American Birthday Party! [¡Abierto!]

Estimado/a -insertar nombre aquí-

Tenemos la satisfacción de anunciarle que ha sido usted invitado a la superparty fiesta que tendrá lugar el día 3 de Julio en casa de Estados Unidos, con motivo de la celebración de cumpleaños de el héroe Estados Unidos y who? Canadá. Esperamos que pueda venir a la fiesta y se sienta totalmente libre de traer a cualquier amigo, hermano, estado, ciudad, esclavo o mascota cuya invitación se haya extraviado. a no ser que seas un commie, entonces estás leyendo esto por error La fiesta comenzará a las ocho de la tarde y finalizará cuando empiecen a sentir que su visión está demasiado borrosa como para volver a sus casas sin atropellar a un perro por el camino.

Esperamos verles por ahí:
Clark Kent Estados Unidos y Canadá.

A lo mejor dejar que Alfred hiciera las invitaciones para la fiesta no había sido la mejor decisión del mundo, pero siendo el americano como era, y siendo el canadiense como era, la verdad es que fue una cuestión que no tardó más de tres minutos en arreglarse, aunque tuviera que ser corregido varias veces por su hermano, lo cual ocasionó todos los tachones que había en la invitación. Por supuesto, el tema de la promoción también fue cosa suya. ¡Se encargó de que no hubiera nación que no estuviera al tanto de la fiesta! Las había dejado delante de cada asiento en cada reunión mundial que había, también sobre los asientos en caso de que alguno se volara, e incluso dentro de los objetos personales que había encontrado solos durante los descansos. También las había mandado en correo a los países cuya dirección estaba seguro -los cuales se podían contar con los dedos de una mano- y si había visto a alguna nación de manera casual, también le había entregado la invitación.

¡Así que estaba seguro de que todo el mundo asistiría! Claro que en su casa había sido un problema organizar un cumpleaños para el tres de Julio, ya que era un día antes de lo normal, peor se las había apañado. El Día de la Independencia seguiría siendo fiesta nacional en su casa también ese año y las celebraciones serían las mismas, lo único que se había hecho era atrasar la fiesta de cumpleaños un día. Aunque es verdad que al principio quería celebrarlo el mismo día cuatro, al final se decidió que el mejor día era el tres, así no habría especial protagonismo para ninguno de los dos gemelos. Por otra parte, ¿cómo fue que decidieron celebrar juntos su cumpleaños? ...A decir verdad, no estaba seguro. Como todo lo que tenía que ver con Matthew, se le había olvidado enseguida aquella conversación. De echo, es muy posible que de no ser porque también era su fiesta de cumpleaños, no se habría acordado de la fiesta.

- ¿Falta mucho~? -Y ahora estaba sentado sobre una silla colocada del revés, moviendo los pies con impaciencia y mirando de vez en cuando al reloj que había en la sala. Durante las horas anteriores se había encargado junto con su hermano gemelo de decorar todo el salón y el jardín de su casa. Esto era básicamente colocar comida por aquí y por allá -¡obviamente, estaban servidas las especiales recetas que el mismo Alfred había preparado! Tartas con una extraña cubierta azul, bollos rosas con crema verde por dentro, y otra gran variedad de dulces normales que habían adaptado colores extraños al ser cocinados por él- decorar con pegatinas de las banderas de ambos países las paredes y los muebles (a lo mejor se notaba ligeramente que había mayor número de banderas estadounidenses que canadienses), preparar algo de música y colocar los fuegos artificiales, petardos bengalas y demás que encenderían cuando la noche estuviera bien entrada.

Miró una vez más al reloj de la sala y también al que llevaba en la muñeca y suspiró. ¡Ya casi era la hora! ¿Dónde estaba todo el mundo? Por supuesto, estaba seguro de que asistiría muchísima gente, ¡por eso había tanto espacio y tantas cosas! Aunque no le habían dejado cocinar él mismo la tarta de cumpleaños, sí que la había encargado y se había encargado de que fuera.... ¡Enorme! ¡Se le hacía la boca agua con solo pensarlo! ¡Así que más le valía a todos llegar pronto para que pudiera comer ya! Se levantó de su silla y la colocó bien en su sitio mientras caminaba por la habitación, dándose el lujo de comenzar a comer antes que nadie cogiendo una de las muchas hamburguesas que estaban apiladas en enormes platos, junto con las chuletas a la barbacoa y unos platos, no muy grandes pero sí abundantes, de tostadas con jarabe de maple y pizza-ghetti.

- ¡Ah! ¡Ya es la hora, ya es la hora! -Cuando las manecillas de su reloj de pulsera apuntaron que eran exactamente las ocho de la tarde, el americano terminó su hamburguesa y fue corriendo a por uno de los pequeños cañones de confeti que había preparado para la ocasión, y fue corriendo a la puerta, preparado para recibir a todos los invitados que llegaran.