Visita Abuelistica~~

-J..ja/S..si...- Le miró de nuevo sin expresión alguna en su rostro muy atento ante el consejo del mayor, retorciendosele un poco por dentro el estomago al sentir tanta compasión, ¿es que acaso daba tanta pena su caso?.-Correcto.- Dijo de nuevo en modo tranquilo, pausado y monotono mientras asentía educadamente para el pelirrojo, dentro de si contemplaba la posibilidad que al regresar ambos adultos no estuviesen como era en la mayoría de los encuentros con sus parientes. -Entonces , ya regreso.-Anunció mientras se dirigió a cambiarse lo más rápidamente posible, procurando no dejar ningun defecto en su uniforme, atando perfectamente su corbata, colocando sus medallas y vigilando hasta la mas mínima arruga en sus guantes. Sin más, se colocó su gorro bajo el brazo, dandose una ultima mirada al espejo y salió con pasos pausados de la habitación un poco esperanzado que aun estuviesen allí pero otro tanto resignado en caso que fuese lo contrario.

(si algo quedo raro xDU esk deliro de sueño xDUU)

Se sentó allí en silencio, esperando a su nieto y reflexionando sobre la conversación que había provocado su hermano. Sabía que era muy mala idea llevarle con el, pero finalmente no había tenido opción, suspiró mientras se masajeaba la sien, incluso había comenzado un fuerte dolor de cabeza punzante en su sien que no le dejaba pensar con claridad...
Estaba tan centrado en sus pensamientos, que se sobresaltó al sentir una mano sobre su hombro, tranquilizandose enseguida al descubrir que no era más que Nicer otra vez...
Le dirigió una molesta mirada de soslayo y suspiró nuevamente...
-En serio lo siento... Supongo que a pesar del tiempo que te conozco aun no logro entender el carácter germano...- murmuró el pelirrojo en un tono levemente arrepentido.
Germán le miró de manera fría y habló en tono moderado al contestar...
-No era cosa de entender su carácter, simplemente de medir el daño que harías con tus palabras..- murmuró
-Lo arreglaré- murmuró el pelirrojo decidido, y el rubio se sintió por momentos temeroso de lo que significaba eso...
-no vayas a...- estaba murmurando justamente en el momento en que su nieto apareció por la puerta.
-Hallo...- murmuró dándole la bienvenida.

Germania fue el primero en tomar en sus manos aquellas hojas que su nieto les ofrecía, y contempló enternecido los dibujos que allí había, realmente emocionado con los sentimientos que estos guardaban, aun aunque no se le notara en el rostro.
Sin embargo, quizás si comenzó a notar algo de su nerviosismo cuando al seguir revisando aquellas anotaciones descubrió en otras páginas cosas que no eran dibujos… Las miraba fijamente intentando descifrarlas con el escaso latín que había aprendido en sus últimos tiempos con Roma, pero no podía, los símbolos que allí estaban le eran completamente incomprensibles y no había nada que él pudiera hacer por descifrarlos… Comenzaba a sentirse cada vez más nervioso, por un lado le daba vergüenza admitir que no sabía leer, al igual que se negaba rotundamente a decepcionar a su nieto con tales declaraciones… Pero por otro, tampoco podía mentir y decir que los había leído cuando no era así, y mucho menos ignorarlos y hacer como si no los hubiera visto sabiendo que eso podría herir los sentimientos de su nieto.
Estuvo así un buen tiempo, mirando las páginas en profundo conflicto consigo mismo, hasta que, rendido y avergonzado -completamente sonrojado-, pasó las hojas a Nicer sin una palabra y mirando hacia abajo, demasiado avergonzado como para mirar directamente a cualquiera.

Observó curioso las reacciones de su hermano al mirar las hojas, deduciendo con algo de esfuerzo su enternecimiento al mirar las primeras, y luego, con algo más de facilidad, su nerviosismo y vergüenza con las segundas… Aquello le hizo sentir gran curiosidad ¿Qué estaría viendo su hermano como para sentirse tan avergonzado al punto de sonrojar?
Pensó las posibilidades, había muy pocas probabilidades de que estas tuvieran contenido indecente -de alguna manera no veía a Henry pasándoles ese tipo de cosas a ellos-, quizás tuviean algún contenido demasiado personal… Pensó que eso era lo más probable…
Sin embargo, tuvo que cambiar de opinión al recibir –luego de una más o menos larga espera- las hojas que su hermano había estado viendo, obviamente si estas tuvieran contenido personal no se las habría pasado con tanta soltura…
Ahora realmente curioso se dispuso a observar el también las paginas… Sonrió al ver los primeros dibujos, admirado de la habilidad en estos –siempre había apreciado el buen arte-… Seguía mirando los dibujos y preguntándose qué habría visto su hermano para tener aquella reacción..
… Lo descubrió un par de páginas más adelante… Escritos…
Al igual que su hermano su mueca se quedó tiesa y se transformó en una de profunda concentración mientras intentaba leer algo aunque sea… Pero nada, nunca había querido aprender a leer o escribir, y lo poco que leía era exclusivamente en gaélico… Mordió sus labios un momento sonrojando levemente y luego entregó las hojas de vuelta a Henry, con una mirada apenada y avergonzada en su sonrojado rostro..
-Henry… Lo siento, ni yo… ni Germán…sabemos… Leer- declaró desviando la mirada algo y luego volviéndose a su asiento, con la misma expresión que ya se le había quedado al germano

-Eso... no tiene ninguna importancia.- le aseguró en un tono muy neutral sinceramente nada consternado por ello, puesto que las palabras que allí se habían escrito hacía cientos de años que habían evolucionado y cambiado a tal grado que incluso el mismo no podía adecuadamente interpretar todo. -Lo que esta allí hace mucho tiempo que lo he olvidado, ahora son recuerdos muy difusos, aún así... es agradable verlo, aunque... me gustaba mucho dibujar, no era muy productivo.- Admitió acomodando las hojas con la misma presición milimetrica con la que hacía todo. Parecía que no había pasado tanto, desde los tiempos en que se iluminaba a la luz de las velas para escribir con tinta y pigmentos las primeras páginas de sus escritos con palabras ya olvidadas y contando historias que seguramente casi nadie recordaba, había dibujado cuidadosamente cada borde, cada esquina y cada rincón adornando metículosamente las reglas con las sabias palabras de los monjes con los que había crecido. -Tendría que estudiar un poco, pero... quizá podría leerselas después.- Ofreció sin encontrar el menor problema en ello, después de todo eran sus queridos abuelos y si ellos estuviesen interesados en escucharle, le harían muy feliz. Le parecía algo sumamente inocente, como pocas cosas, una simple convivencia, como cuando un padre le lee un cuento para dormir a su hijo, un mero momento para compartir, aunque lo emocionaba hasta cierto grado.

((perdon hija XD!! moriii xDUUU))