Trabajo duro~ pero por poco tiempo

Yong paseaba relajadamente por las calles, con las manos en los bolsillos y una ancha sonrisa dibujada, mientras tarareaba música por lo bajo.

Paseaba como cada mañana, sin rumbo fijo a ningún sitio. Era un chico bastante activo, y necesita descargar toda la energía contenida de una forma u otra.
Echaba una ojeada por encima a los establecimientos, paseaba un rato y seguía andando. Así era su rutina normalmente.

Al doblar la esquina, divisó una cafetería que llamó su atención, y sin dudarlo, se acercó rápidamente a curiosear.

Entró en el establecimiento, asomando primero la cabeza.

- Waah...Que lugar más curioso... - entró alegremente, aún tarareando, y tomó el asiento más próximo a la ventana. Adoraba ver a la gente pasar, cada una con una historia...

Definitivamente, estar rodeado de gente era lo que más le gustaba.


(Acoplacióoooon xDD)

Vio como se acercaba a él una chica de pelo negro largo, y unos profundos ojos violáceos. Le sonaban sus facciones, pero no llegaba a recordar quien era.

Le recibió con una sonrisa, y se sentó bien en la silla. Ya había logrado recordar quien era, la habría visto alguna vez, en una de las reuniones acompañando a Ucrania.

- Nyeong! Hai~ Yo soy-... Eh... - se quedó escuchando a Ilya, contando mentalmente cuantas veces decía la palabra "acoso". - ¡Tengo nombre! - Alzó el meñique y cerró los ojos, sonriendo - ¡Soy Corea del Sur, Im Yong Soo!

Ladeó la cabeza al oír la última frase. Ya sabía la relación que tenía Iván con su hermano Yao, aunque siempre le gustaba acosarle y entrometerse entre él y el ruso, por pura diversión.


- ¿Qué haces por aquí? - Echó un vistazo por el local, fijándose en los detalles, con una ancha sonrisa.

- ¡Bueno! - canturreó alegremente - ¡Lo que importa es que no te hayan echado aún!~ ¡Además, el uniforme te queda lindo! - miró al suelo unos instantes y susurró para sí mismo - Sería interesante ver a Aniki vestido así...

Movió la cabeza a ambos lados, dejando que el pelo ondeara como si estuviese en un barco. Escuchó el ruido del viento tras la ventana, y alzó la mirada, para ver hacia afuera.
Distraído, miró a Ilya mientras le hablaba.

- Da~ze~! ¡Yo soy el más lindo de todos~! - entonó la frase como si estuviese cantando. Cerró los ojos en cuanto la ucraniana empezó a tirar de sus mejillas - Ya-Yaw-uch...duede...¡no tides tandto!

Intentó chafarse de las manos de Ilya, echándose hacia atrás con la silla.
- Ehm...Ya que trabajas aquí...¡Me podrías traer algo de comer o beber~! Si no es molestia...

- Bueno, es de lógica que debo de pagar... Pero un pequeño descuentito para una joven nación no es mucho pedir~ ¿No? - sonrió con inocencia.

Se puso un dedo sobre el labio y miró pensativo al techo.

- Me gustaría...me gustaría...¡Un zumo de melocotón! Y...¿alguna recomendación de la casa? - Bajó la mirada hacia la ucraniana.

Miró por la ventana, viendo como los últimos rayos de sol eran tapados por las enormes nubes de tormenta. Suspiró para si y se acomodó en la silla, esperando a que empezaran a caer las primeras gotas.

La chica fangirl tuvo que retenerse las ganas de lanzarse sobre aquel chico tan moe para ella mientras le apretujaba. ¿Acaso los asiáticos tenían hormonas que atraían a los soviéticos? se preguntó mentalmente. (Idea sacada de Junjou Romantica xD)

-Zumo de melocotón~ ¿He~?-quedó pensativa- Mmm... Recomendación... Te traeré algo~ Ya veré.

Sin esperar respuesta, se dio la vuelta y volvió poco después con un zumo de melocotón y un trozo de pastel de almendras con chocolate negro y líneas de chocolate blanco.

-Espero que te guste -sonrió- lo preparé yo por la mañana-

A pesar de que no iba con su papel de tachi [?] cocinaba bastante bien.