Re: Delicious! (Privado)

por **.:| United Kingdom |:.** Lun Mar 19, 2012 7:44 pm

Cerró los ojos. Tenía que concentrarse en la conversación que tenía con el americano, aunque ya le empezaba a doler la cabeza. ¿Eso significaba que estaba en estado irritable otra vez? Quiero irme ya... Posiblemente la idea de vengarse de su compañero podría posponerse para otro día... ¿Qué pasaría si su sarta de mala suerte en el día no pararía y las cosas solo podrían ponerse peor? ¿Si tentaba mucho a la suerte, moriría? ¿Cómo aseguraba también que en su casa estaría mejor que donde estaba ahora? Al menos tendría una cama para descansar. O a lo mejor.... a lo mejor su suerte vuelva a dar un giro de 180° y sea tan maravillosamente color rosa.

- ¿Fantasma? - abrió un ojo alzando una ceja confirmando lo que escuchó de Alfred - Oh, no, no.... es el hom-- - detuvo al instante la respuesta. ¿Tenía que darle explicaciones a todo? Seguro y empezaría a burlarse y molestarlo como "embajador erótico". Dio una fugaz mirada a comprobar al sujeto mayor de antes... aun seguía observándole fijo... lo odiaba - --d-dolor de hombro por el accidente de antes, en el baño - apartó la mirada diciendo apresurado una mentirilla - no son tus asuntos. - Concluyó frío y cortante con aquel tema. ¿Si olvidaba el asunto entonces sería como si nunca pasó, no? - Por cierto... - inclinó su cabeza ligeramente a un costado con una sonrisa pícara y altanera dibujada en su rostro - ...me llamas viejo, pero yo creo que la experiencia es lo que más importa en el momento de seducción. Siendo un chiquillo del tipo bruto y que no lee el ambiente podría asegurar que no tienes experiencia alguna... y si la tuviste, debió ser bastante penosa. - Soltó una risilla burlona y sarcástica.

Claro que no se trataba de celos, era más... hmmm ¡Hacerle pasar un momento incómodo al idiota de Estados Unidos! ¡Eso! Siempre tan creído y orgulloso desde su independencia... no podía desaprovechar la oportunidad de hacerle bajar de sus nubes por mínima que pudiera ser la cosa. Seguro su cabeza debe estar llena de oxígeno y por eso nunca se da cuenta de su alrededor. Y ¡Oh la casualidad! Al dar vuelta para ver el mostrador, observaba que la señorita de hace un momento arreglaba en una bandeja los pedidos que el americano había hecho. La pobre hacía un gran esfuerzo para ordenar los cubiertos, postres y café como en mismo juego de tetris de manera que no se le cayeran a mitad del recorrido, además que caminar con los tacones 9 que traía... lamentable.

Dirigió una vez más su mirada al americano con la misma sonrisa soberbia... buscaba provocarle ese bichito tan grande suyo de la competitividad - Hmph~ aunque seguro siendo con lo infantil que eres, primero te arrojarás a lo bestia a la comida - se inclinó hacia la mesa, la mano del brazo que se apoyaba en la mesa ahora soportaba su mentón con los nudillos. - Pero claro, si lo que en realidad quieres es refutarme y demostrar que estoy equivocado... - la joven camarera, en un digno equilibrio capaz de ser admitida en un circo, trajo la bandeja con todas las órdenes para aquella mesa. Empezó colocando el café, luego los waffles, después... - ¿Por qué no me muestras ahora mismo cuan "hábil" puedes ser con ello? -

por **Hamburger** Mar Abr 03, 2012 6:56 pm

Mostró una sonrisilla divertida cuando escuchó las palabras del inglés, las cuales las viera como las viera solo podía interpretarlas de una manera... ¡Esto prometía ponerse divertido! Apoyó los brazos sobre la mesa y acercó ligeramente la cabeza, mostrando un claro interés por lo que el otro le decía. Eh, parecía que si lo intentaba, incluso Arthur podía decir cosas divertidas o interesantes de vez en cuando... ¡Un evento tan extraño como ese no podía ser desperdiciado! Aunque realmente ese comentario fue un golpe bajo, a pesar de que no debía dejar que se diera cuenta de ello, ¡bajo ninguna circunstancia! ¡Sus experiencias eran...! ...¡Habían sido...! ...¡En su mente...! ¡Tenía cosas más importantes que hacer que comportarse como un viejo pervertido!

- Oh? ¿Eso es un reto? -Aumentó su sonrisa ante las palabras de Arthur, para luego desviar por un momento la mirada hacia la camarera que comenzaba a colocar su pedido sobre la mesa. ¡Bien! Puede que se estuviera muriendo por probar aquella comida pero sin duda ahora eso no era lo importante. ¡Lo importante era demostrarle a Arthur que se equivocaba! No por nada habían tantas personas que deseaban tener un romance como en sus películas. Puede que quien dijera que no sabía sobre el amor o esas cosas no estaba del todo equivocado, pero... ¡Él podía seducir! ¡Al más puro estilo americano!

Y así era su estrategia. Se colocó en la silla de manera estratégica para empujar con la mano, casi naturalmente, la cucharilla, la cual se deslizó por la mesa para caer con un agudo sonido al suelo. Observó el rostro de la chica un momento y bajó la mano para recoger su cubierto justo en el momento ideal, ¡todo estaba perfectamente calculado! Cuando tomó la cucharilla de metal, se aseguró por supuesto de que rozara la mano de la camarera. ¡Sí! ¡A partir de este punto, todo lo demás era dejar que las cosas siguieran su ritmo natural~! Y por supuesto, al seguir su heroica y perfecta estrategia, lograría que la camarera se quedara tan embelesada por su brillante personalidad, que Inglaterra jamás podría atreverse a negar su estilo en la seducción.

- Ah! Excuse me... -Sonrió ligeramente mientras levantaba el cubierto, siempre agarrando la mano de la chica... Ugh, ahora que se fijaba tenía la piel algo áspera y era un tanto desagradable- Um... ¿Taylor? Such a beautiful name~ -Sonrió ligeramente después de comprobar el nombre de la camarera en el pequeño carnet que tenía con su información. Aunque realmente ahora mismo todo lo que quería era girar el rostro para ver cómo reaccionaba el inglés a todo aquello, ¡sin duda debía estar tragándose sus palabras ahora mismo! Y sin duda, todavía faltaba el toque mágico~ ¡Una seducción de película, marchando!- Te sonará extraño, pero me recuerda a mi madre... -Oh sí, el tono de la faceta trágica siempre funcionaba en las películas, ¡así que era oro puro en la vida real, según su heroico razonamiento! Sin apartar la mano de la áspera piel de la camarera, se levantó para crear mejor ambiente... Aunque aquellos tacones tan altos incordiaban mucho, la hacían ver casi de su altura, ¡y aquello no era bueno!- Era una pobre mujer solitaria que nos crió a mi hermano y a mi... Tenía pocos recursos y casi siempre nos dejaba solos para atender otros asuntos, pero era una buena madre... Aunque hoy en día está ya muy anciana y no es más que una vieja gruñona y malhumorada... Creo que la pobre incluso sufre alucinaciones de vez en cuando... -Negó con la cabeza en un gesto dramático- ¡Siempre decía que esperaba que encontrara a una chica llamada Taylor, porque así se llamaba su hermana, para que me casara con ella~! ¿Tal vez es cosa del destino? -Sonrió levemente, y dirigió una mirada a la cafetería- Ah, creo que ya te he molestado lo suficiente con mis cosas... ¡Tendré más cuidado la próxima vez para no tirar la cuchara, haha~! -Y dicho esto, guiño un ojo a la camarera y volvió a recostarse en su asiento, dejando el cubierto sobre su mesa y soltando una sonrisilla. ¡Su victoria estaba servida! Observó a Arthur con un claro gesto de superioridad- ¿Y bien? ¿No ha sido genial? Me pregunto si podrías siquiera tratar de hacer algo tan bueno~

por **.:| United Kingdom |:.** Lun Abr 16, 2012 8:59 am

- ........... - Realmente, era algo para quedarse sin palabras, y no por algo que hubiese hecho bien, sino.... ¡¿En serio?! Al ver la sonrisilla de pseuda-victoria en el americano después que la señorita se fuese no pudo evitarse palmear su rostro y sentir vergüenza ajena. Menudo idiota está hecho. ¿Reír o rabiar? Gran dilema en el cual se sentía metido Arthur.

Desde el momento que intentó llamar la atención de la joven ¿Qué clase de principiante usaría un truco tan trillado para buscar contacto con una mujer? Seguro y esa pobre chica ya se esperaba algún tipo de piropos o tal vez alguna manoseada depravada de sus clientes; es lo más común que se puede esperar de alguien que arroja cucharas para agachar a una camarera. Aunque... no notó a la camarera del todo incómoda por ser buscada por el americano, es más, casi hasta le pareció que ella quería ser coqueteada por él ¿Será su aspecto? Si bien Alfred es un chiquillo estúpido, no quiere decir que no sea atractivo, posiblemente hasta popular. Me desespera tanto esa sonrisa.

Pero ya, en serio... ¿Y qué fue con eso demás? Hasta donde estaba repitiendo frasesillas de chiquillos piropeando otras niñas tal vez resultaría.... pero... ¡¿Recordarle a su madre?! ¡Casi le parecía estar observando una de esas malas películas de romance americanas! Y cuando decía "malas" era por terrible, desastroso y vergonzoso. Ohh cuanto deseaba en ese momento haber soltado una carcajada en ese momento. Más gracioso fue aun ver el rostro de la camarera, que se transformaba de una como si dijera "he encontrado a mi príncipe~" por otra de "...no, solo un idiota más" ¡¿Pero también quién en su sano juicio compararía a una dama, en pleno cortejo, con una mujer vieja, amargada, gruñona y paranoica?! Claro, tenía que ser él. Y como si fuese poco... ¿Su madre? ¿Qué madre? No, no... ¿Estaba mencionando la palabra "casarse" en el primer cortejo? ¡¿Matrimonio?! Sin duda, para cuando Alfred estaba en aquel momento del discurso, el inglés, en cierta forma, se identificó con el épico rostro de la joven camarera... That kid. Con eso seguro la señorita o creía que le estaban tomando el pelo o estaba de tan mala suerte de tener de cliente a un tarado. En fin, tenía la corazonada que no la volverían a ver para pedirle la cuenta. Sintió un poco de pena y culpa por ella...

Retiró su mano del rostro y negó con la cabeza aun incrédulo de lo que acababa de suceder, soltando un amplio suspiro - That was joke? - Dio un rápido reojo al mostrador para comprobar si la tal Taylor seguía allí... ya no estaba. Redirigió su mirada al americano. Esa misma era la postura que solía tener cuando sentía tener la razón y no cambiaba de parecer ni siquiera si los cerdos volasen... such moron - Siento hasta pena por ella. -

Vio en la mesa las cosas que antes habían sido puestas. ¡Ah, su pastel! A penas logró identificarlo lo cogió hasta acercarlo hacia sí y luego atacar aquella tarta de manzana con su cubierto, claro, refinado y gentleman como era de su costumbre. - Tenía la corazonada que serías malo, pero eso ha sido superar mis expectativas... - llevó la pequeña porción de dulce a su boca y masticó antes de continuar hablando - De haber sido mi hermano menor por más tiempo este tipo de cosas no pasarían, tsche~ - se recostó nuevamente en el respaldar del asiento, cambiando de pierna que se cruzaban una sobre otra. - Puedo mostrarte que soy mucho mejor en eso que tú, aunque supongo que no será hasta que regrese aquella miss... "si es que" regresa - remarco ese "si es que" claramente. De ser él aquella chica no regresaría aun si supiese que le pagarían extra por el servicio, de hecho, además abría salido de aquella escena diciendo algo muy mordaz. ¿Y si ella lo comentaba luego a sus compañeras? Entonces tal vez y hasta el próximo en venir a atenderlos sería un hombre. Pffff...

por **Hamburger** Vie Abr 27, 2012 12:07 am

Su sonrisa triunfante no se apartó ni por un solo momento de su rostro mientras esperaba a escuchar la reacción del inglés, con los brazos cruzados y una sensación de superioridad. Si cualquier cazatalentos le hubiera visto, ¡ya sería el actor más famoso del mundo! De seguro que aquella muchacha se había quedado impresionada por su técnica... ¡y más debería de haberse quedado Inglaterra! ¡Ya no podía volver a decirle que era un niño, si sabía tratar tan bien a las damas~! Estaba esperando escuchar un suspiro de admiración, unas palabras que admitieran que era la persona más heroica del mundo y que estaba equivocado, por lo que no cambió su posición ni por un solo instante... Por supuesto, hasta que el inglés respondió a los heroicos actos que Alfred acababa de demostrar. Frunció los labios y alzó una ceja, mirando al otro como si de verdad estuviera... Más loco de lo que ya estaba.

- Eh? ¿Pero de qué estás hablando? ¡Se ha quedado encantada conmigo! ¡Solo tenías que mirarle los ojos para que vieras lo cautivada que la dejé! -Se cruzó de brazos, recostándose en su asiento, mientras miraba al otro. ¡Ni hablar! ¡Cuando él tenía una opinión, esta opinión era la decisiva! ¡Y no admitía contradicciones de ningún tipo! Muchísimo menos de Arthur, por supuesto. Miró los platos que la camarera había dejado sobre la mesa y agarró su tenedor para partir un poco del gofre que había pedido y metérselo en la boca, masticando enfuruñado- Well, then... -Por supuesto, hablaba mientras masticaba- I dare you to do something better -Sonrió al tragar, volviendo a la actitud de antes. ¡Si tan mal lo había hecho, que el "maestro" le demostrara cómo se hacía!- Pero tendrá que ser con otra camarera, ¡y a esta la elegiré yo!

Dicho esto, y masticando un trozo de una de las tortitas que tenía en un plato, se levantó de la mesa para observar a todas las camareras que se dirigían de la barra a la mesa, de la mesa a la cocina, de la cocina a la barra, de una mesa a otra mesa... Trató de elegir perfectamente a su objetivo. Ah, pero cada vez que estaba a punto de señalar a su víctima y decirle que se acercara la mesa porque querían pedirle algo, de alguna manera, se detenía. Aquella tenía los pechos muy grandes, y sin duda alguna el pervertido reprimido del inglés no podría apartar la mirada. Ese pensamiento le molestaba. Aquella otra, sin duda tenía el cuerpo de una modelo, y era bastante guapa, y puede que si tenía éxito, cosa por supuesto muy dudosa, le interesara quedarse con su teléfono... Ese pensamiento sí que le molestaba. De alguna manera, a todas las camareras que veía, ni siquiera las señalaba como objetivos, inmediatamente las rechazaba porque, de alguna manera, ahora parecía que todas eran un potencial generador de pensamientos molestos... Que le creaban una extraña sensación en el pecho que desde luego no quería experimentar.

- ¡Está bien, me apiado de ti! -Suspiró, sentándose de nuevo en su sitio, tras haber marcado como nulas a todas las camareras de la cafetería- Solamente porque siento pena de ti y del enorme ridículo que vas a hacer intentando ser mejor que yo... ¡te dejo elegir! Aunque eso no cambiará nada, sin duda~~ -Volvió a reír como siempre hacía, negando con la cabeza- Ah... pero.... -Su tono cambió un momento, durante un segundo que su mente le dijo algo, que no quería volver a sentar esa cosa al imaginarse a Arthur teniendo éxito y realmente encandilando a la mujer que eligiera...- ¡Hay una regla muy importante que no debes romper bajo ninguna circunstancia! Si llegaras a tener éxito, cosa que no sucederás, no puedes quedar con la chica ni llamarla, OK? ¡Es muy importante! -Volvió a tomar un trozo de comida y a metérselo en la boca- Así que, veamos cómo lo hace "el maestro~"

por **.:| United Kingdom |:.** Mar Mayo 15, 2012 8:28 am

Solo soltó un suspiro de aburrimiento cuando el de gafas se levantó de su asiento muy entusiasmado como niño eligiendo que juego subirse en Disneyland, después de declarar que ÉL eligiría que señorita sería su próxima víctima en su pequeño y ridículo juego. ¿Por qué elegir una si habían tantas? Y cabía resaltar que todas eran muy lindas o con "atributos" interesantes, no es como si solo una fuese la especial. ¿Tal vez lo único que quería hacer America era llamar la atención, como siempre?

- ¿Heh? - Aunque no duró mucho que esté en esa posición, como almirante en busca de tierra. Parpadeó varias veces al verlo sentarse y escuchar lo próximo que decía... And all that was for nothing?! Ahora más creía que lo único que quería era solo ser el punto de atracción en ese restaurante. Menudo egocéntrico. ¿Y encima ahora le daba "normas del juego"? Podría haberlo tomado de juego, como siempre, pero la seriedad que enfatizó... eso era inusual. - Okay, okay~ - soltó como si no le tomara importancia y aceptara sus condiciones solo para hacer rápidas las cosas. En realidad tampoco tenía intención de quedar con la mujer en una cita o llamarla si tenía su número, por lo que estaba demás ello.

Volteó en su mismo asiento buscando entonces a alguna camarera cercana para que les atendiera. No pensó que fuese algo imposible. Parecían todas hormiguitas, yendo de un lugar a otro con rapidez, con bandejas en la mano, sin bandejas... ¿En qué momento se llenó tanto el restaurante? ¿Y a una de ellas le robaría su tiempo? Pffft, seguro hasta le cortarían al primer intento de "desviación del tema". Todas se notaban tan ocupadas saltando de lugar en lugar que hasta parecía que ignoraran la existencia de esa mesa (y eso que el gordo heroico se había parado un rato atrás para llamar más la atención). Era como... como si hubiese naufragado con un idiota en una isla con un mar inmenso rodeándolo, con tantos taaantos peces y sin poder pescar alguno. No, espera... ¡Naufragar, eso es! ¿Qué? Si no podía llamar a alguien, entonces igual le quedaba una persona ¿no? "..." Su giró cabeza lento y tieso, de modo que parecía casi robótico, para mirar directo al otro "naufragante". ¿Quién mejor que al mismo niñato que le había retado?

- NO WAY!! - golpeó la mesa con ambas manos sin fijarse en que se le había escapado el grito de sus pensamientos. Las cosas sobre la mesa saltaron ligeramente produciendo un CLANK. La cucharita en su postre salió volando y aterrizó en el suelo creando un CLINK. Algo más, con seguridad un plato, hizo su aterrizaje al suelo originando un PLIN. Toda una función musical la cual atrajo un buen público.

¿Este era la clase de situaciones que quería ser tragado por la tierra? Su rostro estaba tan rojizo y tenía la mirada perdida en la soda de su acompañante ¿Pero qué diablos? Era cierto que aquello no iba a ser algo del otro mundo y sobre el asunto que era un chico... ¿En realidad era ese un impedimento? ¡El trato fue con una mujer! - ¡Ah...! - se sobresaltó nervioso pasando la vista de la mesa al americano, del americano a la mesa. - I'm... I'm s-sorry... - su rubor se extendió hasta las orejas así como su respiración era más rápida mientras se agachaba de inmediato a recoger la cuchara del suelo. En lo que lo recogía meditó si ese era el momento adecuado para huir al baño ¿No que estaba ese hombre mayor desagradable aun acechándolo? Fuck. Lo más sencillo que le quedaba era salir corriendo de ese lugar para nunca más volver, ni siquiera pisar la ciudad.

Y una vez más... volvió a echarle la culpa a Alfred de todo.

por **Hamburger** Miér Mayo 16, 2012 9:31 pm

Se cruzó de brazos cuando vio que el otro se giraba para observar a las "candidatas" de su juego. A cada chica en la que el otro posaba los ojos aunque solo fuera durante una milésima de segundo, se ocupaba de seguirla con la mirada hasta que notaba que el otro no ponía interés en ella. De todas las situaciones que habían ocurrido aquél día esta era, por ahora, la más incómoda de todas. Tuvo incluso la extraña sensación de que sería capaz de saltar contra la que quiera que fuera la camarera que el inglés elegiría para tratar de seducir y se pondría a morderle la pierna hasta que no volviera a acercarse a aquella mesa en todo lo que le restaba de vida... ¿Por qué? Era como si... Como si estuviera en una bollería y solo quedara un donut, y él quería ese donut y no pensaba permitir que nadie que no fuera él se lo comiera. Tal vez no era el mejor ejemplo, pero era lo único en lo que podía pensar mientras comía su helado a grandes bocados, sentado en su sitio y en silencio mientras esperaba que el inglés eligiera de una vez.

¿Y podía saberse por qué ahora comparaba a Inglaterra con un redondo y delicioso donut? Como niño infantil y egoísta que era, era capaz de ponerse así con cualquier cosa. Sin embargo... Le miró por un momento. Igualmente antes había tenido una sensación igual de desconcertante, que había quedado dándose vueltas en su cabeza. Ahora se unía aquello y dejaban al heroico pero inexperto americano más desconcertado que nunca. Como si no quisiera que tomasen algo que quería suyo... Algo que, en adición a esto, había pensado que era "lindo"... Un momento, ¿eso eran "celos"? ¿Tenía 'celos' de que Arthur intentara seducir a alguien?...

El grito del inglés calzó perfectamente con el grito de su mente, solo que tomó desprevenido. Se sobresaltó al escuchar el ruido de las cosas sobre la mesa, de la cucharilla cayendo al suelo, y algo más cayendo también al suelo. Trató de salir de sus pensamientos, unos pensamientos que no comprendía... ¡No tenía sentido que pensara que aquél inglés gruñón, malhumorado, sarcástico, frágil, de hermosos ojos verdes, y que parecía que tenía un cartel de "rescue me" pegado en la frente fuera lindo! Y tenía mucho menos sentido que tuviera 'celos' de que intentara seducir a alguien... Como si le quisiera solo para él.

- A-Ah... -Parpadeó un poco al darse cuenta de lo que había pasado y casi inconscientemente dirigió su mirada a la cucharilla que había caído, y también casi sin darse cuenta fue a recogerla... Para encontrarse con la mano del inglés, que estaba haciendo lo mismo que él. En cuanto sintió que le rozaba la mano, un sonrojo apareció en el rostro del norteamericano, que al darse cuenta de que le ardía la cara apartó la mano de la cucharilla y se volvió a su asiento. Por un momento miró al inglés, aunque pronto desvió la mirada hacia la esquina del asiento del mismo, esperando que se le bajara el rojo de las mejillas- A... ¡Hahaha! S-So, ¿has decidido que no hay manera de que puedas seducir a nadie en este lugar? ¡Lo siento por ti, pero era obvio~! ¡El primer paso es aceptarlo, eso dicen! Tal... ¡T-Tal vez deberíamos terminar la comida y simplemente irnos ya! Lo siento por ti pero se ve que los años no han pasado a tu favor, ¡si es que alguna vez supiste seducir! Hahahahahaha~~! -¿Y por qué hablaba tan nervioso? ¿Por qué estaba actuando así? ¿Tal vez había comido demasiado dulce?

por **.:| United Kingdom |:.** Sáb Mayo 26, 2012 5:40 pm

No es como si hubiese demorado tanto... ¡Rayos, que no! Pero todo se sentía como en siglos el solo hecho de recoger ese pedazo de metal del suelo y, muchísimo más largo, más incluso que esa estúpida guerra que se desató en Europa, principalmente con un horrible y peludo sapo, fue el hecho de haber sentido aquel roce con América. W-WHAT?! Y vaya que era extraño que durase en su mundo interno tanto tiempo porque, como si se tratara de hierro quemando, retiró instantáneamente su mano y, casi de un brinco, resultó otra vez en su asiento. Toda la cara de un intenso carmesí. Su corazón volviéndose más loco y doloroso. La mirada perdida. Más razones para desatar murmullos en dicho "ridículo espectáculo".

¿Y qué podría decir? Sus labios balbuceaban algo con qué intentar justificarse por el acto reciente, pero nada. Ya no sentía más la cabeza con toda esa sangre bombeando con fuerza. ¿Nervioso? ¿Por qué estarlo? Era solo el idiota de ese mocoso emancipado. Más de una vez había cuidado de él, arropado, bañado y vestido... aunque cierto, eso fue antes de esa estúpida declaración de guerra. Nunca más las cosas regresaron a ser como en aquellos tiempos ni menos habían tenido un "contacto" (muy a parte de los golpes y ahorcamientos que pudiese haberle dado cuando se portaba antipático).

- ¿Eh? - Alzó su cabeza que antes permanecía gacha y mirando a la nada, atacada por una diversidad penetrante de emociones y pensamientos. Ah... eso al parecer no le impedía oír lo que el otro hablaba y MUCHO MENOS perdonar aquellas palabras que tanto lastimaron su orgullo - WHAT?! - Sus ojos se abrieron más, llenos de ira y frustración. ¡Por favor un respiro! ¿No tenía suficiente con aquellas agradables "mariposillas" en el estómago como para añadirle una histeria al hígado? ¿Su mente no tenía ya una sobrecarga como para añadirle la cereza? Vomitaré todo lo que he comido...

Le miró con ese odio e indignación que siempre le daba cuando resultaba ofendido. Había algo distinto en el tradicional americano-irritante, ¿Estaba sonrojado? Oh nonono it must be fake. ¿Una trampa? Conocía de las artimañas de Alfred para "hacerse el lindo" y conseguir así su propósito cuando veía que no podía lograrlo con la fuerza. ¿Eso quería decir que su propósito era doblegarlo y hacerle decir que era inferior a él? Never. Aun si el menor tenía algo de razón y no había intentado seducir a una mujer en años, incluso muchos siglos.

- ¡Cómo te atreves a decir eso, maldito mocoso engreído! ¿Qué quieres decir con que no puedo? ¿Que soy muy viejo? ¡Retráctate! - casi ladraba con la voz, acompañando ello con varios golpes a la mesa - ¡Claro que puedo y no pienso retirarme de aquí hasta probártelo! E incluso... - Estaba tan nervioso y cargado que a penas se le venían las ideas, lo único que podía hacer bien era disparar muchos insultos y excusas, pero nunca un plan - ¡Eso! ¡Hasta la besaré frente tuyo para convencerte que puedo hacerlo mucho mejor que tú! - Ughh... y con ello realmente había cavado su propia tumba. Tal vez podría jactarse de ser buen besador, pero... ¿Así no más en su primer intento de seducción a una dama? No era algo muy gentleman ni inteligente...

por **Hamburger** Vie Jun 01, 2012 1:07 am

Si se ponía a observarlo detalladamente, la idea de que todas esas... cosas que le ocurrían fueran causa de que había comido demasiado dulce parecían bastante probables. Primero estaba ese extraño e incontrolable sonrojo que había aparecido en sus mejillas, que posiblemente debía de ser la causa por la que sentía el corazón latir de esa manera... Como si se le fuera a salir del pecho. Y luego estaba esa extraña sensación en el estómago, y ese nerviosismo que no le dejaba pensar -si es que alguna vez pensaba. En su mente, trató de juntar todos esos factores y convencerse de que era por mucho helado, o por falta de verdura en sus hamburguesas de esa semana, o cualquier cosa así. Y es que, aunque hubiera sabido la auténtica razón por la que estaba de aquella manera, no la hubiera aceptado. Sobre todo porque suponía admitir que quien le hacía sentir esa extraña debilidad, no era otro que el inglés que tenía delante de él.

Aunque ahora las cosas se habían puesto extrañas. Para cuando se dio cuenta de que el inglés estaba hablando - o más bien, gritando como siempre- y dirigió la mirada de nuevo a su acompañante, se dio cuenta de que este parecía estar bastante enfadado - lo cual tampoco era nada nuevo - y gritando y golpeando la mesa, pero... ¿Lo había visto? ¿No era una alucinación, verdad? En el rostro de Arthur había visto el destello rojo de un sonrojo. No era la primera vez que lo veía, pero debía de ser una de las primeras veces que se fijaba en él, sin tener en cuenta todo lo que se fijaba en el inglés cuando estaba bajo su tutela. Era un sonrojo, se alguna forma... lindo. Y si su neurona no se hubiera parado a entender las palabras del británico, casi hubiera tenido el impulso de tocarlo.

Pero fue ahí cuando su mente volvió al funcionamiento normal y se dio cuenta de las palabras de Arthur. Como reacción involuntaria, abrió un poco los ojos y le miró fijamente. ¿De verdad? ¿Ese 'caballero' inglés pretendía no solo seducir a una desconocida, sino incluso besarla delante de él para demostrarle que había vencido y restregarle la victoria por la cara? Era algo casi imposible de imaginar, muy impropio del inglés como para que lograra hacerlo, pero aún así, de alguna manera, Alfred no pudo hacer otra cosa que imaginar durante un momento que el británico realmente lo hacía. Y aquella imagen mental no le gustó. No le gustó nada. Y contra algo que no le gustaba nada, podía tener varias opciones. Podía enojarse, cruzar los brazos y comportarse como un niño con una actitud de "ahora me enfado y no respiro", pero también podía enojarse y tratar de evitar por todos los medios que el inglés tuviera éxito. Cualquiera de las dos opciones le parecían bien a su subconsciente, y la más inmediata reacción fue fruncir el ceño y apretar los labios. "No puedo permitirlo, como héroe que soy no puedo dejar que eso ocurra" dijo una vocecilla en su cabeza. Y otra vocecilla repitió el mismo pensamiento que antes había tratado de ocultar, al parecer sin mucho éxito. Le quería solo para él, y no se le daba demasiado bien compartir.

- I think we should go now -Intentó seguir hablando normal, con su típico tono, pero le fue difícil. No solamente por todos esos pensamientos que le golpeaban cabeza, sino porque incluso le costó un poco que le saliera la voz al principio- Antes de que algo ocurra y alguien salga lastimado... -Murmuró la última parte, mirando hacia los platos de comida que tenía sin acabar. Con todas esas sensaciones en su interior, sentía que se le había ido totalmente el apetito- ¡Aún tenemos muchas cosas que hacer! Sería mejor que olvidaras ese reto imposible y nos centráramos en... ¡Cualquier otra cosa! -Todo lo que pudo aparecer en su rostro fue una sonrisa forzada. De alguna manera, le había gusto el primer sentimiento, a pesar de causarle esa sensación en el estómago... De alguna manera, había sido cálida, como el contacto con la mano del inglés. Pero desde que había dicho lo otro, desde que había aparecido en él el pensamiento de que no quería compartir al inglés, que era solo suyo... Realmente sentía algo muy parecido a lo que suponía que la gente sentía cuando se ponía "enfermo".

por **.:| United Kingdom |:.** Miér Jun 06, 2012 8:46 pm

Frustración. Esa fue la palabra que resaltaba ahora entre todo ese mar de emociones que tuvo por unos momentos. Resaltaba tanto que parecía estar en letras rojas muy fosforescentes y bastante gruesas así como grandes, solo faltaban fuegos artificiales a su tras para hacer su presentación estrella. Entre las otras palabras que hacían de pedestal para "esta diva" se encontraban nerviosismo, inseguridad, dolor, molestia, ira, incomodidad, maravilla, ensueño, dulzura, felicidad, deseo, resentimiento, odio, debilidad, tensión... y así muchísimas otras más que no formaba una bonita mezcla. El lado bueno es que al menos una de tantísimas logró prevalecer o sino sentiría que iba a enloquecer, sin embargo, aquello no implicaría que no explotase.

Apretó fuertemente sus manos empuñadas contra la mesa y se levantó de su asiento. Tanto detestaba al americano por causarle siempre una mixtura de sensaciones... lo cual terminaba siendo una eminente frustración. Frustración porque lograba cosas que a él le costaron tantos años y esfuerzo, frustración por no poder mantenerlo eternamente como su hermano menor, frustración en verle cuan bien se veía y ya no le necesitaba, frustración por desear en lo profundo tener algo especial con él y saber que era imposible... y, en este momento, frustración porque siempre las cosas tenían que hacerse a su manera. ¿Porqué tan solo entonces no seguir dándole la contra? Aun si no estaba dicho, desde que Alfred puso ese rostro tan inusual fue su derrota. Hubieron unas cuantas palabras que no logró escuchar ¿Estaba murmurando? Ya ni importarse a preguntar... estaba en el mismo aire que continuar solo atraería cosas dos veces más negativas. ¿Entonces qué hacer? ¿Seguir con su patética "reunión del té"? ¿Insistir que las cosas podían mejorar entre ambos? Ya no hay solución. Pues... aun le restaba una última opción con la cual podía mantener su orgullo o lo poco que quedaba de él.

- That's it. I'm leaving and not with you. - dijo en una voz seca. Tan sencilla aparentaba la cosa para acabar todo ello de manera pacífica. Se agachó a tomar la maleta que hace un buen rato dejó en aquel lugar y se dio media vuelta... y vaya la sorpresa que se topó.

Todo el restaurante tenía los ojos puestos en esa mesa, más exacto, en ambos. Ni siquiera se había percatado en toda la discusión que una de las señoritas que atendían en el local se había agachado a recoger las cosas del suelo que había botado. La pobre mujer miraba desde abajo al inglés con los hombros encogidos y llena de vergüenza por haber sido descubierta fisgoneando con más detalles el pleito ¿Pero que de otra quedaba? En parte era su trabajo limpiar y tampoco estaba en el derecho de interrumpirlos. ¿Y qué era de las demás camareras que, si bien no estaban cerca, también se quedaron como congeladas, con bandejas en manos? ¿Y el resto de comensales? Insistía, NUNCA MÁS regresaría a ese restaurante. Ya ni se tomó la molestia en darse la vuelta a ver quienes más se quedaron pegados en el show anterior, tan solo avanzó su paso apretando con fuerza su maletín y se dirigió a la salida del lugar. No miró atrás. Tampoco miró a su público aun si sentía el peso de sus ojos.

La única parte agradable fue cuando salió del local. Incluso la puerta se hizo pesada en abrir... como una enorme roca, pero el alivio que se encontraba afuera hacía valer la pena del esfuerzo. Sentir el aire correr por su rostro aun enrojecido y caliente era tan relajante. Hasta sus náuseas parecían disminuir. Seguramente... todo sería mejor ahora, recobraría su "mejor día". ¡Claro! Aun no acababa... aun no.

Caminó unos cuantos pasos por el pavimento cuando de pronto un coche dirigido por un conductor enfermo casi lo arrolla al pasar a una gran velocidad. Pudo jurar que se había subido incluso al sardinel. La reacción del inglés ante dicho imprevisto fue retroceder antes de que ese lunático chocara con él y quién sabe si viviría para contarlo o hasta cuantos huesos podría haberle roto, sin embargo, lo malo no resultó el "casi incidente", sino que, al acto instintivo de irse hacia atrás, perdió el equilibrio y fue directo a caer sobre... ¡Maldición! ¡¿Desde qué $&!#$&! momento había un charco de quién sabe qué cosa maloliente sea?! Ya no tenía que sólo lamentar su "ex-camisa", sino también su pantalón y algunas partes de su saco.

Y ahora, una vez más, hizo el ridículo pero frente a los que pasaban por la calle. Un enorme nudo se le hizo en la garganta, así como las ganas de llorar. Llorar nuevamente por la frustración.

por **Hamburger** Jue Jun 07, 2012 1:22 am

Tendría que haber prestado más atención a aquellas revistas. Tendría que haber escuchado mejor los consejos de Japón. Tendría que haber tenido su cerebro atento a todo lo que, si aquello hubiera sido un juego 'bishoujo' habrían sido señales de que debía actuar. Pero claro, había dejado todas esas oportunidades de decir algo correcto y llenar un poco más su imaginaria 'barra de avance' hacia el inglés. Las había dejado pasar como un tonto y, por si fuera más, no se daba cuenta hasta ese momento. Un momento en que, de repente, una luz se encendió en su cabeza, y cuyo detonante fueron las palabras del contrario. Fueron como un fuerte empujón que le devolvió a la realidad, que conectó todas las ideas de su cerebro y le hizo revisar todo lo que había ocurrido aquella tarde... No, aquél día. Desde que había ido a la reunión muerto de sueño hasta aquél momento, ¿cuántas oportunidades no había tenido? ¿Cuántas 'elecciones correctas' podría haber hecho? Y ahora, solamente ahora, se daba cuenta de que debía haber actuado. ¿Acaso iba a dejar acabar así ese evento? ¿Un mal final? De vuelta a la misma rutina de insultos y tensión, después de que por fin lograba un momento en el que podría haberlo hecho todo.

No, definitivamente no. Como héroe que era, debía encontrar el 'happy ending'. Y no quería que se retrasara más que ese instante. ¿Cuánto más tendría que esperar si le dejaba escapar así como así? Aunque el inexperto corazón del americano pudiera no soportar bombear tanta sangre ante la idea, definitivamente, debía hacerlo. Debía hacer algo, y lo haría antes de que fuera demasiado tarde. ¡Era su decisión! Y sin embargo, no pudo evitar que su 'heroína' marchara hacia la puerta, tan solo pudo seguirlo con la mirada hasta que salió del local. Hasta entonces fue como si todo aquello estuviera sucediendo muy lenta y pesadamente, en blanco y negro, o de alguna manera.

- ¡Inglaterra! -Y cuando el último rastro del inglés se perdió tras la puerta del local, el tiempo volvió a ir normal. El americano se levantó, mirando hacia donde había desaparecido el otro. Durante un momento no supo qué hacer y solo apretó los dientes, pero entonces... Entonces una idea pasó por su cabeza. ¿Podía ser que ese era el comienzo del evento final? En su cabeza, se moría por esa idea. Pero, aunque no supiera qué hacer, estaba claro que ahora mismo solo podía hacer una cosa.

Salió corriendo, siguiendo el camino que el inglés había recorrido. ¿Acaso había más gente en la cafetería aparte de él y el perdido camino del inglés? Si era así, ni le importaba, ni se había dado cuenta de ello. Simplemente salió corriendo a por el británico. ¿Que había dejado una gran cantidad de comida sin pagar? Ah, realmente, ya lo pagaría otro día, si es que se acordaba de dónde estaba aquél lugar. Pero cuando empujó la puerta y salió a la luz del día, se sintió como si hubiera salido a un mundo totalmente distinto. ¿Cuánto tiempo llevarían ahí metidos? ¿Una hora? ¿Media? ¿Años? ¿Realmente importaba? No, claro que no. Buscó a Arthur con la mirada, a tiempo para ver cómo un coche salía en toda velocidad y le dejaba detrás, pero no llegó a tiempo para salir corriendo a evitar que Arthur cayera en el charco, lo cual le habría ayudado a ganar seguridad. Para él, era el evento final, y aquí debía elegir cuidadosamente para conseguir su final feliz. Con en inglés. Cualquier opción que eligiera en la pantalla de su mente debía ser la correcta, ¡no se permitiría fallos! ¡No existe un botón de reset en la vida real!

Cuando le vio ahí tirado, se lanzó. A realizar lo que había querido hacer desde que salieron del baño, desde que había pasado por él el pensamiento de que era 'lindo'. Fue corriendo a abrazar a Arthur fuerte, muy fuerte, sin siquiera pensar en qué supondría aquello. Era cierto que lo más probable sería que tratara de golpearle, pero no importaba, al fin y al cabo era mucho más fuerte que el inglés, ¡unos golpes nos serían nada! Y los insultos y gritos podía ignorarlos, por muy fuerte que el otro tratara de hablar.

- Tengo... Algo de lo que hablar contigo -Trató de sonar serio, fuerte, confiado en lo que hacía. Sabía que eso era importante. Pero tenía el rostro escondido sobre el hombro del contrario, y estaba tan sonrojado que podría haber iluminado la más oscura calle de Nueva York con su rostro. Pero no era momento para echarse atrás por la vergüenza, ¡claro que no! Debía estar seguro de lo que hacía. Y esta vez, lo estaba- Ven un momento -Soltó el abrazo solo para tomar la mano del otro rápidamente. Tal y como iban las cosas, lo último que quería era que Inglaterra se marchara corriendo, cosa que además parecía bastante probable.

Nada más levantarse, buscó algún lugar dónde no hubiera nadie, y pronto lo encontró. Tal vez no era el mejor lugar, pero teniendo en cuenta el escenario que tenía a su disposición, no había nada mejor. Además no podía ir por ahí a buscar un parque con flores y árboles bonitos con un inglés frustrado de la mano. Por lo que se encaminó hacia la parte de atrás de la cafetería, una simple, pequeña pero alta pared sobre la cual habían dos ventanas, posiblemente las del baño de hombres. Trató no tirar muy fuerte de la mano del inglés, no era la idea asustarle o algo parecido, pero mientras caminaba por delante de él, su corazón estaba tan acelerado que, de no haberse tratado de él, el héroe mundial número 1, podrían incluso haberle fallado las piernas. ¿Qué podía hacer ahora? Sabía que las palabras eran muy importantes, pero... Pero aún así, y aunque quisiera pensar con optimismo, algo dentro de él le decía que le fallarían. Una vez llegó a la pared, soltó al inglés, pero se mantuvo alerta. Ahora escucharía lo que tenía que decir... Si es que lograba decir algo.

- ¡Estaba celoso! -Posiblemente no era un buen inicio, pero fue lo que salió de su boca. Sabía que tenía que controlar su sonrojo y sus nervios si quería que el inglés realmente se tomara en serio lo que intentaba decir- Ah... Es decir... -Habían demasiadas palabras en su mente, demasiadas cosas que quería decir. ¿Y si no lograba decirlo bien? ¿Y si con ver el rostro del inglés y admitir exactamente lo que decía las palabras fallaban? Una tonta solución surgió ante esto. Se fijó en los ojos del inglés, y solamente en ellos y en lo que le aportaban- ¡Al pensar que serías capaz de seducir a una mujer, me puse extrañamente celoso! No podía soportar la idea de pensar que quisieras estar con alguien que... no sea yo ¡Es por eso...! -¡Maldición! Se había quedado sin aliento y sin palabras justo en la parte más importante del evento final. Pero quería ver la reacción del inglés. ¿Se sorprendería por sus celos? ¿Intentaría volver a escapar? Ah, sin duda no iba a dejar que tuviera éxito con ello. Pero, y cuando le dijera que él era lo único en lo que había sido capaz de pensar desde hacía más de trescientos años... ¿Aceptaría sus sentimientos? Y, más importante que cualquier otra cosa... ¿Estaría feliz?

por **.:| United Kingdom |:.** Lun Jun 11, 2012 9:05 am

Allí sentado en el suelo (sobre un charco sucio para ser exactos), sentía todo el peso del día ocurrido. Ya lo había olvidado... para él no existía "un día bueno" o "el mejor día de todos" ni existirá, el único error que pudo cometer, más que encontrarse con América desde la reunión o echarle la culpa de todo, fue creer que hoy sería un gran día memorable... bueno, tal vez memorable, pero no como el mejor. ¿Sería que toda su mala suerte vendría de su horrible karma? ¿Sus hermanos habrán maldecido tanto su vida que sería desgraciado por el resto de su eternidad? Sea cual sea el fin al cual le hubiese llevado esa divagación, no importaba puesto que un par de brazos rodeando fuertemente su cuerpo le hizo regresar la realidad: Aun seguía tirado en esa misma calle, sobre esa misma agua maloliente y ahora era abrazado por un extraño.

¿Su primera reacción? Pues obviamente quiso saber sobre la identidad de este incógnito así que trató de voltear para verle el rostro, aunque aquello no fue necesario. Sintió el pesó de la cabeza de este sobre su hombro y unas palabras siendo susurradas cerca de su oído... Alfred. Era tan obvia su siguiente reacción ante aquel abrazo: patalear, chillar y exigir que lo soltaran; pero no lo hizo, o mejor dicho, no pudo hacerlo. Todo su cuerpo se estremeció al instante con aquella sensación y ya ni el mensaje de lo que dijo el americano cobraba sentido en su cerebro. Las náuseas resurgieron también con la cantidad de sentimientos mezclados y tampoco podía faltar el resaltante rubor de todo su rostro extendiéndose hasta las orejas. What's happening? Algo muy fuera del alcance de la lógica inglesa estaba ocurriendo en ese momento. Simplemente era imposible que América, habiendo estado antes con hambre, hubiese dejado el restaurante para buscarlo, pero no solo buscarlo, ¡sino abrazarlo! ¿Es que en realidad sí había llegado a ser atropellado por el carro y todo aquello era tan solo una ilusión? ¿Sería posible que, entonces, en ese mismo instante su cuerpo estuviera luchando en alguna ambulancia por vivir? Eso sí que se pegaba más a SU realidad.

Pudo haberle dado más vueltas al asunto si es que de pronto el calor del cuerpo del americano desapareciera y se reemplazara por solo el de su mano. Bien, ya para este punto quería asegurarse si realmente se trataba de un sueño (que de seguro lo era, por si no estaba muerto ya) así que se pellizcó la mano con la que tenía libre cuando el menor lo jalaba a algún lugar. El dolor se sentía tan real como el agradable y cálido contacto con Alfred... Nonono! Stay focus!! Y ahora recién se fijaba del rojizo de sus manos ¿Es que el rubor se extendió tanto? Esperaba que el otro no notara aquella debilidad suya o sino sería más difícil escapar, aunque sinceramente dudaba que esta vez lo lograra, así como varios de sus intentos fallidos del día.

Oh... ¿Y hasta allí terminó el paseo "tomados de la mano"? ¿Hace cuanto ya se habían detenido? Parpadeó un par de veces para recobrar la consciencia pues se perdió tanto en sus pensamientos otra vez... no, espera, ¿Eso no era un deja vu? El callejón solitario, esa calle transitada a lo lejos... solo bastó comprobar alzando la mirada y ver la ventana que había muy por encima de él. No era un deja vu, aquel era el mismo callejón por el cual hace un bueeen rato atrás intentó escapar —otra vez— de Alfred; y como si fuera poco, estaba incluso parado sobre la parte del suelo que iba a ser su zona de aterrizaje. ¿Y eso era lo que más le incomodaba? OHHH CRAP!! CRAP!! CRAP!! Sin duda, lo que más aterraba en ello era la misteriosa analogía que su ~~pervertida~~ mentecilla creaba a partir de muchas lecturas de novelas rosas... callejón = sexo involuntario y duro. Seguro hasta palideció... o tal vez se puso más rojo, si es que eso fuera posible... ¡Maldición! No tenía ni un espejo para verse e intentar cambiar su perturbadora reacción ante aquel pensamiento inmoral... ¡Pero vamos! No tampoco tenía porqué excederse y pensar sobre lo peor, era América de quien se hablaba, ese mismo ingrato que educó cuando su estatura era menor a la suya, un jovenzuelo estúpido que se juraba ser alguna especie de héroe de Marvel o DC Comic que de seguro incluso hasta era virgen... y lo único que quería era... era... era......

- Eh?! - Las palabras del otro le cayeron como baldazos de agua. Sus ojos se abrieron tanto de la sorpresa que pensó que podrían caérseles. Esperaba algún retracto.

Era totalmente imposible... esto no debe ser real... él no podría ir en serio. ¿Celos, decía? Alfred confesó tener celos... ¡¿POR ÉL?! Y como si fuera poco, ni siquiera mostraba signo alguno de ser broma. Su mirada azulina estaba tan fija en la suya que no pudo evitar ponerse tres veces más nervioso de lo que ya estaba y mover la cabeza a otra dirección, como huyendo de él. Su corazón aceleraba más y más... Al fin, con ello se acababa de autoconvencer que el coche anterior había arrollado su miserable cuerpo y ahora, mientras yacía inconsciente, era atendido por algunos médicos, con suerte. Pero ya, entonces, regresando a lo principal ¿Aquello quería decir que Alfred sentía una "atracción" por él? Bueno... solo dijo que sentía celos, no propiamente una sencilla atracción, aunque sumando con la incomodidad anterior ¿Eso quería decir que no podía estar tan equivocado con aquella suposición? Hell, NO. Aun si se tratara de solo un producto de su imaginación... tenía que impedir como a de lugar aquel suceso. ¿Imaginar que, dormido, hablara algo que no debía jamás decir? ¿Y si Alfred estaba a lado del cuerpo inconsciente de Arthur? Al menos tenía un punto a favor de estar despierto en sueño para hacer cualquier cosa por cambiarlo.

- Ahmmm... Am-America... y-yo... ah.... - se pegó más a la pared buscando una solución. ¡Tenía como a de lugar salir de esto! - AH! R-Right! Aun necesito e-ese cambio de camisa... además que tengo el pantalón húmedo y apesto. Antes de cualquier cosa TENGO que ir a casa a tomar un baño al menos... - se encogió de hombros. Era imposible ocultar después de todo sus nervios, pero en parte tenía razón. Percibía el hedor y era muy desagradable, para nada gentleman. - A-Alfred... at least this only favor, i-it's really important. P-please... - se encogió de hombros e intentó volver a mirarle, aunque sin éxito.

por **Hamburger** Mar Jun 12, 2012 12:16 am

En el momento que usó para comprobar la reacción del contrario, no supo si debía estar sorprendido o agradado de cómo había actuado el otro ante sus palabras. Bueno... Ahí estaba el americano, con los nervios a flor de piel, con el rostro sonrojado y con tantas palabras en la cabeza que no sabía si sería capaz de decirlas apropiadamente, o al menos en un orden comprensible. El rápido latido de su corazón podía jugarle una mala pasada y hacer que sus palabras se bloquearan... ¿Y si por culpa de ello volvía a decir lo que no debía? ¿Y si en un nuevo ataque de nervios se marchaba riendo y diciendo que solo había sido una broma? Ahora que había llegado hasta ahí, y que incluso había confesado que tenía celos por el inglés... ¡No podía dar marcha atrás! ¡Simplemente no podía! Logró relejar ligeramente todos los nervios que corrían por su cuerpo cuando el británico desvió la mirada de la suya, impidiéndole así poder mirarle aún más fijamente a los ojos, que es lo que había estado haciendo para no perder los nervios y decir quién sabe qué.

La verdad era que... Aunque le costara admitirlo, y aunque le diera muchísima vergüenza, desde que era pequeño, muchas veces se había imaginado ese momento, cuando al fin miraría a Arthur y le diría aquello... Y aunque le daba aún más vergüenza admitirlo, la gran mayoría de las veces había sido un espectáculo muy rosa y brillantino, en el que él siempre decía las palabras exactas, concretas y que por supuesto hacían que el inglés respondiera con una adorable timidez, y entonces todo el mundo era feliz. Bueno, aunque cambiaban muchas veces los escenarios y las palabras. A veces, soñando despierto, imaginaba que iba a su casa con un ramo de flores y simplemente se lo decía, y era así de fácil. Otras veces había soñado con detenerle en ese momento en el que todo el mundo se está yendo y no queda nadie por los pasillos después de una reunión, o incluso aprovechar cuando se lo llevaba a beber y acababa el inglés borracho. Por supuesto, todo ayudado por la enorme cantidad de revistas, novelas y juegos que había leído para intentar aprender a lidiar con esos sentimientos. Pero la verdad era que -aunque viniendo de una persona tan heroica y genial como él pudiera sonar muy, pero que muuuy sorprendente- era... Demasiado inexperto, o más bien demasiado tímido como para intentar llevarlo a cabo. Como si un día se despertaba sintiendo que hoy era el día indicado, en cuanto iba siquiera a elegir la ropa para vestir no podía evitar sonrojarse y volver a meterse en la cama. Como si intentaba llamarle antes de que se fuera de la reunión, se bloqueaba y solamente soltaba un comentario insultante para luego irse con la idea de otra oportunidad desperdiciada.

Pero de cualquier manera, allí, en el callejón al que daba el baño de una cafetería, con un inglés que -y ahí había que darle la razón a Arthur- no olía demasiado bien por haber caído en un charco de quién sabe qué, que además llevaba su camisa por que él había roto la otra, y dadas todas las circunstancias de aquél día... No era el escenario de sus sueños para lo que pensaba decir. De echo ni siquiera se había preparado mentalmente, y si intentaba recordar las palabras que su mente había planeado cuando ni siquiera pensaba que de verdad fuera a confesarse, posiblemente le tardaría bastante... O simplemente se sonrojaría más por pensar que se había imaginado unas palabras tan vergonzosas que no podría ni decir...

- Ah? -Las palabras del inglés le devolvieron a la realidad de lo que estaba haciendo. Ahora se daba cuenta del sonrojo que cubría a todo el inglés y como, de alguna manera, parecía que hubiera estado evitando su mirada. También pudo percibir levemente sus nervios, pero... No hay que olvidar que era de Alfred de quien se trataba, el idiota incapaz de leer el ambiente, y por lo tanto incapaz de darse cuenta de la auténtica intención del británico al cortar su charla... De echo, no entendía por qué Arthur había tenido que decir eso ahora y no esperar a que terminara de decir lo más importante- Hm... Está bien, te llevaré a casa, pero primero tienes que dejarme terminar lo que estaba diciendo, ok?

Y simplemente así se deshizo de la interrupción, incapaz de darse cuenta de todo lo demás. Aunque... Era verdad que lo mejor sería llevar al inglés a su casa y dejar que se bañara, o cambiara, o lo que fuera que quisiera hacer.... ¿Y si las cosas habían cambiado para cuando hubieran llegado a su casa? Solo pensar en eso hizo que volviera a ponerse nervioso... ¡Ya había decidido que no iba a dar vuelta atrás! Además era verdad que Arthur necesitaba un baño. Y, en suma, había decidido que antes de cualquier otra cosa, terminaría de decir lo que intentaba decir... Por mucho que le costase. ¡No, no! ¡Tenía que estar concentrado, tenía que sonar seguro, y sobre todas las cosas, tenía que lograr que entendiera perfectamente lo que intentaba decirle! Si lo hacía así, sabía, estaba seguro, y quería creer que todo sería tal como en sus inocentes imaginaciones. A pesar de que nada por ahora lo hubiera sido.

- O... Okay, listen up, I... -Tomó aire e intentó relajarse, o más bien intentar recordar cómo se respiraba para no empezar a decir tonterías. Sin mucho éxito- En verdad estaba así porque... Yo... Tú... Ah...

Tenía que intentar disimular el temblor de su voz, e intentó usar la técnica de antes, fijarse en algún lugar, algún punto estratégico... Pero ahora que no podía mirarle a los ojos, casi sin querer, casi por pura inercia, hubo un solo sitio al que se dirigieron sus ojos. Y era algo que sabía que le jugaría una mala pasada si lo hacía, pero aún así lo hizo, y fijó su mirada por un momento en los labios contrarios. Aquello solo logró hacer que un nuevo remolino de emociones cruzaran todo su cuerpo en un minuto, junto a un deseo igual de loco pero igual de fuerte que el que había sentido cuando había ido corriendo a abrazarle. Pero este era mucho, pero mucho más importante que el abrazo, y... De nuevo se sonrojó y tuvo que apartar la mirada. ¿Qué clase de héroe era si no era capaz de soportar el pensamiento de besarle? Lo mejor que se le ocurrió fue cerrar los ojos, apretar los puños, y esperar que la voz no le fallara antes de hablar.

- I like you... más que las hamburguesas y la comida rápida -¿Aquello lo murmuró o lo gritó? La verdad es que no pudo saberlo, ya que el sonido de su corazón nerviosamente palpitando era lo más fuerte que podía escuchar. Aunque eso no era una excusa para el que seguía sin ser el mejor comienzo posible...- No, lo que trato de decir... -Y mientras más trataba de relajarse, más nervioso se ponía. Siempre pensó que lo más difícil era conseguir que la situación fuera la ideal, pero resultó no ser así. ¿Por qué era tan difícil decir algo tan sencillo? Intentó volver a concentrarse, abriendo los ojos, buscando aunque fuera un poco del destello verde de los ojos del otro- ¡Tenía celos de que pudieras estar con otra persona que no fuera yo, porque quiero que estés solo conmigo porque te quiero! -Y mientras respiraba para recuperar el aliento de la frase que había dicho sin tomar una sola bocanada de aire, sentía cómo el color en su rostro aumentaba más y más...

por **.:| United Kingdom |:.** Lun Jun 18, 2012 8:19 am

Argh... maldición. Entre más retrocedía, más acorralado se sentía. Es que ¡¿Cómo podía ser posible?! Supuestamente tenía a su favor la solución perfecta, el argumento perfecto. Regresar de inmediato a casa era la máxima prioridad ¿Qué clase de razón tan importante existía para Alfred insistiera tanto en hablar con él? Ahahaha... n-no hay forma que se tratarse de ello. Su mente aun se dejaba influenciar por los libros eróticos que tanto adoraba leer, pero ¡Claro que no! ¡Aun quedaban millones de motivos más que se apegaban al típico razonamiento americano! Como por ejemplo, el bullying. Si bien América se jactaba de ser héroe, muchas veces se burlaba de algún defecto del inglés de forma bastante abierta o, aun peor, se unía a la causa de otros para hacer de su humillación más grande y desastrosa. Tanto ODIABA aquello, ¿Pero había posibilidad para que se tratara de eso, no? Aprovechar su situación vergonzosa. Por eso hizo lo que hizo durante todo el día, por eso lo del restaurante y la camarera, por eso lo de hacer el ridículo frente a tanta gente, por eso lo del charco asqueroso y pestilente, por eso lo del callejón, por eso el aparente acoso sexual. Y seguro en cualquier instante sacará su celular a tomarme fotografías para publicarlas al twitter o hacerme algún blackmail... blimey.

Pero no fue así. Al menos, no lo sentía de ese modo. Había algo más detrás de ello, como algo demasiado profundo e indescriptible, tal vez algo tan increíble que de saber la verdad nunca la tomaría como cierta, tal vez nunca comprender por ser una forma de "autodefensa" para proteger lo que no podía admitir. ¡Maldición! De al menos poder tener un poco de conocimiento al punto que América quería llegar, al menos podría prepararse mentalmente a lo que vendría. No sabía en qué momento debía golpearle al rostro o a la tibia o a sus regiones vitales (la verdad nunca sería capaz de hacerlo, pero nadie sabe cuando podría darse la oportunidad) ni tampoco sabía cuando era el momento indicado para correr. La agonía de la duda le acechaba y le obligaba a quedarse a escuchar por más nervioso y acelerado que su corazón estuviese, aun si supiese que esperar solo traería algo peor. ¿Qué pasaría si fuese demasiado tarde y realmente se tratara de---? ¡NO HAY FORMA! ¡Si esto es un sueño deberé ser capaz de controlar las acciones de ese estúpido fatso y evitar que hagamos algo indebido por esta vez!

Y así fue como al fin recuperó un poco de confianza en sí y, muy cauteloso y lento, movió tanto su cabeza como su mirada directo al americano que misteriosamente parecía tres veces más nervioso que él, con los ojos cerrados y el rostro tan rojizo que podría compararlo con un tomate o una manzana muy brilloso. Eso... eso le pareció lo más dulce y encantador que pudo haber apreciado (un punto más a favor que todo esto era un sueño), pero no era el momento de desviarse en aquel punto, sino prestar atención en lo que claramente soltó, o gritó, Alfred.

- ........... - Lo cual resultó ser la decisión más estúpida que pudo haber tomado.

¡RAYOS! ¡Sí que debió haber corrido y dejado al estadounidense con la palabra en la boca! Se sintió tal cual piedra, ahora ya ni los pies le daban, el cuerpo tuvo que apoyarlo a la pared porque estimaba qué en cualquier oportunidad se caería, su mirada fija sobre el otro... totalmente incrédulo ante sus palabras. No, debe haber un truco. ¡¿Es que estoy tan desesperado por querer oírle decir eso que ahora lo sueño?! N-no... esto debe tratarse de alguna cámara indiscreta o Alfred practicando algún diálogo de sus horribles películas... Podría que él nunca haya soltado las palabras adecuadas o que el lugar y las condiciones sean las más lamentables, pero ello apuntaba por cualquier lado observable a una tierna confesión romántica, si no fuese por el pequeño y minúsculo detalle que era United States of America, uno de los más grandes bromistas, quien lo decía.

- A-ah... I am..... ehh.... y-yo.... América..... unghh... - Great, ahora estaba hasta sin aliento y lo único que podía era balbucear cosas incoherentes. Finalmente solo quedó abriendo y cerrando la boca como estúpido, por lo que su mejor solución para ello fue morderse los labios. Dentro de su cabeza todo era un garabato de ideas, una masa tan negra que cada vez crecía y crecía como un virus. ¿Y el idiota supuestamente era el americano? Sin duda, si la opción era la del bulling, este debería ser el momento perfecto para que el otro sacara su celular y le filmara o tomara una fotografía a su lamentable gesto, que seguro era el más patético que pudo haber puesto en su vida. Aunque, si sería por comparar... pues Alfred no estaba tan lejos y no parecía su propósito el bulling con aquel rostro tan nervioso y encendido y tan lindo. Fue algo involuntario tantear con la mirada hasta llegar a sus ojos y perderse en ellos por unos instantes haciéndose sentir más estúpido y vulnerable.

¿Creer o no creer? ¿Sueño o realidad? Bueno, tampoco era como si América no tuviese el derecho a enamorarse por más carácter inmaduro que tuviese y además que, seguro por su indudable inexperiencia, haya terminado soltando las palabras incorrectas en el lugar y momento inadecuado, pero... de las billones sobre billones de personas que habitan en la tierra... y las cientas de naciones que habían... Seriously, ENGLAND?! ¡¡INGLATERRA ERA LA ÚLTIMA Y LA MENOS PROBABLE A ESTAR PARADO FRENTE A ÉL EN UNA CONFESIÓN DE AMOR!! Y cuando significaba última, es que estaba demasiaaaado lejos del penúltimo puesto, tanto que sus cifras negativas superaban por diez veces a las del primero que brillaba en cifras positivas. ¿Y porqué tanta la improbabilidad? Pues era lógico que se odiaban, sin embargo su odio no era por el solo hecho de "me caes mal" ni la competitividad ni ideologías políticas ni creencias religiosas ni por la diferencia de edades (que era, en mayor parte, el punto de partida de sus discusiones); era un odio que nacía del dolor y el resentimiento de la traición, algo que solo le conllevaba a dos soluciones: una amarga vida lamentándose en el pasado o el olvido e indiferencia. Ningún final feliz ni color rosa. Otra vez la frustración.

Aun me queda comprobar que esto sea cierto.

- This can't be... - fue al fin lo que logró articular en un susurro entre la respiración agitada y sin apartar la vista del menor. ¿Qué debía hacer? ¿A dónde debía huir? Si todo se trataba de un sueño, pues su única forma de escape era la realidad. Y eso fue lo primera primera opción que quiso descartar. Movió su cabeza a un costado para librarse del contacto visual del otro y observó la calle de donde seguramente habían llegado. Era como esa luz al final del túnel aun si no estaba tan lejos... ¡Cierto! ¡Si todo se trataba de su inconsciente, si lograba ver a su "yo" herido y siendo atendido por los paramédicos después de haber sido atropellado, despertaría! Adiós ilusión. Con su peso se propulsó hacia la salida, en paso rápido pero torpe —le costó tanto despegar los pies de donde estaba parado que avanzaba de forma penosa, trabándose a cada paso. Era todo cosa de algún milagro sobrenatural si llegaba hasta la calle sin tener que caerse por la debilidad de sus piernas. - ¿Eh? - aunque igual, no necesitó de hacerlo. No terminó de salir a la calle porque de todos modos, desde su nueva posición, pudo darse cuenta que todo ello se trataba de la realidad. A medio metro de la salida apreció la calle intacta sin ambulancias, sin la muchedumbre fisgona, sin autos detenidos por el accidente, nada. Ningún indicio de que en esa calle haya sucedido algún impacto grande, hasta pudo observar su maleta tirada por donde había caído cuando logró esquivar el incidente... Bloody fuck.

por **Hamburger** Mar Jun 19, 2012 12:51 pm

Cada vez que respiraba, se daba cuenta de que aquello era real. Como si cada nueva bocanada de aire fuera un golpe de realidad que le convencía de que todo, absolutamente todo aquello, había sido totalmente real. Eso quería decir que lo había dicho... ¡Lo había dicho! Después de esperar durante siglos ya lo había dicho. Una parte de él no podía creérselo. No recordaba haber estado tan nervioso nunca. Su rostro estaba rojo, su corazón latía tan fuerte que no podía creer que Arthur no lo hubiera escuchado todavía, y si no se hubiera tratado de él, un héroe, la voz le habría fallado y no podría contender el temblor de sus piernas. Aún no podía creer que de verdad lo hubiera dicho, aún estaba esperando que llegara el momento de despertarse o de dejar de soñar despierto... Pero no, el aire que entraba por sus pulmones le confirmaba que por fin le había confesado a Arthur lo que sentía por él.

¿Cuál sería su reacción? Cada segundo en silencio era años en su mente, no podía esperar por ver su gesto ante sus palabras. Siempre que lo había imaginado, el inglés se ponía muy feliz de escuchar sus sentimientos y le confesaba que sentía lo mismo, pero... No podía estar seguro de que en la realidad también ocurriría eso. Por más que quisiera pensar así, ser optimista y estar seguro de que todo acabaría en un bonito y brillantín final feliz, tenía la cabeza llena de preguntas. ¿Se habrá sorprendido? No se lo esperaba, ¿verdad? No es como si fuera obvio, ¿verdad? Había pasado tiempo intentando ocultarlo así que ¡debía ser una sorpresa para él! Pero... ¿Le haría feliz esta sorpresa? Más que cualquier otra cosa, todo lo que quería era verle sonreír de felicidad gracias a él. Hey, Arthur. Ya no tienes por qué estar solo nunca más.

Cuando había terminado sus palabras, desvió la mirada un momento de los ojos del inglés hacia un lado, para intentar relajarse, calmarse, pensar claramente. Cosa que, por otra parte, no funcionó demasiado bien. Pues, aunque creía haberse calmado cuando volvió a respirar apropiadamente, escuchó la voz del otro e instantáneamente, los nervios volvieron. Llevó la mirada de nuevo al contrario, y se encontró con un inglés que no parecía saber qué decir... ¿Eso qué significaba? Solo estaba abriendo y cerrando la boca como un pez, así que... ¿No sabía qué decir? ¿Era eso? A cada segundo que pasaba se sentía más nervioso por lo que acababa de hacer. Entonces el inglés desvió la mirada de sus ojos, como si intentara buscar una manera de escapar de aquella situación. ¿Qué ocurría de repente?

- Ah? -Abrió los ojos al escuchar un murmullo procedente del inglés. Sin embargo, cuando quiso centrar en él su atención, el otro se despegó de la pared donde parecía que le habían pegado con pegamento extrafuerte y... ¿Se echó a andar hacia la salida? ¿Qué estaba pasando? Además no solo eso. Aunque parecía que caminara con decisión de salir y tratara de ir rápido... Daba la impresión de que con solo un pequeño soplo de aire se caería al suelo, o saldría volando. Por una parte era cierto que no sabía tratar con... Nadie que no fuera él mismo. Pero aún así, no podía comprender por qué estaba actuando Inglaterra de aquella manera. Durante un momento no pudo hacer más que mirarle caminar, hasta que pasó por su lado. En ese momento se giró y, casi en un acto reflejo, le agarró un brazo- ¿Arthur?... -De echo ni siquiera lo hizo con la intención de detenerle, simplemente porque parecía que en cualquier momento podía simplemente caer al suelo.

Si había un tiempo máximo para poder reír y escapar de la situación con un comentario como "¡Era broma! ¡Mira la cara que se te ha quedado! Hahaha~!", un par de palmaditas en la espalda, y un viaje lo más rápido posible a su casa, debía haber expirado ya. ¿Por qué sucedía aquello? ¡No era justo! No le gustaba que las cosas no salieran como él quería que ocurrieran, en este caso sin duda no sería una excepción, sino todo lo contrario. ¡Pensaba que por una vez había leído bien el ambiente! Al fin y al cabo ese sonrojo y esos nervios de parte del inglés llevarían a cualquiera a pensar que se sentía de la misma forma que Alfred. ¡Si parecía que tenía el medidor lleno, como mínimo, al ochenta por ciento! ¡No podía estar equivocado! No, nada de ser negativo, hasta que tuviera una sólida prueba de que no sentía lo mismo que él, lo creería, ¡y no pensaría de otra manera!

- ¿Estás bien? -Después de un momento de titubeo, preguntó con la poca voz que le salió. No era su intención hacer fuerza, pero sin darse cuenta había apretado un poco el agarre de su brazo. Cuando se percató de esto quiso soltarlo un poco, pero los nervios le jugaron una mala pasada. Prácticamente sin quererlo, tiró un poco del brazo del otro, provocando que este cayera sobre su pecho. Había que admitir que eso sí que se parecía un poco más a las escenas que había visto en películas, juegos y revistas, pero... ¡Aquello sin duda no estaba bien! En primer lugar porque ni siquiera había querido tirar de él, y en segundo porque... Estaba seguro de que, apoyado en su pecho, Arthur podría sentir el acelerado ritmo de su corazón, y eso solo serviría para aumentar sus nervios- Ah... -Eso fue lo más inteligente que pudo decir. ¿Dónde estaba el gran héroe mundial que nunca dudaba y, obviamente, siempre estaba en lo correcto? ¿Dónde estaba la nación más poderosa del mundo? ¿Dónde su seguridad, su fuerza y sus palabras siempre correctas? Lo más posible es que todo aquello se hubiera desvanecido en los ojos, la voz, el simple contacto con el calor del inglés.

por **.:| United Kingdom |:.** Dom Jul 15, 2012 12:24 am

It can't be true, it can't be true, IT CAN'T BE TRUE. Su rostro palideció tanto. Los ojos no se apartaban de esa calle intacta y normal, pero es que ¡SU CUERPO TENÍA QUE ESTAR ALLÍ! ¡Tenía que despertar! ¿No es un sueño, cierto? Eso tal vez podría decidirlo luego, ahora tenía que encontrar una razón lógica con qué seguir... ¿Qué hacer? ¿Regresar con América? ¿Enfrentarlo? ¿Abandonarlo? Todo parecía mostrar que la mejor opción era huir y dejarlo, pero le faltaban las fuerzas en sus piernas, o mejor dicho, una cabeza emocionalmente más estable. Otra opción era desmayarse y tener que saltarse ese momento tan vergonzoso y a las explicaciones... tal vez resultaba muy buen plan, aunque estaba convencido que mejor sería si algún objeto pesado cayera del cielo y lo aplastara. CRAP! No tengo tiempo a meditar tanto las cosas. ¡Tengo que hacer algo y ya!

Justo lo que le hizo reaccionar a la realidad no fueron esos gritos internos que intentaban vanamente reanimarlo del shock y hacer que actuara de una vez en lugar de quedarse como un zombie, sino el agarre de Alfred en su brazo el cual era muy fuerte y casi doloroso. Como reacción involuntaria, soltó un quejido y le miró con cierto recelo por el miedo de tener que encararlo. Si dolía significaba una vez más que eso no era un sueño, pero de ser así, ¿Cómo es que América pudiese tener ese rostro tan preocupado? ¿Preocupado por el inglés? ¿Preocupado por lo que él pudiese responder a su confesión? ¿Eso justificaba que...? -Hmn...! - Y cuando todavía estaba haciéndose la idea de que eso era real... ¡¿Qué intentaba hacer con esa aproximación, en algo parecido a un abrazo, tan repentina?! Ni siquiera le dio tiempo a formular alguna respuesta o palabras o pregunta ¡ESO! ¡Preguntar! La situación de la nada mutó a ser incomodísima cuando hasta hace unos minutos ambos discutían dentro de un restaurante sobre si debería darle o no a Alfred una segunda oportunidad a mejorarle su día o quien de ambos tenía mayor experiencia en seducción. AWKWAAARD!!

Quedó hecho una piedra al estar tan cerca de él. La tensión entre ambos era sorprendente, aun así, misteriosamente no se sentía nada mal sino todo lo contrario. Tal vez, tal vez tal veeeez, si la situación entre ambos no fuera tan mala, si hace unos cuantos siglos no se hubiesen conocido y no lo hubiese adoptado como su hermano menor, si no lo habría llegado a amar tanto, si el otro no le hubiese roto el corazón y enseñado que no había forma de confiar en alguien... tal vez, en un mundo alterno donde ambos eran totales extraños y aquella situación se diera, tal vez solo relajaría más su cuerpo y disfrutara de ese instante. Apoyarse sobre su pecho y aspirar profundamente su aroma a hamburguesas y golosinas, estremecerse con lo cálido y acogedor que era su enorme cuerpo, deleitarse con sus pronunciados latidos que hacían acelerar al suyo al mismo ritmo, no resistirse a las ganas de corresponderle.

Ahh... pero ese no era ningún mundo alterno y ambos SÍ que se llevaban muy mal.

- A-Alfred... - suspiró con la voz débil y casi ida, podía apostar que incluso el rostro estaba hecho un tomate por todo ese calor que sentía y los ojos todos brillosos por el deseo de estallar en un llanto. No fue justo, aquello era jugar sucio. No le había dado ni tiempo a reaccionar por lo de antes y ahora, después de confirmar que toda la vaina de que el americano esté enamorado de él, rematar con un abrazo, eso era muy sucio. A penas podía recobrarse del shock y recordar como respirar... se sentía tan estúpido y vulnerable. DAMN! - Ah... w-why... a-ahh... n-no, this... y-you c-can't... I... hngh... a-ah-ahh... - después de un rato de quedarse petrificado, tembló asustado y nervioso por no saber que decir ahora. ¿Era en este momento que tenía que darle una respuesta? ¿Algunas palabras? ¿Tal vez mejor quedarse como estaban antes y dejar el tiempo pasar? ¿Ignorarle? ¡Era la primera vez que alguien se le confesaba y, para más indignante, le correspondiera! ¡¡¡NO QUERÍA!!!

Después de una eternidad mental, con una gran fuerza, alzó ambos brazos y apoyó sus manos en los brazos del otro, de tal manera que al impulsarse se separara ligeramente de él, pero manteniéndose equilibrado para seguir de pie, porque las piernas tampoco respondían bien que digamos y necesitaba apoyo para sostenerse. No levantó la cabeza gacha, pero sí alzó con timidez la mirada por el miedo de tener que enfrentarse a esos ojos que podrían ahogarle. - Ah.... - tragó en seco y cerró fuerte los labios después de quedarse un rato intentando ordenar sus ideas ¡Estaba totalmente en blanco! - Y-You.... ughh... s-such a horrible and bad joke... - bajó otra vez la mirada, desviándola a una esquina. - S-si tanto no quieres devolverme esa camisa, pues dilo. No pongas excusas ni crees situaciones.... ah... m-muy incómodas y r-repulsivas... - se encogió de hombros y aspiró aire profundo porque sentía írsele. - C-cierto... tan infantil... si lo que quisiste era retrasarme, entonces lo conseguiste, ya me harté... s-solo llévame a c-casa... -

por **Hamburger** Jue Jul 19, 2012 4:06 am

Aquella situación era sin duda su perdición. Estaba seguro de que el corazón le latía tan rápidamente que Arthur ya se habría dado cuenta. También habría sentido el calor que le recorría todo el cuerpo, aunque se centraba en su rostro, cuyo rubor intentaba por todos los medios minimizar sin mucho éxito. Era una situación desastrosa, su confesión romántica no podría haber sido en un lugar y unas condiciones más alejadas a las de su imaginación, pero... Pero aún así, de alguna manera, no era malo del todo. Todo lo contrario, aquél momento era perfecto. En otras situaciones, en las circunstancias que podría haber ideado la mente de una adolescente enamorada, puede que también hubiera sido perfecto. Pero simplemente el hecho de estar ahí, de sentir su calor y su pecho contra el suyo, era suficiente para hacerlo perfecto. Decidió disfrutar de ese instante todo lo que podía, demasiado nervioso como para intentar pensar en algo más. Quería detener el tiempo y vivir en ese momento, aunque fuera un poco. Dejarse envolver por el aroma a té del inglés. Tener fuerzas para alzar los brazos y rodearle con ellos, sintiendo así el calor de su cuerpo y de sus sonrojadas mejillas. Sentir cómo tanto su acelerado corazón que fuertemente le golpeaba en el pecho como el pulso de Arthur, que también podía sentir sobre su pecho, parecían ir en armonía...

Pero al fin y al cabo no era posible -¡al menos no por ahora!- hacer lo que deseaba, y el pequeño instante en el que todo era perfecto no tardó en desaparecer. Sin embargo... Había algo que había hecho que Alfred se sintiera algo más confiado. Y es que estaba seguro, muy seguro de que las reacciones del británico, ¡habían sido como las suyas propias! Ahí frente a él estaba con un rostro sonrojado, el corazón latiéndole rápidamente y balbuceando. ¡Aquello tenía que significar algo! ¡Estaba seguro de ello! No pudo evitar pensar que aquello sin duda era un punto a favor, que dejaba más claro que Arthur debía corresponder a sus sentimientos. Pero... No hubo ninguna respuesta coherente. ¿Y qué se estaba esperando? La verdad era que la situación no parecía la más idónea para que simplemente dijera algo como que aceptaba sus sentimientos y se sentía de igual manera por sí solo. De alguna manera, podría parecer que hacía falta... ¿una señal? ¿Un indicador de "dilo ahora"? Sin duda eso le habría ayudado mucho a él si la situación hubiera sido al revés, pero... ¡Es que simplemente no sabía cómo funcionaban estas cosas! ¡Era la primera vez que se confesaba a alguien, y tampoco nadie lo había hecho nunca así que eso era muy embarazoso!

- Ah... No, verás, yo... eh... -Intentó decir algo para que la situación avanzase en lugar de todo aquél incómodo silencio, pero nada salió de su cabeza. Después de lo que le parecieron horas de buscar una manera inteligente de salir de aquella incómoda situación, volvió a sentir un deseo, igual que cuando había visto al inglés tirado en el suelo y había ido corriendo a abrazarle. Quería alzar los brazos y rodear su delgado cuerpo con ellos. De alguna manera, quería que viera algo tan sencillo como eso. Que era un héroe, y como tal, quería protegerle de todo. Pero le costaba encontrar la fuerza para mover el primer centímetro de su cuerpo y comenzar con ello. Le costó, sí, pero cuando estaba a punto de comenzar a mover sus brazos para abrazarle rápidamente, sintió las manos del inglés deteniendo completamente el que iba a ser su siguiente movimiento- Eh?

Le miró un momento, intentando asimilar un cambio que no estaba previsto en su heroico plan. ¿Por qué Arthur se separaba de aquél abrazo incompleto? No tuvo que esperar mucho tiempo para escuchar sus palabras, y de repente... No podía imaginar una sensación peor que aquella. Ni siquiera aquella de antes, en el restaurante, cuando había imaginado qué ocurriría si el otro realmente tenía éxito en su conquista con una mujer. Aquella sensación en el pecho que había sentido era solo un ligero dolor de cabeza comparado con esa sensación que sintió oprimiéndole el corazón. ¿Y si... se había equivocado? ¿Qué pasaba si no era correspondido, y aunque en su mente todo fuera una bonita y romántica situación, para el otro sí que era realmente incómodo? Pensar en eso le oprimía el pecho hasta el punto de que solo analizar ese pensamiento le dolía, pero... Por alguna razón, sus optimistas pensamientos de siempre se vieron opacados por aquella cruel posibilidad.

- I see... -Podía ser que lo hubiera interpretado todo mal. Podía ser que ni siquiera tuviera nunca una posibilidad, o que realmente el inglés nunca había dejado de verle como un hermano menor, no como siquiera un mínimo potencial de interés romántico. Tal vez todos esas peleas, insultos, golpes y chillidos no habían tenido nunca detrás un doble significado o algo parecido. O peor aún... Podía ser que llegara demasiado tarde y ya hubiera alguien a quien Arthur quisiera. Aquél sí que era un sentimiento doloroso que le oprimió el pecho hasta el punto de que pudo sentir un auténtico dolor físico durante un momento- OK! ¡Entonces lo más cómodo será llevarte a tu casa para que te bañes y me devuelvas mi camisa! -Y sin embargo, respondió a sus palabras como lo habría hecho aún si la situación no hubiera sido esa. ¡Por supuesto! Al fin y al cabo era un héroe, y no podía seguir exponiendo que su máxima debilidad, la kriptonita que le hacía débil y le mantenía despierto por las noches, por la cual actuaba de la forma más vergonzosa para un héroe como él, era el británico a cuyos ojos trataba de mirar para encontrar un poco de esperanza- Ahh... Pensaba que sería mejor que ahora fuéramos a comprar y luego solo te dejaría allí, pero después de todo lo que ha pasado, ¡es mejor que te des una buena ducha! -Incluso sacó fuerzas para reír y dar un par de golpecitos en el hombro del inglés.

Sin embargo, cuando avanzó para separarse un poco del otro -no mucho, lo suficiente como para quedar a su lado y hacerle salir del callejón, al fin y al cabo aún parecía que fuera a desmoronarse con un soplo de viento- descubrió cómo las piernas le temblaban ahora más que nunca, haciendo más difícil el caminar. De echo todo se le hacía más difícil ahora, incluso debía recordarse cómo respirar. ¡Pero, no! ¿Qué clase de héroe sería si ahora se mostrase como un llorón y le pedía a Arthur una respuesta sólida pasara lo que pasara? Al fin y al cabo pensaba que esta vez lo había hecho bastante bien leyendo las palabras del inglés, ¡no era tan tonto como para confundir un rechazo! ¿Verdad?

- ¡Ah, es verdad! -Solo pudo dar dos pasos antes de que sintiera que las piernas se le quedaban pegadas al suelo, rechazando cualquier opción de moverse mientras aquella presión en el pecho continuara. Así que intentó ganarse algo de tiempo girando el cuerpo hacia Inglaterra y mostrándole una de sus mejores sonrisas de disculpa- Si te hace sentir menos incómodo, puedes ignorar... -Aunque entonces se obligó a detenerse. Juraría que había sentido que hablaba con una voz quebrada, y...- Eh? -Lo que realmente le hizo detenerse fue lo miso que le hizo llevarse una mano al rostro, para descubrir que su leve sospecha era cierta. Lo que había sentido recorriendo cálidamente sus mejillas hasta caer por su barbilla eran las primeras lágrimas de un llanto silencioso que había empezado sin que siquiera le diera tiempo a verlo venir. Al darse cuenta de ello, volvió a girar el torso para darse le espalda al inglés e intentó secarse las lágrimas como pudo- B-By the way, we should... Keep going now... -Trató por todos los medios que Arthur no notara el tono de su voz. ¡No, no, no, no! ¡Aquello sí que era malo, era lo peor que podría haberle ocurrido en esa ocasión! ¡No quería dar pena, no quería parecer un niño pequeño que quería su caramelo! ¡Si lo que quería era demostrar que era un héroe y un adulto, lo peor que podía hacer era comenzar un llanto que no parecía querer parar!

por **.:| United Kingdom |:.** Mar Jul 24, 2012 6:29 am

Si existía algún momento que podía creer que reencarnar en un papel higiénico era mejor vida que lo que presenciaba en aquel instante, este mismo era. Tan solo no podía, era totalmente débil a las reacciones de Alfred y sus estúpidos caprichos por más que discutieran previo al asunto, todo por no tener que verlo justo como estaba en esa ocasión. ¿Quería hamburguesas en medio de una conferencia? Podía enojarse al principio, pero al final accedía. ¿Quería comer helado en medio de una balacera en plena guerra? Se lo daba. ¿Quería que fuese a su fiesta de cumpleaños? N-no es que fuera por él exactamente, sino que, como persona adulta mostraba cuan maduro era. ¿Quería que intentara con jugar un ~~adictivo~~ horroroso videojuego RPG para hacer una party y ganar más puntos? Nada costaba intentarlo. Sin embargo ahora... ¿Qué buscaba ganar América con esto? Confesión es expresar abiertamente los sentimientos de uno hacia el otro, ¿Y? ¿Qué sigue después? ¿Creía tal vez que con ello podría mejorar los lazos entre ambos? ¿O es que esperaba ingenuamente una sonrisa y aceptación de su parte? ¿Nada más? ¿Qué haría aun si le confesara a Alfred que de verdad le correspondía de regreso? ¿Palabras y todo regresa a la normalidad? ¿O acaso buscaba iniciar una relación más profunda? ¿En estos momentos cuando hasta hace unos minutos solo los ataba un antiguo hilo de odio y rencor? ¿Esperaba sinceramente algo positivo de alguien a quien hirió tanto? ¿Y sin siquiera haber intentado arreglar esos terribles recuerdos entre ambos? Estúpido. Muy estúpido. Stupid America.

Le dolía. Le dolía mucho. Tanto o casi como aquella espantosa noche. Mantenía su mirada gacha, no le miraba, pero aun así podía sentir el más grande desánimo puro en la voz y respiración del otro. Ni siquiera tenía el mínimo valor para verle a la cara y decir algún comentario para desviar el tema y ablandar el asunto. ¿Y cómo hacerlo después de lo cruel y casi grosero que fue Arthur? Era consciente de ser el culpable. Es más, de ser que el otro haya insistido por una respuesta a su confesión de amor habría sido más directo con su rechazo, porque, al final de cuentas, lo que hace un rato dijo el inglés no era nada menos que alguna especie de rechazo cruel, seco e indirecto. Y "menos mal" al parecer el menor comprendió ello puesto que no puso empeño en sacarle algo directo... seguro y hubiese sido más doloroso aun. Dammit. ¿Alfred seguía con lo de querer "mejorarle el día"? Mejor término sería "peor día en la vida". No... como esto iba, sería incapaz de volver a ver la cara al americano hasta meses, tal vez años, tal vez siglos, lo tanto que demore para olvidar que aquel día alguna vez existió. Sentía un horrible nudo en la garganta, tan apretado y duro que a penas y respiraba, capaz y en cualquier momento se desmayaría por asfixia; además de unas náuseas incontrolables y una terrible jaqueca.

- Ah... - la risa y las palmaditas del otro hicieron que moviera su cabeza y le sacaran del trance semi-depresivo que seguramente, cuando regrese a casa, dejaría salir. Oh... ¿Y ahora ignoraba todo lo que pasó? Levantó un poco la cabeza para notar que el otro ya lo había dejado y avanzado hasta fuera del callejón. Se veía tan... frágil. Algo tan contraste con lo grande que era su cuerpo. ¿Qué hacer ahora? Su cabeza de vuelta le decía correr. Aun si fuese la solución más insensible, era la que mejor le parecía al británico. No tenía el corazón suficiente como para resistir más para estar a lado de esa presencia que tanto le dañaba... Ah, ¿Y si lo hiciera por solo cumplirle "un último capricho" hasta la próxima que puedan entablar una conversación más estable? No estaba seguro de cuan afectado se encontraba América ante todo esto, pero seguro si tenía intenciones de reivindicarse, era porque lo habría asimilado bastante bien.

Levantó la cabeza para negar de manera más directa su oferta. La única verdad que podría decirle y era que ahora... no quería verlo.

- ?! - El aliento se le fue. El corazón se le detuvo. Sintió correrle todo el frío. Sus ojos se abrieron más de lo que podía del horror. Aun si América seguía hablando era como si todo se hubiese detenido y tan solo podía existir para contemplar su desgracia... ¿...Lo había hecho llorar? It can't be... Y lo peor es que sabía a que se debían sus lágrimas. ¡¿Por qué diablos no corrió cuando debía?! ¡Pudo haberse saltado tan asqueroso momento y evitarse el odio nauseabundo a sí mismo! Tuvo la oportunidad incluso desde antes que se confesara... desde que estuvieron en el restaurante... desde que trató de escapar del baño... ¿Tanto le odiaba la vida para que siempre todas las cosas le fueran ASÍ de mal? Como si su eternidad en la soledad no fuera suficiente... Aun si Alfred fuese la persona de lo más antipática y odiosa, si aun siguiera siendo un inmaduro, si siempre estuviese en contra de sus opiniones, si fuese un terrible manipulador, si solo le trajera dolor de cabeza, si fuese tan idiota, si fuese un egocéntrico y egoísta, si insultase a sus mejores amigos por el simple hecho de no poder verlos, si juntara en total todas las cualidades negativas del tipo de personas que más repudia, si le hubiese traicionado... para Inglaterra seguía siendo —no como "su niño adorado"— la persona más preciada e importante para él.

Ni siquiera fue acto que haya pensado. Su cuerpo solo actuó como si se tratara de inercia o como si tuviese alguna función robótica. Y vaya que, de haber procesado ello, se habría sorprendido incluso más porque, a pesar de que no tenía ni las fuerzas para correr ni hablar, obligó al americano a voltear jalando de su brazo para que volviese a verle y, con la otra, inmediato sacó un pañuelo de su bolsillo para pasarlo sobre su rostro y secarle las lágrimas. En otro tiempo, muy muuuy atrás, aquella acción habría ido acompañada por una sonrisa muy dulce y una cancioncita infantil para hacerle desaparecer el dolor que haya producido en el americano para que llorara. Ahora no sonreía, ni cantaba. Tenía el rostro lleno de tristeza, como si desease acompañarlo a estallar en llanto, la boca entreabierta intentando en vano decir algo que no podía salirle de las cuerdas vocales y un suave tono rojizo en las mejillas. Sus mejillas eran tan cálidas... aun si solo las sentía a través del pañuelo. La tentación de saber cuan suave y cálidos se sentiría también sus labios con el solo roce de su pulgar apareció intensamente, tanto que era imposible negárselo. Era imposible. No se negó. WHAT?!

- EEEEEEEEEEEEEEEEEEEEECK!! - dio un enorme salto hacia atrás con el rostro ardiéndole mucho, bastante nervioso y ambos brazos levantados haciendo una gran equis. - ¡¡N-no me t-tomes a mal!! O s-sea... ah.... esto... - se encogió de hombros por unos instantes perdido en el garabato de ideas que tenía. ¡Se le fueron las palabras otra vez! ¡¿Y en un momento así?! Cualquier excusa, por más patética serviría, pero le costaba pensar. Entre tanto que formulaba una oración coherente, involuntariamente, pasó el mismo pulgar sobre sus labios... oh, eso solo podía empeorar cosas y hacerle más nervioso. - ¡¡¡¡AWKWAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARD!!!! - chilló regresando a la misma posición y cerrando fuerte los ojos para inspirarse de valor a hablar (aunque ahora esté gritando). - ¡¡TODO!! ¡¡TODO LO ES!! Estúpido y adorable Alfred... N-no que te vea adorable, ¡PARA NADA! De niño sí lo fuiste, aunque ahora... ahora... h-has crecido tanto y.... ¡¡ARGHHHH!! ¡STOP DOING THINGS SO BLOODY DIFFICULT, YOU BIG JERK! T-tampoco es como si me dificultaras todo porque siempre hayas sido importante para mí... ¡¡NO LO ERES!! ¡NI POR UN POQUITO! ¡Y TUS HAMBURGUESAS APESTAN! N-ni tampoco las siento agradable olerlas sobre ti... ¡N-no! ¡Tampoco es como si me fijara de cada cosa de ti! ¡Ni de tus asquerosos hábitos! Wait... eso sí ¡¡Y POR ESO SIEMPRE GANO EN HALLOWEEN, HAHAHA!! ¡Tú y tu estúpido país! ¡Tu estúpida comida chatarra! ¡Tus estúpidas gafas! ¡Tu estúpido mechón! ¡Tu estúpida voz! ¡Tu estúpida risa! ¡Tu estúpido aroma! ¡Tu estúpida independencia! ¡Tu estúpido... TODO TODO TODO!! - mother de todas las explosiones. Había arrasado con su punto límite y ahora a lo que más atinaba era a soltar lo primero que pasara por su cabeza, como si su única arma de defensa fuesen sus palabras. Gritos sobre gritos y más gritos. - ¡¡¡Y MÁS MÁS MUCHO MÁS ESTÚPIDO ES QUE YO--!!! - deprisa puso ambas manos sobre su boca, como si su cuerpo reaccionara ante la censura de algo que sabía estar prohibido de decir... ¡Y menos en este tipo de situaciones! El carmesí de su rostro se intensificó hasta las manos, cuales era ya imposible distinguir que eran manos y que era su cara; sus lágrimas también no tardaron en formar parte de aquel escenario - GYAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA -

Y al fin, después de haber pasado todo lo que pasó, bastante tarde, echó a correr. Corrió en sentido contrario de donde estaba parado, saliendo del callejón por la calle que quedaba al otro extremo. Huir lo más lejos que podían llevarle sus piernas o al menos hasta el taxi más próximo que encontrara... ¡Y bingo! ¡Claro que lo encontró! Aunque con una señora con hijos que parecía ya haberlo pedido antes... ¿Sería TAN descortés como para empujar a una dama y entrar de forma bruta y sin modales al vehículo? ¡S-situaciones extremas requieren medidas extremas!

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