Primera cita~ ^^ (privado)

Apretaba con ansias el gran ramo de girasoles que llevaba en sus manos, de la misma forma miraba a las pocas personas a su alrededor tratando de ubicar a cierto asiático que debía estar por llegar. Se sentía de una forma extraña, una mezcla entre nervios, felicidad y emoción, no se trataba de una reunión como cualquier otra, era algo así como una cita, pero no de esas formales, sino una como las que tiene ¿una pareja de enamorados? En cuanto esa idea pasó por su cabeza, se limitó a negar, queriendo sacarla de ella.

Incluso, otro detalle que hacía distinta a esta ocasión, es que se había preocupado de vestir diferente, más informal, dejando en casa su largo abrigo y otras ropas del uniforme que usaba habitualmente, salvo por su preciada bufanda, que adonde sea que fuese, era indispensable que ella estuviese junto a él, abrazando su cuello.

Mientras los minutos pasaban, se sentía más impaciente, no sólo porque esperar se le hiciera aburrido, también por los pensamientos que asaltaron su mente, algunos comunes como “quizás tenía algo que hacer”, hasta otros más paranoicos.

Para ese día decidió arreglarse un poco más, no quería ir con la ropa que normalmente llevaba, y mucho menos con el uniforme militar; no era una ocasión como para ir así vestido. Miró entre toda su ropa, cogiendo un traje de largas mangas largas en color rojo con sus filos bordados en dorado, a la espalda llevaba un dragón, el cual se veía en parte por la parte de delante. Se puso unos pantalones blancos y sus zapatillas chinas, cogiendo su panda entre los brazos salió de su casa para ir a donde habían quedado.

No tardó demasiado en llegar, y cuando lo hizo pudo ver a Ivan sentado en uno de los bancos. Parecía nervioso, pero seguro que se le pasaría más adelante. Se acercó a el sonriendo y le saludo. -Nîhâo Ivan, espero no haber tardado demasiado-aru- se inclinó un poco, pues aún estaba de pie, y le beso los labios de manera cariñosa pero breve, sonrojandose por haber hecho aquello en medio de la plaza.

Sintió que los niveles de ansia cedían al ver llegar al chino junto al panda que llevaba a todos lados en sus brazos. Lo contempló por unos segundos, la ropa que usaba, tan propia del oriental, hacían que su delgada silueta pudiese lucirse más de lo habitual, simplemente era hermoso a sus ojos. Cuando el mayor se inclinó, con una de las manos sujetó su cuello y correspondió el pequeño beso con la misma suavidad antes de saludarlo.

-Privyet, Yao- dijo al separarse, acariciando una de sus sonrojadas mejillas.- No hay problema, esperé tranquilamente a que llegases- respondió con voz infantil y una sonrisa, aunque mintió en lo último, porque en ese lapso de espera, no estuvo precisamente tranquilo, apretaba varias veces el pobre ramo de girasoles por cada minuto que pasaba.

Había olvidado que lo primero que quería hacer al ver llegar al chino era entregarle el ramo de flores, para eso las había traído. Extendió el sencillo presente y pensó en decirle “son para ti~”, pero sería algo demasiado obvio, así que se limitó a entregarlas en silencio.

Aquel gesto tan amable por parte del ruso hizo que le sonriese agradecido, en parte porque aquella caricia en su mejilla había logrado calmar un poco aquel sonrojo que se formó por el beso. Le encantaba la manera en que tan cariñosamente le hablaba, haciendole sentir de aquella forma que solo él conseguía, se sentía seguro estando a su lado y no quería que eso cambiase nunca.

Al ver como Ivan extendía un poco sus brazos hacia él, mostrando un hermoso ramo de girasoles, sonrió más que antes, tomando este con suavidad entre sus manos; mirandolo con cariño, acariciando con ternura sus petalos de aquel color tan amarillo. -Ivan...es precioso, no hacía falta que te molestases-aru- sus mejillas de nuevo se pusieron algo rojas, sentandose a su lado, apoyando la cabeza en su brazo. -Yo no he traido nada para tí, lo siento-aru- le miró a los ojos, mostrando un pequeña sonrisa al haber recibido aquel obsequio y él no haber podido traerle nada.

No hacía falta recibir algo de vuelta, la ligera expresión de sorpresa y esa pequeña sonrisa que se había formado en su rostro, ya eran suficiente recompensa.

-No es una molestia y no te disculpes, tampoco hacía falta que me trajeses algún regalo- respondió con sencillez y sonriéndole del misma modo.- Sólo quería hacer algo que pudiese gustarte, me alegro que sea así-susurró cariñosamente en el oído del oriental, robándole un rápido beso en la suave mejilla de éste.

Extendió su brazo y rodeó la cintura del mayor con él, sentía la extraña necesidad de entregarle y buscar su afecto, como si fuese un niño, impulsivo y espontáneo, no pensaba reprimirse sus ganas de besarlo y abrazarlo, aunque estuviesen en un parque con personas circulando alrededor, era un detalle que simplemente no tenía en consideración.

-Y me ha encantado, gracias Ivan-aru- estrechó el ramo contra sí, sonriendole de manera sincera, para después cerrar los ojos cuando recibió el beso en su mejilla. Lo notó cálido, lleno de sentimientos y eso le hizo mucho más feliz aún de lo que ya estaba. Cuando rodeó su cintura pudo acomodarse mejor en el pecho del menor, oliendo su suave aroma, tan agradable y familiar a la vez.

Le gustaba bastante aquel lugar, era tranquilo ya que tampoco había mucha gente, aunque la suficiente para mirar a ambos cuando se abrazaban o simplemente se daban un beso. -Ivan...¿te puedo preguntar algo?- lo miró un momento a los ojos, pero decidió no esperar a su respuesta, en vez de eso se adelantó a cualquier cosa; apoyando ambas manos sobre las piernas del ruso, aplastando su oso de peluche entre ambos cuerpos. Se levantó un poco, lo suficiente como para poder alcanzar sus labios, esta vez en un beso más profundo y largo.

El asiático se acomodaba en su pecho, el calor que desprendía de su cuerpo era agradable al igual que el aroma de sus cabellos negros, llevó una de sus manos a ellos, jugando con alguno de los mechones, enredándolo con cuidado entre sus dedos, por primera vez se preguntaba mentalmente si acaso al mayor no le complicaba tenerlo así, aunque se vería extraño si no lo llevase largo; tontos pensamientos que fuero interrumpidos por una repentina interrogante.

Lo miró con curiosidad, fijando sus violáceos ojos en los otros oscuros, era fácil, al menos para él, perderse en ello. En cuanto abrió la boca para responder con un simple “¿qué pasa?”, sus labios fueron sellados con un beso, más largo e intenso que el anterior. Lo abrazó contra sí, estrechando aún más al panda de peluche entre ambos, contestando el gesto de la misma manera, disfrutando de cada segundo que éste duraba.

Su sonrojo aumentó un tanto ante aquel nuevo beso. Aunque era consciente de que aún seguían en aquella plaza; un lugar público, nole detenía aquel hecho, pues estaba deseando de probar de nuevo sus labios. Eran tan dulces y a la vez amargos, dulces por la manera en que le demostraba su cariño en estos, y amargos porque aquel peculiar sabor que tenía el vodka siempre estaba presente en sus labios, ya que era normal que después de todo lo que bebía este se mantuviese allí.

El abrazo entre ambos era más que reconfortante, le hacía sentirse seguro el hecho de que lo atrayese hacia si de esa forma. Sus labios solo se separaban unos milimetros para poder tomar aire y seguir de nuevo el beso, no quería separarse de aquellos labios, pero no todo era eterno, por lo que pasado un rato se separó de él. Apenas unos centimetros separaban a ambos, dejando que su nariz rozase la de Ivan. -l-lo siento....es solo que quería darte algo de mi parte-aru- sonrió con dulzura, aún lo decía por aquel hermoso regalo que momentos antes había recibido, y aquel beso fue muestra de su gratitud.

Los instantes breves en que tomaban una escasa distancia eran solo para abastecerse de aire y volver a gastarlo en la continuación de un beso que parecían, o más bien, habían dejado pendiente, uno interminable o así lo hubiese querido, ya que ese contacto lleno de cariño le provocaban una extraña sensación calidez, que en muchas ocasiones le había faltado. Finalmente la unión se rompía y esa separación fue más definitiva, la nariz del asiático rozaba la suya en una delicada caricia, a lo que respondió con una dulce sonrisa sin apartarse.

A pesar de haber aclarado que no era necesario que el mayor le diese algo, sentía que ese beso fue una gran recompensa de su parte.

-Dime, Yao~- apeló su atención infantilmente, mordiendo cuidadosamente su mejilla- ¿prefieres que estemos sentados aquí o que caminemos un poco?- preguntó deseando que eligiese la segunda opción; no le parecía muy divertido quedarse postrado en esa banca. Terminó por no esperar su respuesta, levándose y tomando sus manos, tirando de ellas con suavidad e insistencia para que imitase su acción.

Le miró con fijeza ante el llamado, haciendo que riese y a la vez se sonrojase un poco ante aquel mordisco suave en su mejilla. Escuchó la pregunta con atención, estaba dispuesto a elegir la segunda opción, ya que no es que le divirtiese estar allí sentado durante tanto rato; pero no hizo falta que dijese nada, pues ya el ruso se había levantado, tirando con suavidad de sus manos para que hiciese lo mismo. No hizo falta mucha más insistencia, solo se levantó de donde estaba, entregandole el oso de peluche para poder llevar él el ramo de girasoles.

-¿A dónde vamos? ¿algún sitio en especial-aru?- le miró con una sonrisa, caminando a su lado con bastante alegría. Esperaba con todo su corazón que todo fuese bien aquel día, ya que además de ser su primera cita para él era bastante importante este hecho y quería que todo fuese bien.

El mayor, sin oponerse, se levantó y le entregó su preciado panda de peluche para poder llevar más cómodamente el ramo de flores. Se preguntaba mentalmente ¿y ahora qué? Ahí estaba el pequeño problema, no había planificado nada en concreto, sólo la salida al parque…, pero más allá de eso, no sabía que hacer o que actividad proponer.

-No precisamente…- respondió agarrando suavemente una de sus manos- pero es un lugar agradable para dar un paseo- agregó con una amable sonrisa, tratando de darle un nombre más bonito a “caminar sin rumbo fijo”-a menos que quieras visitar algún lugar en especial.

-No, así esta bien Ivan, me conformo con pasear contigo-aru- le dedicó una sonrisa, abrazandose a uno de los brazos del más alto, apoyando el ramo de girasoles en su pecho y oliendolo de nuevo. Aquel día era bastante bueno para estar en la calle, aqui si que solo pasear estaba bastante bien, y más en aquel parque tan tranquilo.

-Podríamos ir a tomar algo-aru- dijo viendo un puestecito que había cerca de allí, en medio de los árboles, cerca del pequeño lago que había en aquel parque. A decir verdad ya era casi la hora de comer, asi que no estaría mal tomar algo y tal vez después de eso pudiesen ir a otro lugar los dos juntos. Mientras caminaban hacia allí iba pensado en diferentes sitios, pero ninguno le acababa de convencer, sería mejor pensarlo después entre los dos.

Un simple paseo no era algo que le pareciese aburrido, no si estaba Yao junto a él. Su concentración no la dedicaba a los árboles y las demás cosas que había por los alrededores, sino al oriental, a su rostro sonriente, a esos ojos oscuros que a veces se topaban con los suyos. Depositó un beso fugaz en su sien, dejando que se abrazase de uno de sus brazos mientras caminaban a paso lento.

-Suena bien- asintió con una sonrisa cálida, buscando con la mirada al puesto que el otro se refería- Hum… ¿venderán vodka?-preguntó en voz baja de forma bastante infantil, aunque sabía que la respuesta sería un "no". Acostumbraba a llevar a todas partes su amada aguardiente, pero sin saber por qué, hoy simplemente se había olvidado traerla.

Le miró por aquella pregunta, riendo un poco, pues era un puestecito mñas dedicado a refrescos y helados que otra cosa, asi que dudaba mucho que vendiesen algo como aquello. -No creo que tengan, pero después podríamos ir por algunas botellas-aru- dijo en una sonrisa, terminando finalmente por llegar al puesto, mirando en una de las pancartas lo que tenían para servir, que a decir verdad era bastante variado. -Creo...que pediré uno de estos batidos de fresa-aru- miró al ruso, esperando a ver si el también iba a pedir algo, mientras sacaba su dinero para poder pagarle al hombre que les atendía.

Una idea cruzó su mente mientras le traían aquel batido, y un pequeño sonrojo subió a sus mejillas. Tenía ganas de probarla, pero no ahora, debía esperar a más adelante para poner aquella idea en marcha y que saliese más o menos como él pensaba.

Ambos se encontraban frente al pequeño puesto, al igual que Yao observó la pancarta, pensando en que pedir. Alzó la vista dirigiéndola al vendedor con una “amable” sonrisa, si no fuese porque la idea era pasar un día tranquilo con el asiático, habría tenido una amena conversación sobre incluir el vodka en sus productos comerciables.

-Deberían vender vodka- murmuró de forma casi inaudible y se cruzó de brazos aún con el peluche de panda entre ellos, mirando nuevamente lo que ofrecía el puestito, a pesar de haber variedad, no había algo que llamase mucho su atención.- No sé que pedir,…tal vez un helado- dijo al cabo de unos minutos, no muy seguro de su elección mientras buscaba el dinero en el bolsillo del pantalón para pagar.-¿Hay algún sabor que te guste?- le preguntó curioso, pues así podría compartir.

Se llevó un dedo a la boca pensativo, para ver que sabor podría gustarle más en un helado, no iba a pedirlo de lo mismo que su batido. -Pues...creo que de chocolate estaría bien-aru- dijo sonriendo, cogiendo el batido que le acababan de traer.

Estaba impaciente por que las horas no pasaran demasido lentas, eso significaría que ambos se aburrían. Cuando trajeron el helado que Ivan había pedido se fueron a sentarse a una de las mesas cerca de aquel puesto. -¿Qué has estado haciendo estos días-aru?-

Asintió con una sonrisa y pidió el helado de chocolate como había sugerido su acompañante, después de pagarlo, ambos fueron a sentarse a una mesita al lado del pequeño puesto, rodeados por la tranquilidad del lugar, tal vez si tuviese muchos girasoles entre toda esa naturaleza, sería “perfecto”.

-Nada fuera de común, revisar papeles y esas cosas aburridas. ¿Y tú?- respondió dedicándole una mirada ligeramente traviesa. Sacó un poco de helado con la pequeña cuchara y lo llevó a la boca del mayor antes de que de alcanzase a decir algo, dejando que lo probase primero y lamiendo el residuo de chocolate que había quedado en sus labios.-Así sabe mejor- dijo con inocencia.

-Bueno pues yo...- mientras hablaba Ivan había tomado una cuchara para hacer que propase el helado, dejando a drede algún que otro resto de helado por sus labios para después lamerlo. Le miró con un suave sonrojo por eso, pues no lo esperaba, pero ambos coincidían en que aquella forma el helado sabía mucho mejor. Sonrió de manera tierna, alcanzando los labios del menor para besarlos con suavidad.

-No me dejaste acabar mi frase-aru- tampoco le importaba, pero aquel hecho le había logrado sacar una sonrisa. -También tuve mucho papeleo, además de tener que ir a visitas a algunos de mis hermanos-aru-
Esta vez fue él quien pasando un dedo por el helado lo posó sobre los labios de Ivan, haciendo que lo lamiese un poco para después poder observar su reacción.

La forma tierna en que Yao sonreía, le parecía, en una palabra: cautivante, aunque no se trataba sólo de su sonrisa, de alguna manera, todo de él le resultaba así. Afirmó mentalmente esa idea cuando los suaves labios del otro se situaron sobre los suyos, en un contacto sutil y ligero, un simple roce, que correspondió con la misma delicadeza adecuada para el momento, acariciando una de sus mejilla por breves segundos en lo que duró el beso.

Sintió, con un tanto de sorpresa expresada en su mirada, que el dedo del mayor se posaba sobre sus labios, abrió un poco su boca, permitiéndole el ingreso, deslizando su lengua sobre la piel, retirando lentamente el helado de chocolate y mordisqueándolo juguetonamente antes de permitir que saliese. Se relamió los labios con una sonrisa traviesa y sujetó su mano impidiendo que la apartase totalmente sin haber depositado un suave beso sobre ella.

Se sonrojó un poco cuando le mordisqueaba el dedo de esa forma, mirandole con una sonrisa bastante agradable por lo que hizo después. Siempre le había gustado aquellas pequeñas muestras de cariño tan elegantes, y el ruso siempre había sido muy cariñoso con él. Se sentía bastante bien cuando hacía esas cosas, pues era en lo momentos que se sentía importante realmente.

-Ivan...te ves muy tierno cuando haces esas cosas-aru- dijo sonriendo, acercandose más a él para besarle la mejilla con suavidad, dandole una lamida después al helado. -Sería mejor que lo tomasemos ya, se está empezando a derretir-aru-

No supo muy bien que responder, así que simplemente no lo hizo, sólo se limitaba a mirarlo con una expresión cariñosa sin dejar de sonreírle. Sus blancas mejillas adquirieron un leve color rojizo, muy tenue, pero de todas formas se podía apreciar el contraste, al sentir el suave roce de los labios del mayor sobre una de ellas.

Miró el helado que de a poco dejaba de tener esa consistencia relativamente sólida y se volvía un líquido espeso y café, de aroma dulce. Se llevó una cucharada a la boca, seguida de otra, no era desagradable, aunque le gustaba más probarlo directamente en los cálidos labios del asiático.

-Yao se ve muy lindo hoy- dijo con voz infantil luego de unos segundos, rompiendo el pequeño lapso silencio entre ambos.

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(perdón la demora >.<)

Sonriendo siguió comiendose junto al ruso aquel helado, el cual no le quedaba mucho más para acabarse, pues no era demasiado grande. Miró a Ivan a los ojos cuando hizo aquel comentario con un tono algo infantil, haciendo que riese con suavidad por la manera en que lo decía, apoyando una mano en la mejilla del menor para acariciarla con suavidad.

-También te ves muy lindo hoy-aru- Ivan tenía una piel muy suave, aunque no eran muchos los que se atrevían a tocarle de esa manera, a él siempre le había gustado el tacto de su piel. La verdad era que contrastaba muy bien aquel color pálido del menor con su peil que era algo morena, aquello le hacía gracia.


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(no te preocupes n_n)

Fijó sus ojos en el helado, ya derretido por la espera, tomando un poco con cuidado de no derramarlo a causa de algún movimiento torpe, cosa que no consiguió al escuchar aquello que consideró como un cumplido y de paso el delicado tacto de la mano del mayor sobre su mejilla.

Sujetó la fina mano del asiático entre las suyas, acariciándola, jugando con sus dedos, hasta finalmente entrelazarlos. Ahora que no llevaba los guantes, podía experimentar mejor las sensaciones táctiles, como la tibieza y la suavidad de su piel.

-Vamos~, quiero seguir recorriendo el parque- le pidió con una mirada insistente.

-Creo que ya no podemos terminarnos el helado-aru- dijo al ver como estaba este, al parecer la mano de Ivan se había manchado un poco al moverlo, por lo que dio una pequeña lamida a su mano, quitandole los pequeños restos de helado.

Afirmó ante la petición de Ivan, mirandole con una sonrisa, pues aquella manera en que demostraba algo de impaciencia por ir a mirar todo el parque. -Claro, vayamos-aru- dijo con voz suave, tomando con algo de fuerza la mano del ruso para continuar con aquella pequeña caminata. Al menos por ahora la cita iba bastante bien, eso le agradaba, no quería incomodar a Ivan, pero es que aún no le conocía del todo bien y no sabía que hacer para que todo fuese perfecto.

Un raro, pero agradable cosquilleo recorrió ligeramente su cuerpo cuando sintió que las manchas de helado que había en una de sus manos eran retiradas por una cálida lamida por parte del mayor. Se estremeció y permaneció quieto sin apartar dicha mano, la misma que era tomada con algo de fuerza antes de retomar la caminata por el parque, tal y como quería.

Ambos se miraban con una sonrisa, al menos eso indicaba que todo parecía ir bien, no acostumbraba a ese tipo de citas, como las que tenían las parejas y todas esas cosas ¿románticas? que habían en ellas. Tomó el brazo del asiático, jalándolo sin ser muy brusco, lo suficiente para acercarlo hacía si y robarle un corto beso en los labios, que no se habrá prolongado más allá de unos pocos segundos.