¡Estúpidos libros! (Libre)

La joven madrileña entró a la librería, haciendo que una campanilla anunciase su llegada a todo el mundo. Dio un suspiro, lo último que quería era que todo el lugar se diera cuenta de que entraba. Bastante se había enfadado, sin motivo aparente, con ese lugar desde que vio el cartel de "prohibido fumar" que había en la puerta de cristal. Pero bueno, no había remedio.

Y es que sus jefes le habían dado una orden directa. ¿Por qué a ella? Bien... "El nivel académico de loz ezpañolez eztá bajando, María, azí que hay que culturizarze. Vaz a ir a la librería y vaz a volver totalmente aprendida. Como erez la capital, bazta con que tú zeas la lizta". La mente de María repetía con el mismo acento que tenía el superior de Antonio la orden. Maldito el día en que cambiaron de gobierno.

Por suerte habían unas cuantas mesas por allí, tal vez para que la gente que quisiera descansase un poco... O a saber para qué, pero la tabaquista no tardó en darle una utilidad mucho mejor.

Se acostó sobre una de esas estructuras y echó su largo pelo por toda la madera, cerrando los ojos...

-Estúpidos libros -Los maldijo por lo bajo, antes de empezar a quedarse dormida.

la capital rusa caminaba tranquilamente por una calle cualquiera, iba en camino a la librería a buscar unos libros que le había pedido Rusia para el trabajo, como era normal ella habia accesido antes de que mandara a alguien mas.. en especial a Leningrado.

al entrar a la librería una pequeña campana sonó indicando su entrada, busco a quien atendia el lugar para preguntarle sobre los libros que venia a buscar, le indico unos estantes cercanos a las mesas de lectura

-nehm nehm~ busco libros~- al menos nadie la estaba escuchando