qué hay del jazz y tomar café? [privado]

quedé con Berlín en este café, bueno es mejor que nada, y la música no es mala, aunque no es de mi total agrado, de todos modos tampoco me desagrada, el capuchino no está mal, pero es una lastima que sólo esté yo aquí, y el barman claro, pero, así no sirve, el jazz lo ponen en esos parlantes viejos, cuando llegué le pregunté si podía poner algo de mozart, beethoven, o bach, me dijo que el jazz estaba bien, bueno, no hay de otra...

Miroslav ese día se había levantado con el pie izquierdo, al comenzar la mañana, se intentó levantar y calló de la cama dandose en la cabeza con el suelo, luego cuando fue a ducharse no había agua caliente, cuando se fue a peinar el cepillo había desaparecido, por lo que tuvo que usar sus manos e improvisar, luego al vestirse se dio cuenta que su traje favorito tenía un agujero, tuvo que usar uno que no le gustaba tanto, los demás que usaba a menudo estaban sucios, para colmo al ir a desayunar se encontró con la alacena desordenada y con la comida por todas partes, sabía que había una plaga de ratones y se había protegido bien, puesto veneno y todo, pero a pesar de todo los roedores se hicieron con el acceso a su departamento y le robaron la comida, tuvo que salir a comprar, al salir por alguna razón la puerta no quedó bien cerrada, oportunidad que aprovecharon unos ladrones para llevarse los muebles, la tv, muchos de sus instrumentos, dinero, y gran parte de las cosas que había en la casa, quedaron su cama, su cómoda y las cortinas, no podía creerlo, cuando bajó a preguntarle al conserje se dio cuenta que se había dormido durante todo el acto, lo más probable fuera que le dispararan un sedante para dormirlo, eso pensó Miroslav cuando le respondió el conserje. Cuando subió nuevamente a su departamento tomó su escaso desayuno que había comprado, con las manos, eso era algo impensable para Miroslav, comer con las manos para él era semejante a andar desnudo por la calle gritando groserías... Cuando terminó con su desayuno fue a lavarse las manos en el lavabo, aunque solamente con agua, porque se habían llevado el jabón, se preguntó por qué no se habrían llevado la cama, las respuestas que se le vinieron a la cabeza fueron "tuvieron pena de dónde dormiría" o "no alcanzaron a llevársela", según él lo más acertado era lo segundo, porque estaba seguro de que toda la gente le quería hacer mal, de una manera u otra, y tenía miedo por ello, no quería volver a pasar los terribles días que tuvo en su vida, totalitarismo nazista y marxista, dominio austro-húngaro, los ávaros, los germanos, todos esos pueblos que lo habían acosado cuando pequeño, sólo los celtas se habían portado bien con él, lo mismo los checos, que vivieron con los celtas, o eso cree, pasó hace mucho y no recuerda nada... Bueno quizás no era un buen día para Miro (que quizás no era un mal día, no me vengas con bromas xD?) le había llegado una cartita de Berlín diciéndole que se juntaran a tomarse un café, pero eso sería luego de almorzar, en la tarde, y aún tenía que arreglárselas para conseguir un almuerzo, aunque fuera una lata de atún... llegada la hora de almuerzo no había podido conseguir nada, por lo que decidió salir a ver si alguien le tenía lastima y le daba comida, aunque Miro pensaba que si eso llegaba a pasar lo más probable es que le dieran comida para después sobornarlo o algo, eso tampoco pasó, caminó un par de horas por un parque mirando los árboles, para colmo no tenían ninguna fruta, moría de hambre, se fue al café acordado, entró, un terrible jazz, según él, aunque no estaba del todo mal, Berlín no estaba allí, por supuesto que no estaba, había escrito a las cinco de la tarde, y eran las cuatro, por muy puntuales que fuesen los alemanes no llegaban una hora antes al lugar acordado, habló con el barman y le dijo que moría de hambre, el barman le respondió que no podía darle comida a menos que pagara, algo obvio, Miroslav le dijo que esperaba a un amigo y que él seguramente tendría dinero, el barman dijo que no daba comida de esa manera, pero que le daría un capuchino, y así es que llegó miro a ese café ambientado con jazz, solo, y con una taza de capuchino a medio tomar...

"Espero que llegue pronto" pensó Miroslav cuando vio la hora y quedaban cinco minutos para las cinco de la tarde...

El día hasta ahora había avanzado bien. No hubieron problemas al parecer por mis calles, todo estaba tranquilo y no tenía ningún compromiso importante. Relajado en mi totalidad, avancé mi mañana tranquilamente: dormí más de lo normal, comí como desayuno una completa variedad de alimentos, me arreglé para el día pacíficamente y luego envié una nota a Praga, una Ciudad hermana mía. Hace un tiempo que no hablábamos como de debía, por lo que no había nada malo en juntarnos... a las dos, almorcé.

Más tranquilo que en la mañana, saciado y arreglado (vestido con mis típicas ropas holgadas y anchas), salí a las tres a dar vueltas por allí, para hacer tiempo antes de la cita en el café. ¿Para qué llegar más temprano de lo debido? Encontraba eso innecesario. Es por eso que andaba por allí, entre tiendas y más tiendas comprando cosas como listones y gargantillas... sin darme cuenta de la hora.

¡Faltaban 10 minutos para la hora! Pagé lo último que compré y salí corriendo al lugar de encuentro. Agradecí que El Café estuviera cerca de donde estaba, por que sino, llegaba tarde, cosa que no correspondía y no me gustaba mucho que digamos. Apresuré el paso, pero, ¿para qué? Faltaban 5 minutos y estaba a una cuadra. Si calculaba, caminando de donde estaba llegaría justo a las 5:00p.m...

Y, entré un minuto antes de las 5. ¿Qué importaba? Tampoco iba a esperar un minuto para entrar. Reí y miré a todas direcciones buscando a Miroslav. Localicé a mi pelinegro amigo en la barra, cerca de donde estaba el Barman. Caminé desde la entrada y me acerqué por detrás de Miroslav, escabulliéndome de su mirada, para luego intentar asustarlo, poniendo ambas manos en sus hombres de sorpresa.

-Buenas tardes, Praga.

((OFF: Pobre Miroslav xDDDDDDD tanta cuea que tiene xDDDDDUu))

estaba tan distraído que no vio entrar a Berlín, justo un minuto antes de las 5 de la tarde, y menos se dio cuenta cuando lo agarró por detrás haciéndolo saltar hasta el techo del susto, casi le da un infarto...

-Hola Berlín :D... sabes que puedes llamarme Miro~, no somos como hermanos?... cómo te ha ido hoy?... por mi parte he tenido un día de locos...- "seguramente ha intentado asustarme como antes para que me diera un infarto y muriese, pero y si no es así y estaba sólo jugando, bueno de todas formas no es bonito que me haga eso, sabe que soy un poco... mmm... asustadizo, la verdad un poco paranoico, y por Dios, sabe que asustarme sólo me hará más paranoico de lo que ya soy... bueno la verdad no importa, no es culpa de él, ni mía, sólo de las cosas que me han pasado, tiendo a desconfiar mucho, pero bueno..."

El barman había ido al baño un minuto antes, no había nadie más que Miro y Berlín (al otro post por el nombre de tu pj D:... no me gusta que mis pjs llamen a los otros por el territorio que representan, en general :D) por lo que esto hacía que el praguense se sintiera un poco nervioso, aunque no tenía por qué estarlo, tenía buenas relaciones con el aleman, sobre todo con ese aleman, todos sabían que Praga tenía un pequeño trauma con los nazis y los sovieticos, pero eso es cuento aparte...

Reí un poco como una pequeña niña traviesa al ver que su juego había resultado. Tan asustadizo él, es divertido molestarlo aunque sea con cosas pequeñas... o así lo encuentro yo.

Me senté en el taburete que estaba al lado de Miroslav, colgando las bolsas en mi brazo izquierdo. Lo miré y sonreí, para contestarle amablemente:

-Lo sé, Miroslav. Aunque tú también deberías llamarme por mi nombre de pila, osea, Dustin. Y si, cómo hermanos... -Pensé un poco. Del mismo bando, ciudades hermanas, etc. Sí, eramos cómo hermanos. Escuché su pregunta y contesté, cómo si nada: -Muy bien, la verdad. Ha sido un día bastante relajado, hasta he ido a comprar unas cuantas cosas. -Contesté, mostrándole el contenido de una de las bolsas: una gargandilla bastante sencilla de plata, muy elegante.

¡Era tan linda! La vi y pensé inmediatamente en comprarla. No todos los días se encontraban cosas tan lindas en tiendas de cosas tan sobresalientes y tan... no sé como decirlo. Bueno, no importa.

Justo en ese momento vi aparecer al barman detrás de la barra.

-¡Hey!, un frappuccino por favor. -Le dije al hombre, para luego mirar a Miroslav. -¿Cómo a ido tu día, hermano mío? ¿Tienes hambre? Hoy, invito yo. Toma lo que quieras. -Dije, mientras sacaba de mi bolsillo una billetera con mucho relleno verde...

((OFF: Perdón por la demoraaaaaa x'DDD sin inspiración con este wn xDDUu))

Miro no lo pensó dos veces, tomaría cuanta comida fuera posible, moría de hambre desde el desayuno, no había podido comer adecuadamente nada de nada...- bueno si tú invitas, tomaré medio bar, me robaron no sé a qué hora y me quedé sin nada...- dijo algo apenado-hey! quiero algo que me llene el estomago, rápido y ahora, sea lo que sea, muero de hambre- dijo tirando a la basura todos sus modales y echándose en el mesón que lo separaba del barman...- y a todo esto, bonita gargantilla, tengo suerte de tener ropa puesta...- dijo con la típica cara de los anime que se ponen a llorar desconsoladamente... luego se acercó al alemán y le dijo al oído- espero que este tipo no sea un estafador y no intente robarnos, o peor aún, secuestrarnos y pedir el rescate a nuestros países, tú sabes, somos importantes para ellos, somos la capital después de todo- para cuando terminaba alejarse un poco y poner una sonrisa algo forzada...

Reí divertido. Miroslav podía ser bastante extraño y a la vez gracioso cuándo quería... no, espera. No sé si realmente está actuando así por que quiere o por que simplemente está un poco mal por que le... ¿robaron?

Oh, de eso si que los rufianes aquellos no se van a salvar... si es que Praga informó como haya podido a las autoridades. ¿Lo habrá hecho?

-Hey, amigo, ¿informaste a las autoridades sobre el robo? -Pregunté, mirándole curioso. Es que igual, debió de hacerlo, si no, yo mismo le informaría a mis compañeros sobre aquél robo. -Si no fue así, bastante tonto de tu parte... -Susurré.

Guardé la gargantilla en su bolsa y deje todas las otras bolsas a mis pies. A continuación, con la mirada por donde había ido y ahora venía el hombre gordo, pose mis codos sobre la barra y apoye mi mentón en mis manos.

Es que, acaso, ¿los ladrones no se cansaban de robar? Eso era lo que estaba pensando, cuando escuche sin mirar a Miroslav.

Reí de nuevo y toda mi seriedad se fue por el drenaje.

-Seien Sie nicht paranoid, Bruder!* -Exclamé, para luego reír. -Estafador, no me digas. Lo dudo, además. ¿Cómo sabrá él con exactitud que nosotros somos eso? -Dije, mientras veía como el hombre dejaba mi Frappuccino en la mesa. Lo tomé y le di unos sorbos. Exquisito.


((OFF: No seas paranoico, hermano!))