Una tarde en Central Park.... (Privado y no se si advertencia!! O_OU)

Era una tarde soleada y Rusia se encontraba sentado en una banca junto a un árbol que le brindaba sombra, se sentía tan a gusto en ese lugar. ¡Era tan diferente a su casa, New York en verano en verdad era cálido! Pero no podía sacudirse el sentimiento de ansiedad que crecía en su pecho. Fue idea de América, no podría dejarme así. Se justificaba. ¿Pero y si me está jugando una broma y no se presenta?.
Días antes el americano le había invitado a su casa, ya eran nuevos tiempos no siempre se quedarían con los problemas de las guerras. Era hora de construir buenas relaciones.Por eso había aceptado la invitación, el tambien quería compartir con Alfred (aunque nunca se lo dijera a la cara). Pero no podía dejar de pensar: ¿Y si no viene?


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Sinceramente a mi tambien me gusta mas los rapidos! siento que hay más dinamica!

-A-America- Tartamudeó el Ruso, por la sorpresa que le causó la repentina presencia de Alfred. Contemplando el atuendo de America maldijo para sus adentros el haberse vestido tan formal para esta reunión.Un poco sorprendido y sonrojado al ver que, al parecer todo le quedaba bien al rubio. Claro, obviamente este encuentro le daba igual a su ex-enemigo, sintiendo enojo y rencor creciendo en su pecho dijo: -Ahh, si... Tu ciudad es muy cálida y viva, pero tu comida no sé- Le echo un vistazo a las donas glaseadas y agregó con una sonrisa: -No quiero subir de peso mientras estoy de visita-

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me encantó la playera de "I <3 NY" es taaan alfreeed!!
No hay problema asi de largo esta bien tambien para mi!

¿Como le era posible a Alfred mantener esa sonrisa siempre? Se había preguntado Ivan desde que había conocido a America, cuando habían sido aliados, cuando peleaban en guerras; el "héroe" siempre conservaba esa sonrisa. Y por alguna razón le hacía sentir más calidez, si eso era posible. Nunca le había tenido envidia alguna al americano, Rusia era un país grande y lleno de cultura y poder, Pero esa habilidad para sonreir tan fácilmente, tan calidamente era lo que alimentaba el odió que Ivan alguna vez había sentido por America, esa habilidad de hacer sentir a los demás simpatía y amistad.
-No sé, America, ¿Que es lo mejor que puede ofrecer tu ciudad?- le contestó esbozando una pequeña sonrisa y aceptando las donas de colores llamativos.

No se había percatado de lo cansado que se veía el rubio hasta ese momento, notando como sus ojos color cielo se veían que estaban a punto de cerrarse; todo disimulándolo con una brillante sonrisa y una voz entusiasta.
-¿Que te parece un carro tirado por caballos, Alfred~?
Le contestó con una voz niñona siguiéndole el paso rápido al americano hacía dicha cafetería.
Siempre le habían gustado los animales, eran obedientes.
-¡Pero dime que habrá vodka~! No quieres ser un mal anfitrión, ¿Da?

El abrazo lo había dejado desconcertado, nunca se había acostumbrado al repentino contacto humano. ¿desde cuando se había hecho mejor amigo del ególatra de América?. Alejandose un poco del rostro del ojiazul; y odiando el poder que el otro estaba teniendo sobre él, pues la calidez que el otro irradiaba, se estaba volviendo adictiva.

-De acuerdo Alfred- Dijo acentuando más el nombre humando del país, -Muéstrame de que esta hecha tu ciudad- Dicho esto, se alejo de él saliendo del starbucks; Sus jefes le iban a pagar caro por esto: "Buenas relaciones internacionales" habían dicho. Y mirando al cielo interminable suspiró.

Se sorprendió por el grito entusiasmado de Alfred. Pero tenía razón, la vista era maravillosa. Como el firmamento interminable contrastaba con el magnifico verde que se pintaba en la flora. Era simplemente...magnifico.
Cerró sus ojos mientras Sonreía por primera vez, sin ninguna presión, sin ninguna obligación, solamente por el hecho estar ahí; sentado en ese carruaje mientras el sol cordialmente entibiaba su rostro.
Inmediatamente pudo recrear su deseado campo de girasoles, tan grande que no se podía divisar el final de aquella radiante pradera.
Era tan real, tan perfecto; podía oír el rose de los hermoso pétalos, la fragancia deleitable despedida por cada flor.
Abrió sus ojos:
-Alfred-Dijo llamando la atención del entusiasta país: -Puedes llamarme Iván-
Y con eso reclamó las dos botellas de vodka que el estadounidense le había obsequiado.

Alfred no había parado de hablar desde que empezó el paseo, unas cosas las entendía, pero cuando el "héroe" empezaba a pronunciar vocablos en inglés; Iván se sumergía en sus pensamientos nuevamente. Cuando América llevaba rato sin decir una palabra, un desconcertado Rusia le echo un vistazo al otro país que ahora dormía pacíficamente. Nervioso de no saber como proseguir palpaba intranquilo el grifo que descansaba en sus manos.

El ahora país durmiente le había asegurado que eran amigos ahora, además sus acciones hablaban más que mil palabras. Y.....

-¿Los amigos se gastan bromas, verdad?-Susurró para él mismo. Atento que el conductor tuviera su completa atención en la carretera delante de él; Posó su mano sobre la pierna de Alfred, atento a cualquier movimiento viniendo de él. Deslizando lenta e inquisitivamente su toque hacia arriba.

No pudo evitar reírse al ver que su acompañante se había engullido un insecto, Al parecer América sí es capaz de atiborrarse con cualquier cosa, Pensó con una sonrisa plasmada en su boca.

Con cuidado guardo silencio atentó a que Alfred no se despertara.
Para su sorpresa el otro país se había movido en busca del toque de Iván, lo cual él lo tomo como una invitación.
Muy lentamente subió su otra mano al rostro de América, acariciando su suave y rosácea mejilla, dibujando pequeñas formas aleatorias con su pulgar. Disfrutando el contraste de temperaturas entre la cara del ojiazul y el toque frío de su mano.

No satisfecho con sus ministraciones en el semblante de Alfred, movió su mano rozando sus dedos con los labios suaves del rubio; trazando los bordes de aquella tentadora boca.

Iván dio un sobresalto al percatarse donde estaba su, ahora antiguo, acompañante.
Se rió fuertemente sintiendo el carruaje detenerse, esperando por Alfred.
Empezaba a dudar que este era el mismo América con quien había rivalizado todos estos años.
No había notado lo exageradamente despistado que este país era, pensaba que lo hacía a propósito dejando como arma secreta el elemento sorpresa, ahora simplemente era evidente que Alfred en serio "seguía siendo un niño", en palabras de Inglaterra.

Se salió de dicho transporte, dando grandes pasos, cerrando rápidamente la distancia entre él y América. Situándose en frente de él, llamando la atención de los ojos color cielo de Alfred.
Le sonrió y sujentandole del brazo lo levantó. Subiendolo a su hombro dejando caer la cabeza del americano sobre su espalda mientras Rusia sostenía la espalda baja de este con su mano derecha.

La reacción del americano era muy adorable y la manera en que sus mejillas se pintaban de un color tenue carmesí. America siempre le había parecido de los países más atractivos pero nunca "adorable".

Esta era un nuevo rostro de Alfred y Rusia pensaba que podía ser divertido ver adonde podía llevarlo esto. Subieron los dos países otra vez al carruaje, Iván colocando a Estados Unidos en el asiento que no hace poco había estado ocupando.

-Jajajajaja- Porqué tan nervioso Alfred, fijo sus ojos en las azuladas orbitas de el otro. Acercandose, sintiendo el aliento del rubio sobre él. -¿No me digas que te gustaría tener razón?-

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Dejó salir una risilla entre dientes -América, quien lo diría puedes ser lindo algunas veces- Dio un golpecito suave en la cabeza del americano. En verdad, el rojo pintaba bien en Alfred, pero si bien no era sangre, se podía conformar con lo que más se le acercara.

-¿Novio? mmmmm déjame ver- Dirigió su mirada al cielo, simulando hacer cuentas para burlarse un poco del rubio (los viejos hábitos nunca se quitan) -Te equivocas Alfred- Dijo riéndose infantilmente. -No tengo a nadie...- Terminó diciendo haciendo pucheros con su boca.

Sabía lo que había querido decir Estados Unidos, a diferencia del hombre junto a él, Iván si sabía leer la atmósfera. Pero no se daría por vencido. Había algo del rubio que lo llenaba de curiosidad, ¿su sonrisa? ¿sus ojos? ¿Su voz? ¿Su cuerpo? O simplemente era todo. ¿Quién sería Rusia si en algún momento se hubiera rendido? Siguió viendo fijamente a Alfred, atento a cualquier acción del americano.

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Claro! sigamooooos!~ real life´s always a bitch anyways!! xDDD

"La libertad es más divertida, eh?" Pensaba Rusia, un desafío era lo que el más alto necesitaba en este momento y eso era lo que iba a conseguir con Alfred. Decidió dar un paso atrás por este momento, no quería asustarlo; Sino, saldría corriendo, como un conejito. Iván había oído a Japón haberse referido a Alfred llamándole "Usagi" y cómo convenientemente América se hacía llamar "USA". "Supongo que no hay otra manera de ver a Alfred" Dejó salir una pequeña risa por la broma no hablada.

"Acción Física?" ¿De que estaba hablando Alfred? Esas palabras de verdad que podían tener un significado completamente diferente. Honestamente, dejen a Alfred F. Jones no tener idea de lo que "selección de palabras" significa. Pero por más que fuera capaz de llegarle a los nervios a practicamente todo el mundo, era una característica que lo hacía más adorable. "Como un conejo"- Pensó Iván; Oh, y como le encantaban los conejos.

Se puso de pie, imitando lo que el americano había hecho hace rato y dijo: -De acuerdo América, y como dicen en tu tierra: Lead the way~- Dijó con un pesado acento, confiando en las pocas palabras que sabía de otros idiomas.

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jaja no te preocupees~ *igual le pasa seguido porque deja todas las cosas a ultima hora* ^^U

¿Hot dogs? Había visto a América abarrotarse con esa clase de comida y sinceramente no se lo apetecía en lo más mínimo. "Pero como dicen: en Roma has como los romanos..." Lo único que Rusia podía hacer era esperar que no fuera tan grasoso como lo demás que el americano comía.

Enfocó su atención en otra cosa que no fuera la comida; Vió su mano donde sostenía el obsequio del rubio. Seguramente a Alfred no le agradaría que tomara en medio de su "tour". Pero no perdería nada con preguntar ¿verdad? Además, por algo que América era famoso no necesariamente era ser "formal".

-Oye, Alfred- Hizo una pausa esperando la atención del país con ojos color cielo. ¿Que dices si estrenamos tu obsequio, Da?

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Hot dog con vodka, no hay nada mejor que eso! ;)~