"Tarde de siesta y algo más..." (privado)

Corría, y muy rápido, estaba con toda la energía y la adrenalina encima.

-Vamos vamos.- se decía apenás en un susurro, mientras corría tras la pelota pateandola, se estaba entrenando para los juegos que hacía de vez en cuando con sus hermanos, para el cual se esforzaba mucho, especialmente cuando jugaba con Brasil, siempre debía estar en forma, su hermano era formidable.- Más rápido más rápido.- murmuraba entre dientes.

Corría muy rápido, haciendo sonar sus espuelas al pisar, sus botas eran mucho mejor para correr que esos horribles zapatos ingleses que se usaban en la ciudad.

Era una de sus prácticas rutinarias, él amaba jugar con los niños, adolecentes o adultos de sus tierras, pero no con todos podía sacar todo su potencial.

- Muy bien Muy bien .- la levantó con un movimiento de la punta de su pie, y comenzó a hacer jueguito, golpeandola con sus rodillas.- 1,2,3,4,5,6,7,8,9, ¡10!.- le dió un golpe más fuerte y comenzó a cabezearla.- 1,2,3,4,5,6,7,8,9, ¡10!.- la tocó con el pecho y nuevamente tomó carrera pateandola.

- Voy a destrozar tu defensa hermano.- se dijo para sí mismo dirijiendoce a un árbol que era su ideal para practicar sus lances largos.- ¡Y Argentina patea y...... - le dió uno de sus mejores golpes que dió contra una de las ramas gruesas del árbol y rebotó cayendo con fuerza para abajo.- ¡GOOOOOOOOOOOOOOOL!.- gritó muy feliz extendiendo los brazos al cielo.- ¡Y ARGENTINA GANAAAA!.- lo que él no había notado es que abajo del árbol había alguien.

Estaba durmiendo tranquilamente hace ya una media hora, soñando con nieves y algunos seres mágicos de su tierra: sin duda, no podría haber sido un mejor día. Lamentablemente, lo bueno siempre es corto y, normalmente, se acaba abruptamente, como le ocurrió en ese momento. Y es que un fuerte golpe se asestó en pleno rostro del dormido Sinean, haciendo que se despertara del golpe y se sentara fugazmente.

-¡CHIKUSHOU!-maldijo en un grito furioso, sobándose la frente y hechando la cabeza para atrás ya que percibió como un poco de sangre salía de su nariz.

Colocó bajo su nariz la manga negra de la chaqueta ceñida que llevaba puesta y se levantó dispuesto a joder al que le había interrumpido tan buen sueño y, por demás, le había dado una hemorragia nasal. A lo lejos vio a un chico de cabello castaño que era el único que se hallaba allí aparte de él, por lo tanto, ese debía haber sido el idiota que lo molestó.

-¡Bōya ahō!** ¡Mira lo que hiciste! -apuntó su rostro que aún estaba resentido por ese pelotazo.

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**(chico idiota)

Estaba muy feliz en su mundo, donde, ganaba un muy difícil partido contra su hermano, mientras estiraba un poco los brazos.

-¿Mmm?.- se giró al lugar donde había lanzado uno de sus mejores golpes, y pudo vislumbrar a una persona bajo su árbol predilecto- ¿Eh?.- alzó una ceja extrañado, no era común que la gente pasará por ese lugar.- Uh creo que le dí...-

Corrió rápidamente hacía donde estaba el joven, que le gritaba cosas que no comprendía, al llegar a estar frente a él, respiraba agitado de tanta corrida, había estado jugando desde hacía un largo rato. Apoyó sus manos sobre sus rodillas agachandoce levemente, mientras algunas gotas de transpiración caían por su rostro.

-¿Estas bien amigo?.- le preguntó mirándolo procupado .- No entiendí lo que me decías.- le dijo observando que se tapaba la narz y que tenía roja la frente.- Que loco color de cabello.- sonrió un poco poniendoce derecho.- A ver dame un minuto.-

Salió corriendo en busca de sus cosas que tenía a unos metros de ahí, volvió cargando un bolso del cual sacó una botella de agua fría, con aún hielo sin derretirce.

Se tiró un poco en la cabeza primero para aminorar el calor, para luego ofrecercela al chico.

-Pontela sobre la frente...- sonrió amistosamente revolviendoce un poco el cabello salpicandolo sin querer, y abriendoce aún más la camisa.- Uff, hace calor ¿no?.- preguntó como si fuera lo más normal del mundo intentar tener una conversación como si nada ubiera pasado, con una persona que acababa de golpear.- En verdad lo siento amigo, no te ví.-

Martin sonrió tranquilamente, sentandoce al lado del chico sin ser invitado, dejandoce caer en el suave césped recargando su cabeza en sus manos tras la nuca.

- Si, yo tengo mucho calor, acá en la sombra se está bien.- comentó girando su rostro para mirarlo, mientras escuchaba lo demás que le decía.- Puedo desaparecer de tu vista si cierras los ojos .- le respondió guiñandole un ojo divertido.- Jajaja, vamooos relájate amigo, ya pasó, un accidente lo tiene cualquiera.-

Sonreía volviendo su mirada hácía arriba, observando las hojas del árbol meserce por la suave brisa.

- Hey, ¿cómo te llamas?.- le preguntó estirando un brazo, para darle unas palmaditas en la espalda.- No te irrites, que te saldrán arrugas feas en la frente.- le dijo sonriendo.- Yo soy Argentina, Martin Garcia, de América del Sur, mi futbol es genial, mi carne es la más rica, mis verduras y frutas son las más deliciosas, mi mate es de lo mejor, y mi dulce de leche es una de las cosas más ricas del mundo.- decía muy orgulloso el argentino asanchando su sonrisa.- Me gusta tu color de pelo, es como el de mi bandera.- volvió a poner su mano tras su nuca mirando el cabello dell chico.- ¿Por qué lo tienes de ese color?.- preguntó intrigado.

Sonrió a punto de responderle, cuando el muchacho le arrojó la botella en el rostro tomandolo desprevenido, golpeó directamente sobre su boca, partiendole el labio.

-AY!.- exclamó sentandoce rápidamente, cubruendoce la boca con una mano, con una mueca de dolor notable.- ¡Carajo no había necesidad!!.- le dijo mirandolo irritado.- ¡Lo mío fue un accidente hombre!.- dejó escapar un gruñido sin sacarle los ojos de encima.- ¡Ja! ¡¿Feliz por ser un país neutral?!.- un tic apareció en su ojo derecho, siendo neutral él tenía muchos problemas.- Que yo sepa la nieve es blanca no celeste, señor Sinean.- dijo con sarcasmo sacando una toalla de su bolso poniendocela en la boca, que ya se había manchado el cuello y la camisa con su sangre.- Si sigues así, te jodo ahora mismo yo bajo este árbol y te dejo el culo como la bandera de tu país .- dejó salir de su muy dulce boca influenciada por los italianos e ingleses.- Carajo, no tenías porque hacer eso.- se apretó la tela contra el rostro intentando detener la hemorragia.

Sabía que no debía comportarce así, con alguien del eje, de su admirado y deseado eje, pero ese chico lo estaba cabreando, él era una persona con mucha paciencia, había sido un accidente, se había disculpado, y se había comportado amablemente con él. No había ninguna necesidad de tirarle un pedazo de hielo, si le ubiera lanzado la pelota se ubiera reido, pero partirle el labio ya era algo exagerado.

Lo miró con los ojos entrecerrados con irriración, un accidente, claro, pensó sonriendo de medio lado bajo la toalla, sin dejar de escucharlo. Tomó la botella sin dejar de mirarlo fijamente, y se la apoyo en su adolorida boca.

-No, no es para tanto.-dijo calmandoce, sin dejar de mirarlo con recelo aún, el chico tenía suerte de ser del eje, porque si era de los aliados, en su lugar sólo abría una mancha de sangre.- Y...dime, Hokkaido, ¿qué tal las cosas por tu casa?, ¿Qué tal les van las cosas a los del eje? ¿Qué opinas sobre la guerra? ¿Van bien? ¿Conoces a Alemania?.- comenzó a preguntar muy interesado, a su casa llegaban algunas noticias, pero era mejor preguntarle directamente a los del Eje.

Aunque la hinchazón disminuía, aún continuaba saliendo un poco de sangre, tiñendo parte de la toalla celeste de rojo.

- Las noticias llegan un poco tarde a mi casa...- y él lo lamentaba, si estubiera más cerca de Alemania... - Y también llegan porquerías gringas... exagerando a los nazis .- dijo refiriendoce a los videos de noticias, que pasaban en los cines de su capital. Aunque sus ojos brillaron al pensar en el eje, en esa preciosa cruz que quería llevar.

Lo miro frunciendo el entrecejo.

-Debería importarte Hokkaido.- dijo extrañado.- Quien gane esta guerra decidirá muchas cosas en el futuro.- lo vió recostarce en el cesped, y cerrar los ojos poniéndoce cómodo.- Esta guerra puede llegar a destruir mucha naturaleza, aunque Ludwing es muy ecologista, tiene unos programas verdes muy interesantes.- dijo sonriendo con los ojos brillates al pensar en el admirable rubio .

Esuchó la exalación del joven, extrañado que pudiera decir tantas cosas raras, con tanta naturalidad, había demasiado en juego en la guerra, y él estaba metido en ella directamente.

Un tic apareció en su ojo derecho al escuchar lo último, y se esforzó a sí mismo a sonreir, y tomarce todo con mucha calma.

- Ojalá pasara otro del eje por aquí Sinean.- dijo forzando una gran sonrisa.- Pero sabes, no se me antoja moverme de este lugar.- decía dejando a un lado la botella manchada con sangre, aún precionando la toalla sobre su boca.- Puedes dormir tranquilo, bueno, o quizás no.- se encojió de hombros restandole importancia al asunto.

Le sonrió al notar esa mirada llena de fastidió, era divertido molestar a la gente, y sí que tenía practica en hacerlo.

-Sinean, Sireno, Sirenito.- le dijo él en tono burlón.- ¿Invadir tu espacio personal? jajajaja.- comenzó a reir muy divertido el argentino, dejando la toalla ensangrentada dentro de su bolso.- No sabes lo que es que yo invada tu espacio personal... uy que miedo...Sirenito enojado...- lo observaba con una sonrisa de medio lado arrogante.

Levantó una ceja entretenido al ver como Sinean le mostraba la botella, como si eso lo asustará un poco.

-¿Por qué no mejor agarrar otra cosa con tu fina mano Sireno?.- le pregunta posecionandoce sobre él en un rápido movimiento.- Veneno, dardos, balas, flechas, piedras, mmm aceite hirviendo.- recordó su propia independencia con lo último.- Jajajaja, lo que quieras sirenito...- posecionó una de sus piernas entre las del chico apoyando su pedo para que no pudiera moverlas y agarrandole las muñeca con la mano, acercando sus rostros peligrosamente.- Quizás al sirenito, no hay que fastidiarlo, pero a Argentina no le tenes que decir que está invadiendo tu espacio personal, porque él va a enseñarte muy bien que e invadir el espacio personal ¿entendes alumno mio?.- le pregunta guiñandole el ojo.

Se sonrió y dejó la botella a un lado, no obstante, ese receso se vio roto al instante cuando de pronto se encontró con el castaño posesionado sobre él de forma amenazante. Percibió como una de las piernas del otro se posesionaba entre las de él y las apoyaba de tal forma que le quedaban inmóviles, en tanto, sus muñecas eran apresadas y detenidas de cualquier libertad posible. Se quedó estático, casi no pudiendo creer lo que en verdad estaba haciendo ese condenado que le había arrebatado una de sus mejores tardes con un pelotazo en la cabeza y ahora con este pequeño show que venía a montar como si fuera el señor de estas tierras. Terminó entornando sus ojos y miró con repudio al otro, o mejor dicho, con profundo odio ya que en verdad nunca nadie le había sacado tanto de sus casillas en tan poco tiempo como él. Sin embargo, se limitó a sonreír, retándolo a continuar si le era posible.

-¿Sirenito? Vaya nombre que me has puesto, tanta confianza que ya te has dado conmigo, nispa-comentó en tono irónico por lo último que Martin le había dicho. Se removió con fuerzas logrando liberar sus manos, con las que agarró al argentino de sus cabellos y lo acercó aún más a su rostro- Sé muy bien que es invadir el espacio personal, occidental, no es necesario que quieras hacerte el listo, pues muy bien me he dado cuenta de que no tienes idea de con quien hablas...

Entonces, una de sus manos se asió con fuerzas del cuello del otro y, dándose impulso con la otra, logró girar a ambos en un rápido movimiento, estampándolo con rabia en el césped. Sin soltarle del cuello, al que seguía presionando ligeramente, su otra mano no se molestó en tomarle de las muñecas para inmovilizarle, sino que solo le acarició en forma prepotente la herida que cierta botella con hielo le había dejado ya hace un rato al haber sido lanzada contra su rostro.

-No vaya a ser que yo termine invadiendo tu espacio personal, Martin-murmuró muy cerca del rostro del otro, levantándole la cabeza- No me subestimes....

Nuevamente lo azotó con fuerza al césped y se levantó. Sacudió sus ropas en forma rápida y decidió largarse lo antes posible de allí, caminando a paso rápido para escabullirse del otro, esperando haberle jodido para que ya no le molestara más.


*Nispa:Maestro en ainu ---> se lo dijo en forma irónica xDU