Le jour de la Saint-Valentin

Continuó observando cada vez con menos ánimos aquel entorno. Recorría con su vista cada mínimo espacio de aquel gran salón y por algún motivo, su belleza empezaba a producirle una suerte de rechazo.

¿A qué había ido a aquella reunión? se preguntó más de una vez. Sabía que era una fiesta y que obviamente no conocería a mucha gente, pero toda aquella masa de animados rostros desconocidos, por algún extraño motivo comenzaba a deshacerle la paciencia. Aún así, mantuvo en todo momento la compostura y una buena expresión de su rostro; el simple hecho de no estar a gusto no le otorgaba el derecho de incomodar a los demás con gestos desagradables, aunque a decir verdad nadie lo hubiera notado, pero esto no fue una excusa.

Levantó un poco el rostro para distraerse en la belleza de las obras plasmadas en el techo, siguió con sus ojos cada línea, cada color pero esto en lugar de distraerle y hacerlo "resisitir" un poco más de tiempo en aquel sitio, terminó por consumar la idea de marcharse del lugar.

Nada relevante en su vida sucedería esa noche, estaba seguro de ello. Nadie había notado su presencia y nadie llegaría siquiera a enterarse de su ausencia. Por primera vez en mucho tiempo prefirió ser realmente descortés e irse sin haber saludado ni agradecido la invitación, que darle explicaciones a alguien para justificar su partida. Se preguntó a dónde se habían ido todos los ánimos que tenía momentos antes, parecían haberse esfumado sin dificultad alguna y también sin razón.

Sus ágiles y elegantes pasos lo llevaron una vez más ante aquella majestuosa puerta, no se detuvo en ningún momento, no miró atrás y sólo se concentró en el sonido de su caminar y el de los latidos de su corazón.

Pasó junto a un niño pelirrojo que parecía algo confundido. De haber estado menos abrumado, definitivamente hubiera detenido su marcha para ayudarlo o hacerle compañía, pero el sentimiento de incomodidad fue más fuerte en aquel instante. Prosiguió sin acelerar pero manteniendo la convicción. Desanduvo todo el recorrido y se encontró nuevamente en donde había comenzado: los imponentes jardines. Y aunque sintió ganas de permanecer allí por lo menos unos minutos, no se detuvo hasta que sintió que se había alejado lo suficiente.

La noche y la fiesta de San Valentín se habían terminado para él, y a pesar de sonar como algo desdichado y triste, fue en realidad un alivio.

Lo miró hacer por un rato el ridículo haciendo esa demostración de "soy genial, cómo todo lo que me dan a la velocidad de la luz y no engordo" para luego atorarse y toser ¿Que no se debía masticar la comida? Bueno, él nunca lo hacía así que desconocía en mucho la utilidad de los molares, aun así... ¿Qué no era su deber el hacerlo atorar y quedar en ridículo? De alguna extraña manera.... sentía indirectamente la culpa en ello.... y estaba orgulloso.

- ¿Ah? Pues sí. No se me hacía el venir porqué me enferma - dijo en una tonalidad neutra mientras cerraba los ojos - pero no sé, me interesó al ser Francis quién lo organizó, además ese tío cocina muy guay y sin contar de las "interesantes baratijas" -

Sonrío traviesamente. Si es que no buscaba ocacionar un caos, robaría algo y en el peor de los casos, malograrle la noche a la única persona a su lado, el sevillano.

- Por cierto ¿te has puesto a pensar en tu peso? Venir sólo para comer - sopló con fuerza haciendo una negación infantil con la cabeza - mal, mal, mal, mal, muy mal; eso es casi cómo una aceptación a tu "soliteriedad" (?) y que pronto estarás viejo, lonjudo y con muchos gatos porque nadie querrá estar contigo - le guiñó y le sacó la lengua a la vez en forma de broma.

-Una fujoshi es una mujer que le gusta ver dos chicos juntos, especialmente- la castaña le tapó la boca.- Ok, ok solo le dire que me gusta ver dos chicos juntos y ya.

-No le expliques nada de tu pervertido mundo, acosadora cochambrosa.- le saque la lengua.

Te gustaria entonces casarte conmigo-abrazandole por la cintura disfrutando del aroma del menor, escondiendo un poco su rostro con su cabello-

(O.O-se desmaya por aquella declaracion-)

Sonrió con alegría para luego escuchar la respuesta del otro y notar su falsa sonrisa- mnh…-se paso su mano por sus propios cabellos y miro de forma fugaz el alrededor. Mientras oía su pregunta.

Pues todo ha ido bien! *---*! Aunque sigo sin encontrar reina y mis hijos se reproducen a una velocidad alarmante o___o! tengo mas de 20 bocas que alimentar! –le dijo con angustia a ambos jóvenes.

Miré a mi hermana, sorprendida.
-¿Qué? ¿Tú en esas cosas, Lucía? Pero si es pervertido mirar cuando otros están haciendo...pos...pos eso

(Lo último lo dijo con el tono de la de "Me chocarooon")

-¡Qué bien, otra fujoshi!- le tomé de las manos y comencé a festejar dándole vueltas- ¡Que bueno que me la presentaste Tere!
No noté el gesto de "wtf?" que tenía la mexicana.

-esta ropa de una sh*t- me queje mirando la ropa que todos traían puesto, es que…¡es tan incomoda! Realmente uno no puede hacer nada así.
-hm, ¿así que las voces te dijeron que vinieras por que eres una alucinación mía o sea que yo técnicamente te dije de alguna forma rara que vinieras para que me siguieras, nos encontráramos y me siguieras? Pues si lo ponemos de esa forma me parece raro, seria como algo muy freak, mes o menos fumado ¿no crees? Igual si vamos a algo mas serio…eso demostraría de alguna forma que siento necesidad por ti. Asdada eso bien raro- me reí un poco ¿y de donde salio tanta palabrería? No se, yo nunca se nada, pero cuando le hablaba a el pareciera que si sabia o al menos fingía muy bien que sabia, aun que no sabia que fingía. Oh dios mío, no me estoy entendiendo nada, que brigido no entenderse nada.
Me rei un poco cuando me deseo feliz día de san Calentin, ajaja, que es lindo este feo.
-no me digas señor, no soy viejo- me reí un poco y tomaba su mano. –solo dime Ches como yo te digo Ttâreq , no es nada difícil- sonríe, y después pensé un poco, en día de san Valentín se dan chocolates y todo eso, el problema es que no se quien se lo da a quien, o sea, se que una mujer se lo da a un hombre y todo eso, pero yo ni de joda le doy o recibo chocolates de parte de una chica.
-oye ¿no me darás nada?- pregunte entre risa y duda, la verdad ya tenia un chocolate, pero era pequeñito, ¿se lo doy o me lo como después? Que a mi me da igual.

(asdada D: menuda demora que me pego xDu)

Aun seguía muy nervioso, confundido ¿Qué haría? Debía hacer algo por que por algo fue a esa fiesta, no debía quedarse parado ahí sin hacer nada, aun que también podía observar a mas de uno haciendo lo mismo.

Con gesto nervioso dio un par de pasos para adentrarse un poco mas del lugar, aun que no podía alejarse mucho de la salida, constantemente miraba hacia atrás, esperando que posiblemente llegara alguien que conociera para entrar un poco mas en confianza. De los que se encontraban en ese lugar al único que podía reconocer claramente era al chico de cabello morado y orejas de gato, claro que no pensaba acercarse a el, después de todo el tipo ya estaba con alguien, además estaba loco y desde hace un tiempo esta con la sensación de que fue el la persona que una vez le dio con un coco en la cabeza mientras se disculpaba con un señor por haber osado pisar su césped por casualidad.

Solo no sabía que hacer y se sentía tonto por eso, hubo un momento donde alguien se acerco, le habría hablado pero el rubio que paso a su lado parecía bastante apurado. Dio un leve suspiro y se puso a esperar cerca de la puerta a que algo sucediera, estaba al lado de alguien, aun que no presto mucha atención a quien era.