Los prusianos no cuentan cuentos [Privado Rusia]

—Jodido muro —masculló apoyado en el marco de la ventana.

Ya era demasiado tiempo para el albino, no soportaba el tener que despertarse cada mañana sabiendo que eso estaba ahí en medio. Todo por culpa del maldito ruso...

Le entraban ganas de golpear sin fin ese muro hasta que cediera de una jodida vez, sin importarle el daño que se hiciera a sí mismo.

Sólo quería volver a estar con su hermano, ¿era mucho pedir o qué?

Y siempre estaba ahí, en el mismo lugar y a la misma hora todos los días, mirando a través del cristal.

Apoyó la frente contra él, suspirando, de brazos cruzados. Una simple palabra le bastaba para saber que él estaba bien, solamente quería eso en ese mismo instante. Sólo saber que no estaba sufriendo tanto o más que él. Si precisamente había accedido a ir con el ruso, era para que su hermano fuese feliz y no estallara otra guerra que acabara en algo muchísimo peor.

Tan sólo eso...

...

Rusia dirigió una mirada atraves de la ventana: Ahí estaba Prusia otra vez golpeando y lamentándose a los pies del gran muro de Berlín, todos los días pasaba ahí. Aunque Iván no podía evitar sentir algo de satisfacción.
Había algo del peliblanco que le encantaba, pero lo que más deseaba era verlo desecho, roto sin remedio.

Salió, acercandose paso a paso a la gran pared y le dijo:
-Ne Prusia, ¿extrañas mucho a tu hermano, da~?- le custionó ni siquiera intentado parecer preocupado. Solo para llamar la atención de Gilbert y poder ver esos hermosos ojos carmesí llenos de preocupación y desesperación. Como le encantaba poder dominar las emociones del prusiano, poder dominar TODO del prusiano.

Habría seguido allí eternamente de no se por la presencia de Rusia, ahora delatada cerca gracias a su voz. Gilbert se tensaba de solo notarlo. Le odiaba, mucho y profundamente, le tenía aversión. No tenía nada que ver con la ideología puesto que eso tenía que olvidarlo.

Simplemente le odiaba y le metería un tiro por cierto sitio si pudiera, solo por haber separado a su hermano de su lado.

Se giró para mirarlo con desprecio, sin ocultarlo siquiera, fulminándolo con los ojos, destellando fuego rojo por ellos.

—Eso no te importa—casi escupió— y piérdete, no te quiero ver…

Pero antes de que le contestara, echó a andar a grandes zancadas para alejarse de él. No lo soportaba, cuanto más lejos estuviera del ruso, mejor.



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aads siento la demora TwT