Vamos con calma (privado y advertencia)

Las cosas en el cine no habian salido del todo bien, asi que lo que necesitaban ahora era hablar, tener una cena, como antes, cuando salieron, Victor tenia que dar el siguiente paso, debian arreglar aquello, y el debia dar el paso que jamas se atrevio a dar, era la hora de darle a su niño lo que merecia, se habia arreglado lo mas que pudo, incluso trato de emparejarse la barba, y espero a que Aslan se alistara, habia pedido que un taxi pasara por el, el queria llegar al restaurante a arreglar unos "asuntos".

Lo esperaba en la entrada, sentado en la sala de espera, se sentia algo raro con aquel traje, no solia ser formal, pero era justo y necesario, veia el reloj una y otra ves por un segundo penso que Aslan no apareceria, despues de todo el menor seguia muy afligido, e incluso se habia llegado a la charla de un divorcio por un matrimonio que aun no existia...

Para que el menor pudiera divorciarse primero debia haber un matrimonio, el cual le propondria en aquel momento

El fauno apenas si se sale de bañar, ve la hora, debía estar ahí abajo hace 15 minutos. Pero si no se tiene ganas de asistir a algún compromiso es algo difícil ser puntual. Se seca el cabello que de momento es rosa más se le está destiñendo, lo que cene esa noche, si es que prueba bocado, le dará un nuevo tono intenso y brillante a su cabello.

- Dijiste que irías, se lo prometiste, lo amas.

Se repite en voz baja, por más que deseara solo hundirse en el fondo de las sabanas de aquella cama que ya no compartía con él, debía cumplir su palabra. Terminar de arreglarse le toma entre 15 y 20 minutos más. El reloj marca 8:40 pm, tal vez Víctor ya se cansó de esperar y se fue a dormir. Baja en silencio, luce lindo y fresco, pero sin ánimos. El fracaso en el cine ya representa bastante molestia para él.

- Estoy listo...

No esperaba verlo ahí, pero así pasó, allí estaba.

No le molesto esperar, lo hizo, los primeros 10 minutos no les tomo importancia, a los 20 se preocupo, a los 30 penso que no tenia caso esperar, que no bajaría, pero a aun asi espero y a los 40, cuando por fin bajo sonrio aliviado, habia llegado, se sentia muy feliz de verlo-

Te ves hermoso Aslan...

Le sonrie a su niño de 1.15 y le ofrece su mano para llevarlo a la camioneta, la cual se esforzo en limpiar, incluso le paso una lata de aerosol para que no se vea tan jodida, porque lo estaba, lo cargo y losubio y el corrio a su lado, saco como 3 reservaciones por si a alguno se le hacia rematadamente tarde, y asi fue, que se les hizo tarde, no sabia que decirle, el menor se veia muy triste aun, y el seguia esforzandose por no caer, uno de los dos debia mantenerse en pie para sostener al otro y asi lo haría. Llegaron al restaurante, era para vegetarianos, sabia que Aslan no comia carne.

-Ven, Aslan, Separe una mesa bonita.. espero te guste el lugar

Era cierto, no tuvieron muchas citas, pero lo corregiría y le recompensaría todas las citas que no le dio, todos los besos que le falto, se lo pagaria todo con creces, entraron al restaurante y les dieron una mesa bonita hacia la ventana, que tenia vista a un jardin enorme, por las lluvias que hubieron estaba cerrado, pero la luna brillaba bonito y se veia desde ahí

Llegó a pensar que Víctor estaría molestó, pero no fue así, lejos del enfado, el moreno lucia aliviado, hasta contento, Aslan sentía que podía leer la mirada de Víctor, siempre lo pensó así, pero tras abrir los ojos y darse cuenta de "los verdaderos problemas", perdió seguridad en si mismo y en lo que tenia con el humano.

- Tú luces apuesto, siempre lo has hecho. Tú si me gustaste siempre y no a medias.

No, no era enojo, ni tenia intenciones de pelear, solo que algunas palabras de Víctor no sonaban sinceras en sus oídos. Subió a la camioneta y se quedo en silencio, pero no tenso, no deseaba generar tensión, después de todo Víctor lo hacia todo por ellos dos. La economía del otro lo tenia sin cuidada, el podía con sus gastos propios y la manutención de su hijo. Estaba con él por amor, nada a parte de amor.

Al llegar, reconoce el lugar, siempre había querido comer ahí, jamás hubo oportunidad antes de hacerlo. Cuando entran y caminan entre las mesas se siente raro, el moreno parece más su hermano mayor que su pareja, antes amaba esa diferencia de estaturas, de colores, de auras, ahora todo esto parece formar un abismo entre ellos, según el negativo fauno. ¿En que momento se volvió tan negativo? No lo recuerda.

La mesa que les corresponde resulta estar maravillosamente ubicada, el jardín húmedo e iluminado por la luna está lleno de paz. Sonríe casi sin darse cuenta, le gustan las gotas restantes de la lluvia que aun corren por los cristales.

- El lugar me encanta.

Le apuraba el niño, sabia que el menor no estaba con el por sus riquezas, porque no tenia ni un centavo, el camino fue callado, y al entrar al restaurante espera que todo se calme, que puedan cenar, le arrima la silla y se sienta a su lado, lo ve sonreír, es de las pocas veces que lo ha hecho en meses, se sienta y pone su mano sobre la de el

-Me alegra que te guste el lugar...

Lo había elegido únicamente para el, ya que su dieta había cambiado el día en que empezaron a vivir juntos, lamentaba tanto que todo fuera de mal en peor entre ellos, no era su intención que todo empeorara, pero tampoco sabia que hacer para mejorar aquella situación, tomo la carta y le sonrío

- Pide lo que desees Aslan, ¿quieres algo de vino?

Sus manos temblaban en aquel momento, se sentía un colegial idiota, como si jamas hubiera hecho algo parecido, lo adoraba, y jamas fue capaz de pedirle estabilidad, se sentía un malparido, y no podía tratarlo siempre de la misma forma, para que los errores no se repitieran debía cambiar algo, y empezaría por tomar decisiones importantes aquella noche-

- ¿Qué deseas pedir, As?

Se acomoda sombre la silla, tuerce la boca pues la mesa es algo alta para él, o quizá la silla es muy baja para él, igual y es él quien no encaja, ¡Maldito cuerpo de niño! algunas veces le estorba, cree también que es ese físico lánguido el que no llena a Víctor.

- Sí, vino está muy bien... tinto por favor.

La calidez de la mano del mayor lo ponen serio, se sonroja un poco y mira sus manos unidas por un corto tiempo, luego desvía la mirada a la ventana. Nunca habían tenido noches románticas, aquello comenzó mal, ¿Será que esta destinado a terminal de la misma forma: mal?

- Sabes que con las servilletas y el florero tengo.

Trata de bromear, de aligerar el ambiente, el restaurante es hermoso y Aslan quiere una buena noche, aunque en el fondo aquello es verdad, no necesita más que las servilletas de papel y las flores para llenarse la barriga de momento, ¿Molestará eso también al moreno? En fauno se encoge mirando abajo.

Sabe que no alcanza, la verdad mas que molestarle le parece tierno, en cuanto se acerca un camarero pide un cojín, para que se ponga As sobre el y pueda comer tranquilamente, ama tanto estar con el, se siente tan contento de estar con el aunque sea así y ordena primero que nada el vino, para empezar por algo, el esta dejando de tomar, pero aunque fuese un poquito tomaría con su niño; no pudo evitar sonreír, el lo sabia, sabia que eso bastaba pero quería dar mas.

-Ya lo se... pero un poquito mas de comida no caerá mal..

Realmente no tenia ningún problema con que se comiera flores, o servilletas, nada en el le molestaba, solo quería estar con el, lo quería así como era, no quería cambiar nada de todo el, ni su color de cabello, ni sus hábitos, nada, nada absolutamente así lo ama, toma su barbilla para que alce su mirada, le acaricia poquito la barbilla y se acerca a el a besarlo suavemente, con cariño, lo ama, y nunca supo como demostrarlo mas que de forma física, se separa suavemente, sin deseo de hacerlo realmente

-Hay que cenar, Aslan...

El mesero regresa con el cojín, Aslan permite que lo acomoden en la silla y el se sienta sobre. Ahora ya puede ver tranquilamente a Víctor y puede apoyar bien los codos en la mesa, se siete mas "a la altura". La botella de vino lleva en una cubeta llena de hielo, se lame poquito los labios, ningún vino se compara al añejado en Narnia, pero no por ellos deja de gustarle, beber un poco lo relajara. Mira a Víctor sin saber si éste le servirá la copa o sera él mismo quien deba llenarla.

- Bueno, una ensalada con muchas uvas y nuez me encantaría.

Podría estarse muriendo de tristeza o de coraje pero apetito siempre tendría, era algo solido en él. Ahora espera a que su pareja pida al mesero. Ruega que no deba espera demasiado pues le ha dado hambre y no sabe bien que conversación pueda comenzar con el mayor, no piensa negarse a hablar, sabe que a eso han asistido al restaurante, pero tiene miedo, por eso no sabe como comenzar, y mucho menos quien deba comenzar.

- Y... Que frió hace ¿No crees?

La verdad sí esta muy fresco por la lluvia que cayó hace unas horas. Se soba un brazo y aun no hay vino en su copa que beber.

Tomo la botella y la abrió casi al instante, vertió un poco en la copa de Aslan y otro poco en la de el, asiente a su orden, y se la encarga al mesero, el pide una ensalada de pollo con uvas y una ensalada verde con fresas, se le queda viendo, sabe que esta nervioso el menor y eso lo pone mas nervioso a el, se acerca a el en cuanto dice que tiene frío, se quita el saco y lo pone en sus hombros

-Toma, Aslan, es verdad, el clima enfrío muy de repente...

Se vuelve a sentar en su lugar y lo ve, tamborilea los dedos sobre la mesa y aclara su garganta, paso su mano por el cabello de manera nerviosa, porque lo esta y se aclara nuevamente la garganta

-Aslan... yo quería traerte aquí porque... quisiera poder salir contigo y... tener citas..

Nunca habían tenido citas decentes, sujetaba su manita aun, la sobaba con amor, y se le quedaba viendo a sus enormes ojos, se perdía en ellos y amaba eso, trato de tomar valor, no sabia si hacerlo antes de la cena o después, porque si lo hacia antes de la cena... y decía que no... seria un resto de la cena muy muy incomoda, si lo hacia al final y decía que no, podrían dirigirse a casa y seguir planeando como reconquistarlo; después de ver todos los panoramas negativas lo pensó... ¿y si decía que si? ¿y si todos sus temores eran infundados?

Sus manos comenzaron a sudar después de pensar en todo esto

Sus ojos se centran en el vino tinto que llena las copas, y llenar resulta no ser la palabra adecuada, las pocas de cristal cortado apenas si contienen un poco de bebida color sangre oscura, hace una especia de puchero infantil, es algo muy común y reconocible en él, es parte de su apariencia aniñada. Deja las copas tranquilas cando algo pesado le cae sobre los hombros con suavidad, alza la vista con ojos bien abiertos, es Víctor dándole su saco.

- Gracias, Víctor.

¿Donde quedaron los tiempos en que le decía: gracias amor? El tamborileo de Víctor no le molesta, sabe que son reflejos del moreno debido a su gusto por la música rock, a Aslan le gusta casi cualquier tipo de música. Pero si no le molesta sí le aumenta los nervios, demasiado. Se le tensas las orejas, siente que todas esas actitudes del hijo de Adán de deben a que lo va a dejar, por fin lo dejara, de forma definitiva, le duele el corazón, pero desea justo eso, lo ve como la mejor opción.

- ¡Ah!... ¿Citas?

Eso no estaba en sus planes, pero el corazón se le relaja y el alma le vuelve al cuerpo, de una manera u otra lo hace sentir bien.

- Jejeje...

Ríe nervioso pero no le da una respuesta, solo bebe torpe d su copa, una linea delgada de liquido rojizo y brillante se escapa entre la comisura derecha de su pequeña y rosada boca.

Igualmente extrañaba aquellos tiempos, en el que se se decían cosas lindas entre ellos, extrañaba eso, y deseaba recuperarlo, todo, todo lo que alguna ves tuvo, lo quería, y lo quería mejor, sabe que se podrían malinterpretar sus intenciones y podía parecer que deseaba irse, pero no realmente sentía nervioso, sonríe por su risilla nerviosa

-Si... tu sabes como pareja... quizá... quizá salir a caminar... o a la playa o al teatro... cosas de esas

Habla muy entrecortado, pero es que no esta concentrado en lo que dice el solo esta pensando en como formulara la pregunta especial, como le preguntara si quiere pasar el resto de su vida con el, y si el anillo le quedaría, había tenido que esperar a que estuviera profundamente dormido para medir su dedito; vio como caía una gotita de vino y se acerco a el limpiandolo, le gustaba tocar su rostro, era un muñequito, rozo sus labios con los de el, sabia rico, y no solo por el sabor de vino; la cena llego

-Provecho, As

Le sonrío y tomo su tenedor, probo un poco de su ensalada de pollo, no sabia nada mal, vio al menor y tomo de la cestita una barita de pan, para comenzar a comerla, pero se lleno un poco de morusitas, no era precisamente cuidadoso para comer.

-Estaba pensando que quizá... podríamos ir de vacaciones a la playa, a Baris le gusta...

Ademas de que el niño era realmente tranquilo y podría estar cerquita de su fauno todo el día, se desvivía por recuperarlo

Escucha con atención, no tiene intenciones de ignorarlo ni ser prepotente, podría solo decirlo "no" y cortar todo de tajo, Aslan tenia derecho de hacerlo, pero no lo haría, prometió tratar, tratar y tratar. Ademas, los errores eran dolorosos, pero no tan graves, sabia que debía aprender eso, meterse en la cabeza que se ahogaba en un vaso de agua, que se podía salir adelante, que perdonar a Víctor no era tan difícil y que el moreno se moría por perdonarlo. ¿Pero había algo que perdonar?

- Pues la playa, la playa suena muy bien... supongo.

Miraba el plato sin expresión en su rostro cuando lo dijo, pero sintió algo extraño recorrerle la espina dorsal, alza la vista Víctor esta muy cerca de él, siente el suave rose de labios en un costado de su boca. Los platos comenzaron a cubrir la mesa, y el rose no pudo llamarse "beso", mientras llenaban de comida el mantel y el moreno volvía a su silla los labios del fauno ardieron, ardieron ante la necesidad de ese inexistente beso, fue como si la cercanía entre amos hubiese quemado su boquita.

- Es verdad, Baris necesita verte más, y la playa, como ya lo he dicho, suena muy bien. Me gusta.

Desdobla su servilleta, pero no para morderla, se estira con ella en mano y con algo de esfuerzo alcanza el rostro de Vic, le sacude la boca y la camisa.

- Te ensucias más que Baris al comer. Una vez dijiste que no me querías por que yo era otro niño que cuidar, tu hijo, no tu novio. Y mírate, te llenas de morusas.

No lo dijo con rencor, lo dijo nostálgico y apachurrado.

No estaba precisamente orgulloso de lo que había sido con su niño, sonrío al ver que le limpiaba su boca y río suave, sabia que eso le calaba al menor y suspiro

-Todo adolescente idiota finge saberlo todo...

Suspiro, había agradecido que dijera que si, se sentía demasiado feliz con que dijera que si y con que pudiera salir a ver a su hijo y a su niño en un ambiente mas relajado se sentiría en paz, estarían en paz, tenia mucha fe en ello. Se le quedo viendo, no sabia que mas decir, se quería poner ansioso, quería decirle ya y seguía su debate interno, no podía hacerlo no aun, el trataba de no portarse a la defensiva para no iniciar una pelea, seguía hablando tranquilo, como si nada de eso le pesara... pero si pesaba.

-No tienes hambre?

El menor aun no tocaba su plato, el quería plantarle un beso profundo como los de antes, un beso de verdad, y meterle la lengua hasta la garganta, quería poder hacerlo todo suyo... pero hacia cuanto que no lo hacían? hacia cuanto que no eran uno los dos... era triste, humedecía sus labios, le dio otro trago a su copa para relajarse, para pensar claramente, dejo la copa y suspiro

- Mi ensalada con fresas sabe rica... ¿gustas un poco?

Tomo una fresita con su tenedor y se lo acerco a su boquita, era una ensalada de lechuga, con nuez caramelizada con azucar morena y muchas fresitas y queso panela, le queria dar (toda la noche 8D!(?)) extrañaba darle de comer en su boquita

El esperaba una disculpa, pero lo que recibió, a su parecer, fue una reluciente escusa, eso lo impacienta. Él, que solía ser tan manso, tan tranquilo, tan alegre, ahora Víctor parecía romperle esa personalidad casi con cualquier cosa. Pero Víctor no era realmente irritante, Aslan estaba sensible en exceso.

- No, no mucha.

La verdad se comería todo, por hambre o por ansias, ¿Qué más daba? Pica desganado su ensalada y ésta despide un agradable aroma dulce por las frutas. Le da un bocado, sabe bien, ignora al moreno y se concentra en la ensalada, es capaz de disfrutarla, comer siempre será una puerta de escape, una muy deliciosa. Pero la puerta se cierra, su pareja llama su atención y debe abandonar el plato por unos momentos. Ladea la cabeza escuchándolo, alza las orejas poniendo atención, Víctor le ofrece un pisco de su ensalada.

- "No."

Fue lo primero que pensó el fauno, pero como siempre, él no era así de cruel o hiriente, debía aceptar, quería aceptar, tanto por su amor a las fresas como por su amor al moreno.

- Sí... Yo podría compartirte de la mía.

Pero no abre la boca para que lo alimenten como a un bebe en la boca, eso no es maduro, Víctor quería un varón maduro, estira su brazito, la mesa es pequeña, no tiene dificultad para robarse una fresa y comerla, sabia dulce y tenia trozos de nuez adheridos por la azúcar caramelizada.

- ¿Gustas probar la mía?

Se había disculpado de mil formas posibles, se había arrastrado por perdón mas de una ves, aquella fue su forma de darle la razón, se encogió en su lugar, se sentía idiota, ¿qué pretendía? ¿que el fauno le dijera que si? comenzó a acobardarse, aquella no fue una brillante idea, le cuesta admitirlo, pero así es

-Entiendo...

El tenia hambre, pero el menor le arrancaba las ganas, espero con el tenedor tendido, cuando entendió que el menor no lo aceptaría así se encogió un poco mas, no era de piedra, y su corazón se agrietaba, como el del fauno, el no podía esperar que todo fuera igual que antes pero si mejorar aunque fuese un poco.

-Si, no estaria mal, gracias...

El estiro su tenedor y tomo un poco, comia ya mas callado, serio, pensativo, lo había echado todo a perder, había perdido a su niño, y este no le permitía recuperarlo, cada paso que el intentaba dar, el menor parecía lanzarle un barril en su contra para que no pasara mas, pero rendirse no estaba en sus planes, estaría ahí siempre... ese fue su problema, ser tan terco, tan imbécil, creer que puedes tener todo y la verdad es que por querer todo, se elige mal, ahora viendo todo tenia dos opciones, seguir como antes, y ser una bestia, o mejor y ser bueno, ser la persona correcta y decente que Aslan merecía.

-Sabe bien, me gusto...

Sonrío ligeramente, tratando de mantener la calma, que había perdido, la cajita con el anillo que bailoteaba en su bolsillo le peso, no pudo darselo, no era el momento, si el lugar, pero todo estaba tan mal, que el ·"no" era la respuesta mas inminente que podía tener, y seria un rechazo del que fuese difícil sobreponerse, dio un trago a su copa, no quería acabarsela, el ya no deseaba beber, si sufriría aquella noche seria sobrio

- Sí.

Dice él en voz baja. Sabe que le quita el apetito hasta a Víctor, comprende que su supuesta pareja no es de piedra y eso lo hace sentir aun peor, simplemente ya no encajan, ya no deben estar juntos, no es lo correcto, lo único que le son capases de producir en el otro es dolor.

Se bebe su copa como si no hubiera un mañana, había que vaciar esa botella para que el final del mundo asuste menos. Contrario a Víctor el si prefiere estar calleándose de ebrio. Toma la botella por si mismo, llena la copa al borde, con cuidado, sus movimientos aun son correctos y precisos, no derrama nada. Come y bebe a prisa, pero no cae en lo vulgar, no hay morusas en sus ropas ni anchas de vino en su cara.

- Tal vez... Tal vez lo mejor no es un viaje al mar. Prefiero ir a Narnia.

Él y quizá Baris, a menos que el bebe quiera quedarse con su padre, por un tiempo indefinido. Los grandes ojos se le enrojecen, tanto por la bebida como por aguantarse las ganas de llorar, ya no le dará a Víctor el placer de verlo llorar por amor a él.

-No

Dice rotundamente, dejarlo ir a Narnia es no volverlo a ver, no lo dicen pero se lo ve venir, ¿como intentarlo si el menor le poncha cada intento? pero ahí esta, porque solo quiere seguir con el, porque lo ama, porque no quiere una vida lejos de el, y de su familia, lo ama y su cuerpo y su ser mueren por el

-Vallamos al mar... ya pedi la semana

Ya lo tenia planeado y se lo llevaría aunque fuese en rastras, nota como el menor toma y le duele que sea así, que lo prefiera así, el juega un poco con la comida en su plato y haciendo acopio de fuerza come, despacio, y tranquilamente, pero come, termina después de rato, ve que el tipo del violín se acerca, pero no es el momento y con un ademan lo aleja, ve al niño frente a el y toma su manita con fuerza... no deben terminar así, nadie lo merece

-Aun te amo...

Tenia que aclararlo por si había duda, lo amaba y jamas dejaría de hacerlo

No podría mirarlo con los ojos más abiertos, ni más confundido, menos con más sorpresa, está en su máximo. Se encoje un poquito, pero no dice nada, solo asiente. Quizá sea la poca firmeza que le queda Víctor para con él, lo único que hace a Aslan sentir aun querido, o que lo convence de que el mayor pueda sentir algo de amor por él.

- Está bien, al mar. Lo siento.

Pide disculpa mirando a otra dirección. Ya esta mareado, en cosa de minutos, sin necesidad de más vino, estará un poco ebrio, siempre le ha gustado beber, pero en cantidades pequeñas, ningún exceso, así que ahora se le subió muy rápido.

- Jamás lo has hecho, ni a mi ni ami hijo, lo dejaste claro. No te culpo a ti, ha sido causa mía, yo fui quien metió las patas.

Fue inocente y fue tonto. Enamorado e ilusionado quiso compartir todo con aquel moreno en un momento inadecuado, pero hoy día se ha dado cuenta y ya no desea compartir nada. Solo desea devolverle a Víctor la libertad que sin mala fe siente le robó.

- Puedes irte, no tienes ninguna obligación conmigo.

-¿En verdad crees que estoy aquí por obligación?

Nego con la cabeza, aquello le fastidiaba, que negara sus sentimientos, nadie tenia derecho a decir que no sentía algo, porque no eran el, el amaba a Aslan, siempre lo hizo, muy a su forma, de mala manera pero siempre lo amo, pero ahora entendía eso de "no salgas con alguien que te oculta, quizá se avergüenza de ti o sale con alguien mas" y le reventaba pensar eso, porque el no tenia porque ocultarlo, y sabia que aquello y que el menor lo creyera eso era su culpa.

-No tienes derecho a decir eso

Dijo firmemente y tajante, no discutiría eso ahí, tampoco se iría, lo amaba y tendría que convencerlo de eso, respiro hondo y se paso la mano por el cabello, mas ansioso y desesperado que nunca, tener que confesar que tenia miedo le parecía terrible, pero no era de piedra, sentía muchas cosas

-Me quedare contigo porque quiero hacerlo y con mi hijo, porque los amo y no tengo interés de irme...

Hablaba firme, no dejaría que Aslan siguiera afirmando lo contrario, ademas... ¿Como llegaron a eso? iba a pedirle matrimonio... las cosas no debían de salir así, pero hay sueños que no pueden ser... y debería posponerlo, debía llegar el momento

- Yo... No... No lo se. Eso parece... algunas veces... desde hace mucho.

Desde siempre. Pero lo dice arrepentido, eso es lo que le hace sentir el moreno, se lo hizo sentir por tanto tiempo que ahora para Aslan es difícil sentir otra cosa, con todo y eso no cree poder culpar a Víctor pero éste no puede culpar al fauno por no creerle, simplemente todo esta enmarañado entre ellos dos. Y si le decía que estaba deslindado de toda responsabilidad no era maldad, solo lo decía para permitirle tener opciones y escoger la que mejor le acomodara.

- Pero ya lo he dicho. Y lo he dicho por que... por que así lo siento.

Se le resbalan pequeñas lagrimas, las había mantenido por la fuerza dentro de sus ojos, solo lubricandolos y haciéndolos dolorosamente brillantes, pero se le escaparon, más y más lagrimas escaparían con esas primeras y él se sentía el tonto más infantil del planeta, justo lo que no deseaba ser, pero no podía luchar contra quien realmente era.

Cuanto más insistía el humano en que se quedaba por amor, más doloroso le resultaba todo a Aslan, le creía por que lo amaba, por que quería estar a su lado, pero por que lo amaba demasiado prefería dejarlo ir, darle una segunda oportunidad para formar la vida que deseara. Aslan no sabia nada del anillo, pero difícilmente sería momento para un anillo de compromiso.

No podia culparlo de aquello, era verdad que así lo había dejado ver por muchísimo tiempo, resoplaba y lo veía, veía como el menor se rompía y el no podía hacer nada mas que ser un espectador cautivo, acerco su mano al rostro del menor y seco sus lagrimas, mientras acariciaba su mejilla, no podía dejar que siguiera así, que sufriera mas, lo mas sano habría sido irse, pero Victor no era una persona sana, se quedaría, y se quedaría para arreglarlo.

- Es mi culpa...

La cena había terminado, lo que planeaba hacer no pudo lograrlo, no pudo ni siquiera tener una cena tranquila, segundo strike tres y quedaba fuera... así que debía jugarse todo aquella noche, debía solucionarlo, debía hacer que el menor deseara estar con el, que volviera a verle ese futuro que antes veía con el.

-No llores cariño...

Su voz se torno suave, le partía el alma cada ves que lloraba, le quitaba varios mechones del rostro, le acariciaba una manita, mientras que con la otra sobaba su mejilla, después de todo las lagrimas las había quitado, no quería irse, no quería volver a casa, no tan pronto... no queria volver a dormir lejos de Aslan

Le dio hipo por llorar, cada que lloraba eso le sucedía, era casi una ley: llanto sentimental igual a un hipo gracioso. Lloraba un tanto sin control, se secaba cuanto podía con una servilleta de tela el rostro y gemía suavecito.

- No es solo culpa tuya... yo... hip... yo lo se...

Habló lo mas claro y corrido que el hipo y el llanto, unidos, le permitieron. Lo único que el fauno esperaba era que se pagara la cuenta y pudieran marcharse, era bastante vergonzoso que otros comensales se llegaran a dar cuenta de la pequeña disputa y de como él lloraba.

- Lo siento... ya no... ya no llorare

No se resiste a ser tocado por el mayor, esas pequeñas atenciones provenientes de Víctor le queman la piel, pero le alivien un poco el dolor. Aun así, es como si los "mimos" del moreno empeoraran todo, haciéndolo llorar un poco mas fuerte y mas húmedo.

- Por favor.. hip.. hip... vayámonos.

No soportaba seguir allí, era incapaz de dejar de llorar al ver como todo se venia abajo, como Víctor sentía lastima por él y la sensación de que todos los miraban era incomoda, aunque nada era como el pensaba, ni los miraban, pues estaban en un área apartada y bastante privada gracias a un biombo, ni era lastima lo que había en los ojos de Víctor.

Seguia tratando de calmarlo, no queria que llorara, no porque le diera vergüenza si no por el menor, sobaba sus manitas, entendió que deseara irse, pidió que llevaran la cuenta a la mesa, el no veía al menor con lastima, porque no le tenia lastima ni un poco.

-Cariño, vamos a casa...

Dejo el dinero en la mesa, y se acerco a el y lo cargo en contra de los deseos del menor, lo recargo en su hombro, lo saco con su saco puesto, ciertamente nadie les había puesto atención, nadie veía al menor llorar, lo mas sano era irse de ahí, y estar tranquilos, deberían arreglarlo en casa, no ahí en publico.

-Hoy dormire contigo...

Dijo firme, como en las ultimas partes de su conversación en la mesa, debía recuperarlo, no era brusco y no abusaría ni se propasaría con el, solo quería estar con el, recuperarlo, y lo haría con cuidado y amor.

Lo subió a la camioneta y se quedo viendolo un momento, sobo su pierna en la camioneta y lo veia, todo el, estaba sufriendo, y ya no quería verlo sufrir, pego su frente a la de el.

-Aslan... no hay que dejar de intentar...

Fue ul alivio que Víctor no se negara a irse. El mesero vino y el mayor pagó, Aslan contribuyó dejando una generosa propina de caramelos. Que molesto podía resultar no sacar oro de Narnia, no existía la "exportación" de oro o plata pues dejaba de serlo en cuanto dejaba el país. Lo único de valor que podía traer era su buen vino.

- Gracias.

El hipo se ha ido, clava su rostro en el pecho de Víctor, más que nada para que al salir nadie se de cuenta de que estuvo llorando.

Se le tensa hasta el rabo cuando el moreno habla de dormir juntos, la ultima vez que, relativamente, durmieron juntos fue Víctor en el diván de la habitación y Aslan en la cama. Pobre Víctor que no tubo opciones contra lo necio que se puso el fauno para botarlo de la cama. Pero en esta ocasión "niño" no dice nada, no se negará.

- Estoy tratando...

Dijo vigilando la mano bronceada que le recorría una de sus pálidas piernas.

-Lo se... se que lo intentas...

Pego su frente a la de el, no subió la mano, ni lo toco indevidamente, al contrario sobo su piernita, y le acomodo el saco, estaba enfriando, no se despego, veia su boquita, sus hermosos labios que lo invitaban, no se negaria ante aquella invitación, se acerco a el suavemente y roso sus labios con los de el, pero esta ves no se separo sino al contrario, se mantuvo cerca y comenzó a besarlo suavemente, con cariño, no era sucio, ni insistió en meter su lengua en su boquita, le llevo la mano a la nuca para que no le huyera.

Se separo después de unos segundos y se separo, debían ir a casa, que dejara que durmieran juntos fue un alivio para el, subió a la camioneta y se sentó a su lado, estiro su mano y la tomo con suavidad, se lo llevaria así, solo deseaba no se soltara

-Vamos a casa...