De visita ( privado )

Uno, dos, tres. Contaba sus pasos mientras caminaba de lado a lado en su habitación pintada de rosa y muchos colores de los cuales un hombre no gustaria. Llevaba todo el día aburrido. Lo primero que hizo fue estar con su pony y luego...¿luego?. No. No había un luego. Feliks estaba muy aburrido y no se le ocurría que hacer. Caminaba de lado a lado por toda su residencia y ninguna idea se le venía la cabeza. Fue entonces que ocurrió. Mientras caminaba de un lado a otro por su habitación maginificamente pintada de rosa (según el polaco) vió una fotografía de nada más y nada menos que de él y Lituania. ¿Cuando fue la última vez que había visitado a Toris?. Sonrió para si mismo, de manera un tanto engreída.

Comenzó a buscar ropa en su armario, faldas, camisas. ¡Todo rosa! (y una que otra prenda de color oscuro). Corría de un lado a otro a su habitación y al estar preparado para ir a la casa de lituano emprendió el camino. Traía consigo una cajita que contenía algo. Algo que él quería que Toris luciera. Al llegar tocó el timbre con insistencia. Como un niño pequeño.

-¡Toris! ¡Toris!-gritaba el nombre de este, todos le miraban- ¡O sea Toris abreme! ¡Hace mucho frío acá fuera! ¡Toris!-aún continuaba gritando como si todo el mundo necesitara enterarse de que él estaba allí. Se asomó por la ventana por unos segundos esperando que el castaño estuviera en su residencia. Limpió el cristal un tanto empañado y comenzó a darle pequeños golpecitos-¡Toris!-volvió a llamarle.
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(lamento mucho la tardanza, no tenía internet)