Nada es tan perfecto como yo [Privado]

Se aburría un poco. No tenía nada mejor que hacer en ese momento. Se había dedicado durante toda la mañana a dejar constancia de su genialidad –pegando carteles por la calle con su más fantástica foto- y ahora estaba sentadito en un banco del parque, tomando el sol con sus grandiosas gafas de sol mientras Gilbird descansaba en su cabeza.

—El mundo sería perfecto, si fuera como yo- Dijo en voz alta. Un perro solitario se cruzó en ese momento por el camino y oyó la voz, parándose a olisquear cerca.

Gilbert observó eso y se subió las gafas, riéndose a carcajada limpia.

—Ah, vienes a olfatear al grandioso yo, eso es normal, nadie se resiste a hacerlo kesesese de hecho me extraña que esto esté tan vacío, debería haber una muchedumbre de gente alabándome.

En esto que el dueño del animal se acercó, bastante atemorizado de que el albino estuviese hablando solo o quizá con el animal, así que bufó y cogió a su mascota en brazos, exclamando que la gente estaba cada vez más chiflada. Gilbert oyó eso y saltó la chispa.

—Mira, maldito, simple y mediocre individuo, Ore-sama es genial, tanto que debería caérsete los ojos de tanta awesomidad.

El hombre replica entonces que qué estaba haciendo, algo irritado.

— ¿Que qué hago? pues ofrecer mi hermosa, genial y awesome presencia del gran ¡¡¡YO!!! A este triste parquecillo, ¿y tú? no es que me importe mucho la verdad pero hay que ser un poco educado, aunque claro, nadie es tan genial y educado como ore-sama kesesese…

Siguió con su perorata mientras el tipo se iba, bastante hastiado de alguien tan cargante o genial, según se mirara. Gilbert soltó una carcajada y volvió sentarse, echándose las gafas de nuevo y espanzurrándose en el banco mientras el pollito piaba.

—El mundo sería perfecto, si fuera como yo kesesesese

¡Qué buen día para salir a dar una vuelta! Estaba molido de tantas cosas que tenía que firmar, y después de estar casi una semana en casi coma etílico por mi querido rossonero*, decidí salir de mi depresión. ¡Una capital de la moda no puede estar demacrado! Sería una ofensa a mi gran título conferido por la gente con estilo que me ama.

Amo las cosas bellas, con estilo, que se destaquen, al igual que yo. Pero voy a dejar eso de lado por hoy, seré un nuevo Andrea sólo por esta vez, eh?. El aire fresco, los árboles verdes y frescos como roble, el día soleado. Jum, creo que me sienta bien estar solo, me conectaré con el centro de mi cuerpo...

Hasta que oigo una voz casi gritando su... ¿grandiosidad? a un señor que está visiblemente molesto, ¿que habrá pasado? Se ve que es una persona irritante. Bah! Ni me interesa... hasta que oigo esa frase...

—El mundo sería perfecto, si fuera como yo kesesesese

Ahí casi se me salen los lentes de sol de la impresión. La perfección no nace, se crea. Y la mirada socarrona que tiene... jum. Apostaría mi traje Dolce que si lo molesto tantito, va a explotar y a desaparecer de mi vista, kufufu~. No tiene de malo un poco de diversion, ¿o sí? Me acerco pasando casualmente por allí, hablando para que "sin intencion" me escuchara

- Oh! Pues el mundo sería perfecto si ciertas personas ególatras pudieran comprarse tan siquiera un conjunto de ropa decente... o de plano se tiran de un avión, ¿no lo crees? - bajando mis lentes y dirigiendo mi mirada esmeralda hacia la suya albina. - O sería perfecto si la gente loca se quedara en el manicomio, tu que dices, guapo? - haciendo los dedos entre comillas, haciendo alusion a la charla con el perro

Si todo sale como planeo, me la pasaré bomba el día de hoy, kufufu~!
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*Rossonero. Andrea le va al Milán y se va de fiesta porque hoy (tecnicamente seria una semana antes de este thread) perdió su partido de Champions League de futbol. Seeeeeeh, un dramatico de primera

Espero que no te moleste que se convierta en una guerra de egos xDDDDDDD Lo que trae Andrea es tension sexual ;__________DDDDD

No me molestan las guerras de egos >D // Pobre Andrea, tita Tanis lo consuela si quiere :D


* * *

Estaba muy satisfecho consigo mismo. Tanto que aunque oyó la “charla” que le dirigía aquel chico que pasaba cerca sin aparente intención, solo escuchó lo que quería escuchar.

Se subió las gafas y arqueó una ceja, riendo entre dientes e incorporándose en el banco.

—Kesesese… ¿guapo yo? ¡Te equivocas! Soy más que eso –le señala- soy awesome, genial y grandiosamente guapo, no sé como no lo estás viendo –se levanta- pobre, debes de estar ciego, kesesese…

Sí, solo oía lo que quería oír y respondía de acuerdo a ello. Estaba de demasiado buen humor para molestarse realmente por algo.

—¿Y quién eres? No me suenas, y si no me suenas es que no eres tan importante como para que Ore-sama se acuerde, kesesese, dime dime…-le pokea la mejilla- dile al grandioso yo quien eres y te daré un premio, kesesese

¡Dios! La respuesta del albino me divirtió tanto que empezé una risa, si no escandalosa, casi. Empezé a pensar que sufría un serio problema de ego.

- Oye oye, tanto ego en tu cabeza te la va a hacer explotar ¿ne?- digo mientras imito el movimiento del chico, poniendo los lentes en la cabeza, y acomodando mis rubios cabellos - No estoy ciego, querido, lo que pasa es que estoy incapacitado para observar cosas... como decirlo - pongo mi dedo en la comisura de los labios - Ah! Si... Insignificantes - sonrío soberbiamente, creo que tengo ganado este round

Sin embargo, se me acerca, y me empieza a pokear la mejilla, y empiezo a oir un molesto zumbido; lo unico que entiendo es que quiere saber quien soy. Con un movimiento delicado, pero firme, me quito la mano del tipo y doy dos pasos hacia atrás

- Si quieres saber quién soy, albino, te lo diré - me pongo de perfil, y con una pose, volteo mi cara hacia el, con una sonrisa coqueta - Mi nombre es Andrea Moratti, mejor conocida como la grandiosa Milán, capital de la moda - No puedo evitarlo, es que presentarme así me pone, además, siento que puedo decirlo con total confianza quien soy. Total, la gente ya le cree loco - Es comprensible que no me conozcas, después de todo, sólo eres un simple inculto - hago un movimiento de desprecio con la mano, entrecerrando los ojos.

- Y un maleducado además, ya no encontramos caballeros en este mundo - digo con fingida tristeza - No te has presentado, aunque da igual - pongo mi mano en la cadera y volteo mi cara.

Ya quiero ver la cara del albino, kufufu~

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Ya pues, te lo presto, pero no me lo maltrates mucho, y comprale el paquete de shampoo y acondicionador de cabellos rubios, que luego se enoja D:

Vale, ahora sí se estaba cabreando. ¿Quién se creía ese tal Milano, o Milán o como quiera que se llame?

¡Claro que sabía quien era! Una ciudad de pacotilla, insignificante, una simplucha ciudad en medio de la nada, bueno, quizá fuera italiano pero seguro que no era por asomo tan simpático como Ita-chan.

Es más, se lo acaba de demostrar con su constante desprecio. Nadie despreciaba al gran reino de Prusia y salía indemne.

—Para tu pobre información, pequeño bastardo, represento al excelso y genial Reino de Prusia —casi se le hinchaba el pecho— nada comparado con lo pequeñito que eres tú, puestos a decir.

Sí, se había tenido que tragar todo lo que le había dicho para no saltar y arrancarle los ojos. Vamos, él era awesome y genial, no podía perder el tiempo con algo como “eso”. Porque encima tenía maneras, joder.

—Y eso de la capital de la moda me suena a cuento barato, conozco ciudades que visten mejor que tú, kesesese—es más, prefería ver a Madrid o a París antes que a ese palurdo.

Estoy tratando de usar toda mi fuerza mental para no echarme a reír. ¡Sí que es simpático el tipo y todo! Dejo que diga su perorata, poniendo una cara como de que presta atención, muriéndome de risa por dentro.

Sé que me arriesgo a una pelea sin cuartel con el tal Prussia, creo que me he pasado dema... ¡Un momento! ¿¡Qué dijo ese desgraciado!? Ahora sí, se las verá conmigo...

- ¡Disculpa! Pero creo que el que está ciego es otro, ¿no es así? Además, ¿tú que vas a saber de moda? Eres sólo un pueblerino feo, muy feo, y sin nada de estilo! - exploto ahora sí. De seguro mi cara está roja, y he adoptado el carácter de Romano. Me hizo perder la paciencia.

Esto no se va a quedar así.

Así que pienso rápidamente, y como un rayo se me viene un contraataque. Sé que es un recurso extremo y bajo, pero ante situaciones extremas, soluciones extremas

- Bueno, pero tan siquiera todavía tengo territorios; tú no eres ya un reino, ni siquiera tienes algún territorio al cual representar. Jum.


Al parecer perdí la batalla anterior. Pero yo gano este round, y pronto, la guerra.

Casi se rió en su cara. Más que nada por la reacción tan propia de Romano que se le hacía tremendamente graciosa. Ese debía ser el punto débil del tipo.

Al igual que el suyo era…

—¡Bah, ¿Qué sabrás tú?! —se acerca bastante encarándolo, casi empujándolo, con los ojos encendidos en rabia asesina— En circunstancias normales te golpearía, pero por respeto a Ita-chan —y porque no quería que su hermano le persiguiese para que pidiese disculpas— lo dejaré pasar, errar es humano y perdonar divino, keseseses….

Le palmeó la cabeza como si encima le hiciese un favor.

—Ahora haz algo de provecho y entretenme, keseses….

- Nufufu~ - empezó a reír a pesar de que estaba apunto de ser golpeado por el "no-awesome" sujeto. Había caído en su provocación, y le alegraba. De repente se detuvo, que no me quería golpear por Ita-chan... Y lo recordé, recordé que no le gusta que se peleen con sus amigos, su sonrisa y su llanto, y me sentí arrepentido...

Le iba a dar la manos en signo de paz, pero cuando dijo "Entreténme", se me olvido que soy un ser racional, me inundó la rabia y le asesté tremendo puñetazo

- Yo no soy tu payaso - siseé, estaba muy enojado