Dando la hora un día frío de invierno... [libre]

Estaba Cymru dando vueltas por allí, aún no conocía mucha gente por lo que se sentía un poco apartada del contexto, había estado mucho tiempo bajo la tutela de su hermano Arthur "si no fuera por él quizás tendría un poco más de libertad". Ahora que al fin había logrado tener un poco más de libertad esperaba conocer a alguien, pero no se presentaba bien la situación... Aunque conocía a varios por haber estado en el lugar de congregación masiva (alias chatbox), pero eso no le influía mucho, quería conocer a una niña, se sentía sola y quería pareja, pensaba que quizás si iba al parque podría encontrar a alguien interesante. Su hermano Irlanda la había molestado con Santiago de la Compostela, pero de todas formas ella no es heterosexual, quería una niña de pareja, aunque le fuere imposible, quería una niña, tenía que conseguirlo, y perseveraría hasta el final y lograrlo...

Diviso un escaño a lo lejos y decidió sentarse, ya estaba algo cansada de caminar sin éxito. Se encaminó a la banca y se sentó en ella y supiró:
-¿por qué debo estar tan sola en este vasto mundo?-
Sabía que no había nadie allí para responderle, ni siquiera un amigo, ella también quería amigos, pero como que no lograba encajar mucho en la situación en la que se encontraba, rodeada de hombres, no podía hacer muchas cosas... Bueno en realidad quién sabe, en esas vueltas del destino quizás tuviese suerte y conociese a alguien que quisiera ser, por último, amigo de ella...
-brrrr!... ¡que hace frío por un demonio!...- se quejaba- menos mal que tengo ropa abrigada, sino, quizás qué sería de mí...- suspiró...

Se levantó para seguir caminando cuando vio que alguien se acercaba, por esta razón decidió quedarse a esperar y saludar, quizas conociera gente nueva, le gustaba conocer gente, y sobre todo, conversar, amaba tener largas tertulias con las personas, le encantaba escuchar las anecdotas de las otras personas, disfrutaba de ello... De todas formas lo peor que le podría pasar sería que el o la que venía la ignorara, o la tratara mal, pero tenía la esperanza de que no sería así, normalmente le caía bien a la mayoría de las personas por su buen humor y sus ganas de pasarlo bien en toda situación y lugar...

Último día de la semana, una semana, ciertamente, agotadora. Necesitaba respirar, caminar, descansar y tener contacto con otro ser humano que no sea su jefe. Sabía que podía visitar a Su, pero prefirió no hacerlo, pues no tuvo tiempo de darle aviso, y no quería irrumpir en su hogar sin más. Pensando en todo esto, optó por dar un paseo por el parque, la última vez que lo hizo, tuvo la grata sorpresa de encontrarse con Anna, y, esperando que su suerte no cambiara, se encaminó hacia el lugar.

Al llegar, divisa a una joven sentada a unos metros de la entrada. Como la vio sola, pensó que sería buena idea charlar un momento con ella, pues, al fin y al cabo, eso era lo que necesitaba, además del hecho de que conocer gente nueva siempre puede ser positivo para una nación como él.

Caminó hasta el banco donde se encontraba la chica, sonriendo, pues quería crear ya un ambiente de confianza y comodidad, no le gustaba desagradar a las personas que trataban con él.

-Hei -saluda sonriente- ¿Puedo sentarme? -pregunta sin borrar la sonrisa de su rostro, señalando el espacio que quedaba libre en el banco.

Al ver que un chico se le acercaba y preguntaba si podía sentarse a su lado respondió
-claro por qué no- dijo muy felizmente-soy Gales y me llamo Cymru, encantada de conocerte-

Esperaba poder comenzar una entretenida conversación, la verdad le encata conversar, y creía que había empezado bien con la relación con el chico que recién había llegado
-soy nueva por aquí y no conosco mucha gente, la verdad quiero tener varios amigos y conseguir una novia, jeje-risa maliciosa- y pensaba que viniendo aquí al parque podría conocer a alguien, y parece que tuve suerte- se pone muy feliz

luego de decir esto se quedaba allí sentada mirando a su interlocutor y esperando una posible respuesta a sus interrogantes, la verdad no sabía si le había caído bien, pero sabía que haría todo lo posible por conseguir que se convirtiese en su amigo, ella de verdad no quería estar sola en el mundo, bueno no lo estaba, tenía a sus hermanos y a su padre y madre, pero parecía que no estaban por allí en esos momentos...

Generalmente se quejaba de la ropa del “conti”, pero en esa ocasión no haría nada por intentar quitársela. Llevaba un abrigo blanco, parecido a una capita, debido al frío del clima al que no estaba acostumbrada, en su hogar casi siempre había un ambiente calido, a diferencia de aquel lugar al que decidió ir solo por el aburrimiento que sentía al estar sola en su casa.

Por primera ves tampoco se iba a quejar de su hermano, sabia que estaba ocupado, y extrañamente hoy quería estar sola, quizás conocer a alguien nuevo, en su mente habían cosas que no quería comenzar a recordar, tanto investigador y científico en su hogar preguntándole cosas comenzaba a ponerla nerviosa (¿?).

Estaba paseando por un parque cuando a lo lejos vio a dos personas conversando, sin reconocer a ninguna de los dos. Como no tenia nada mejor que hacer comenzó a hacerse por detrás, evitando que la vieran y escondiéndose en un arbusto cercano, quería saber de que hablan por mera curiosidad, cuando iba a la casa de su hermano la gente hablaba tan gracioso, quería saber si en otros lugares era así. Se quedo un momento más hay, escuchando, preguntando que era una “novia”, y pensando que también quería tener más amigos -... ?!- la voz en su cabeza volvía a susurrarle “acércate” -... aun no- susurro, como si habla con alguien, aun poco curiosa escondiéndose más detrás del arbusto, siempre la retaban por confiarse demasiado de la gente.

-Muchas gracias -al ser recibido de forma tan amena, tomó asiento junto a ella, sin dejar de sonreír y extendiendo rápidamente su mano a la chica- Mi nombre es Tino Väinämöinen, Finlandia, mucho gusto.

La chica se veía bastante entusiasta, eso le subía aún más el ánimo y le hacía agradecer el haberse alejado al menos un momento de sus documentos y problemas en el país.

- ¿B-Buscas novia?... Bueno... lamento no poder ayudarte en eso -dijo sinceramente-, pero creo que en lo otro sí puedo hacerlo, puedo ofrecerte mi amistad para lo que necesites, si te sientes carente de algo, o tienes problemas, aquí habrá alguien dispuesto a hacer lo posible por ayudarte-le encantaba poder atender a quien fuera que sea, y si la chica buscaba amigos, pues él no podía negarse.

Ya amaba a su interlocutor (no en el sentido de que se había enamorado de él), no podría haberle caído mejor, ahora lo que seguía era continuar con la conversación...
- Entonces te dire Tino, ¿te parece? Lo bueno de todo esto es que ya estoy comenzando a conocer gente nueva, eso me gusta, no conosco a casi nadie por aquí, ni siquiera a mi familia, bueno un poco a ellos, sobre todo a mis padres, y a Arthur, que me tenía bajo su tutela... pero bueno eso es tema aparte, cuentame de tu vida, algo interesante no sé, tú sabes cómo funcionan las cosas por acá podrías explicarme un poco...-(ya se está llendo en la volada)- bueno en realidad no importa mucho eso, pero sí me gustaría que me contaras de las personas que tú conoces... o bueno, en realidad no, no me gusta hablar de otras personas en su ausencia, mejor no, cuentame de ti, ya que vamos a ser amigos... Creo que yo no tengo mucho que hablar, hablo demasiado, encuentro yo, o eso creo al menos, pero de todas formas, cuentame cosas de ti...-(parece loro XDD)-como por ejemplo dónde vives, quiénes son tu familia, a qué te dedicas, para quién trabajas, bueno eso en el caso de que tengas trabajo...- y calló por un momento, ya estaba hablando demasiado...

"Creo que me extralimite con la cantidad de cosas que dije, ahora me toca escuchar..." y así, luego de pensar esto, espero que le respondieran toda esa gran lista de interrogantes que había dejado en el aire...

Seguía escuchando la conversación de los dos adultos, o en realidad lo que la chica decía, la cual no paraba de hablar y que le saco más de una sonrisa por su forma tan curiosa de expresarse, aun que en más de una oportunidad no entendió lo que dijo y en otras se perdió, de lo único que podía estar segura es que no parecían malas personas... o quizás se estaba confiando de nuevo, era difícil saberlo y el frío que sentía no ayudaba mucho.

Si, definitivamente aquel clima no le gustaba para nada, comenzando a frotarse las manos para entrar en calor, viendo su propio aliento cada vez que exhala. Continúo escuchando la conversación, cuando una hoja del arbusto se desprendió de este rozando la nariz de la niña -... achú!- estornudando sin querer, llevándose las manos a la boca y tapándosela como los niños cuando creen que hicieron algo malo, después de todo espiar a la gente no era bueno y temía que la regañaran o algo así si la descubrían. En su mente volvía a escuchar aquel susurro -“torpe”- a lo que solo reaccione con un leve puchero, volviendo a observar a los otros de reojo.