Corazón de Cristal (Privado) (Advertencia ^^)

El cuello del albino dejaba de ser víctima de las mordidas, ahora éstas se concentraban en sus hombros, dejando alguna que otra marca pequeña, lo eran en comparación con las anteriores que habían repartidas por todo su torso.

-¿Tú…?-levantó su rostro y acercándose a sus labios susurró con gentileza-…¿Qué quieres que haga?-preguntó contra ellos, rozándolos suavemente, pero sin llegar a unirlos en un beso ansioso como deseaba en ese instante; primero quería escuchar su respuesta.

El ruso sabía que el otro deseaba que siguiese, tal vez, en un principio no por conciencia propia, pero no le quedaría más remedio que aceptar que las necesidades de su cuerpo imperaban sobre la fuerza de voluntad y no estaría satisfecho hasta que se lo admitiese.

-Sería un error de tu parte pedirme eso-advirtió con amabilidad- de hacer lo que quisiese contigo, …te raptaría y torturaría para escuchar tus súplicas- dijo dulcemente con cierto brillo iluso en sus ojos y una sonrisa sádica en los labios, lo que hacía bastante irónica la expresión de esa oración.- Así que se buen niño y aprovecha que te doy la oportunidad de elegir…¿Quieres que siga?-no se iba a rendir hasta escuchar de la boca del prusiano un “continúa”.

Acarició lentamente el miembro del albino, recorriendo su extensión con uno de los dedos, pero sólo era una medida para tentarlo más y recordarle a su cuerpo que lo necesitaba más allá de lo que podía resistir su orgullo.

Las manos del albino se aferraban a su cuello, mientras que los labios ajenos, muy cerca de los suyos, le daban paso a una pequeña suplica salir de ellos, que hace bastante deseaba escuchar y bastó para que también retomara el anterior ritmo de las embestidas, gimiendo en más de una ocasión al sentir como ese estrecho espacio se contraía aún más.

-No fue tan difícil pedirlo…¿o si?- preguntó con su voz suave y apacible, rompiendo los pocos milímetros que separaban sus bocas, uniéndolas en un beso intenso, lamiendo la comisura de sus labios, demandando la entrada en ella.

El prusiano abría su boca concediéndole el paso, mientras exploraba sin cuidado el tibio y a la vez húmedo espacio, buscaba su lengua para jugar con ella, incitándole a que correspondiese el beso con la misma intensidad. La unión de sus labios se rompió cuando el otro se separaba en búsqueda del preciado aire, también aprovechó la instancia y recuperó el oxígeno perdido.

El ritmo de las embestidas aumentaba al igual que los gemidos de ambos inundando la habitación, cada vez se aproximaba más al clímax, presentía que pronto terminaría por venirse al interior de su cuerpo.

Se acercó sin ningún escrúpulo a lamer el hilillo de saliva que bajaba de la comisura de los labios hasta el mentón del albino, para luego dirigirse a su cuello expuesto, mordiéndolo y dejando nuevos rastros de su paso por él.

Sus gemidos aumentaban junto a los del otro, de la misma forma que la frecuencia de los movimientos que cada vez lo aproximaban más a su límite, pero el primero en venirse fue el albino tratando de darle un intento de advertencia que sólo comprendió al observar su vientre húmedo.

Deslizó uno de sus dedos por su estómago, dejando en él residuos de ese líquido blanquecino, que instintivamente llevó a su boca, probándolo con un aire de vaga curiosidad.

-nh…Gil..bert- susurró su nombre en un jadeo, tras dar las últimas embestidas que lo hicieron alcanzar el esperado orgasmo. Logró sostenerse sin dejarse caer sobre el cuerpo del prusiano, finalmente y con algo de torpeza quitó las amarras que inmovilizaban sus muñecas al considerar que ya no eran necesarias.

Trataba de regular su respiracion, pero sus mejillas aun estaban enrojecidas y sus ojos fuertemente cerrados, los cuales decidio abrir lentamente mirando el rostro cansado del mayor

-ya hiciste lo que quisiste conmigo ahora dejame porfavor...-le pidio ladeando su rostro sintiendo como el otro desataba sus manos, relajando sus musculos pero no pudiendo mover muy bien sus muñecas por el tiempo que estuvieron atadas

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Waa, gomen por tardar en contestar ;o;

Se levantó y acomodó sus ropas, mirando la deteriorada imagen del prusiano, ahí en el suelo, desnudo y lleno de heridas, no sólo había robado sus fuerzas, sino también hasta la última gota de orgullo, o eso suponía.

-¿Quieres que te deje así tirado en el suelo? ¿No sería una mala imagen para tus sirvientes cuando entren y te vean así?-preguntó con amabilidad- te haré un pequeño favor- lo tomó en sus brazos sin hacer gran esfuerzo.- ¿Dónde está tu habitación?-preguntó con la intención de llevarlo a ella.

-No entiendo para que te cubres si ya he visto todo de ti- dijo riendo con suavidad al ver que se tapaba con sus manos aquella parte de su cuerpo, como si estuviese avergonzado. Acarició su cabeza al notar que se ocultaba en su pecho, un gesto dulce y un tanto irónico después de todo lo ocurrido.

Salió del lugar, no había ninguno de los sirvientes del Gilbert al rededor, siguiendo obedientemente las indicaciones, subió las escaleras y caminó por el pasillo hasta encontrarse con una puerta a final de éste, supuso que esa sería la habitación que buscaba. Abrió aquella puerta y entró, observando todo detalladamente unos segundos.

-Linda habitación- dijo luego de cerrar la puerta. Se dirigió hasta la cama, dejando al albino en ella y sentándose a su lado para atormentarlo un poco más con su compañía.

El prusiano se había arropado con las sábanas, su voz débil y mejillas ligeramente sonrojadas, le daban un aspecto de fragilidad, como si fuese de porcelana, por un momento sintió la tentación de “romperlo”, pero había sido suficiente diversión por un día, ya tendría más tiempo para “jugar” en otra ocasión.

Con una sonrisa amable en sus labios, lo abrazó de forma repentina, acurrucándolo contra su pecho. Acarició tranquilamente sus cabellos y después una de sus mejillas, sin dejar de observarlo.

-Te dejaré descansar, Gilbert- susurró dulcemente, aún rodeándolo con sus brazos- Vendré otro día a jugar contigo, aunque también puedes visitar a mi casa cuando gustes~.

Sintió unas húmedas gotitas caer sobre la mano que utilizaba para acariciar su rostro. Dejó de abrazarlo, apartándolo de su pecho y sujetándolo por los hombros; tenía los ojos llorosos, usó el borde de su querida bufanda para secar las pocas lágrimas.

-Gilbert, ¿te das cuenta que es mejor tenerme como aliado, da?- preguntó con una mezcla de amabilidad y comprensión- quiero tener una buena relación contigo- sujetó su mentón, depositando un beso delicado sobre sus labios.

Lo observaba con una mirada más fría y un aire triunfante, parecía un pobre muchacho traumado abrazando su cuerpo con el temor de ser nuevamente herido. Apenas le salía la voz al hablarle. ¿Acaso no había pasado por cosas peores? Tal vez no. Se cruzó de brazos, antes creía que el prusiano era alguien fuerte, capaz de resistir muchos golpes sin mostrar debilidad, pero estaba equivocado, ahora se veía bastante más afectado de lo que pensaba, a pesar de eso no sentía culpabilidad -“A los niños malos hay que castigarlos~.”

-No te preocupes, eso haré- dijo en un tono comprensivo, aceptando su petición.- No dudes que nos volveremos a ver- agregó con seguridad, acariciando su cabeza por última vez y besando su frente.-Espero que tengas dulces sueños- aunque dudaba que así fuera.

Salió de su habitación con una sonrisa amplia en los labios, hacía tiempo que no tenía una reunión tan divertida. Llegaría feliz a su hogar, todo había resultado mejor de lo esperaba, consiguió aquello que le faltó por tomar, ¿cómo no iba a estar satisfecho?

Caminó por el pasillo escuchando los gritos de odio de aquel prusiano que de seguro estarían acompañados de objetos rotos, propio de un ataque de ira, podría apostar a que todos los sirvientes de la casa también lo oyeron. Se hacía la imagen mental del albino consumido por la impotencia y la humillación, colapsado por la rabia. No contuvo la risa sarcástica que espontáneamente afloró de sus labios.

Bajó lentamente por las escaleras y se dirigió hacía la salida de la gran casa de Gilbert, ahí se encontró a uno de sus sirvientes, de quien se despidió con una sonrisa amable y un gesto educado antes de retirarse, convencido que ambos volverían a reunirse en otra ocasión.
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^^ y sería mi último aporte al tema xDU

[CERRADO]

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Listo, ya esta, y hemos conlcuido con este grandioso rol!!! *o*

Nee, muchas gracias por rolear conmigo, no sabes lo feliz que me senti al saber que aceptaste, ademas, me encanto como lo hiciste, eres tan, emm, rusia XDDDU

En verdad me encanto, y el sadomaso estuvo genial *¬*

Mis comentarios finales, nee, espero poder volver a rolear contigo pronto ^^

Aww ;///; gracias a ti, también me divertí mucho con esto.
Cuando quieras podemos rolear de nuevo x3