Preparando la casa para la visita de Buenos Aires~

Aquel día había recibido una carta de una capital bien conocida en su país, estaba algo feliz, ya que hace tiempo que no le hacían visitas, suspiro y comenzó a limpiar la casa.

- Espero que a Buenos Aires-san le guste el té, onigiris o nigiris… desu…

Se preguntaba, sin dejar de sonreír, ponía los bocadillos en su mesa pequeña y limpiaba los últimos lugares. No había dormido muy bien en la noche, pero aun a si su emoción de ver al chico lo despertaba. Luego cuando estaba todo listo, se sentó apoyando su cabeza en la mesa, para esperar al argentino.

- D-deje la puerta abierta para que pasase… desu…

Agrego mientras que lentamente cerraba los ojos, inconcientemente quedándose dormido.

El aroma de los cerezos en flor lo embriagaba, se sentia tan bien y comodo en ese lugar, como si en alguna otrra vida hubiera sido japones, llego a la puerta, no estaba muy seguro de entrar sin llamar asi que hablo
--Soy Buenos Aires, se puede pasar, Nihon-san?--pregunto, estaba algo nervioso, llevaba un traje blanco, una camisa negra y una corbata azul

Se levanto lentamente, al sentir como una voz melodiosa pronunciaba su nombre, al comienzo miro hacia todos lados, aun algo adormilado, sintió como el aire recorría su casa al igual que a sus mejillas.

- ¿eh…? ¿m-me… he dormido?...

Se pregunto suavemente, luego observo hacia la entrada y se encontró con el chico, rápidamente se levanto, y camino hacia la entrada, aun algo adormilado y risueño.

- Koni-Konichuwa… desu… disculpe… si lo hice esperar…

Se disculpo de la manera más dulce, no quería molestar a su invitado, a si que camino hacia el lado y le indico que pasase. Sin dejarle de sonreir.

Martin se sintio inmensamente reconfortado al ver la sonrisa del joven
--Konnichiwa, usted vale la pena cualquier espera Nihon-san--entro y se quito sus brillantes zapatos
Observo a su alrededor, era una tipica casa japonesa
--Tiene una hermosa casa, se respira paz desde que uno entra--todo se veia tan prolijo

Sonreía mientras que lo observaba pasar, cuando ya estaba adentro, cerro la puerta y se adelanto un poco hacia al frente del argentino.

- Dígame… ¿desea algo para comer? –

Le pregunto suavemente, mientras que le veía. Luego soltó una pequeña sonrisa, y comenzó a caminar hacia la cocina.

- Si quiere, no es necesario quitarse los zapatos, yo se que usted viene de otra cultura, y la de nosotras ambas son muy diferentes desu…

Dijo en forma clara y amigable, pero ahora un sentimiento de confusión le inundaba, ya que no sabia que quisiera comer el chico.

--Si hay algo que me gusta es tratar de respetar las costumbres del lugar que visito, ademas es una costumbrre bastante comoda y seria una pena ensuciar tan hermosa madera--le susurro esto ultimo
Se quedo embobado con la sonrisa del joven y camino detras de el, hasta que escucho que le preguntaba que si queria comer algo
--Oh cualquier cosa que usted haya preparado estara bien para mi--dijo y espero ahi parado a que el chico le dijera que se sentara

- Veamos… tengo onigiris y té.... ¿No le molesta comer eso, no?

Volvió a sonreírle, mientras que sostenía la bandeja en sus manos, contenía dos onigiris y dos tez, aun calientes. Se acerco hacia el chico, dejando la bandeja en la mesa para luego sentarse, sin dejar de sonreírle.

- Por favor, siéntate… desu…

Le indico con su mano el lugar donde se iba a sentar, en una pequeña silla, justo al frente de el.

--No, no me molesta, se ve delicioso--le dijo mientras se sentaba y se acomodaba el cabello, el rostro del chico era tan hermoso penso, era casi perfecto como la porcelana, estaba emezando a acalorarse y se obligo a pensar en otra cosa

Observo como se sentó, luego agarro uno de los onigiris y se lo llevo hacia la boca, pero como el onigiri era mas grande, hubo un fallo en el trayecto hacia su boca, una simple mordida, hizo que el onigiri se desmoronara. Su cara rápidamente esbozo una vergüenza, sus mejillas también, un tono rojizo le inundo la cara, mientras que bajaba la vista.

- G-gomen, creo que…. Los onigiris están algo débiles… desu…

Pronuncio avergonzado, luego miro hacia el lado, llevándose un dedo a la boca y limpiándose un arroz que tenia en su labio.

- Prometo, hacerlo mejor la próxima ves desu… ahh… bueno… s-si quiere le hago uno ahora… q-quizás ese igual esta débil…

Martin observo pasmado ,pero manteniendo la postura amable, como el onigiri caia y un grano de arroz quedaba en la cara del joven, sintio una irrefrenable deseo de quitar ese grano con algo mas que su mano, pero gracias a dios el chico enso lo mismo y se limpio, asi que el tomo el otro onigiri y lo comio de un bocado, cuando termino y se sentia mas calmado habiendo alejado los demonios de al l ujuria de su cerebro hablo
--Exquisito, no se preocupe los accidentes suelen pasar--sonrio sintiendo como un escalofrio recorria su espalda, como podia pensar semejantes cosas, sintio la garganta un poco seca asi que decidio tomar un sorbo de te

Se quedo callado antes las agradecidas frases del Argentino, por alguna razón lo calmaron un poco, a si que ya confiado subió la cabeza aun con las mejillas rojas, y sus ojitos algo brillosos, parecían tener vida.

- ¿Enserio… le gusto…?

Sonrío dulcemente, llevándose las manos hacia las piernas y observándole como tomaba té, seguía sonriéndole, es que en verdad admiraba la cultura ajena, aunque fuera algo extraña, en la forma de manifestar sus sentimientos, pero al fin y al cabo, deseaba ser a si de expresivo como los demás.

- Me alegro en verdad… desu…

Se levanto un poco quedando de rodillas, se arrastro un poco hasta llegar al lado del argentino, y volvió a sentarse, quedando a su lado.

- Por favor…

Agacho la vista un poco, como una mini reverencia.

- Quédese a dormir hoy en mi casa, el camino es algo peligroso desu…

Le pidió de manera suave.

Algo sorprendido por la oferta, una bateria de miles de posibilidades de ver al chico con poca ropa cruzo poor su mente, casi al borde de la locura, coloco una mano en su pierna y respiranodo profundo contesto
--Gracias por la oferta, es verdad ya esta oscureciendo y me da algo de flojera irme a hotel--dijo con demasiada sinceridad

Sonrío al ver al chico a si, llevo su mano, hacia la mano que su contrario tenia en su pierna, y volvió a sonreírle.

- Claro, esta anocheciendo, y si le llega a pasar algo en el camino hacia su casa, en verdad me sentiría muy culpable, aparte seria un viaje muy largo… desu

Agrego feliz el chico, que aun se encontraba muy apenado por lo del onigiri, a si que el sonrojo seguía en sus mejillas, al igual que la dulce sonrisa.

El toque de la mano de japon se sentia demasiado bien, sus manos eran callidas, al contrario de las de el que siempre estaban frias
--Me preguntaba si usted tiene un baño termal? se dice asi verdad? me gustaria mucho darme un baño e oido que son muy relajantes--su corazon latia con fuerza ante la posibiidad que el chico decidiera acompañarlo

Ladeo la cabeza y escucho la pregunta, acepto rápidamente con la cabeza, por que si, tenía para el, el mejor baño termal de todos, aparte le gustaba bañarse y relajarse en sus aguas. Se levanto y camino hacia un closet, sacando de el dos toallas pequeñas de color crema.

- ¿No le molesta si lo acompaño, no desu?...

Pregunto, mientras que le entregaba la toalla al chico.

- Vera, usted se tiene que sacar la ropa, y taparse abajo con esta toalla, y estará listo para entrar al baño, desu.

Camino un poco hacia delante y le indico una pieza que había al final del pasillo.

- Ahí usted puede cambiarse…

Se alejo del chico y fue hacia otra habitación para cambiarse el. Luego, a los minutos ya estaba listo, salio hacia fuera, su piel era blanca, y se veía bastante tersa, camino sigilosamente hacia el agua y como vio que todavía no llegaba su contrario, se encamino hacia la pieza donde estaba el, dando pequeños golpes.

“toc toc”

- ¿Esta bien, Martín-san?

Buenos Aires se alegro de escuchar que el japones queria unirse a el en las termas
--Fantastico--sonrio como quien tiene un juguete nuevo en la mano
--Gracias--dijo tomando a toalla y entro en la habitacion que el chico le señalo
Se quito la ropa la doblo con cuidado dejandola sobre una silla, por ultimo se quito sus boxers negros y tomo la toalla
--Maldicion--dijo para si mismo la toalla era algo pequeña para su talle y no lograba acomodarsela sin que se viera alguna seccion de su partes bajas
--piensa, piensa-- se dijo tratando de ver que hacia, podria vestirse de nuevo y salir a preguntarle a nihon si tenia una toalla mas grande, hasta que sintio que japon le llamaba
--Ah, es que ah ,que pena con usted,pero tengo un gran problema con esta hmmm pequeña toalla, quizas tendria una mas grande--dijo avergonzado

Le quedo mirando un rato, y soltó una pequeña risita, acepto con suavidad y camino hacia otro mueble sacando una toalla de color uva para el, obvio que mas grande. Sonrío, y se acerco hacia el chico entregándole la nueva toalla.

- ¿Esta… esta bien?

Estiro su mano y le mostró la toalla que usaría.

- Esta es mas grande, y es linda, por lo menos a mi me gusta desu…

Añadió con suavidad, no pudo evitar tiritar un poco, por el frio.

Vio la mano de Japon asomarse por la puerta, sintio alivioo, tomo la toalla color uva y se la coloco en la cintura era perfecta
--Ya esta, gracias--le dijo saliendo del cuarto, vio que el chico estaba temblando un poco, entro a la habitacion y tomo su saco
--pongase esto hasta que lleguemos a las termas, es mi culpa que haya salido--le dijo mientras le colocaba en los hombros su saco negro

- No se pre…

No alcanzo a contestarle a su contrario, cuando ya este le puso el saco en sus hombros, igual tenia algo de frío a si que decidió quedárselo, caminaron hasta las aguas, y ya al frente de ellas, Japón se saco el saco de los hombros y lo dejo delicadamente a un lado.

- Al fin… desu…

Dijo feliz mientras que metía un pie al agua, e inmediatamente se le erizo la piel, se relajo bastante y se metio al fin al agua termal.

- Q-que… que relajante desu…

Cerro los ojos algo apenado.

Siguio al chico en silencio, cuando llegaron a las termas ya se sentia el suave abrigo del agua, observo meterse al chico y ansioso hizo lo mismo
--Hmm si muy relajante--acoto
--Sabe Nihon-san tengo un jaccuzi al aire libre donde vivo, pero esto no tiene comparacion alguna--agrego mientras observaba la dulce cara relajada de nihon

- ¿enserio…? Algún día me gustaría visitar su casa desu… si es que no le molesta…

Inflo sus mejillas y soltó el aire, en un acto de relajación. Sentía un pequeño hormigueo recorrer su espalda, brazos y piernas. Se sentía en verdad relajado. Suspiro un par de veces y observo a su contrario, quien le miraba. Inmediatamente se sonrojo al verlo.

- Eh… ¿…pa…pasa algo desu?...

Pregunto desviando la mirada hacia al frente-

--Se ve muy adorable con sus mejillas asi de coloradas--solto una pequeña risa y se hundio en el agua para mojar su cabello
--Ahh mucho mejor--cerro los ojos y sin darse cuenta comenzo a cantar una cancion que amaba

"Por una cabeza,
todas las locuras.
Su boca que besa,
borra la tristeza,
calma la amargura.
Por una cabeza,
si ella me olvida
qué importa perderme
mil veces la vida,
para qué vivir.

Cuántos desengaños,
por una cabeza.
Yo jugué mil veces,
no vuelvo a insistir.
Pero si un mirar
me hiere al pasar,
sus labios de fuego
otra vez quiero besar"

Kiku se estremeció un poco por el contacto del agua. Se dio la vuelta, y el viento que soplaba del sureste le golpeó en las mejillas. Aunque la luna brillaba en el despejado cielo de octubre, hacía un poco de frió.
Él japonés se volvió y lo miró, dulcemente.

- Canta tan bien, Buenos aires-san desu…

Le dijo con suavidad y dulzura.

--Usted cree Nihon-san?, de vez en cuando canto en algun bar por diversion--echo su cabeza hacia atras y miro las miles de estrellas que se veian
--Hmmm Nihon-san tiene un pasatiempo preferido?--con esas delicadas manos que el japones tiene debe ser algo muy interesante penso el latino

- Si… bueno me gusta el origami… también practico con la katana…

Pensar en aquellas cosas le hacia recordar, algunas cosas que en verdad desearía enterrar en su mente, para poder olvidarlas. Abrió los ojos y recordó... y desearía no haberlo hecho.

“Yong…”

El. Im Yong Soo. Apoyó su cabeza en el hombro de su acompañante. Tenía una mirada melancólica ahora en los ojos. Sus mejillas normalmente sonrosadas habían perdido el color y ahora tenían el mismo tono que aquella vez. Frías.

- … Es triste… recordar cosas… ¿no?

Murmuro, de ninguna manera, pensaba recordar mas cosas, ya que le dolía cada ves más. Se volvió silencio el lugar, Kiku con las manos sobre sus rodillas, y su cabeza cargada en el hombro de buenos aires.