A la hora de Comer [Privado]

Ese dia se levanto temprano, como la mayoria de los dias. Siempre tenia mucho trabajo que hacer y ese dia no era una excepcion. Se levanto y fue a desayunar. Cuando termino se fue hacia su habitacion, cogiendo ropa limpia y llevandosela hacia el cuarto de baño, se dio una ducha y una vez se hubo cambiado de ropa se fue hacia su despacho.
Cuando entro alli una gota cayo por su cabeza, habia un monton de papeles sobre la mesa. Con mucha pesadez se fue hacia la mesa y se puso manos a la obra, la mañana paso rapido y para su suerte pudo acabar todo el trabajo antes de la hora de comer.

-Aahh, esto es muy cansado-aru- Miro por la ventana, seguro que mas tarde le darian mas papeles para hacer.

Se dirigio hacia la cocina, cuando en ese momento escucho como alguien llamaba a la puerta. Se quedo un rato parado, metido en sus propios pensamientos. ¿Quien podria ser a esa hora? No creia que fuese ninguno de sus hermanos, pues ellos siempre llegaban por la tarde, ademas de que no solian ir a visitarlo los dias que tenia trabajo.
Camino hacia la puerta, abriendo lentamente esta. Pues la verdad, no creia que fuese alguien importante.

-Ah, ¿que te trae por aqui-aru?- Pregunto sonrojandose un poco cuando abrio la puerta, dejando pasar al que se encontraba fuera.

Había despertado más temprano que de costumbre pese a ser su día libre, miró por uno de los amplios ventanales hacía el exterior, era otro día común y corriente con el paisaje cubierto de nieve. Aún así se sentía lleno de energía y no sabía que hacer, quizás podía ir a asustar a Lituania o a sus hermanos, pero era algo demasiado habitual y sabía que quería hacer algo diferente, como viajar…, si esa era una buena idea, podría ir a visitar a alguno de los aliados, pero la pregunta era ¿a quién de ellos?, después de pensarlo un rato ya sabía a quien.

Bueno así es como había llegado al territorio de uno de los aliados, al de China precisamente. Todo era muy diferente y agradable, partiendo porque no había nieve. Miró con curiosidad la casa y tocó la puerta.

“Quizás está ocupado…”-pensó mientras esperaba- “bueno, igual tendrá que recibirme ^^”

Al parecer su visita inesperada lo había sorprendido, ¿a quien no? Si llegaba sin el más mínimo aviso.

-Simplemente…no quería estar solo hoy ^^- respondió con una sonrisa amable.

Cerro la puerta tras el una vez hubo entrado el ruso, al cual seguia mirando un poco sorprendido. La verdad es que el no solia ir a visitar a ninguno de los aliados a no ser que fuese por algo urgente.

-Creia que eran mas papeles urgente para arreglar, me alegro que seas tu-aru- Se sonrojo ante lo que dijo, moviendo un poco sus manos, las cuales estaban tapadas por las largas mangas del traje. -Me refiero a que me alegro que no sean papeles-aru

Le miro un momento, viendo la gabardina que siempre llevaba y se pregunto si no le daba calor eso. Mientras hacia esto lo miraba con la cabeza un poco inclinada hacia un lado. Pero pronto se dio cuenta de lo que hacia y volvio a ponerse bien.

-¿Quieres algo para tomar-aru? Voy a la cocina por algo para comer, esperame alli si quieres-aru- Señala la salita de estar. No le importaba que lo acompañase, pero mejor decirle si queria esperar, tal vez no tenia ganas de meterse a la cocina.

Mantuvo su sonrisa gentil, le hizo sentir extrañamente bien que al chino le agradase su compañía, en vez de temerle y temblar en cuanto entró por la puerta, como lo harían otras personas. Al menos parecía que le alegraba que la visita no tuviese como trasfondo algún asunto urgente con papeles y cosas que revisar.

La temperatura del ambiente era muy distinta la de su casa y la gabardina con la bufanda que siempre llevaba comenzaron a acalorarlo, optó por quitarse la gabardina y la sostuvo con uno de sus brazos.

-Gracias, eres muy amable- dijo mirando la salita de estar que le había señalado Yao, para luego entrar y acomodarse en ella.

Se quedo mirando como se deshacia de su gabardina, permitiendo que viese mejor su cuerpo. Era musculoso, debido a tantos años de trabajo. Se veia mas alto sin la gabardina, aunque eso no fuese posible.
Permanecio un rato parado, mirando al ruso, el cual mantenia su siempre sonrisa infantil. Cuando se dio cuenta que llevaba un rato quieto, solo observando al mas alto, un sonrojo leve cubrio su rostro. Miro rapidamente hacia el suelo y junto sus manos bajo las mangas.

-E-esto...voy a traer las cosas-aru. ¿T-te apetece algo en especial? Puedo traerlo si quieres-aru

Esperaba una respuesta del ruso, mientras dio un paso hacia atras para ir corriendo a la cocina. Se avergonzo de sus propios movimientos. Jugaba con los dedos de sus manos, ocultos de la vista del de ojos violetas.

Notó como la mirada del chino se clavaba fijamente en el mientras quitaba su gabardina, no le incomodaba, pero le causaba cierta curiosidad sus acciones y reacciones, como por ejemplo que el repentino sonrojo que cubría sus mejillas de un momento a otro y que a la vez dejaba de mirarlo, ¿por qué?, aún eran cosas que no podía entender con facilidad.

-¿Sucede algo?- preguntó acercándose a Yao -¿Te sientes bien?- sujetó sus mejillas y apoyando su frente contra la del otro.- Estabas sonrojado y pensé que podías estar afiebrado o algo así- explicó el motivo de su acción, apartó sus manos de las mejillas mientras se alejaba un poco de él.-Si te sientes mal podría cuidarte ^^- añadió sin dejar de sonreír de manera infantil.

Cuando noto como Ivan lo cogia de la cara y se acercaba tanto a el, pudiendo notar su respiracion, lo que hizo que lo mirase a los ojos sin decir nada. Solo dejando que su marcado sonrojo, ahora mas debido a la cercania, se hiciese presente entre ellos en ese momento.

-E-estoy bien. No es nada grave-aru- Al ver como se apartaba dejo escapar un suspiro de alivio, y despues escucho lo que le decia. -No hace falta que me cuides, estoy bien-aru- Le sonrio un poco y se fue hacia la cocina, sin atreverse a mirar hacia atras. Pues no le habia dejado tiempo de decir nada al ruso.

Una vez que llego alli se apoyo sobre la mesa, pensando miles de cosas. Se acerco al fregadero y se echo un poco de agua en la cara, para intentar calmarse y bajar ese color rosado de su cara.
Mientras preparaba un poco de te sacaba muchos dulces difenrentes, poniendolos en una elegante bandeja. Intentando ser cuidadoso de que no se le cayese nada.
Cuando todo estuvo preparado lo coloco sobre una bandeja mas grande aun, para llevarla hasta la salita donde lo esperaba Ivan. Se dio la vuelta con las cosas en las manos llegando a la otra habitacion. Las puso sobre la mesa y le señalo una taza de te al otro.

-Aqui tienes-aru- Cogio uno de los dulces, para empezar a comerselo despues junto la bebida. -No se si te gustara, pero es que no tengo otra cosa-aru

Los pocos segundos que mantuvo su rostro cerca del de Yao, pudo sentir el calor que irradiaba de las rojas mejillas, mientras afirmaba estar bien y no necesitar de sus cuidados.

-Me alegro- dijo sin dejar de sonreír- aunque si te siente mal, en serio podría cuidar de ti- agregó, dudando que lo hubiese escuchado ya que rápidamente se había escapado a la cocina, alzó un poco los hombros sin entenderlo, y nuevamente se acomodó en la salita de estar a esperarlo.

No tardó mucho en verlo llegar con una bandeja con dulces y té, ofreciéndole una taza, que cuidadosamente recibió.

-Así está bien, gracias ^^- bebió un poco del té y luego sacó uno de los dulces.

Se remango un poco las mangas, para poder coger su taza de té sin dificultad. Soplo antes de beber, pues aun estaba algo caliente. Su vista volvio a posarse en el ruso. Al parecer no le molestaba tener que tomar otra cosa que no fuese su preciado vodka, lo cual le sorprendio. Pero mas aun le sorprendio que no lo trajese consigo, o al menos el no lo habia visto aun.

-Ivan...me resulta extraña tu visita-aru- Lo miro a los ojos durante un buen rato, mientras hablaba. -¿Seguro que no ha pasado nada malo-aru? Sabes que puedes contarmelo-aru.

Solo lo llamaba por su nombre cuando no habia nadie mas, pues resultaba mas informal. En las reuniones de aliados siempre habia que saber portarse, aunque estas no fuesen del todo serias, (y menos cuando America se ponia a dar alguna de sus estupidas ideas, o Francia intentaba meter mano a los aliados) nunca se llamaban por sus nombres en estas.
Dejo la taza de té entre sus manos, girandose un poco en el sofa para quedar de frente al ruso. El cual parecia estar siempre muy feliz, daba igual la situacion que se diese, nunca lo veia triste. Se preguntaba como podia hacer eso, mantener siempre la misma sonrisa.

-No ha pasado nada importante, simplemente no quería estar solo hoy- explicó con sinceridad, volviendo a repetir lo que había dicho cuando llegó-…por eso pensé en visitarte, Yao- dijo pronunciando lentamente su nombre al final de la frase, para darle también el carácter informal al encuentro.

Miró el dulce que tenía en su mano, lo probó y seguido bebió un sorbo de té, no sabía nada mal, además era bueno variar un poco y comer cosas diferentes. Además el ambiente era relajante, ya que China a diferencia de otros, parecía no temerle y estar a gusto con su presencia (aunque tampoco podía negar que le gustaba que le tuviesen miedo).

-¿Y cómo has estado?, no he sabido de mucho de ti desde la última reunión- preguntó para establecer un nuevo tema de conversación.

-He estado bien, pero con la misma rutina de siempre, ya sabes-aru.- Lo miro sonriente y hablo de nuevo, ya que estaba alli un invitado al menos debia sacar algun tema de conversacion.

-Estuve muy ocupado con el trabajo, viajando de un lado a otro-aru. Aunque tambien tuve tiempo para inventar nuevas cosas-aru.- Saco de quien sabe donde un tamagochi, pero claro, muy distinto del de Japon. Se lo enseño al ruso y con el ceño un poco fruncido le dijo. -Pero Japon me regaño cuando lo hice-aru. Dice que no esta bien copiar las cosas de los demas, no se aun porque lo dijo-aru.

Dejo el aparatito a un lado del sofa y le toco un poco el brazo a Ivan, como intentando llamarlo. La verdad es que le intimidaba un poco la mirada del mas alto, por eso mantenia un distancia con el. Pero habia que ser educado, por lo que mantenia siempre la mirada en los ojos violetas del ruso.
Aun un pequeño sonrojo cubria su cara, sobretodo cuando escucho la forma en que dijo su nombre. No se acostumbraba aun a que uno de los aliados lo llamase asi.

Terminó de beber el té mientras escuchaba a China hablar del trabajo y viajes, algo común en el día a día de los aliados, de pasó le mostró uno de sus nuevos inventos, un pequeño aparatito llamado tamagochi o algo así, no había visto uno como eso antes y menos sabría para que serviría. Observaba atentamente el pequeño aparato, hasta que Yao tocó ligeramente su brazo y desvió su mirada curiosa hacía él.

-Puedo verlo…-pidió sonriente y con voz infantil, al igual que un niño que quiere tener en sus manos un nuevo juguete.- ¿Para que sirve?- preguntó intrigado, estirando su brazo para alcanzar el objeto situado a un lado del sofá.

A veces le sorprendía la capacidad que tenían tanto Japón como China, para crear constantemente nuevos y curiosos objetos, que no dejaban de llamar su atención.

SE echo hacia atras, quedando mas pegado que antes al sofa. Pues al querer ver el otro para lo que servia se inclino, para su gusto, demasiado sobre el.

-Claro que lo puedes ver-aru- movio su brazo como pudo para coger el aparatito y puso los brazos entre ellos. Aun mas colorado que antes, explicando nerviosamente cada una de sus funciones, pero sin mirar en ningun momento directamente al ruso.

La verdad es que le impresionaba bastante que Rusia estuviese siempre tan alegre. ¿Seria verdad? puede que solo fuese su forma de actuar ante los demas.
No iba a negar que Ivan le asustaba muchas veces, pero tambien pensaba que tenian algunas cosas en comun, y de entre todos los aliados era el mas serio. Los demas siempre estaban con alguna tonteria.

No podía entender muy bien las explicaciones que le daba el chino, pues nuevamente lo veía nervioso y evitaba mirarlo a los ojos, eso distraía su atención y no procesaba las palabras que le decía. En más una ocasión apartaba su vista del pequeño aparato para buscar más directamente la mirada del otro.

Intentó pensar en que ponía nervioso a China, además las mejillas de este, seguían rojas, nadie se sonrojaba con tanta facilidad, a menos que lo estuviese intimidando y aún no lo estaba haciendo.

-Estás nervioso- comentó, esperando no interrumpirlo.- ¿Qué sucede?- sujetó sus hombros sin brusquedad, obligando a mirarlo. Mejor era preguntarle directamente, era más fácil que sacar conclusiones anticipadas.

Paro de hablar mirando fijo los ojos violetas del ruso. Nunca se habia fijado bien en estos, pero eran de un color violeta mezclado con un poco de azul, la verdad era que los veia preciosos.
Llevo una de sus manos a la cara del mas alto, acariciandola un poco para apartarle el pelo de los ojos, lo hizo sin pensar, pero cuando se dio cuenta bajo la mano. -Lo siento-aru- Dijo sin mas, pero esta vez no apartaba la mirada de sus ojos.

Al escuchar lo que le preguntaba se puso pensativo, a la vez que se sonrojaba un poco mas. ¿Ahora que le diria? no le podia decir que estaba asi porque sentia algo por el, aunque aun no supiese muy bien lo que era.

-Y-yo...no estoy nervioso, no me pasa nada-aru- Sonrio un poco, consiguiendo asi que solo se notase mas su nerviosismo. Se dio cuenta de ello y junto las manos, esta vez habia sido un poco torpe, le habia demostrado que no era cierto lo que decia. Lo unico es que no se atrevia a seguir hablando, asi que simplemente se quedo callado, esperando que Ivan le dijese algo.

Las suaves manos del chino apartaron el flequillo que cubría un poco sus ojos, pero rápidamente las alejó, disculpándose, sin dejar de mirarlo y negando el que estuviese nervioso, aunque era obvio que si lo estaba. Le tomó una de las manos entre las suyas, acariciándola con cuidado.

-Si lo estás- dijo con un aire infantil, besándole delicadamente sus dedos, ¿por qué había hecho eso?, no sabía muy bien, simplemente sentía que la piel tersa de Yao, le invitaba a probarla. Dejó sus manos y acarició su oscuro cabello, jugando cuidadosamente con uno de los mechones.

No podía negar que tenía cierto tipo de belleza que le gustaba y que en cierta forma quería poseerlo, aunque en otras ocasiones ya había dicho que no se volvería uno con él.

Ante el movimiento que hizo Ivan solo se sonrojo, no sabia porque estaba pasando aquello, pero en ese momento no queria detenerlo, su cuerpo se lo impedia.
La forma en que le beso delicadamente la mano, y como le acariciaba el pelo. Solo apego mas su cuerpo al del mas alto, poniendo su mano libre sobre el pecho del ruso, mientras la otra aun la seguia sosteniendo Ivan.

Siempre le ofrecia que fuese uno con el, aunque el siempre habia contestado de forma negativa. No imaginaba que algun dia estuviese tan cerca de el como en ese instante. La forma en que lo miraba le daba escalofrios, debido en parte al temor, y en parte a unos sentimientos que se entre mezclaban y aun no sabia distinguir muy bien que eran.

No supo en que instante su cuerpo reacciono solo ante tal situacion, acercandose a el por completo, elevando un poco la cara (que ayudado por sus manos, las cuales las mantenia apoyadas sobre el sofa) para rozar sus labios con los de Ivan. Pero sin llegar a juntarlos del todo, solo notando ese aroma a vodka que emanaba de ellos, mirando su cara. La cual podia tener una sonrisa infantil, semejante a la de un niño, o cambiar drasticacmente a una de locura total.
Por eso era por lo que pensaba que era mejor tener cierta distancia con el, y nunca le habia dado una respuesta afirmatiba cuando le decia que fuesen uno.

La distancia entre ellos había disminuido, le sorprendió un poco que fuese Yao quien se acercase, al punto que su rostro en alto logró unir los labios de ambos en un ligero roce, donde apenas se tocaban, pero le bastaba para poder sentir la suavidad de ellos.

Rodeó firmemente la cintura del chino con uno de sus brazos, mientras su otra mano acariciaba la piel de su cuello, situándose finalmente en la nuca para acabar el suave roce e iniciar un beso ansioso, abriéndose paso rápidamente entre sus labios para adueñarse de su boca, recorriendo cada lugar de ella.

Se separó unos pocos segundos para tomar aire, antes de volver a apoderarse de la boca de Yao, le gustaba la sensación cálida de sus labios fundirse con los otros y no solo eso, también en cierta forma que no lograba entender y en el intento lo confundía aún más, le gustaba la persona a la que estaba besando.

Pudo notar como los besos que recibia eran un tanto ansiosos, intentaba responder de un modo parecido estos, pero no lograba que le saliese muy bien. Se mostraba un poco alterado, o al menos la forma en que lo abrazaba posesivamente y recorria su boca, hacian que lo pensase.
No iba a negar que le gustaba bastante todo lo que estaba pasando, pero tambien temblaba un poco solo de pensar que tal y como respondia el otro la cosa no iba a quedar donde estaba ahora. Aunque su cuerpo reaccionaba ante todo aquello, y tampoco el era de piedra, asi pues solo se pego mas al otro, situandose sobre las piernas de Ivan.

Puso ambos brazos rodeando su cuello, haciendo que su cintura rozase levemente contra la del otro. Ante esto un gemido ahogado salio de sus labios, separandose un poco de Ivan para tomar aire, mirandolo a los ojos, buscando tal vez una respuesta a porque pasaba todo aquello. Pero en ese momento de sus labios no salia ninguna palabra, pues hace tiempo que sentia algo por aquel que tenia entre sus brazos, y ahora mas que nunca sabia que le gustaba.
Junto nuevamente sus labios, pues no queria romper aquel momento, solo queria sentirlo cerca de el, en cierta manera queria sentirse deseado, y mas aun por aquella persona que lo abrazaba de manera tan posesiva.

Con sus manos situadas en la cintura del chino y sin apartar sus labios de los otros; pues aún no deseaba terminar con el beso ansioso, lo ayudó a acomodarse en sus piernas para tener una mayor cercanía de la que ya existía, pudo notar que Yao tenía un cuerpo liviano, ya que no sentía gran peso encima. Un poco antes de separar sus bocas, logró acallar un ligero jadeo, provocado por el roce de la cintura del otro contra su cuerpo.

-Yao… ¿cuándo aceptarás ser uno conmigo?- preguntó con voz suave y amable, mirándolo a los ojos que también lo observaban, como queriendo buscar una respuesta.

Sin darle tiempo para decir algo, sus labios se buscaron para besarse nuevamente, mientras sus brazos lo tenían atrapado de forma posesiva. No se sentía conforme con solo besarlo, también quería probar centímetro de la tersa piel del chino, acariciar hasta el último rincón de su cuerpo y oírlo gemir su nombre embriagado de placer.

Dio por finalizado el beso para tomar aire, su respiración estaba un poco más agitada de lo normal, a la vez que sus manos se colaban entre las ropas para acariciarle la espalda, en cambio su nariz aspiraba el aroma cuello, para luego dejarle el espacio a sus labios que repartían besos en aquella zona. Levantó un poco su caderas para repetir el roce entre ellos, rasguñándole con suavidad la piel de la espalda que anteriormente acariciaba.

Justo cuando iba a responder la pregunta del mas alto, este se acerco de un rapido movimiento, juntado de nuevo sus labios, ante lo cual no dejo lugar para responder.
Unos instantes mas tardes sintio como los suaves labios de Ivan besaban la piel de su cuello. Echo la cabeza un poco hacia el lado, dejando mas espacio para que siguiese con aquella tarea, pero al notar como sus dedos le arañaban suavemente la espalda, sobre la cicatriz, un escalofrio le recorrio, el cual se intensifico al notar como el ruso movia de nuevo su cadera para hacer mayor los roces entre ellos.

Solo jadeaba ante las caricias que recibia. Entonces fue cuando recordo de nuevo la pregunta que hace poco le habia formulado. Lo miro a los ojos, de una manera que nunca antes lo habia hecho con nadie.
En ese momento sobraban las palabras, asi que solo imito lo que el otro le hacia, y colando una de sus manos bajo la camisa de Ivan empezo a acariciar su cuerpo, puede que con eso hubiese entendido lo que queria responderle, pero no estaba muy seguro si con eso bastaria. Se puso rojo de nuevo, al pensar lo que diria. -Seamos uno ahora-aru-

Estaba tan avergonzado ante sus propias palabras que no se atrevia a mirar al ruso. Sus manos continuaban dentro de la ropa, pero no seguian ningun movimiento, mientras su mirada estaba baja, sin atreverse a cruzarla con la mirada violacea.

Yao lo miraba de una manera un tanto extraña, incluso más que extraña le parecía especial, al igual que ese mismísimo momento. Solo se limitó a abrazarlo un poco más, dejando que sus dedos hicieran un suave masaje por la columna.

Fue como una sorpresa que le arrancó uno que otro suspiro bajito, cuando las manos del otro se adentraban bajo su camisa y lo acariciaban, de una manera suave y bastante agradable, que su cuerpo se estremecía ligeramente. Había comprendido que a estas alturas ninguno estaría dispuesto a detenerse y continuarían hasta el final de la situación obvia para ambos, que estaba por venir. Por su parte cumpliría su deseo de hacer suyo al chino.

Si bien en ese momento las palabras no eran necesarias, no podía negar que aún así le gustó escuchar que la aceptación de su propuesta venía de la propia boca de Yao, que de cierta forma alimentaban su ego, no estaba mal, todos necesitan subir de vez en cuando su autoestima y hay diferentes maneras de lograrlo, en su caso era al ejercer dominio sobre otros, más si se trataba de quien tenía sentado en sus piernas.

Buscó con su mirada los ojos oscuros de Yao que parecían no querer mirar los suyos, no fue difícil saber que era a causa de lo avergonzado que se encontraba, acercó sus labios al rostro de este para robarle nuevamente un beso, mientras sus manos intentaban con un poco de torpeza quitarle la ropa que le cubría el torso.

Se estremecia ante las caricias que recorrian su espalda, haciendo que jadease suavemente pegandose mas al cuerpo del otro; lo cual lo facilito bastante debido a los fuertes brazos del ruso que lo atraian mas hacia el.

No se dio cuenta cuando el otro se acercaba a el para robarle un beso, pero esto hizo que elevase un poco su cuerpo para llegar mejor a los labios, respondiendo el beso de forma apasionada pero timida a la vez. Empezando a sacar las manos para ayudar a Ivan a sacar su propia ropa; puso ambas manos sobre las ajenas, abriendo los botones de su traje chino, de manera que el mismo pudo comprobar la temperatura de su cuerpo, dejando que pequeños gemidos acabasen en la boca del mas alto.

Rapidamente su traje cayo sobre las piernas del otro; paso los brazos por el cuello, besandolo de nuevo, acariciando el pelo de su nuca y parte de su espalda, mientras los roces se hacian cada vez mas presentes, haciendo que las ropa se volviese molesta. Paso una mano hacia delante para desabrochar la camisa, lo cual le resultaba dificil, pero aun asi seguia intentandolo.

Fue fácil quitar la ropa ajena, más si el dueño de ella lo ayudaba en el proceso, dejando caer el traje en sus piernas, que tomó y lo dejó a un lado. En ese momento hasta sus propias ropas comenzaban a ser un estorbo, para su suerte, el chino se daba cuenta de ese detalle y de forma un poco torpe intentaba desabrochar su camisa, acercó sus manos para ayudarlo y quitarla lo más pronto posible.

Observó cada detalle del cuerpo que tenía junto a él, era delgado y tenía una piel bonita, que no resistió a probar, posando sus labios en uno de los hombros, lamió con lentitud y mordió ligeramente. Mientras sus manos trazaban un camino que iba desde el pecho; rozando los pezones con sus dedos, luego dibujando la cintura hasta llegar al vientre.

Tanta cercanía comenzaba sofocarlo cada vez más, pero no era algo que le molestase, ya que generalmente el frío era lo único que lo rodeaba y este tipo de calor era aún mejor para él que el del sol que derretía la nieve con facilidad. Llegó a sentir que Yao lograba el mismo efecto en él, de derretirlo, llegando a sentirse débil, al considerar por un momento que su compañía era necesaria, para dejar de estar tan solo.

Se sonrojo mas al observar como lo miraba el ruso, detallando su cuerpo, delineando cada rincon de este con su mirada. No podia creer que ese momento se fuese a realizar nunca, pues era bastante extraño estar asi, ya que normalmente las unicas veces que lo veia era en las reuniones de aliados, y no precisamente de aquella forma.

Encogio sus hombros ante el mordisco, dejando escapar un suspiro que choco contra el oido del otro, haciendo que su calido aliento tuviese un agradable contraste con la piel fria de Ivan. Esta diferencia hacia que temblase un poco, aunque poco a poco iba notandose cada vez menos, pues la temperatura del mas alto empezo a elevarse, al igual que la suya.

Su cintura se movia de manera sutil, pero lo suficiente como para crear esos roces que tanto pedian ambos cuerpos. Terminando de manera rapida de desabrochar la camisa ajena, paso sus calidas manos por los hombros, para intentar quitarle esa prenda, quedando asi ambos solo con los pantalones y los zapatos.

Busco de nuevo los labios que lo besaban con tanta pasion, elevando un poco su rostro para llegar sin problemas.
Al igual que Ivan, bajo las manos por su cuerpo para llegar al pantalon, acariciando su cintura y sus abdominales, esperando que fuese el quien diese el primer paso para continuar con aquella sucesion de caricias y besos.