¡Dieta Express!

Ya que generosamente Francis había ofrecido sus servicios como ¿Nutriólogo? o algo parecido y que le había prometido una dieta milagrosa para bajar de peso inmediatamente se decidió, tomo sus cosas y sin avisar a sus superiores se subió a uno de los aviones de su ejército y se fue el solito cruzando el océano, directo a la casa de Francis.

Por fin aterrizó cerca del lugar. No recordaba exactamente en donde se habían citado pero supuso que si caminaba por el lugar pronto lo encontraría...

Y en efecto, a poco rato de caminar por las calles parisinas vio una multitud de chicas gritando, rodeando a un rubio familiar.

- Yooo, Fransuuu! Bonyur! - dijo con su americanizado y terrible acento "francés".

Se encontraba en medio de una elegante tienda en los campos eliseos, acomodando perfectamente los atuendos de las y los modelos en lo que aprovechaba para meter mano aqui y alla libremente ante lo que reaccionaban con una pequeña risita y en total agrado. Todos lucían tan perfectamente, bellos, jovenes y sobre todo esbeltos, como debía ser... Mientras miraba como seguía el desfile escucho una voz extrañamente conocida y totalmente fuera de lugar, se dió la vuelta para ver al escandaloso americano que sobresalía entre la pequeña multitud. -Bon jour, mon ami.- Le saludo con una sonrisa, aunque un poco extrañado, juraba que habían acordado otro lugar para su encuentro, suponía que no había tomado encuenta la diferencia de horarios.
Dejó aquello un momento, encargandoselo al primer asistente que encontro a su paso, acercandose con pasos elegantes al americano, mucho muy cerca. -Me halagas con tu presencia, oui~ y llegas en un espléndido momento para comenzar con tu tratamiento especial.- Sonrió en un modo más que amigable colocando su brazos por sobre los hombros del americano casi en un abrazo. -Y dime... ¿Ya almorzaste?, si te lo apetece... podemos ir ahora.- Sabía que terminarían quizá comiendo esas horribles hamburguesas pero igual intentaría de paso ampliar la cultura gastronomica del rubio que el inglés cejudo había arruinado permanentemente.

- ¡¿Almuerzo?! No, no he comido, durante el viaje se acabaron mis bocadillos - Sin duda se comió todas las hamburguesas que pudo traer consigo, y eso de comer en Francia no sonaba nada mal.
- So let's go!
Ni siquiera se sorprendió por la siuación en que se halló a Francis, ya era lo usual y no es que le importara demasiado, pero sí le extraño que lo abrazara tan afectuosamente cuando en las reuniones aliadas se la pasaba replicándole. "Bueno, es Francia". Se dejó guiar mientras admiraba ls calles parisinas.

-Veo que tienes un buen apetito, habla de que eres una nación saludable.- Estaba de muy buen humor asi que se diviertria un poco, el americano era mucho más entretenido que los otros aliados, al menos era de mente más abierta. Le llevó a un pequeño cafe, donde había unos buenos emparedados, a los que el americano llamaba "sandwichs" ya que recordaba lo que pasó lo ultima vez que intento hacerle comer escargot o foie gras. -Me alegra que consideraras mi oferta, oui, pense que no confiabas en moi?... pero...-le abrazo aún mas cerca- verás que no te arrepientes-
-Y por ahora, bon appetit!!!~- Le anunció alegreemente mientras llegaban al lugar que tenía todo tipo de emparedados, con uno o varios quesos, jamones diferentes y panes de todas formas y tamaños. (aunque ninguno tan grande como una hamburguesa XDU) -Aller! aller!! come todo cuanto gustes.-

- ¡Ajajaja!Tu siempre tan confianzudo Francia - lo palmea alegremente haciendo que se retire un poco, pero desde luego que no lo hace a propósito, y en estos momentos solamente puede pensar en la comida que tiene frente a sus ojos.
Su mirada resplandece, se acomoda a Texas, y con toda la delicadeza y clase de un buen norteamericano...

-Let's EAT!-

Se abalanza sobre los platillos domando 2 o 3 de cada uno y devorándolos.

- Mhmhmhmhmhm munchmunchmunch ppffff dfdgdgddgghh -

Estuvo a punto de toser un pulmón por que el americano lo había palmeado con más fuerza de la necesaria, sonrió intentando pretender que no le había dolido tanto, pero casi le salia una pequeña lagrimita por un ojo. -...dieu...- Eso de la fast food entendía ahora tenia una doble función, que los americanos pudieran comer también a niveles insospechables de velocidad. Solo veía los platos acercarse a su boca, desaparecer los alimentos y el plato de nuevo en la mesa, con un extraño y místico ritmo que no podía entender.
Juraba que el rubio le había dicho algo pero no entendía nada.-¿¿Excusez-moi??- preguntó un poco apenado, iba a palmearle suavemente el hombro para llamar su atención pero en cierto momento tuvo miedo que le devorara la mano en su euforía alimenticia. -¡Ahem!- Aclaró su garganta a ver si así conseguía su atención, pero aún nada. Arriesgandose a perder la mano, hizo un nuevo intento, esta vez moviendo la mano de un lado al otro frente al americano, aunque aún nada y ya iba por la segunda repetición de algunos platos.
-Mon cher... Alphred.- Pronuncio su nombre en un exagerado tono afrancesado además de acomodar aquellas gafas que siempre usaba, ya que con el movimiento tan veloz se habían deslizado hasta al punto que parecía que caerían de su rostro y terminaría devorandolos también. Se sintió agradecido de que su mano no fuese devorada y esperaba ahora si tener su atención. -No quiero incomodarte, pero el tiempo apremia. Y llega el momento en que te de la ilustrativa demostración por la que has venido, oui?- Le guiño el ojo elegante pero sensualmente.

Notó que Francis dudaba en acercarse a él, pero ni idea de porqué. De todas formas ese pensamiento sólo lo ocupó por unos segundos ya que en seguida regresó a atender la comida pendiente, no, mejor dicho, el banquete que tenía frente a sí, y vaya que un norteamericano no desperdiciaría una oportunidad como esta.

Tomó un emparedado que parecía una deliciosa combinación de jamón con queso de alta calidad, pero un carraspeo, seguido de las manos de Francis sobre Texas lo distrae de su imperativa tarea...

¿Cómo pudo ser tan descortés?

- ¡Claaaro! Perdona Francis, no sé porqué me distraje tanto - sonríe despreocupadamente mientras acerca a los labios del francés el trozo mordisqueado del sandwich y lo invita a que coma con él.

- Si, si, tú dime mientras termino con estos babys... - Sus ojos azules brillan de felicidad mientras es totalmente ignorante al tono sensual de la nación europea, y continúa en lo suyo pero a un ritmo más lento.

Va a llevarse a la boca el tercer sandwich desde la interrupción cuando levanta su vista y ve por una de las ventanas del café a una pareja de novios franceses en pleno despliegue público de su amor, y por razones ajenas a la comprensión humana, la mente de Alfred divaga en torno de la idea. "Ya veo, esto debe ser a lo que se refieren con el ambiente romántico de París. Si pudiera convencerlo de venir conmigo, las cosas entre los dos se darían más naturales..."

Abstraido en sus extraños pensamientos, con su sandwich yaciendo olvidado sobre la mesa (al igual que el punto de esta visita), se queda viendo como ausente a la pareja que sigue mostrando desinhibidamente su amor.

Se alegró un poco de que el americano se olvidara de su generosa oferta, por que por mas apetitosa que luciera la comida no tenía animos de comer y no quería ser grosero. Se quedo extrañando mirando al americano cuando este se detuvo, maravillado con cualquier poder sobrenatural que pudiese detenerlo tán poderosamente. Aqueó su ceja y se inclino un poco más cerca mirando la expresión del rubio, despues buscando lo que fuese que lo tenía tan concentrado y lo había detenido de devorar todo a su paso como aspiradora. -Oh.~- Se dió cuenta que se trataba de un par de enamorados, que como era típico incitados por el ambiente pasaban un rato agradable, rodeados del ambiente romántico que por excelencia sólo el podía ofrecer.
Se sonrió confiado, mientras se reacomodaba de nuevo en su lugar retomando los aires sensuales y galantes de nuevo, no por impresionar al americano, simplemente por que cuando abordaba aquellos temas tenía que tener una actitud acorde ya que si había algo que respetaba era el amor. -Oui, oui~ continua... Mientras podemos hablar de tu dieta, o de alguna cosa que te guste, por que sabes...- Había tomado una rosa de algun florero en la mesa y la balanceaba elegantemente entre sus dedos pronunciando con igual maestria y sedosidad cada palabra. -París tiene... muchas cosas más que solo comida y yo podría mostrartelas todas, claro.... solo si tú quisieras.- Le ofreció sin dejar de jugar con aquella rosa, llevandola después a su rostro para ocultar su sonrisa, sabía que esto se tornaría mucho muy interesante.

De pronto sintió como despertar de un sueño romántico en que se sumergió. Como que estar en ese ambiente le estaba embotando un poco los sentidos... Pero no podía negar que valía la pena por la comida suculenta.

Sacudió la cabeza para intentar enfocar al francés que jugueteaba con una rosa. No podía siquiera imaginar a que se debía que Francis hiciera eso pero parecía encantarle así que no lo juzgaba por eso. Y a duras penas alcanzó a captar las últimas palabras en que le comentaba algo sobre París.... Luego le había hablado en ese tono taaaan Francis.

- Psssst, oye - se le acercó y susurró, escupiendo en el proceso un pedacito de lechuga y algo de pan - ¿Todos se vuelven igual de cariñosos cuando vienen a visitarte? E-es que el primo de un amigo del hermano de un superior esta interesado en un... Digo, en una mujer británica muy difícil de conquistar y de pronto pensé que, bueeeeno, tal vez con el ambiente adecuaaado... -

"¿Porque rayos le estoy preguntando esto? Ah, wth, no creo que me descubra."

Observo atento escondiendo su mueca de horror cuando la comida comenzó a salir en trayectoria diferente de la boca del americano y amenazando con caerle en su bien perfumado rostro, de haber sido necesario habría usado la rosa en su mano como escudo afortunadamente estos misiles alimenticios no llegaron a él. Aún así escuchó atento con una expresión de pensamiento de lo más profundo cual si en su mente se preparara una compleja teoría filosofica indispensable para la continuidad de la humanidad. -Una mujer británica....- Esa era una muy mala señal, pero los americanos nunca habían tenido buen gusto, esas mujeres además de apenas y contar con lo mínimo de feminidad y belleza, tenían un termperamento partícular... aunque eso mismo las hacía dignas presas. -Eso es trés dificil mais no imposible, non!... Pero con una mujer de esa clase, no es solo el ambiente mon Cher, non... tiene que ser tout!!- Asintió con particular energía, dandole al americano lo que para él era la clave más grande del exito. -El meilleur vino, la mejor comida, los mejores modales y los mejores halagos, eso plus el poder de París sin duda lograra conquistarla.- Concluyó con una sonrisa triunfante, para él , el amor era como la guerra, estrategía, analisis, disposición de elementos, ataque y victoria.


(;O; perdon por la demora ;O;)

Veía atentamente la boca del francés mientras pronunciaba tan ~ peculiares ~ palabras.

What?!

Había entendido menos de la mitad de lo que dijo y eso fue lo que no era francés. Se rascó la nuca algo molesto, por eso, juuusto por cosas como estas era por las que todo el mundo debería hablar inglés. Americano, desde luego, no la rara y obsoleta versión de los británicos.

- ¿Tres qué? - se limpió los restos de la hamburguesa que acababa de devorar para hablar claro. - No, no son tres, es uno... Digo, una. Y repite eso bien, ¡Es molesto que no se te entienda nada de lo que dices!.

Para remarcar sus palabras sorbió un refresco haciendo mucho escándalo con la pajilla. Luego, tomó otra hamburguesa, la desenvolvió, aventó el empaque por encima de un hombro y se dispuso a devorar su exquisito manjar casi en el rostro de su interlocutor ~ ¿Modales? ¿Acaso había mencionado Francis algo de eso?

(Off: Nuu te preocupes, más tardé yo para contestarte antes. Es tan divertido tu Francis xD)

-Quoi?....- Parpadéo incredulo ante las palabras tan duras de creer del americano, sería que tanto colesterol le había dado una embolia cerebral y ahora estaba imposibilitado para el básico indispensable entendimiento. Recordaba que en casa del americano lo explicaban diferente, algo de "birds & bees" sería algo así lo que tendría que hacer, bueno lo intentaría, por que si el era capaz de lograr iluminar a una nación tan díficil, entonces sería el verdadero maestro del Amor. -¡Ahem! Ecoutez.... es decir... Escucha y pon atención... que no lo repetire, ou.. si??- Le miro con sus cejas fruncidas y ojos azules profundamente concentrados, mientras le apretaba las mejillas para que ya no hiciese ese horrendo ruido que llamaba masticar, aunque le fuese a morder la mano, no podía temer, Francia no debía retroceder ahora y dejar que un crimen de amor tuviese lugar, por mas horrenda que fuese esa inglesita no merecía que un americano la cortejara tan... americanamente. -Te enseñaré como es que el primo de un amigo del hermano de tu superior debe comportarse, pero, será quizá la tarea más dura para tí de aprender.- Le pusó sin más la rosa que había estado ondeando en uno de sus bolsillos, soltando sus mejillas solo para tomar la servilleta más proxima, ya que no iba a usar su pañuelito para eso, y limpiar el rostro del americano quitando todo resto de comida que quedase. -Mejor , sin duda.-

Ya había comenzado Francis su discurso de "yo sé algo que tu no sabes sobre el amor" y se tuvo que sonrojar, por más que quiso pensar en banalidades o cosas que nada que ver con este ambiente cargadamente perfumado y rosa y amoroso que prácticamente podía tocar y que era generado por la antigua nación frente a él... Lo único que consiguió fue que una débil luz se prendiera en su interior, la esperanza de que algún día...


Su cadena bizarra de pensamientos se ve interrumpida por un aplastamiento de mejillas de parte del francés. Como buen americano no se puede quedar así y también aprieta ambos lados del rostro del mayor, mientras le mira con algo de molestia porque acaba de sacarlo de su fantasía.

De pronto Francis empieza a hablar y se ve obligado a prestarle atención mientras siente que le limpian los restos de comida... Ah, eso le trae viejos recuerdos de cuando era colonia... Arthur...

- ¿P-p-pero porqué me vas a enseñar a miiii? - dice completamente avergonzado - Aunque si, sin duda me interesa de que van tus lecciones. Es posible que vayamos a un lugar más privado, ¿nou? - voltea sospechosamente a los lados - No descartemos los agentes de Ludwig que pueden andar por acá . -

-Pour quoi?? En premiere ... por que yo no tengo idea quien sea ese primo del amigo del hermano de tu superior y por que será mais fácil si vous que eres su nación lo comprende antes...- Dió unos suaves toques con la punta de su dedo indice a la nariz del americano, se había dado cuenta que cuando intercalaba palabras con estímulos táctiles reaccionaba de modo más favorable. Intentaba no hablar en fránces para hacerle más práctica la lección al americano, pero era demasiado díficl, además era él quien había venido a su hogar, lo menos que podía hacer era intentar entender un poco por cortesía. -Dieu.... esto será más demandante que la era Napóleonica.-
Aunque su rostro se iluminó con una nueva y extraña promesa en la que el mismo dejaba volar su imaginación a un lugar que el americano quiza no imaginaba, o no quería imaginar. -¿En Privado?...- Su sonrisa se amplio en algo que era una mezcla de perversión, lujuría y algunos otros pecados más que seguro sumaban mas de los 7 capitales. -Oh oui!! Por supuesto, una lección más partícular sería muy provechoso para toi~- Al decir esto deslizó suavemente en la más vaga de las caricias bajando por sus labios hasta su barbilla retirando después su mano y retorando poco a poco hacía atrás.
-No deberías preocuparte por los espías de ese cabeza de papa, non!. Con el poco estilo y categoría que tienen será trés fácil para moi encontrarlos, así que no te desconcentres.- Sonrió de nuevo de aquel mismo modo elegante pero sensual de siempre destellando con un par de pequeñas rosas flotantes aquí y alla como acompañamiento y para dar mas enfásis a su elegancia. -Aller!~- Le apresuró con un gesto de manos para que se levantase, por que suponía que si se quedaban a esperar a que terminara demorarían al menos un par de horas más y en un curso intensivo para enamorar no se podía perder tanto tiempo.

(( Perdon por la demora ;O; líos y mas líos ;O;))

Intentaba poner su atención en el graciosísimo acento de Francis y sus palabras intercaladas, pero el que le picara la nariz le hacía cosquillas y a poco estuvo de estornudarle encima. ¿Qué, tenía un pedazo de hamburguesa ahí? ¿La era Napoleónica? Dude, what?! . Sintió unos escalofríos extraños con los toques suaves en su rostro pero desaparecieron rápidamente. >Suspiro.<

Le empezó a doler un poco la cabeza. Ay, la de cosas que tenía que hacer y todo por culpa de ese...

Aunque ahora que lo notaba, el acento de Francis, además de ser chistoso y nasal, tenía una como cierta entonación. Sonaba en ocasiones como si estuviera cantando y comenzó a preguntarse si de verdad las personas encontrarían atractivo que alguien hablara con esa musicalidad. Quien sabe si a él le gustaría.

- Oye... - Hizo un fuerte ruido de succión proveniente de su vaso de refresco casi vacío ya. - ¿Tengo que hablar como tú? - lo señaló burlonamente e intentó imitarlo. - Bonyougggh ~ Yem appegggh Fgggaaancis - Dijo a la vez que gesticulaba exageradamente con las manos, moviéndolas vistosamente en círculos.

Se levantó de la mesa mientras trataba en vano de contener la risa. Mejor dicho ni lo intentaba, y fue detrás del francés riéndose descaradamente y preguntándose aún como podía alguien encontrar atractivo un acento así.

-Merde.- Se maldijo internamente al ver la terrible demostración de.... lo que sea que estaba haciendo el americano, pero dedició ignorarlo ya que era lo mejor para avanzar rápido con la lección... además le demostraría que el encanto fránces era mucho mas que solo el acento, había que tener la acttud francesa de seducción y seguridad en la conquista. -Non, hablar como moi no sería suficiente...- Le lanzó una mirada análitica levantando sútlimente su ceja y después sonriendo, le llego como rayo la idea de cambiarle la imagen al americano, solamente como pequeña venganza y por que pensó que sería divertido, así que sin más lo llevo a la primer boutique decente que encontró sin darle mucho detalle. -Después de vous.- Le hizo una suave reverencia antes de abrir la puerta, aunque no espero respuesta pues con un movimiento elegante pero firme le puso la mano en la espalda baja y le dio un ligero empujón para que entrase a la tienda, aprovechando también para manosearle un poco el derriere. -Alors.- ya dentro le tomo del brazo para llevarle a una sección de la tienda donde había diversos tipos de trajes. -Ahora quitáte todo eso...- Sonrio con un ademán travieso mientras señalaba su pesada chamarra abultada que lo caracterizaba. -Necesito ver bien tu silueta~- Por el tono en que lo dijo y la mirada que le lanzo habría hecho dudar a cualquiera sobre sus verdaderas premisas para desprender al americano de sus ropas.

((sorryyy sorryy xD muchos lios @_@))

Le entró un escalofrío al ver la misteriosa sonrisa. Cuando Francis sonreía de esa forma definitivamente no significaba buenas noticias para él, y mientras cavilaba sobre esto se vio arrastrado hacia una tienda extravagante de entrada vistosa y con un montón de ropa de muestra en el aparador. Ropa para hombre, o al menos eso esperaba Al.

La reverencia que le hizo Francis, para luego dejarlo pasar, se le hicieron detalles muy corteses. Estaba asombrado de que aún hubiera personas en el mundo que actuaran de esa forma y quizá justo detalles de este tipo formaran parte del tan mencionado "encanto francés"; ya estaba preparándose para hacerle un cumplido al europeo, justo en el momento que sintió una palmada en su trasero.

No vio venir eso y no pudo evitarlo. De pronto se sintió un tanto sonrojado por la presencia de este hombre. En la guerra podía ser un cobarde y dejarles el trabajo sucio a los poderosos como él. Pero en esta tienda de ropa sin duda estaba en su propio terreno y sabía como moverse y mantener las cosas bajo control. Pero ¡nah! Nadie podía intimidar a la nación más poderosa del mundo... ¿verdad?

- ¿Ver mi silueta? - Miró su chaqueta, y bueno, mostrar su genial cuerpo no era un pedido descomunal, claro que podía y quería darle a Francis el placer de ver sus trabajados músculos. - Sure! - Se quitó su bomber jacket, dejando al descubierto.... Una playera de Mickey Mouse. Uh-oh. ¿Sería posible que el francés no se diera cuenta?

(No worries! *-*/ LOL, perdona que Al anda tan fail ~)

Sintió un ligero movimiento involuntario en su ceja, al parecer un tic nervioso comenzaba a desarrollarse ante la ardua tarea que tenía en sus manos. Literalmente en sus manos por que ya se encontraba haciendo uso de estas para descifrar la silueta del americano, ignoro la terrible camiseta que seguro había cometido la atrocidad de comprar en Eurodisney habiendo tantos articulos más beneficos que comprar. Palmeo un poco sobre su pecho más hacía su axila y luego hacía abajo hasta su cadera, haciendose todo tipo de calculos mentales a una velocidad impresionante. -Trés bien...- Dijo en tono serio comenzando a sacarle esa horrenda cosa de encima que llamaba ropa. -Tu tipo corp es de la mejor silueta et tus proporciones aceptables, tu talle es demasiado corto para tus piernas quizá son solo 6 centimetros de diferencia, mais eso se puede solucionar con un buen corte...- Continuó mientras en su cabeza ya había creado el equilibrio perfecto con un conjunto adecuado en material, color, tamaño, tendencia y demás. -¿Y que esperas?- Le dijo mirando su pantalón mientras seguia haciendo intentos por arrancar esa terriblemente estampada playera de su cuerpo. -¿O prefieres que moi me haga cargo de eso?- Le sonrió de modo sugestivo pasando su mano de nuevo por su pecho en un gesto notablemente menos análitico y más sensual.

(xDDDDDDDD nooo que horrorrr!!!! me traume mucho con su shirt de mickey xD NOOO!!!!!)

Le asombró el torrente de palabras que de pronto le soltó el francés engreído. No sabía si prestarle atención al que fuera idioma extraño en que le estaba hablando (otra vez y vaya que no le soportaba mucho) o a los toqueteos descarados que sentía.

- ¡Ahhh, ya, espérate! -

Le puso una mano enguantada sobre el rostro, sabiendo que probablemente se alejaría gritando porque se hubiera atrevido a tocarle ahí.

- ¡Aléjate! ¿Qué talle corto? ¡Mis medidas son in-cre-í-bles y heróicas. Eh, wait! ¡Aaaaahhhh! -

Por accidente sus dedos se enredaron en la dorada cabellera como de modelo e intentaba zafarse. Con la otra mano, se componía su maltratada playera.

- Suelta, ¡fue un regalo de Mickey en persona! Es MÍA y ¡por más que quieras una no te la doy! -

Estaba pensando seriamente en vetar al europeo de sus parques de diversiones. Y es que encima todos lo europeos eran taaaaan raros, excéntricos y envidiosos, aparentemente.

-Idiot!- ¿¡Pero que se creía que estaba haciendo ese ridículo americano tocando su perfecto y bien proporcionado rostro de ese modo?! Apenas iba a reclamarle aquella atrocidad cuando un fuerte tironeo en su afortunadamente resistente y bien cuidada cabellera lo forzó por acercarse aún más al joven rubio. Finalmente después de este muy incomodo acercamiento, logro desenredar su cabellera y si el americano sabia alguna plegaría mas le valía usarla para que ninguno de sus dorados cabellos se hubiesen maltratado. -Mon Dieu!!.- Exclamó con horror al mirase en el espejo acomodando como podía, cual si fuera cuestión de vida o muerte su cabello tan preciado, observando en su rostro un leve enrojecimiento por el modo tan brusco en que el otro le había puesto las manos encima.
Termino con su arreglo personal a una indescriptible velocidad, regresando sus cabellos a aquel estado en que ondulaban con naturalidad y finura, levantando después la mirada y centrando sus ojos azules que ahora destilaban frío como el hielo en el americano. -Mon ami…- Entonó mecánica y afrancesadamente pero con un cierto y vago tono de amenaza muy quedo. -Será mejor que retires esa….- Sus labios se curvearon de un modo que reflejaba sutilmente repudio. -Prenda~.- Logró entonar melódicamente para completar el enunciado. -Eso o… tendré que hacerlo moi~- Repitió del mismo modo tranquilo y afrancesado mientras que sus ojos reflejaban otra cosa, unas intenciones mucho menos refinadas al tiempo que sacaba unas enormes tijeras de costura. -¿Eso te gustaría?.- Preguntó con una sonrisa frívola, mientras depositaba un pequeño beso sugestivo en la punta de la navaja de las tijeras que resplandecía con un inusual brillo, las cuales usaría sin dudar para hacer trizas esas horrendas cosas que traía encima.

Amenaza. Justo ahora era lo único que sentía emanar del hombre frente a él.

Momentos antes, había logrado alejarlo con su poderosa y elegante maniobra de tirar estratégicamente del punto débil de su oponente. ¡Y desde luego, había sido completamente a propósito, ahahaha!

Lo observó retroceder, y en menos de un parpadeo ya se encontraba compuesto. No que lo fuera a admitir abiertamente, pero a veces sentía una punzada de.... ¿Celos? No, no era eso, tal vez más como admiración, anhelo por ese estilo europeo pulcro. Tal vez una de las razones por las que la moda europea era tan apreciada en su país provenía de este sentimiento secreto... O viceversa.

¡Como fuera! De pronto se encontró encarando una tijeras enooooooormes que brillaban peligrosamente. Pero un héroe jamás retrocedía ante las amenazas.

- Hey! Stay calm buddy! ¡T-te puedo regalar todas las playeras de Mickey que hay en Disney! ¡Las que sean! But this one is special ~ Sé que la quieres tanto pero si te acercas un poco más... - tomó de un probador cercano un saco estampado con la etiqueta "Lacroix, Fall-Winter 2004 Collection" - dile adiós a esta cosa - De su bolsillo trasero sacó una hamburguesa con extra queso y luego de deshacerse de la envoltura la acercó a la fina prenda de diseñador - Forever! -

Observo con una mezcla de horror e indignación como era que sujetaba esa prenda de cashmere con estampado a dos colores y con corte cruzado que ya era practicamente vintage, con una carencia de gracia cual si fuese un costal de papas y encima tomandole con las manos sucias y acercandole aquella horenda cosa que dejaría una mancha que arruinaría totalmente la prenda. -Hohohohohoho~.... En Francia... no negociamos con terroristas.- Dijo con una sonrisa intentando ocultar que comenzaba a darle un tic nervioso de nuevo en una ceja al tiempo que abria y cerraba las tijeras haciendo que sus filos liberaran un particular sonido. -Ahora mon ami... dame esa cosa...- Elegantemente extendió su mano al americano con un suave movimiento de su dedo índice para indicarle que allí quería esa horrenda hamburguesa. -o si no... tendre quoi... quitartelapielcomounmink... y no queremos eso, oui?- Dijo lo de enmedio muy rápido pero aún así era entendible que había pocas cosas que estaba dispuesto a defender, y una prenda de diseñador, era una de esas cosas.

((;O;!! no perdon yo ya tuve mil mil mil cosas que hacer y olvide esto totalmente))

Quería fingir que aún estaba molesto, pero la realidad es que esa actitud le había parecido tan encantadora que apenas se resistía las ganas de saltarle encima y apretarle las mejillas. Aunque ya era una nación grande, seguía siendo aquel pequeño en los campos solitarios que vio alguna vez. -Trés bien.... pero que no vuelva a suceder.- Dijo manteniendo un tono de adulto responsable, por que era como un hermano mayor debía actuar, ser disciplinado. Aunque lo podía perdonar, su falta no era tan grave y lo había reconocido....En lo que el otro se distanciaba, aprovecho para lanzar aquella hamburguesa al basurero mas cercano con la firme esperanza que ya no pudiese causar mas estragos. -Una ultima cosa... ven... ici... debes hacerte responsable de lo que has hecho- Agregó dando suaves golpecitos en el suelo con su zapato fingiendo impaciencia. Se quedó frente a él mirándolo unos instantes, cuando al fin soltó un suspiro y suavizo sus expresiones, por que ya no podía pretender estar molesto. -Que se le va a hacer...- hizo un ademan con la mano retomando una actitud mas relajada y alegre. -Esto solo hace el reto más grande, oui!!- dijo mientras curveaba mas sus labios en una sonrisa. -Lo he decidido, te devolveré a casa convertido en todo un señorito, oui oui!!!- Se dijo a si mismo emocionado y convencido que ese era el mejor curso de acción, poco interesado en si el americano estaba de acuerdo o no.