¿¡Qué le hiciste a mis churros!? [Privado]

Ok, esto era el colmo.

El muy hijo de su real madre podía ser todo lo antisocial, ególatra, presumido, pervertido y, en definitiva, todo lo Él que quisiera. Podía no considerarse una Comunidad Autónoma, si no un Dios o nosequé demonios, podía presumir todo lo que él quisiera de cosas que, seguro, no tenía y eran pura mentira, podía pegarle, insultarle, ponerle de los nervios e, incluso, decirle "Uke". Pero esto no tenía perdón.

-¡¡DAMIÁN!! ¡¡HIJO DE TU MADRE, SAL AQUÍ AHORA MISMO!!! -El Sevillano no recordaba haber estado tan estresado y enfadado en su vida. Gritaba el nombre del vasco con todo el enfado que le permitía su ser, recorriendo la casa del español como un loco, buscando al moreno. Pero, era comprensible. ¿Cómo se atrevía el muy maldito a ir SU parte de la cocina, abrir SU despensa y sacar de allí SUS deliciosos y amados churros? Y, para colmo de males, ni siquiera quedaba chocolate líquido para acompañar o ahogar sus penas. Claro, que podría haber ido a comprar más en cualquier momento, pero esto era una cuestión de orgullo. Sí, definitivamente eso enfadaría a cualquier sevillano, pero en especial a ese. Y, claro, la única persona que podía querer enfadar de esa forma a Luis, no podría ser otro que Damián.

Avanzaba con paso firme por la casa, tenía que moverse de su bonito y apreciado Fondo Sur al Fondo Norte donde estaba la habitación del estúpido de su hermano. Abrió la puerta enfadado, respirando agiatadamente por haber recorrido la no muy pequeña casa del español de punta a punta.

-¡¡Tú, cabrón!! -Exclamó con enfado-. ¿¡Qué demonios les has echo!? ¿¡Dónde están!? ¡¡Y sabes muy bien de lo que estoy hablando!

-
Sorpresa! :DDD Ok, es que me vino al inspiración ._. (mis sueños extraños, ya sabes) y tenía que aprovecharlo è3e. Además, tenía ganas de un post de Damián y Luis :3
Perdona el título malo e_eUu No se me ocurría nada y hasta tuve que pedirle imaginación a Ichi

Una taza de "nada que hacer" (lo cual es bastante relativo ya que según el punto de vista del vasco, no había nada, claro, si se podía ignorar el desmonto que tenía por habitación), unas cuatro cucharadas de un ex-lindo nintendo DS el cual ahora yacía en el basurero de su cuarto destrozado en un ataque de rabia, una espolvoreada de aburrimiento extremo, dos litros de muuuucha creatividad (o mejor dicho, ocio), un plato muy grande con varios deliciosos y apetitosos churros NO SUYOS y un vasco con ataques de problemas hormonales debido a la adolescencia lleno de ocio. Mezclar todo, revolverlo y obtienes.... "Eso".

- F es el fuego para quemar toda la ciudad! U es el uranio, BOMBA!! N es no dejes sobrevivientes~ - cantaba infantilmente acompañandole a veces con uno que otro silbido haciendo lo suyo.

¿Qué era "Eso" exactamente? Pues al ingenioso vasco, en un momento de depresión pura al caer en cuenta que había destruído su más valioso objeto de distracción, se le ocurrió algo mucho más divertido como tomar algo de "sus pertenecias" ¡Claro que pertenencias! Si soy un Dios, obvio que todo me pertenece y hacer con eso nada más y nada menos que una fantástica obra de arte! ¡Sí, así es!

Cuan lego-city despedazaba los churros y los colocaba en modo que armaba varias cosas distintas, como casas, edificios, tiendas, personitas, hasta carros y un perro orinando por ahí (sí, hasta eso) ¿No soy un genio?

A su costado llevaba un frasco de jarabe de chocolate, exclusivamente sacado de las mismas cosas del dueño originario de los churros el cual lo usaba tanto para consumo o como pegamento. Tal vez muy dentro de sí mismo la diversión que había tramado estaría en lo que pasaría en adelante...

- ¡Joder! ¿Qué nadie puede armar tranquilo una puta ciudad? - exclamó en un tono molesto al escuchar lo que se había previsto venir: un sevillano al borde de la locura.

- ¿Dónde está qué? ¿Hacerle qué a qué? No comprendo de lo que me hablas gilipollas si no eres claro - se hacía el desentendido sin dirigirle la mirada, más concentrado en seguir construyendo su "churro-city"



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(Off: asdasd descuida haru x3 *abraza* fue una excelente idea lo de los churros! además estaba pensando en pedirte post también~~ nyaaa perdona por la demora x'D)

Sintió el peso del sevillano junto con una fuerza desconocida, producto por la ira, que lo tumbó con violencia al suelo y empezó a agredirlo ahorcándole. Abría la boca tratando de respirar en un intento, más que por necesidad de aire, dramático.

- ¡¡AGHHH AGHHHHH!! - gritaba mientras que con ambas manos lo empujaban para que no se excediera en asfixiarlo - ¡Soy muy joven, inteligente y guapo para morir! ¡El mundo necesita de mí! -

Hacía movimientos bruscos en el suelo "intentando liberarse" de manera exagerada que poco a poco destruía su gran obra maestra y a la vez echaba a perder los churros sin tocar. ¡Valla desperdicio! Sin embargo eso era algo por lo cual esperaba, uno de sus pasatiempos más adorados: Joder la santa paciencia de alguien y crear caos.

Internamente se partía en carcajadas por ello.

- ¡HAHAHAHA! - rió con sátira - ¿TÚ comida? Pues TÚ comida estaba tan solitaria en esa linda vajilla que pedía por algo de compañía. Deberías estar agradecido que le di un fin mucho más interesante y original que el de ser comido y luego ser expulsado por--- ¡¡arghhh!! - se calló en el momento que el sevillano apretó con más fuerza su cuello, y esta vez no era dramatización puesto que se ponía morado por el agarre.

Sintió la presión el el cuello del sevillano aflojar y poco a poco sentía como su alma regresaba al cuerpo mientras daba largas y profundas bocanadas de aire acompañadas de una que otra tos. Menos mal lo había soltado, el vasco realmente no quería llevar a usar uno de sus tantos recursos de tortura para que le soltase, no todavía, era demasiado pronto y quería seguirse burlando de él de "manera sana".

- Hahahahaha, ¿las palomas ya pueden bucear? - dijo dándole sátira a sus palabras a pesar de sonar algo cansadas - Ehhhh~ ¿Y porqué crees que sólo existen esas opciones? - hizo un puchero mientras decía eso ya del todo recuperado - ¿Quieres verme muerto? -

Silenció. Fueron sólo por unos segundos. Con el rostro serio, conectó su mirada fija con la otra del sevillano ¿Era una declaración de guerra? ¿O una forma de decirle que había algo más que el otro desconocía? Subió una de sus manos, y con la yema de su dedo indice, acarició con suavidad el cuello de la piel bronceada del otro y luego subir hasta su mentón de dónde lo tomó con delicadeza tratando de aproximar su rostro al suyo.

- ¿.....Quieres saber la verdad? - susurró de manera sensual y le miró con picardía mientras se relamía los labios - Quería tenerte a mi lado.... -

Volvió a callar.

¿Cuántos minutos duraría? ¿3? ¿4? ¡PFFFT! No terminó ni siquiera el primer minuto y estalló en una sublime carcajada. ¡Aquello que había dicho le había salido tan telenovelero! ¡¡Pero eso no quiere decir que vea ese tipo de programas!! Bueno, cual sea de donde le salieron esas palabras; igual se seguía divirtiendo del asunto.

- ¿A que no soy un Dios que puede ser amable con sus subordinados, eh? ¡Vamos! Yo sé porqué viniste hasta acá, la verdad es que deseas verme y me amas ¿cierto marica? - volvió a reír - Bueno, aunque adivinar que alguien me ame es tan fácil~ digo, todos me adoran. Tú sólo eres alguien a quien le cuesta admitirlo, así que eres el puto niño -

Algo que pudo notar en el sevillano era la sensación a ¿tristeza? ¡¿Qué coño hice ahora?! Si, percebía la decepción en él tampoco es que le conosca porque le espíe algunas veces.... ¡sólo es buena percepción al ser buen Dios! ¡¡Tampoco cuenta aquellas fotos!! y eso le hizo sentir ¿mal? Bueno, el vasco podía ser un tipo bruto, nada romántico, burlón, malcriado, rebelde y más pero lo último que gustase fuese herir a alguien... claro, psicológicamente, ya que físicamente era un sádico.

- .....Luis - le miró triste - ¡Miraaaa! ¡Estás todo rojooo! - con ambas manos palmeó por ambos extremos del rostro del chico con una sonrisota enorme.

Tal vez quería seguirle sacando de quicio, pero también era su forma de animar al otro - ¿No conocerme? ¡Pfffffft! ¡Bésame el culo! Obvio que me amoran~ aunque eso no necesito escucharlo de tí porque no me interesa - acto seguido tomó una de esas personitas armadas con churro y chocolate y se la metió a la boca sin delicadeza alguna - Come y calla. ¿A que no está rico? HAHAHAHAHA -

Se pasó la mano por la cabeza y la sintió llena de caramelo por lo pegajosa que estaba. No sólo su cabello, también su ropa estaba pegajosa y..... empezaba a incomodarle esa posición.

- Ya ya, levantando tu jodido culo que el mío se adormece de tanto rato echado - hizo un ademán de "fuchi" con una expresión aburrida - se buen chico ya que te dí de comer - sonrío con sorna al decir eso último.

Se levantó también una vez el castaño se había retirado de su encima quedando sentado en el suelo con otro puchero infantil en el rostro. Le había molestado que "ese sujeto" se burlase de él esto no quedará así. Ladeó la mirada para perderla en su ya destruía ciudad.

- "Se ve mejor así. Destruída." - pensó mientras su atención la llevaba una personita que había terminado desmembrada con la panza apachurrada y la cabeza hecha trizas.

Abrió bien los ojos cuando escuchó al otro lo último que dijo. Ahora aquel muñequito pasaba a ser de segundo plano y el sevillano regreso al primero, girando su cabeza en dirección suya y arqueando una ceja en forma de asombro.

- ¿Me estás dando una indirecta? - sonrió de lado traviesamente - ¿Es una manera de quejarte del porqué no te follé desde que entraste y ahora me amenazas con hacerlo? Quiero verte tan sólo intentarlo -

Acto seguido, sin respeto al difunto muñequito que le había robado su atención hace unos segundos atrás, lo tomó machucándolo con la mano y le dio de uso como proyectil para lanzárselo a Luis y luego burlarse de él al verlo embarrado de churro aplastado y chocolate.

- Nufufufufufu -

Seguía riéndose por la gran horrible mancha que le creó a Luis en su espalda en el suelo de forma rara. Él era raro. Para él, su forma de expresarse con los demás podía ser desde la más vulgar y sencilla hasta la más extraña y retorcida.... ¿psiquiatra? ¿acaso conocía alguno?

- ¿Qué me has hecho tú? ¿Aparte de ser feo? HAHAHAHAHA!! - rió de manera escandalosa hasta que.... aquella patada no había sido necesaria, no.... era un total error.

Ignorando todo lo que seguía palabreando el castaño, el adolorido parecía pasar por un transe. No, no era por que le hubiese dolido y simplemente quería que el otro sintiera su mismo dolor o algo peor; eso iba por lejos de esa razón.... era más porque se había sentido muy humillado por ello y eso no lo iba a dejar pasar por alto. Su respiración se puso algo lenta, densa y pausada.

- ¿Tú, puta mierdecilla de perra, lo que querías era jugar no es cierto? - le miró desde abajo con una mirada endiablada, sonriendo de manera psicópata y relamiéndose los labios cómo si de un demonio se tratase.

De manera rápida y habilidosa, jaló al otro del tobillo tumbándolo al suelo, sin importarle si es que el mayor se hubiese lastimado con el golpe del impácto o tal vez chocado su cabeza contra el frío pavimento. Si eso le había dolido entonces mejor ni esperase por lo que el otro, sin cordura, estaba por hacer.

Se lanzó sobre él como un lobo hambriento se lanza a su presa sujetando ambas muñecas sobre su cabeza, tomándolas con su derecha con mucha fuerza dejándolas moradas al cortarle la circulación - ¿Deseas saber que clase de traumas te puede dejar este adolescente con hormonas revolucionadas? - sin apartar aquella sonrisa desquiciada y, con su izquierda, cogiendo con la misma fuerza que la diestra la entrepierna del atacado. Enterraba en ellas sus uñas esperando lastimarle y dejarle marca, en el mejor de los casos, causarle alguna herida.

Era cómo una bestia salvaje y bastarda apunto de devorarse a su presa. Su corazón parecía ni siquiera palpitar, llevaba un ritmo muy leve y casi sin sentir tal y cual cómo un depredador. Su mirada destellaba sangre, cómo un instinto asesino en él.

¿Había soltado una lágrima? ¿Le había hecho sentir.... mal? Sintió un leve, tan sólo mínimo, muy pero muuuuy pequeño remordimiento por ello. Pero que va, su sed de violencia iba un poco más allá de ello.

Apretó con más fuerza el agarre de la entrepierna.

- ¿Es que soy qué...? Dilo cabrón de mierda - sin esperar respuesta alguna en su víctima, soltó la entrepierna del chico para luego tomar una de las personitas deshechas y meterla con cero delicadeza a la boca - ¿No te importaban más tus jodidos churros marica? ¡Pues come! ¡HAHAHAHAHA! -

Parecía un poco loco y desquiciado riéndose de esa manera mientras empujaba con fuerza la comida en la boca del sevillano esperando atorarlo. Clavó ambas rodillas en las piernas del otro sosteniendo su peso en ellas, moviéndolas para causarle más dolor.

¿Qué estaba haciendo? ¿Otra vez con esa extraña actitud? Siempre había sido un chico muy raro, sin embargo, no eran muchas las ocaciones que le daban esos ataques un poco.... fuera de lo normal. Nadie lo quería por eso... era conciente de ello, lo sabía, mas siempre lo negaba. ¿Cómo empezó todo? ¿Fue cuando surgió el terrorismo? ¿Su propia gente le afectaba? Ya ni se preocupaba por darle vueltas... ahora estaba enceguecido.

En un propio impulso, el cual ni él sabía de qué exactamente trataba, apoyó la mano libre, la izquierda, a lado de la cabeza de Luis para acercar su rostro al del otro y quitarle un poco de la comida que le había metido por fuerza a la boca y fundirlo en un beso.

El beso no fue tan dulce y profesional que se diga. Parecía devorarse su boca en ello. Entrelazaba su lengua con la del otro, absorbía todo lo que podía en él, su aliento incluso, mordía sus labios.... lo más sorprendente era que le había correspondido... ¿correspondido? Se sentía confundido.

Si se detenía a pensar, nunca nadie le había correspondido de una manera tan ¿agradable? Sí, lo disfrutaba y no de una manera lujuriosa, sólo para satisfacer necesidades carnales, sino.... era algo más. Iba más allá de lo que él pudiese pensar, no, tal vez era mucho para una persona de tan poca racionalidad, mucha bruteza y corta edad.

Poco a poco, lento y delicado fue soltándose en el beso para hacer pasar de uno pesado, violento y sin gracia a uno tierno y gentil. También soltó el agarre de las manos para recorrer con aquella diestra la piel del otro hasta llegar a su rostro y acariciarlo con suavidad no me había fijado que tuviese la piel tan suave...

- ...... - se separó unos pocos centímetros de sus labios y recordó lo animal que había sido al principio. No era que se preocupase por él y su conducta, pero aunque se hiciese pasar por el ogro de un cuento de hadas, era sensible al dolor de otra persona. De inmediato, se separó por completo de él sentándose a su costado.

- ha-haha-hahahaha... - rió con nerviosismo - valla marica ukesca que eres.... s-sí... - se pasó una mano por la cabeza - ¡Debiste haberte visto llorar! Gimiendo como una nena... sí, eso es lo que eres ¡una nena! HAHA! ¡Además ahora tienes el rostro todo rojo! ¿Esperaste a que mi perfecto ser te cumpliera tus satisfacciones? Estás equivocado~ No me acuesto con tremendas nenazas - rió un poco más.

Esperaba a que se ofendiera y se largase de ahí. La sensasión que tenía no le agradaba, en absoluto. Sentía cómo.... ganas de vomitar ¡sí, eso! Era la primera vez que sentía aquello tan misterioso... y no, no le agradaba porque por algún extraño motivo presentía que se tratase de una debilidad.

Si todo ese mar de confusiones debido a la gran cantidad de emociones encontradas pudieras encerrarlas y calmarlas con lo que sea, hasta sobornarlas con dinero y prometerles ser su esclavo súbdito, lo haría ¿Pero cómo? Le mareaba todo aquello, era cómo un torbellino que sentía que si no saltaba de la ventana de su cuarto jamás acabaría y lo extraño es que no quiero que acabe....

Pronto cayó en cuenta que hablaba sólo y por las puras, se enojó leve e hizo un puchero por molestia, más que nada para darle gracia a aquella situación que sintió tensa y odiaba/amaba esa tensión - Hey, ¿acaso me estás escuchando gilipollas? -

¡Diablos! Quería que su sobrenormal confianza regresara a él y pudiese sacarlo a patadas de su habitación pero no podía.... internamente algo le pegaba cómo chicle al suelo a seguir viéndole profundo a ese cielo que tenía de ojos ¿Cielo? ¡No eso! Qué mariconada telenovelera.... desde antes incluso, veía al sevillano desde lejos, cada acción que hacía, era cómo un imán... algo que lo ataba a él, invisible cabe decir y aun ahora, siempre dejandolo cómo uno más del montón, porque eso es lo que siempre hacía con las cosas importantes de verdad para él, algo sin valor el cual nunca tocaría así no malgastaba dicho tesoro. Confuso ¿no?

Notó su brazo temblar de pronto ¿acaso antes al lanzarlo le había hecho daño? Valla bruto había resultado. Otra ola de culpa hizo que el barco en dónde el viajaba entre sus emociones caiga en peligro de hundirse.

- .....ehhhh ¿te hice mucho daño? - preguntó sintiendose estúpido y bajando la mirada. Primera regla ¡NUNCA AGACHAR LA CABEZA ANTE NADIE! ¿....qué hacía ahora? - ya, ok lo admito, tal vez me pasé un poco.... - pensó un rato - esta bien, me pasé, sí la regué, al principio el plan era molestarte pero no esperé comportarme así, soy un idiota, un bruto pero pude ser más bestia ¿eh? hahahaha agraciate que no eres de mi tipo y te tuve lástima, suelo no contenerme y terminar hiriendo de peores maneras - Segunda regla ¡NUNCA SENTIRSE CULPABLE DE TUS PROPIAS ACCIONES! ¿.....porqué?

La situación se le había ido de las manos. Lo que empezó cómo un juego para destruír la paciencia de un sevillano loco y crear caos se convirtió a una demasiado desagradable para él, no... no era desagradable. De cierta manera contrastaba con todo lo que el siempre estuvo seguro que gustaba.

Se le quedó viendo bastante sorprendido. No había notado que el otro estaba demasiado nervioso que hasta ni podía articular una palabra ....eso es lindo.

El sevillano arrastraba las palabras para hablar, temblaba, miraba en cualquier sentido que no fuera su espectacular ser.... ¡¿Porqué mierda se sentía cómo en una de esos videojuegos porno que tenía en dónde la meta era conquistar a una chica y luego... pues eso?! ¡Hasta las burbujas gheis y el aura rosa llena de brillitos lo sentía! La única diferencia es que era ahora con un chico....

- ¿Cómo qué dónde está el ególatra? ¡No soy ególatra! Yo digo las cosas que son ciertas, por ejemplo, tú ahora eres todo lo opuesto a lo que es cool! - con su mano sucia y mantecosa por los churros y chocolate, le tomó por la nariz, cerrándole acompañado de una de sus típicas risas suyas "nufufufufu".

.....La verdad es que estaba bastante nervioso también.

A pesar de ser incapáz de leer la atmósfera debido a que su poco cerebro no daba a tanto, podía percebir.... un "poquititititititititiiiito" la dirección que empezaba a tomar eso. Tal vez empezaba a comparar esa situación con aquel videojuego... y no eran buenas alucinaciones.

- ¡HA! ¡Obvio qué fue tu culpa, yo nunca la dije tener! - se excusó rápido negándose a sí mismo de lo de antes - ¿Qué me quieres decir? ¿"Techo de chocolate"? ¿"Terremoto"? ¿"Te hiciste en los pantalones cuando casi me aproveché de ti"? -

Ok, para arruinar los momentos podía ser excelente, aunque tal vez fuese su propio organismo de autodefensa en contra de los ambientes rosas.

No dijo más, sólo concluyó con un ":D" esperando a que Luis reaccionara de verdad y dijera lo que tuviese que decir, ya no podía aguantarse las ganas por esas palabras de rechazo o algún insulto de parte del castaño.


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(Off: sorry sorry sorry la demora~ x'DD)

Levantó la cabeza, tal vez demasiado rápido, despeinándose un poco los castaños cabellos. Se mordió levemente el labio inferior, soltándoselo luego y mirando a aquellos ojos verdes que tenía ahí delante. Le hacían sentir inseguro... Pero era una sensación que, de alguna manera, le gustaba.

Ni siquiera podía parpadear. Era como haber perdido el poco control que tenía sobre su cuerpo, todo parecía estar en contra de él. ¿Qué se suponía que había que hacer en estas situaciones? Volvió a intentarlo con las palabras. Nada. Le ponía de los nervios estar en esa situación, quería poder decirle "¡que te follen!" y salir rápidamente de la habitación. Pero no podía.

-T-te...-Volvió a murmurar. Podía sentir su corazón yendo a mil por hora, como si se le fuera a salir del pecho en cualquier momento-. T-tú... -Apretó levemente los labios. Pasó su lengua por toda la boca, intentando encontrar algo que aún quedase del sabor del vasco-. Tu... m-me besaste...

Bueno, no. No era lo que quería decir. Pero por ahí van las cosas, ¿no? A lo mejor debía empezar por aquellas palabras... Esperar la reacción del otro y luego soltar las palabras como una de esas cajas sorpresa en donde abres la tapa y un montón de serpientes de plástico te saltan a la cara. Sí, bien, podría hacer eso...

Podría hacerlo, si no hubiera sentido que perdía totalmente el control de su cuerpo. Ya que este se movió prácticamente por sí solo. O, al menos, el sevillano no era consciente de dar las órdenes. Le asombró como todo dejó de temblar y se acercaba al vasco en menos de un segundo. Quería seguir observando aquellos ojos, pero los párpados cayeron como persianas, al mismo tiempo que capturaba los labios del vasco. ¿Una imagen vale más que mil palabras? Debía admitir que, a lo mejor, su cuerpo había tenido una buena idea. Pero conocía al moreno lo suficientemente bien como para saber que, muy probablemente, su corta mente no se percataría de lo que intentaba decir.

Se separó lentamente, sin alejarse del menor y agachando la cabeza con los ojos entreabiertos. ¡Maldición! Su mente era un caos de nuevo, su rostro parecía un tomate con peluca castaña y volvía a no encontrar la forma de hacer reaccionar su cuerpo.

Se quedó con la cabeza agachada más tiempo del que podía soportar. Desde el fondo de su corazón, sentía que no quería oír lo que el otro diría ante tal acto. Tenía ganas de echar a correr de nuevo a su habitación, de gritar cualquier cosa y desaparecer de su vista.

Intentó separarse, levantarse y echar a correr, pero debido a la rapidez con la que lo intentó, y a los temblores en su cuerpo con su corazón como epicentro, solo consiguió tropezarse con su propio pie y un churro aplastado que, untado con chocolate, le hizo resbalar y caer de nuevo. Se quedó con la cara a pocos centímetros del suelo, con los puños apretados y unas extrañas ganas de llorar que no sabía a qué se debían. En ese momento, solo quería desaparecer, que la tierra le tragase y no salir jamás...

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(No pasa nada *3*)

"Tú... m-me besaste..."

¿Lo había hecho? ¡¿CUANDO?! Oh cierto... de allí provenía el problema. ¿Problema? ¿Cuál problema? ¡Para mí nunca han existido los jodidos de problemas! Su sonrisa tarada se iba borrando lentamente con cada golpe que sonaba desde su consciente las palabras del sevillano... ¿Entonces él estaba así por eso? ¡Pffffffffffffft!

Había tomado al castaño por todo un besucón, alguien al que si besabas te respondería por que sí, si le tocabas, se dejaba a más, en fin... ¿Estaba nervioso por un beso más? ¿Acaso era como aquellos que siempre viven todo "cómo si fuera la primera vez"? ¡Esa era SU primera vez y no se ponía como nena! .......

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...

¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!
Haciendo un rápido recuento ¡¿Cuántas naciones iba besando ya?! 17... 8... 5... 2... ¡¡¿0?!! ¡Y A MÍ ME VALE UNA MIERDA! Claro que había follado ¿Es que nunca había besado a alguno? Oh cierto... si contaban los besos a sus amados videojuegos o cerveza... bueno, eso tal vez no.

Un recuerdo viejo golpeó su mente ¿por qué coño ahora?, un pequeño niño de cabellos negros algo desordenados siempre queriendo sobresalir entre todos sus hermanos... ese terrible ser al que odiaba tanto quien sería 'el mayor y jefe de todos' y también estaba "su vecino"... el chico de cabellos rubios algo largos amarrados en una cola, ojos azules, voz suave, muy alegre y de ropas afeminadas. Ese aquel a quién una vez le dejó una rosa en la puerta de su casa sin decirle nada y cuidando que nunca lo supiese, no por que sea un romántico, sino por que a ese sujeto que apenas pasaba por la pubertad dejando mostrar unos 5 pelitos de su barba le encantaban las rosas... ¡Por la puta! ¡Qué eso pasó hace mucho tiempo!
Siempre creyó que si alguien sería su primer beso ...¿él? Bueno, eso era el pensamiento de un chiquillo.

El clima en la habitación iba para mal a peor, sentía el calor invadirle al mismo rato que la ansiedad haciendo que el retorcijón a "náuseas" se hiciera más fuerte al verse invadido del desagradable y asesino silencio. ¿Él quedarse callado? No es que no pudiese hablar... en realidad estaba buscando las palabras adecuadas para humillarle mejor... ¡sí! ¡eso era!

Hasta que entonces....

¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda!
No se lo esperó. De la nada el otro técnicamente se abalanzó y aprovechó aquel acto irracional para dejar en blanco al vasco y tomar posesión de sus labios nuevamente. No cerró en ningún instante los ojos que estaban abiertos como platos por la sorpresa, tampoco le respondía el beso ya que su corta mente aun trataba de entender todo esto ¿Por qué lo hizo? ¿Tan necesitado se encontraba? Ahhh... era por eso...

Debía esperárselo de un "casanova"; sin embargo, aquel nuevo extraño éxtasis que aun seguía descubriendo, venía consigo un sutil y tierno sentimiento como la inocencia de un pequeño niño... su pequeño niño... su pequeña primer ilusión.

Pocos momentos después el mismo castaño desunió sus labios, podía notar el fuerte rubor más intensificado que antes y eso le producía... ¿que es exactamente? Ni él podía ordenarse de aquel desastre de sentimientos que ni el día más desordenado de su habitación se pudiese comparar.

- ¡H-hey! - intentó retenerle cuando vio que se paró para huír, pero al verle caer y sentirse tan basura... ¡y otra vez mencionaba internamente a su santa mierda! ¿Por qué seguía siendo un chiquillo?

No sabía que hacer, siempre él había reaccionado a lo que su cuerpo le mandase: Actúa, no pienses. Ahora... no sabía que hacer. Estaba entre ir a correr tras él a ayudarle, saltar de la ventana y huír o quedarse allí sin hacer nada. La solución más rápida era la última... aunque

- O-oye marica - dijo en un tono nervioso mientras se paraba y se acercaba al otro en paso lento - Que no llores por que me ensucias el piso de tus lágrimas, entiende, lágrimas no saben bien, el chocolate y los churros sí. Sé que eres una nena sentimentalosa y que lo que quieres es que te la chupe o te de contra la pared, pero... por la puta que ahora no tengo ni una mierda de ganas.... - ladeó la cabeza a cualquier rincón de la habitación que no sea mirar a Luis ¿Rubor? ¡No! - Si quiereis quedarte... limpias mi habitación ¿vale? - se agachó y le alanzó un pañuelo que sacó de un bolsillo un poco embarrado del chocolate de antes.

No lo hizo por educación por que carecía de ello, estaba ensuciando más su suelo de lágrimas y lo que odiaba era ver a la gente deprimirse a menos que él quisiese que fuese así.


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(Off: Mi post más largo escrito en la vidaaaa~ x'DD esto si es delirio puro de madrugada)