gruñona de la inglesa se la comería viva o la ofrecería para algún ritual de magia o algo así... ¡Y seguía sin recordar absolutamente nada de la noche pasada! Solo ciertas sombras borrosas... A lo mejor al cura vestido de Elvis, o antes de eso debían de estar en un bar, pero.... Mientras estaba tumbada en el suelo de la habitación del hotel de la cual no podría salir, pensó. ¿Y qué demonios la había llevado a casarse con Alice la noche pasada, además de estar muy borrachas? Bueno... Dicen que los borrachos nunca mienten... Abrió los ojos un momento y no pudo evitar sonrojarse. ¡Tenía que descubrir qué había dicho a la inglesa la noche anterior, y sobre todo, ahora más que nunca, debía de procurar que ella no lo recordada!

Pero para cuando quiso darse cuenta, la otra chica la estaba levantando y la miraba seria. Intentó centrarse en lo que decía, mirándola a los ojos... Y de alguna manera extraña, pasaba algo que nadie pensaría que es posible, ¡tenía razón! ¡Era una heroine, la mejor heroine! Así que tenía que rescatar a Alice, que por supuesto era su dama en apuros, y recuperar su optimismo o no podría hacer nada. Una sonrisa fue creciendo poco a poco en su rostro, hasta hacerse grande e iluminarle la cara.

- Hey! ¡Tienes razón por esta vez, Alice! -Rió ligeramente y se levantó, apretando el puño. Su sonrisa era más determinada que nunca aquella mañana- Como heroine que soy, nos sacaré a las dos de aquí, ¡ya lo verás! So... -Miró en su alrededor, por toda la habitación. Bien, la puerta estaba bloqueada y el teléfono roto...- Tal vez podamos salir si viene el servicio de habitaciones, espero que la suite no sea tan exclusiva que ni la limpien, ¡sería horrible! -Negó con la cabeza y siguió buscando. Entre la ropa tirada por el suelo, los pétalos de rosa, y quién sabe qué más, logró distinguirlo. ¡El mejor objeto de toda una habitación de hotel! ¡El mini bar! Su sonrisa se amplió y fue corriendo allí, abriendo la pequeña nevera. Su rostro se iluminó al comprobar que estaba abastecida, lo suficiente como para poder esperar.

Con un tono que demostraba lo feliz que estaba por haber acertado con su suposición de que tenía que haber comida allí, se agachó mientras tarareaba alguna canción, contenta. ¡La esperanza había vuelto! Y pensar que había sido gracias a las palabras de Alice... Prefería no pensar en ello, porque solo aumentaba lo segura que estaba de que ahora más que nunca tenía que evitar que cualquiera de las dos descubriera qué ocurrió la noche anterior. Tal vez dentro de unos años pudieran ver la cinta de alguna cámara de seguridad que las grabara borrachas y se reirían de ello... ¡Pero sin duda, ahora era algo que no podía hacer!

- ¡Bien! ¡Entonces, creo que lo mejor será desayunar y esperar un poco! -Se dejó caer al lado de la inglesa. Entre sus brazos cargaba toda la comida que había encontrado en el mini bar. Una botella grande de agua, un par de botellas de cerveza, varias latas de refrescos, muchas bolsitas de frutos secos y una bolsa grande de patatas fritas. Las dejó todas en el suelo y cruzó las piernas mientras miraba la mercancía sonriente- Supongo que las limpiadoras llegarán aquí en no mucho rato, por lo que podemos desayunar algo mientras lo hacen, ¡me muero de hambre! -Comentó, abriendo una lata de Coca-Cola y tomando un sorbo mientras abría con la otra mano uno de los paquetes de frutos secos- Y si no pueden abrir la puerta, llamarán a los bomberos y nos sacarán, no tenemos nada de lo que preocuparnos~

Se llevó un buen puñado de frutos secos a la boca y se sintió en el cielo. Ah, sin duda ahora se daba cuenta de que había tenido hambre. Mientras masticaba, cruzó las piernas y los brazos, tomó otro sorbo de Coca-Cola, y escuchó a la inglesa... Bueno, no le resultaba nada nuevo el que la chica exigiera que Emily se encargara de todo, aunque en verdad era toda una molestia. Dejó que la inglesa hablara y se explicara y se quejara mientras la americana simplemente disfrutaba del desayuno que quería y esperaba escuchar en algún momento que el carrito de la limpieza sonaba por el pasillo.

- OK, OK! I mean, como matrimonio que somos ahora, debo encargarme de manternerte~ -Sonrió guiñándole un ojo. Pensar que ahora estaban casadas era algo inconveniente, pero la verdad es que seguía pareciéndole divertido molestarla con ello... Aunque seguía sin querer recordar qué las había llevado a casarse la noche anterior. ¿Había sido simple embriargez? ¿O tal vez...?- ¡De cualquier manera, no podrás irte tan pronto! Puedes quedarte en nuestra casa si quieres, pero tienes que quedarte aquí tres días si quieres que nos divorciemos... ¡Sé que estar casada conmigo es algo genial~! Así que si no quieres divorciarte, lo entenderé, hahaha~

Después de una de sus risas -que ya necesitaba para combatir aquella situación- fue a por más frutos secos de su bolsa y se dio cuenta de que la había terminado, por lo que lanzó la bolsa a algún lugar. Sin embargo, por gracia del destino, quedaba un solo cacahuete dentro de la bolsita, que hizo un pequeño ruido al chocar contra algún objeto metálico. Al escuchar este ruidillo, la americana giró la cabeza para observar dónde había caído la bolsa, chocando con un pequeño objeto debajo de la cama... Se acercó al objeto y lo sacó, volviendo al sitio de antes y comprobando que era un CD. Lo examinó hasta que leyó la palabra "Jones" escrita en el disco, y miró a Alice.

- Creo... Que esto podría ser algo de lo que pasó ayer -Dejó el disco a un lado y abrió la bolsa de patatas, tomando una para llevársela a la boca. Un momento... ¡Era probable que aquello fuera una prueba irrefutable! ¡Podía ser una grabación de la boda! Entonces... ¡Entonces era exactamente lo que no podía dejar que Alice viera, bajo ninguna, ninguna circunstancia!- Me parece que es mejor que lo guarde hasta que lleguemos a casa, ¿verdad~? Haha~~ -Volvió a agarrar el disco y lo guardó detrás de su espalda. No podía permitir que la inglesa lo viera bajo ninguna circunstancia, ¡ninguna! Ya que...- H-Hey, Alice~ -Sonrió cruzándose de brazos- Aún... No has logrado recordar nada de ayer, ¿verdad? Por qué estamos aquí o por qué nos casamos, ¿eh? ¿Nada~? ¿Ni siquiera algo que por alguna circunstancia te impresionara o shockeara especialmente?

Tenía que hacer un rápido repaso mental de lo que sabía. Lo cual era bastante sencillo porque no sabía demasiado. Solamente que estaba casada en Las Vegas, encerrada en la habitación de un hotel con Alice, con quien ahora estaba casada tras unos sucesos que desconocía, pero que posiblemente estuvieran grabados, por lo menos una parte, en el CD que escondía en su espalda. Porque... ¡Quién sabía lo que podría haber dicho la noche anterior! A lo mejor incluso... No quería pensar en eso, cuando recibió el ligero golpe en la frente por parte de la inglesa. Cerró lo sojos y se llevo una mano a la frente con un suave quejido mientras escuchaba las palabras de la otra. Entonces fue cuando abrió los ojos y la miró un momento.... No había manera de que ella lo hubiera adivinado. ¡Por supuesto que no! Muy bien, entonces únicamente tenía que actuar con normalidad, como si no supiera de qué estaba hablando... ¿Verdad?

- Huh? ¡No sé de qué me hablas, Alice! -Rió, negando con la mano repetidas veces- ¡Estoy segura de que recuerdo tan poco como tú~! -Bueno, aquello no era mentira. Era cierto que no recordaba nada, pero sí que podía ponerse a imaginar... Por lo que sabía, si había estado lo suficientemente borracha como para casarse con la británica, entonces nadie le decía que no había... ¡No, no, no! ¡No era momento de pensar en eso!- So... Si tú no recuerdas nada, yo no recuerdo nada -Declaró cruzándose de brazos. ¿Y si Alice también tenía algo que decir? ¡Entonces no sería ella la primera en hablar! Como que se llamaba Emily J. Jones que defendería el secreto que tenía que defender, ¡por su propio bien!

Aprovechó que había dado por zanjada -por lo menos para ella y dentro de su mente- aquella discusión para volver a examinar la habitación por enésima vez en la mañana. Si es que era mañana, ahora que lo pensaba... De cualquier manera, sí que parecía que habían tenido bastante diversión estando borrachas... ¡Un momento! Ahora... ¡Ahora se daba cuenta de lo que aquello significaba! intentó ocultar el sonrojo que apareció en su rostro cuando pensó que, si todo había ocurrido tal como su mente le decía... Habían tenido su 'noche de bodas' en aquella habitación, así que... Miró a Alice de arriba a abajo, intentando asimilar mientras comía más patatas. Maldito subconsciente borracho, qué envidia le tenía.

- Oh, ahora que lo pienso... -Ya que tenía que intentar volver a abrir algún tema de conversación antes de que Alice quisiera volver al tema de lo que recordaba, lo que no recordaba, o lo que podía haber en el CD, se le ocurrió algo en lo que no había pensado antes- Cuando salgamos de aquí... ¿piensas llamar a tu hermano para explicarle por qué te vas a quedar en tu casa? -Sonrió al pensar en ello. Bueno, conocía a Inglaterra y sabía que si se enteraba de que Alice se había casado con ella.... Lo más probable era que le diera un ataque al corazón. Aunque, por otro lado, tampoco estaba seguro de cómo reaccionaría su hermano cuando le contase lo que había ocurrido- ¡Seguro que si le explicas lo que ha pasado toma el vuelo más rápido hasta aquí y empezará a gritar! -Rió al imaginar la situación. Seguro que se quejaría de las leyes que permitían que la gente se casara borracha e intentaría llevarse a Alice, aunque eso solo haría que no pudieran firmar el papel del divoricio... Ah, pero si lo pensaba un momento, esa idea tampoco era tan mala. Significaría que Alice y ella seguirían casadas aunque la otra no quisiera admitirlo. Además... Lo que pasa en Las Vegas, se queda en Las Vegas. ¿Cierto?- Yeah~ -Suspiró levemente, ladeando la cabeza con una sonrisilla.

Miró a la puerta con el ceño fruncido y una mirada de determinación. No hizo falta que se remangara las mangas, ya que su camisa no tenía, pero aún así lo hizo mentalmente. ¡En ese momento, la puerta era su enemigo que le impedía salir sana y salvo de aquél lugar con una inglesa que no sabía cuándo podía perder del todo los nervios. Sonrió con ambición y se preparó para ir corriendo, cuando escuchó las palabra de la mayor, que le hicieron cambiar la dirección de su mirada.

- ¿Herirme? ¡Eso no tiene sentido! -Volvió a señalarse con la mano al pecho y dio un par de golpes en él, llenándose de orgullo propio y auto-influído- ¡Parece que olvides con quién estás hablando, Alice~! He sobrevivido más de una hora contigo en una habitación, ¡no hay puerta que pueda detenerme! -Negó con la mano un par de veces y comenzó a reír. ¡No había nada que pudiera pararla, porque en estos momentos no solo tenía hambre, recuerdos confusos y borrosos y a Alice, sino que tenía un objetivo fijo! Saldría de allí, pararía por una hamburguesería, y... Tal vez, solo tal vez, pudiera arreglar todo de una vez- OK! Here I go~!!

Retrocedió un par de pasos, hasta casi darse con la cama. Volvió a mirar a la puerta fijamente y movió un par de veces un pie, como si tratara de coger impulso. Tomó una gran bocanada de aire... Y empezó a correr hacia la puerta a toda velocidad. Cuando estuvo cerca de ella, se colocó de lado para hacer más fuerza. Se escuchó un fuerte "CRACK!" y Emily tuvo que retroceder un par de pasos al rebotar contra la puerta, que seguía en la misma posición de antes.

- ¡Ah, joo! ¿De qué están hechas las puertas en este sitio? -Infló las mejillas cruzó los brazos sobre el pecho, con una actitud infantil. ¡Está bien, no podía dejar que una puerta la deprimiera!- ¡Ahí voy otra vez! -Volvió a colocarse en la misma posición que antes, como si estuviera a punto de empezar una carrera a pesar de la pequeña distancia contra la puerta. Volvió a tomar aire y corrió rápidamente para empujar contra la madera, que volvió a crujir, cediendo un poco otra vez. Inmediatamente después, la americana volvía a estar en el lugar anterior y una vez más, cargaba contra la puerta. Fue así unas tres veces, hasta que, finalmente, la puerta cedió y ella, acabó con la cara en el suelo del pasillo- ¡Ah! ¡Alice! -Se incorporó para verla y giró la cabeza, con una radiante sonrisa- ¡Lo hemos conseguido! ¡Vámonos, vámonos!