Visita sorpresa ^^ (privado)

Lo maldijo mucho más mentalmente cuando le respondío a sus insultos, mirandole con ganas de querer matarlo pero lamentablemente estaba en desventaja y eso lo sabía mejor que nadie. Podía notar como el otro se movía. De espacio pero podía notarlo. Separó sus labios para quejarse pero ahora eso no era el problema. Miró con desagrado la mano que recorío su vientre hasta llegar a su pecho.

Iba a decir algo pero prefirió quedarse callado. Los latidos de su corazón eran algo acelerados pero no demasiado como para poder decir que estaba asustado ó que sentía una de tantas emociones derivadas del miedo. Comenzó a pensar en una forma de quitarse al ruso de encima.= aunque sería dificil el hallaría la forma de quitarlo.
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(lo siento por tardarme y por lo horrible del post. Es que lo hice antes de irme a la escuela y muero de sueño ;O;)

Lo observaba atento a cualquiera de sus acciones, por mínimas que fuesen, como sus labios que emitían leves quejidos ahorrando frases y maldiciones que evitaba decir y su mirada cargada de odio, expresaban sin necesidad de palabras las ganas que tenía de matarlo.

Todavía con la mano en su pecho podía sentir aquellos latidos que aumentaban su frecuencia golpeando su pecho, debía ser producto del miedo o también de la rabia y desesperación que le producía el no poder liberarse, o más bien, una mezcla de todas esas emociones perturbadoras, que además le agradaba ver presentes en el otro, en su estado de impotencia, que posiblemente duraría aún más, ya que no pensaba dejarlo escapar.

Apartó la mano de su pecho y sujetó sus muñecas para evitar cualquier tipo de ataque que impidiesen hacer lo que quería. Buscó su boca, rompiendo la corta distancia que los separaba, depositó un beso breve, que no consistió más que en una simple y brusca presión de no muy larga duración sobre sus labios.

Un leve quejido de dolor salió de su boca al sentir como le tomaba de sus muñecas que ya comenzaban a dolerle bastante. Se regaño mentalmente por haber echo eso. Ahora el otro se daría cuenta de que eso le había causado dolor. Comenzó a forcejear al sentir que tomaba de nuevo sus muñecas. De alguna manera se liberaría del agarre del ruso. Ahora no tan solo forceajaba, ahora comenzaba a mover sus piernas, en un intento de patear al mayor y quitarlo de encima de él de alguna manera. Le odiaba y tenerle cerca era mucho peor.

Puso cierta expresión de desagrado al sentir los labios ajenos sobre los suyos. Volteo el rostro rompiendo aquel contacto con disgusto, mirando de reojo al otro con enfado. Realmente quería matarlo de una vez por todas.

(e_e lamento tardarme, la escuela me quita cada vez mas y mas la inspiracion x-x)

Escuchó como por fin obtenía alguna respuesta deseada, se trataba de un tenue quejido, al parecer era producto de la presión que ejercía en un muñecas, a lo que respondió apretándolas con un poco más de fuerza, mientras sus labios curvaban una sonrisa sádica, mezclada con una mirada infantil.

-¿Duele?-preguntó inocentemente, acomodándose nuevamente en sus caderas, para evitar sus intentos por quitárselo de encima.- Podemos estar así por mucho rato, o a menos que tengas la suficiente fuerza para apartarme, pero como no es así…- dijo con un tono burlesco, alimentando el enfado que debía estar sintiendo.

Se agachó quedando cerca de su rostro, que había volteado como manera de evitarlo, no le importó y besó su mejilla que estaba expuesta.

-Da igual lo que haga, de todas formas me odias y eso no cambiará- susurró contra su oreja, mordiéndola al terminar la frase.

Cerró sus ojos, esta vez fue más una reacción inmediata al dolor que sentía en esos instantes, cuando aprentaban más sus muñecas. Cada vez estaba más enojado y cada cosa que el ruso le decía aumentaba esta ira y al parecer este lo sabía claramamente. Mordió su labio, no pensaba responder esa pregunta aunque era algo demasiado obvio, le dolía.

No pudo evitar sentir repugnancia cuando aquellos labios se posaron sobre su mejilla. Le miraba de reojo, viendo y escuchando con atención cada una de las reacciones del mismo. Lo único que no se esperaba era que mordiera su oreja. Volvió a morder su labio inferior, tal vez en un intento de reprimir aquel molestoso sonido que amenazó con salir de su boca. Trató de moverse pero nuevamente recordó que era algo inútil. Aunque no lo quisiera aceptar, el ruso era mucho más fuerte que él.

-Podría morderlos por ti- sugirió con una sonrisa traviesa, al ver como se mordía el labio inferior, evitando soltar cualquier tipo de sonido. Ubicó su mano en la nuca del georgiano y a la fuerza, pues era imposible que cediera, volvió a robarle un beso agresivo, mientras que todavía sostenía una de sus muñecas.

Al finalizar el beso, bruscamente alzó la muñeca del menor hasta la altura de sus labios, besando ahora la piel rojiza debido al forcejeo y dejándola caer como si fuese un objeto. Adentró una mano entre las ropas, cosa que definitivamente no sería del agrado de su compañero; a pesar de eso continuó subiendo hasta su pecho. Al menos ya había liberado sus muñecas que debían estar adoloridas aún.

Cada gesto debía estar causándole a Davit repugnancia, mientras que para él era divertido y cada vez que intentaba algo, era como un desafío, donde lo principal era vencer la resistencia que ofrecía.

Volvió a sentir los labios ajenos sobre los suyos, cerrando con fuerza sus ojos para evitar mirar al ruso de cualquier manera posible. El beso fue uno agresivo, mucho más de lo que este esperaba. Pero no pensaba quedar atrás, respondió aquel beso igual de agresivo, mordiendo los labios de su opuesto. Los quería hacer sangrar.

Con cierto desagrado miró sus muñecas que ahora eran besadas por el soviético. No pudo evitar dejar salir un pequeño quejido de dolor cuando sus muñecas golpearon el suelo. Aunque sus muñecas le dolían demasiado este no se iba a rendir. Tan pronto sintió las frías manos dentro de su camisa no dudo en golpear con fuerza el rostro de Ivan.-¿¡Qué parte de que no me toques no entiendes!?-volvió a golpearle con fuerza, ni el dolor de sus muñecas lo detenía. Tenía que librarse de él como fuera.

Disfrutaba de la agresividad de Georgia, en especial cuando le respondía el beso de la misma manera, lo que de daba cierta intensidad a la situación. También aprovechaba la ocasión para morderle los labios intentando herirlos, ansiando probar el líquido rojizo, ese color cálido que tanto le gustaba, presente en su bandera soviética.

Al parecer se había equivocado, al georgiano aún le quedaban fuerzas guardadas y se lo demostró en el momento que golpeó su rostro. Sin permitir que la sonrisa se borrase, quitó las manos del abdomen y tomó las delicadas muñecas del menor, apretándolas, con mucha más fuerza que la vez anterior, ahora no era para inmovilizarlo, más bien tenía la clara intención de lastimarlo.

-Hum~ no, no lo entiendo- aún no cedía la presión de sus muñecas, y no lo haría hasta que muriesen sus fuerzas.- O mejor dicho, no quiero, ni me interesa entenderlo.

Maldijo pero esta vez en voz alta. No le importaba si Rusia le escuchaba, ya estaba harto. Dejo escapar un obvio quejido de dolor al sentir como sus muñecas eran apretadas de nuevo. Ahora le dolía y mucho más de lo que pensaba que le dolería. Cerró sus ojos con fuerza, producto del dolor-Idiota, nunca entiendes nada. Imbécil-forceajeaba aunque todo este forcejeo era ruducidos a simples insultos, ya no tenía más fuerzas para luchar.

Ahora se sentía inútil. No tenía más fuerzas y sus muñecas dolían. Odiaba aceptar la derrota. En voz baja le insultaba mientras dejaba de forcejear. Miró a un lado con la respiración algo agitada, lo miraba por el rabillo del ojo y con el ceño fruncido.-..ahora-hizo una pausa-¿eres feliz?-preguntaba con enojo y odio.

Entre insultos y maldiciones provenientes de la santa boca georgiano iba cediendo la escasa fuerza que le quedaba. De haber sacado la cuenta, perdería la cifra exacta de cuantas palabras poco amables decía en su contra, aunque eso no era lo importante, había logrado que se rindiese y más aún que indirectamente lo admitiese.

-¿Feliz?- lo miró con un aire triunfante.-No todavía- respondió tranquilamente y con amabilidad a esa pregunta cargada de rencor.

Con una de sus manos sujetó su barbilla, obligando a que lo viese de frente y depositó un corto beso sobre sus labios, que finalizó con una pequeña mordida. Siguió por un lado de su cuello, subiendo por él hasta el lóbulo de la oreja que atrapó entre sus labios.

¿Aún no estaba feliz?. Esa respuesta hacia que el georgiano ardiera en ira. Odiaba cuando nada era suficiente para satisfacer al ruso, nada de nada y eso siempre le irritaba. En el momento de sentir los labios de su opuesto sobre los suyos esa sensación de asco regreso a su cuerpo aunque una pequeña punzada de dolor fue lo que finalizó aquel beso que este se había negado a aceptar.

Lo que no se espraba era esa pequeña mordida en su lóbulo. Cerrando sus ojos con fuerza y casí por instinto mordía su labio inferior-Hm...aburrido-susurró de mala gana al oído del ruso buscando alguna forma de hacerlo enojar.

Sabía que el georgiano debía estar irritado, pudo notarlo al finalizar el beso y observar su expresión de completo desagrado. Luego de haber mordido su oreja, se apoyaba en su cuello, escuchando un “aburrido” provenir de los labios del otro.

-Es difícil entretenerte, Davit- respondió con amabilidad, si su intención era hacerlo enojar, haría lo posible para que no lo lograse.-…Pero, de todos modos, trataré de hacerlo- le dedicó una de sus “inocentes” sonrisas y llevó una de sus manos a la entrepierna del menor, acariciándolo, aunque le parecía aburrido que fuese sobre la ropa que le impedían sentir directamente su piel.

De nuevo le hablaba con esa amabilidad. Odiaba que le hablara así la consideraba tan falsa y horrible en todos los sentidos de la palabra. Lo que si no se esperaba era que el ruso fuera tan atrevido de tocar esa area de su cuerpo. Si bien sabía lo que este quería detestaba imaginarse lo que podría pasarle por su mente. Mordió levemente sus labios mientras miraba a un lado, no le daría el gusto de que escuchara aunque fueran leves, algunos gemidos.

Volvió a mirarla de reojo, sonriendo desafiante- ¿Eso es lo mejor que tiene el gran Rusia?-rió un poco volviendo a morder su labio al finalizar su pequeña carcajada que iba acompañada con un poco de molestia- Es patetico-añadió a lo último.

El menor parecía no querer rendirse en su intento por hacerle enojar, quizás estaba a poco de lograrlo, con esas agradables palabras acompañadas de una sonrisa desafiante, no podía negar que comenzaba a irritarlo, pero no pensaba demostrárselo.

-No, lo mejor, al menos lo será para mi…- especificó sin abandonar su clásica sonrisa- …está por venir- susurró esta vez contra su cuello, lamiéndolo y mordiendo su piel sin mayor cuidado, mientras que su mano no dejaba de atender su entrepierna, sólo que ahora se había adentrado en su pantalón, acariciándolo directamente.-No soy el único, alguien que finalmente se deja dominar por quien odia también puede llamarse así-presionó más aquella zona sensible-…además a tu cuerpo parece gustarle lo que hago~

Las lamidas y aquellas mordidas en su cuello provocaron que volviera a cerrar sus ojos con completa molestia, odiaba que lo tocasen y más si era alguien que no soportaba, que odiaba con todas sus fuerzas. Hizo casi lo imposible, si es que así se podría decir, para retirar la mano de aquella zona aunque claro, no pudo. Como veces anteriores volvió a morder su labio inferior, ahora rojo y algo hinchado por las mordidas.

-C-cállate de una vez..i-idiota-volteó el rostro evitando mirarle, mordiendo más su labio, evitando que uno que otro sonido pudiese escapar de su boca.

El menor trataba de apartar su mano de ese lugar, aunque era una perdida de tiempo y fuerzas, porque ésta parecía insistir en su permanencia, oponiendo resistencia total. Buscó su rostro con la mirada, pero no pudo toparse con la del georgiano que parecía no querer corresponderla, así como tampoco quería darle la satisfacción de oír al menos de sus gemidos, mordiéndose los labios para que no escapasen de ellos.

Acariciarlo entre las estrechas ropas le parecía incomodo, no dudó en tratar de arrebatarle de un tirón brusco el pantalón con algo de dificultad, pues no podía esperar ni la más mínima cooperación por parte del otro.