¡Huelga! ¡Me Niego a Salir! [Privado]

Estaba cansado de vivir aquí, cansado de mi vida... solo un estado más de "Los estados unidos" no soportaba mis condiciones y mucho bueno que ese idiota de Burger-man fuese mi jefe... Era por eso que había decidido que no iba a salir mas de aquí, antes iba a morir de hambre o aprendería de una vez a transformarme en vampiro para escapar por la ventana, a lo mejor si tenía suerte en un ataque de lujuria de sangre pillaba a Alfred y me alimentaba de el hasta dejarlo sequito...
Eso esperaba... De momento no saldría de aquí, estaba muerto de hambre y desesperado por un poco de aire fresco, pero no iba a salir, ¡no, no y no! Alfred ya había ido a intentar sacarme de aquí y eso no había hecho más que aumentar mi determinación.
Sonreí rebordeándome en que por lo menos si yo moría acusarían a Alfred de no cuidar bien de sus estados, esa era otra buena razón para lo que estaba haciendo.
Sonreí plenamente satisfecho con mi situación a la vez que soltaba una corta carcajada y me estiraba desperezándome sobre mi cama, bostecé...

Escuché unos pasos acercándose seguido de un suave "toc, toc" en la puerta, nada más por la manera de tocar "suave y delicada" supe enseguida que no se trataba del bruto del americano (Quien llegaba, o gritando, o tirando la puerta, o dando golpes a lo loco)... Cuando escuché la voz de mi hermano al otro lado sonreí comprobando que tenía razón. Enseguida me puse de pie y me dirigí a la puerta. Kea era uno de mis hermanos favoritos, el único que me agradaba de hecho, junto a Texas y Florida... Quizás por el hecho de que todos ellos eran tan poco americanos como yo.
Abrí la puerta lentamente y sonreí cuando lo vi frente a mi con una bandeja. Mi hermanito, tan adorable como siempre...
-Hola kea- Lo saludé a la vez que una sonrisa sexy y traviesa se posaba en mi rostro... Entonces recordé mi huelga, si Alfred veía mi puerta abierta capaz era de entrar y meterme una hamburguesa por la nariz para terminar mi huelga, me asomé por sobre Kea (que era más bajito que yo) y miré furtivamente a ambos lados del pasillo, entonces tomé a Kea de un brazo y lo jale dentro de mi habitación, cerrando nuevamente con llave la puerta tras él. Una vez dentro volví a sonreír. Me incliné sobre el y le di un beso de saludo en la mejilla...
-¡Ey hermanito! ¿Como has estado?... ¿Que te trae por acá?- pregunté suavemente mientras me sentaba en mi cama y lo miraba desde allí.
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Sonreí con cariño a Kea, su compañía era agradable y… verdaderamente era el único que me iba a visitar en mis días de huelga. Me acerqué a él con una sonrisa y le pegué suavemente con el índice en su nariz, riéndome de su comentario sobre la leche, Kea era un poco bajito es verdad, pero también yo era uno de los más altos de la casa. Me quedé mirándolo ahí sentado junto a mi y me mordí suavemente el labio al ver su sonrojo… Este chico amaba tentarme… Me di la vuelta bruscamente y giré hasta quedar sobre él, aprisionandolo entre mis brazos, mi sonrisa se tornó perversa.
-Geee… Yo pensaba que habías venido de voluntario para alimentarme, tengo tanta hambre…- me quejé en tono amablemente burlón, y en cuanto terminé de decir aquello me incliné más (sosteniendo sobre mis brazos todo mi peso para no aplastarlo) y olfatee depredadoramente su cuello antes de darle una mordida ligera. Sonreí de nuevo como saboreándome. Me encantaba hacer aquello a la gente, había veces que se asustaban otras que se reían conmigo, pero era mi forma de jugar… Y me encantaba que Kea jugara conmigo.

(espero no te moleste mi arrebato, estoy siendo un buen seme para ti ^^ )

Louis no se sorprendió del beso recibido, es más lo siguió de manera lujuriosa y apasionada, enredando su cuerpo con el de Kea, encerrándolo entre sus brazos... Se separo levemente para besar su mandíbula, su cuello... Metiéndole las manos por debajo de la camisa.
Su querido Kea... verdaderamente lo quería tanto, era inevitable, cada vez que lo veía sentía deseos de abrazarlo y achucharlo... Era simple, modesto, adorable... Y por alguna razón eso lo enternecía y lo hacía sentir una gran admiración.
Rodó hasta caer de lado con él, y se separó brevemente para susurrar mirando directo a los ojos de Kea...
-Tienes razón, he estado tan solo... Y te he extrañado...- le sonreí acariciando su mejilla cariñosamente.

Le encantaba la timidez de su hermano, era simplemente tan adorable que, aunque pareciera imposible ya, sentía cada vez más deseos de poseerlo, de poseerlo y que fuera suyo, suyo nada más, un deseo que no entendía del todo pero que estaba marcado a fuego en su simple y a la vez complejo ser.

Louis rodeó fuertemente entre sus brazos al pequeño Kea unos momentos, para enseguida separarme de su querido, embozando una picara sonrisa.
-¿Uh? jeje... me parece que mi pequeño ni-chan se siente algo Affamé hoy, jajaja... como Bon frère lo ayudare a satisfacer su hambre junto a la mía... Aunque oni-chan sabe que Ma faim puede llegar a ser bastante voraz- le dedicó una esplendorosa sonrisa mientras caminaba con andares garbosos por la habitación buscando cosas, a pesar de que a medio camino desabrochó su camisa dejándola por allí en el suelo, (podría parecer completamente relajado, pero por dentro era un manojo de nervios) su bien cuidada figura imponía... Tal y como la bestia nocturna que creía ser. Louis no sería quizás verdaderamente un vampiro, pero lo rodeaba todo el aire de glamour, sofisticación y peligro que rodeaba a aquellas pesadillas vivientes, que por año habían seducido un humano tras otros, viéndolos caer divertidos en su personal juego de cacería. Pero esta criatura de pesadillas ahora estaba dispuesta a proporcionar el más alto de los placeres a alguien por el que sentía algo muy especial, algo muy especial… Louis no entendía muy bien que pasaba dentro de su corazón... Su alma dictaba cosas confusas que se atormentaban con la bruma de los pensamientos, su mente también estaba perdida y no sabía que tendría que hacer para entenderse a si mismo, para salir de aquel caos. Pero siempre había sido una persona que seguía el corazón y los impulsos, era una lección que hace mucho tiempo le había enseñado su adorado ni-sama, y en estos momentos se estaba percatando de algo que no había notado antes… no sabia hace cuanto sucedía, desde cuando su corazón se mandaba por si sólo, pero sólo ahora se percataba, de que cada vez que estaba junto a Kea su corazón enloquecía, cabalgando desquiciadamente en un vaivén de latidos desenfrenados... Sonrió levemente, negando con la cabeza a la vez que se regañaba por no haberse dado cuenta jamás antes de aquel hecho tan obvio.
Luego de buscar algunas cosas aquí u allá en su habitación, Louis volvió a girarse hacía su querido Kea con una gran sonrisa...
-Es tiempo de que te prepares "Ma petit Frère~~", no se si sobrevivas a todo el Plaisir~~ que este servidor desatara sobre Toi- le tentó, escapándosele un poco de su acento francés debido a la emoción del momento, lo levantó, sentándolo con delicadeza y desabrochó sus botones uno por uno, dejando luego caer aquella colorida camisa hawaiana sobre su cama, posó sus manos con firmeza sobre sus hombros bajándolas luego hasta la punta de los dedos, apenas tocando para que el tacto fuera más estremecedor... Entonces tomó el primero de los elementos previamente recolectados, una delicada cinta de color rojo sangre. Gateó por sobre la cama hasta quedar frente a la espalda de SU Kea y con lentitud, sin omitir ningún roce que pudiera proporcionarle placer, ató la cinta sobre sus ojos... cegándolo, porque ciego las otras sensaciones que le proporcionaría le afectarían el doble, la cual era su intención. Rió "maléficamente" entre dientes, dejando que su aliento rozara de manera sexy aquel broceado cuello... Aquella zona tan deliciosa y delicada, que pronto devoraría hasta dejar nada…

Suspiró, había esperado aquella pregunta, verdaderamente era normal que Kea la hiciera, siempre había coqueteado entre ellos, pero nunca habían llegado a tal punto. Además pensaba tambien, por el tipo de personalidad de su hermanito seguramente era su primera vez. Trató de desentrañar bien los misterios de su corazón para ser sincero... El era coqueto por naturaleza, le gustaba la gente... pero ello no quería decir que los quisiera a todos... lo que sentía por Kea era especial... Porque él había estado allí cuando Louis más había necesitado a alguien... Era el único en quien verdad confiaba en toda su casa. Su unico compañero en interminables noches sin luna...

Habían pasado dos noches ya desde que su oni-sama lo había abandonado y él aun no era capaz de creerlo... Él era un bueno niño, no entendía porque ni-sama lo había vendido... Lo había vendido y justamente al americano ¡El ser más despreciabl sobre la faz de la tierra! Louis llevaba dos dias completos encerrado en su nueva habitación y no tenía intenciones de salir, por él mil veces mejor si moría de hambre. ¡Jamás metería a su boca una de esas porquerias americanas, antes muerto...
Entonces había sonado la puerta, era un golpe suave, distinto... Curioso y a la vez esperanzado de que fuera su ni-sama, abrió la puerta. Al otro lado había un pequeño chico, moreno, de rostro inocente que incluso siendo el tambien pequeño le producía enorme ternura... El chico le había llevado cocos para comer, y luego de ver esa carita tierna Louis no había podido decir que no.
El pequeño había venido a visitarlo todas las noches, duranteun mes entero. Se llamaba Kea y vivia en la casa aveces, a pesar de que era de la polinesia... era tan distinto a todos los americanos idiotas que abundaban por allí.... Que inevitablemente lo había seducido, desde entonces se veían cada vez que podían, y hablaban de todo...
Louis suspiró sonriendo, debería dejar de darle vueltas a un asunto que estaba decidido... Aunque tal vez no era eso lo que lo confundía, si no que hacer al respecto, él... él no sabía exactamente como ser fiel a alguien , o siquiera como tener una pareja... Pero aquello en esos momentos no importaba, la pregunta de Kea había sido breve y concisa... Se movió trás el, acercandose a su oido, y mordió levemente el lobulo de este antes de hablar....
-Que sientes me preguntas Mon Frèrer...?.... que siento... hay tantas cosas en mi corazón, tanto que no puedo pensar en ningunas otras palabras que lo resuman mejor que lo que te dire a continuación... Te-a-mo... Te amo ma petit Kea... con todo mi corazón y mi alma, eres el unico a quien mi alma libre responde...¿es eso lo que querías escuchar mi dulzura? - una de sus manos se alzó para delizarse con suavidad por la mejilla de su hermanito...
Louis inclinó la cabeza y dió un beso suave justo detras de la oreja de su hermano, antes de volver a esta para susurrar...
-Y dime tu Mon Frèrrer.... ¿Que sientes, por este hermano tuyo? ¿Que sientes por mi?- ansiaba escuchar aquellas palabras de sus labios, a pesar de que podía adivinarlo por su sonrojo, por el latido de su corazón... deseaba sentir como salían aquellas palabras de sus labios, sus delisiosos labios...

Louis rió suavemente en la oreja de su hermano, no de burla si no de alegría... recorrió la cama hasta ubicarse frente al menor, acarició con infinito cariño su perfil tan sólo rozándolo con la yema de los dedos, y luego lo abrazó estrechando su frente contra su pecho...
-Ahh... ma petit y querido Kea... Tienes un hermano tan, tan estúpido...- suspiró levemente y lo estrechó más fuerte contra él... hace tiempo debería de haberse dado cuenta de lo muy atraído que se sentía por su pequeño ni-chan. Sólo que en su ignorancia, su sed de libertad y su orgullo, simplemente no había querido admitir que se había enamorado, no lo había podido admitir. Llevaba años pasando de cama a cama, aceptando todo tipo de ofertas, para llenar un vacío que era tan fácil de completar, para dar con una respuesta tan absurdamente obvia. Volvió a reír, riendo de su forma de escapar a la realidad... Sinceramente ahora lamentaba haber perdido tanto tipo que pudo ser maravilloso junto a su propia persona especial, pero así era la vida, y ahora que lo tenía junto a él... No sabía muy bien que pasos seguir, no sabía si terminarían siendo pareja, si el realmente era capaz de establecer una relación seria o es más... Ser fiel a alguien, una vida completa de libertinaje era suficiente para malcriar cualquier conciencia... Una vez más opté por hacer lo que mejor hacía... Seguir mis impulsos, volví a bajar mi boca hacía la suya besándolo apasionadamente, lo estreché entre mis brazos, entregándolo todo en aquel beso, esperando quizás, que en algún acto de conexión Kea entendiera sólo con aquel gesto el amor y la confusión que embargaban mi alma.
Me tomó sólo un instante recuperar mi aptitud fresca y picaresca... tomé otro de mis implementos recolectados... Uno sacado de mi congelador privado (que tenía porque obviamente me alimentaba a mi mismo, si no, comería hamburguesa todos los días del año)... Un hielo... Deslicé, su congelada y resbaladiza cobertura por el cuello desde el bajo estomago de Kea hasta su cuello, lamiendo con mi calida lengua el rastro húmedo dejado por este, el hielo finalmente extinguió su vida cuando llegamos a la oreja de mi hermanito, lamí desde el lóbulo hasta la parte alta de su oreja, (antes había notado su alta sensibilidad en esa zona) volví al lóbulo y lo mordisqueé levemente rasmillándolo con mis colmillos...
- Ma petit, Ma petit...... ahora no hablaremos más de cosas tan serias, las declaraciones están hechas, desde ahora toda mi atención estará evocada única y exclusivamente a satisfacerte, Mon amour...- Volvió a morder su oreja, antes de volver a besar su boca, definitivamente se había hecho adicto al tropical y dulce sabor de ella... Era simplemente tan distinto...

Louis rió suavemente escuchando las palabras de su hermano, lentamente desató la cinta de sus ojos y una vez que él lo pudo ver nuevamente sonrió...
-Bueno.. tendras que descubrirlo..- lo tentó risueñamente, antes de volver a besarlo acercandolo cada vez más a él..

acarició lentamente el rostro de su hermano...
-Umm... piensa mi querido Kea... ¿cual podría ser la zona más sensible de un vampiro?- propuso mientras paseaba sus labios tras la oreja de su hermano...
Sus manos bajaron para desabrochar el pantalon..

Cuando Kea dió con su cuello Louis soltó un jadeo bajo a la vez que se estremecía. En realidad su pequeño no había tardado mucho en dar con aquel punto debil...
Una gran sonrisa se extendió por su rostro cuando su hermano le hizo aquella pregunta, siempre tan conciderado... una sonrisa felina y depredadora fue dedicada en ese momento solo a Kea.
- ¡Oh Mon Frerer!! me ofendes con tu pregunta, te acabo de decir algo que Moi no ha dicho a nadie nunca antes y tu me preguntas si quiero seguir con aquello que es casi comun para mi... Te deseo demasiado para ser noble y respetar tu virginidad hermano mio...- Acercó sus rostros los milimetros que Kea había dejado separandolos...
-Y tu mi dulzura?... estas seguro de esto? dicelo a tu hermano ahora que aun tiene fuerza de voluntad para parar...- Ahora si le dirigió una mirada seria, por mucho que el deseara eso si Kea no se sentía comodo para hacerlo en ese momento, el esperaría... Por su nombre que lo haría.

Rió adorando las palabras que salian de su boca.
-Adoro lo que dices... ¿Sabes porque mon frerer?.... porque no dejaré que nadie más te tenga, nunca... Eres sólo mio.- murmuró acariciando su cabello y luego se inclinó y volvió a morder la sensible oreja de su hermano.
tomó dos de las cosas que había dejado sobre la cama y las metió dentro de la boca de su hermano.... besandolo seguidamente.
A su lengua llegó el delicioso sabor del chocolate, combinado con el crocante del coco que había metido recien a la boca de su hermano... Eso mesclado con el indefinible sabor que su hermano tenía para él...
Soltó su boca y apoyó su frente con la de su hermano para mirarlo a los ojos...
-¿Sabes Ma petit.. porque te doy a probar comida antes de hacerte mio?... porque... Luego, cada vez que pruebes tus preciados cocos, o cada vez que introduscas la dulzura del chocolate a tu boca... Recordaras tambien mi sabor... Al igual que yo, cada vez que coma algun preciado chocolate, o pruebe algun coco... recordare tu sabor, y que tú fuiste mio hoy....-Murmuró con voz ronca y sexy en su oido... antes de volver a besarlo... deborando los ultimos vestigios de chocolate y coco en su boca...

Louis correspondió con todo su corazón al beso que le proporcionaba su hermano, nuevamente estremeciendose de ternura por sus gestos, su hermano era tan infinitamente adorable... Que casi se le hacía insoportable tener que esperar la hora de tenerlo, tenerlo pura y completamente sólo para él... Cuando separaron sus labios entre jadeos... Louis aun alcanzó a decir.
-Asi es Ma petit, siempre te recordare... siempre te recuerdo... Parce que tu es mon coeur ~~ (Porqué eres mi corazón)- mordió suavemente la oreja donde había susurrado aquellas palabras para bajar enseguida por el cuerpo de Kea, lamiento, mordiendo y besandolo... Hasta llegar al boton de su pantalon, el cual muy habilidosamente desabrochó con la boca, tomando luego el borde del pantalon y deslizandolo suavemente por las piernas de su amor hasta quitarlo.... Le dirigió al cuerpo de la persona que masdeseaba en el mundo una mirada cargada de deseo...
-Oh... Ma petit, cuanto te deseoo~- gimió roncamente incapaz de dejar de deborar el cuerpo del otro con la vista.

Abrazó a su hermano tiernamente, regosijandose de su contacto, antes de besarlo pasionalmente, luego le dirigió una mirada fija a los ojos.
-Termina de quitar mi ropa Kea... Quiero que seas tu quien descubra mi cuerpo poco a poco, al ritmo que te sea grato- Dijo suavemente antes de volver a besarlo, casi sin soportar el mantenerse apartado de aquella boca tan deliciosa... quería más, más, más... Para siempre y sólo para él, no quería compartir a Kea con nadie nunca.